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Jueves, 24 de Julio de 2025
[Revisión del VAR]

Clubes Chilenos en Copa Libertadores: Todo suma

Roberto Rabi González (*)

"El entusiasmo puede nublar la razón, pero analizando en frío el panorama es difícil pensar que alguno de los clubes chilenos pueda lograr el título. Y es bastante difícil, también, que alguno tenga una participación memorable. A menos que consideremos tal un buen desempeño en fase de grupos y avanzar a octavos y, con mucha suerte, a cuartos de final".

Ya los clubes abrieron fuego en los partidos de la ronda preliminar de la Copa Libertadores 2025. Chile cuenta con cuatro representantes en esta edición: Colo-Colo, Universidad de Chile, Deportes Iquique y Ñublense, los últimos ya han disputado sus primeros encuentros con la esperanza de abrirse camino hacia la fase de grupos del campeonato subcontinental.

Como campeón y subcampeón de la Primera División de Chile 2024, respectivamente, Colo-Colo y Universidad de Chile tienen su lugar asegurado en la etapa de grupos de la Copa Libertadores 2025. Ambos clubes han estado trabajando arduamente en la pretemporada, intentando reforzar sus equipos con las limitaciones presupuestarias típicas de los clubes chilenos, y afinando estrategias para enfrentar a los mejores equipos del continente. Entre ellos, varios de primer nivel en el balompié mundial que en cuanto a su grandeza como instituciones, planteles e infraestructura son infinitamente superiores a los chilenos.

¿Cuáles son entonces las expectativas de la participación de los equipos chilenos en el principal tornero de clubes continental?

Ya hace mucho tiempo que Colo-Colo, por única vez, consiguió la hazaña de ganar la Copa Libertadores. Durante el milenio que corre, las mejores participaciones han sido de Universidad de Chile que ha alcanzado las semifinales en dos oportunidades (2010 y 2012). El resto, han sido múltiples participaciones lamentables de variados equipos que no han dejado una buena imagen del fútbol criollo en el concierto internacional. ¿Este año esperamos algo distinto? 

El entusiasmo puede nublar la razón, pero analizando en frío el panorama es difícil pensar que alguno de los clubes chilenos pueda lograr el título. Y es bastante difícil, también, que alguno tenga una participación memorable. A menos que consideremos tal un buen desempeño en fase de grupos y avanzar a octavos y, con mucha suerte, a cuartos de final. 

Sin embargo, los clubes chilenos han mostrado un compromiso notable en su preparación para la Copa Libertadores 2025. Colo-Colo, con la incorporación de jugadores como Sebastián Vegas y Tomás Alarcón. Universidad de Chile ha reforzado su plantilla con Javier Altamirano y Lucas Di Yorio. Deportes Iquique y Ñublense, conscientes de los desafíos que implica la fase preliminar, han intensificado sus entrenamientos y análisis de sus rivales para asegurar su avance en el torneo. Avanzar, como meta. Lo que se pueda.

¿Tiene sentido valorar por su esplendor propio una buena participación en fase de grupos de la Copa Libertadores? Es evidente que no, si razonamos desde una perspectiva estrictamente deportiva, sin duda y pese a que en definitiva solo un equipo gana el campeonato local, la copa Chile, la Super Copa, etc., no tiene sentido privilegiar una participación en la Copa Libertadores, sabiendo que lo más probable es que, pese a todos los esfuerzos e inversiones, por el nivel de los rivales, el resultado sea una participación entre discreta e intrascendente. ¿Qué es lo que hace realmente atractivo jugarse el todo por el todo por avanzar al menos una etapa más, en la medida que nadie podría considerar sustancialmente distinto terminar en fase de grupos, en octavos o cuartos de final? Evidentemente los premios en dinero. 

Los equipos ya clasificados a la fase de grupos obtienen un premio de  US$ 1.000.000 por cada partido jugado, es decir, un total de US$ 6.000.000, como mínimo. Además, por cada victoria la Conmebol, se pone con US$ 330.000 más (exclusivo en esta instancia). Luego, cada peldaño significa embolsar más de un millón de dólares. Casi dos millones y medio, por llegar a semifinales, pero eso no es más que fantasear.

La afición chilena espera con entusiasmo que sus equipos tengan una destacada participación en esta edición de la Copa Libertadores, confiando en que el esfuerzo y dedicación de los clubes se traduzcan en éxitos en el escenario continental, e ingenuamente creen que los clubes están absolutamente en sintonía con ellos en busca de logros de verdad.

Pero la triste realidad es que, al menos en los tiempos que corren, participar en la Copa Libertadores es solo una muy buena oportunidad de obtener dinero en no despreciables cantidades.

Y mientras la diferencia de jerarquía entre los clubes brasileños y argentinos y el resto siga siendo astronómica -consideremos que desde 2017 en adelante solamente ellos han disputado las finales- vale la pena no perder de vista que los clubes chilenos participan en la Copa fundamentalmente para lograr financiamiento de sus proyectos varios.

Pensar de otra manera es pecar lamentablemente de ingenuo.

(*) Roberto Rabi González es escritor, abogado de la Universidad de Chile, profesor de Derecho Procesal y Penal e investigador de la Asociación de Investigadores del Fútbol Chileno (ASIFUCH).

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