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Viernes, 18 de Julio de 2025
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París y Berlín, entre Washington y Moscú ¿y Varsovia? 

Andrés Almeida

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Joe Biden y Emmanuel Macron en la Casa Blanca. Foto: CNN
Joe Biden y Emmanuel Macron en la Casa Blanca. Foto: CNN

La tensión entre los paises motores de la Unión Europea, Alemania y Francia, por un lado, con Estados Unidos, está  llegando a su punto más alto desde que estalló la guerra. En juego está el orden de Europa, cuyo eje podría moverse al este, hacia Polonia, el país aliado más funcional a los intereses estadounidenses.

Este artículo es parte del newsletter exclusivo La Semana del pasado domingo 04 de diciembre de 2022, y ahora se comparte para todos los lectores.

Por estos días son los rusos los que más citan a Hastings Ismay, el lord inglés que se convirtió en el primer secretario general de la Organización del Atlántico Norte. (OTAN), y lo hacen en alemán.

La frase más célebre que hizo este militar -quien fue el principal consejero militar de Winston Churchill- fue cuando entró en la vida civil y amanecía la Guerra Fría; "mantén a los soviéticos fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo", dijo, sintetizando así a la perfección lo que sería la política de la OTAN en sus primeros años.

La frase cobra actualidad porque, en la medida en que avanza el invierno, la Unión Europea (UE) -cuyo motor es Alemania, y en menor medida Francia- enfrenta dificultades económicas e industriales de tal magnitud que amenazan la posición de Europa en el nuevo orden que saldrá de la Guerra de Ucrania, gane quien gane. Esto, porque finalmente las potencias europeas están cayendo en cuenta que su esfuerzo de guerra para apoyar a los ucranianos, traducido en inflación, pérdida de competitividad energética y desabastecimiento militar, tiene por contracara la mejora sustantiva de la posición relativa de Estados Unidos en esos frentes.

La gota que rebasó el vaso fue el anuncio del presidente estadounidense, Joe Biden, de la Ley contra la inflación, mediante la cual -entre otras medidas- inyectará $400 mil millones de dólares en subsidios y otras ayudas a las industrias norteamericanas vinculadas a las energías limpias. Una medida acusada por alemanes y franceses como proteccionista, pues sus industrias más competitivas se verán perjudicadas, como lo son las de energías limpias y electromovilidad.

La frase más célebre que hizo este militar -quien fue el principal consejero militar de Winston Churchill- fue cuando entró en la vida civil y amanecía la Guerra Fría; "mantén a los soviéticos fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo", dijo, sintetizando así a la perfección lo que sería la política de la OTAN en sus primeros años.

Una situación que es doblemente indignante para los europeos, en tanto la inflación energética es muy dispar entre Estados Unidos y Europa, entre otras cosas, porque los europeos pagan hasta cuatro veces más por el gas estadounidense que lo que cuesta en Estados Unidos, información que públicamente Biden dijo desconocer en Bali en la reunión del G-7. Esto, en el contexto del esfuerzo europeo por reducir la dependencia del gas ruso, y por efecto del atentado contra el gaseoducto del Nord Stream 2, del cual hay sospechas de que se trató de una acción británica, con apoyo estadounidense.

Además, no son pocos los analistas que han notado que la reciente formación de una especie de cartel de países compradores de petróleo (G7 y la Unión Europea) para mantener el precio del barril ruso en máximo $60 dólares es algo que expone principalmente a los países europeos, los que lo necesitan más que Estados Unidos, Canadá o Japón, pues estos en la práctica no acuden masivamente a ese mercado para proveerse de ese hidrocarburo. Esto, aunque tal vez el daño a los países importadores sea mundial, pues hoy la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), entre los cuales está Rusia, podría anunciar como represalia recortes en la producción, de modo que fuercen un alza general del precio [algo que no sucedió, posteriormente al cierre de este artículo]. 

Por último, en esta diatriba entre europeos y estadounidenses, se suma el plan dispuesto por Biden 'Buy America', mediante la cual obliga a que los organismos públicos estadounidenses aseguren un gasto de $600 millones de dólares anuales en compañías de Estados Unidos, lo que perjudica nuevamente a proveedores europeos.    

¿Pueden estas situaciones fracturar la unidad atlántica?

Tal vez, y dependiendo de lo duro que sea el invierno para alemanes y franceses, y cómo impacte eso en la opinión pública.

Emmanuel Macron, el presidente francés, viajó a Washington a reunirse con Biden, y se preocupó de dejar clara la posición de Francia al calificar la postura de Estados Unidos como "super agresiva", y poco a poco prepara el terreno junto con Olaf Sholz, el canciller alemán, para una eventual guerra comercial.

Al menos Emmanuel Macron, el presidente francés, viajó a Washington a reunirse con Biden, y se preocupó de dejar clara la posición de Francia al calificar la postura de Estados Unidos como "super agresiva", y poco a poco prepara el terreno junto con Olaf Sholz, el canciller alemán, para una eventual guerra comercial.

Previo al viaje, Politico, un medio de alta inflencia en los círculos de poder estadounidense, publicó el artículo de Barbara Moens, Jakon Hanke y Jacopo Barigazzi Europa acusa a Estados Unidos de benficiarse de la guerra, el cual recoge fundamentalmente las quejas de la UE antedichas, pero, además incluye el tema militar, insinuando que el masivo apoyo estadounidense en equipos ($ 15.200 millones), sumado a los quiebres de stock de armas de los países europeos, creará mayor dependencia de Europa de las cadenas de suministro y la tecnología de Estados Unidos, lo que supone una ventaja estratégica e industrial que puede llegar a ser determinante.

Supuestamente la cumbre en Washington -debidamente coreografiada, como dice Le Monde- implicará acercamientos y algunos compromisos para evitar el colapso de las industrias europeas, pero la tensión seguirá mientras dure el invierno.

De hecho, luego del encuentro entre Biden y Macron se produjo una llamada de una hora entre Sholz y Vladimir Putin, el presidente ruso, lo cual se interpretó como un acercamiento europeo a Rusia que puede ser visto como de debilidad, cuando justo se buscaba poner el tope de precio al petróleo ruso. En tal sentido, The Washington Post publicó el artículo Sholz telefonéa a Putin luego de la propuesta de Biden y Macron, de Robyn Dixon, Amor Día Morris y Emily Rauhala, en el que se da cuenta de las quejas de Putin por la ayuda europea a Ucrania, la que a su juicio prolonga la guerra y evita que los ucranianos se sienten a negociar.

No se sabe si Sholz y Putin discutieron acerca de la molestia de Berlín y París con Washington, pero es muy probable que el presidente ruso haya tocado el tema. 

No se sabe si Sholz y Putin discutieron acerca de la molestia de Berlín y París con Washington, pero es muy probable que el presidente ruso haya tocado el tema. 

A diferencia de los rusos, los europeos no citan a Lord Ismay, pero poco a poco aparecen artículos que cuestionan la posición de Estados Unidos en Europa, en desmedro de Alemania y Francia. Tal vez el artículo más claro al respecto es el de The Economist, Europa se enfrenta a una crisis energética y geopolítica duradera, el que constituye una advertencia, tanto por el mensaje, como por el mensajero, en tanto esta publicación británica ha sido firme defensora del eje Washington-Londres, como contrapeso de lo que pueda hacer el eje Berlín-París, pero que -esta vez- teme que a Estados Unidos se le esté pasando la mano con sus aliados europeos.

De lo que sí se habla -y mucho- es de Polonia y de geopolítica.

Cada vez son más los analistas que observan cómo la adhesión de Europa a las decisiones de Estados Unidos respecto de Ucrania, han hecho girar el eje de gravitación hacia el este, hacia Varsovia, desplazando a Berlín.

Polonia va camino a ser la primera potencia militar de la UE, de la mano de estadounidenses y británicos, y muchos ven que es la pieza clave para desarrollar un nuevo concepto estratégico (aunque tiene origen en la Primera Guerra Mundial); el Intermarium, que consiste en lograr una columna de estados dispuestos entre el Mar Báltico y el Mar Negro, cuyo eje sea Polonia, incluyendo Letonia, Estonia, Lituania y Ucrania, para aislar a Alemania de Rusia y sacar a Bielorrusia del eje de Moscú.

Es el antídoto geopolítico de la apuesta de la Rusia de Vladimir Putin, quien busca crear un espacio euroasiático que conecte mediante alianzas políticas el Asia Pacífico con la Europa continental, cuyo eje principal sería Beijing-Moscú-Berlín.

Polonia va camino a ser la primera potencia militar de la UE, de la mano de estadounidenses y británicos, y muchos ven que es la pieza clave para desarrollar un nuevo concepto estratégico (aunque tiene origen en la Primera Guerra Mundial); el Intermarium, que consiste en lograr una columna de estados dispuestos entre el Mar Báltico y el Mar Negro, cuyo eje sea Polonia.

Pero, también ha sido la apuesta inconfesada de la política tradicional alemana, la cual aceptó el gas ruso no solo por ser barato y relativamente limpio, sino porque eso le permitía acercarse e integrarse a China, por mucho que hoy se hayan sumado a la alianza militar occidental, y lamenten no haber empezado antes la idea de crear el famoso e inexistente ejército europeo, el que ya les hizo falta en los 90 con la guerra en Yugoeslavia, en la cual Estados Unidos renovó su supremacía en el continente.

Al respecto es muy interesante esta entrevista-perfil de Alexander Osang a la ex canciller Angela Merkel, en Der Spiegel por el aniversario de su salida del poder: "Ya fue eso del poder político". donde Merkel desliza, con mucha delicadeza diplomática y entre líneas, varias ideas en torno a sus decisiones respecto del gas ruso y las posturas favorables de otros políticos alemanes, como el propio Sholz, quien fue parte de su gobierno. Entre lo que más me llamó la atención está la idea de que ella no ve ninguna razón para pedir perdón por haberse acercado a Putin, tal como se lo pide buena parte de la opinión pública alemana.  

Otros artículos relevantes sobre el tema:

- La visión de The Guardian sobre la estrategia 'Buy America' de Biden: un llamado al despertar de Europa.

- Biden Busca resolver la crisis trasatlántica durante la visita de Macron, de Alan Rappeport, Ana Swanson y Jim Tankersley, en The New York Times.

- Alemania y Francia unen fuerzas contra Biden en batalla por los subsidios, por Hans der Burchard y Giorgio Leali en Politico.

- Alemania evalúa romper el tabú de los subsidios para evitar guerra comercial con Biden, de Hans von der Burchard, en Politico.

- Emmanuel Macron critixa los subisidios de Joe Biden en su visita de Estado, en Le Monde.

- Por qué Polonia puede tener mpas que ganar con una derrota rusa en Ucrania, una columna de Anna Gromada y Krzysztof Zeniuk, en The Guardian

- Conozca la futura superpotencia militar de Europa: Polonia, de Matthew Karnitschnig y Wojciech Kosć, en Politico.

- Flujo de gas y efectivo ruso enredan a un estado alemán en una maraña de dependencia, de Loveday Morris, Kate Brady y Souad Mekhnennet para The Washington Post.



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