El 21 de noviembre de 1962 el presidente estadounidense John F. Kennedy remitió una carta a su par soviético Nikita Kruschev asegurando que: "No hay que temer ninguna invasión de Cuba mientras los asuntos sigan su curso favorable actual". A lo que se refería Kennedy era al eventual enfrentamiento entre norteamericanos y rusos por la instalación de una serie de ojivas nucleares en Cuba que tuvo a las milicias estadounidenses cubriendo la isla en una operación de “cuarentena”.
Hace 60 años esa carta fue parte del largo corolario del momento en que la humanidad estuvo más cerca de un enfrentamiento nuclear conocido como la Crisis de los Misiles. “Pude anunciar el levantamiento de nuestra cuarentena rápidamente en mi conferencia de prensa, sobre la base de su grata garantía de que los bombarderos IL-28 serán retirados en un mes", aseguró Kennedy a Kruschev.
La crisis comenzó en septiembre de 1962 cuando aviones espía estadounidenses descubrieron la instalación de una serie de misiles en Cuba. El 28 de ese mes se descubrieron bombarderos rusos IL-28, los que, según la inteligencia norteamericana, podrían cargar misiles nucleares.
El acuerdo para ingresar misiles a la isla fue concertado entre Kruschev y Fidel Castro en el marco de la Operación Anádyr, con la que los soviéticos internaron 24 plataformas de lanzamiento, 42 cohetes R-12, unas 45 ojivas nucleares y 42 bombarderos, además de un regimiento de aviones de caza, dos divisiones de defensa antiaérea, cuatro regimientos de infantería mecanizada y unos 47 mil soldados en total.
Incluso intervino el fiscal general del Estado, Robert Kennedy, hermano de John, quien abogó por una solución diplomática mientras, de fondo, se estableciera un bloqueo o “cuarentena” sobre Cuba.
El pacto ruso-cubano era una respuesta del bloque soviético al despliegue de ojivas nucleares en Italia y Turquía -países miembros de la OTAN- durante el gobierno de Dwight Eisenhower en 1958. Se trataba de misiles Júpiter con un alcance de 2.400 kilómetros, que tenían a rango a las ciudades rusas de Moscú y San Petersburgo y cuya capacidad destructiva equilavía al poder de 100 Little Boy, bomba nuclear con que el ejército estadounidense atacó Hiroshima.
Ahora bien, luego del descubrimiento de los misiles soviéticos, Kennedy discutió largamente la situación con el Consejo de Seguridad Nacional, quienes le sugirieron tomar la ofensiva. Como contraparte, la administración presidencial aconsejó guardar la calma. Incluso intervino el fiscal general del Estado, Robert Kennedy, hermano de John, quien abogó por una solución diplomática mientras, de fondo, se estableciera un bloqueo o “cuarentena” sobre Cuba para evitar nuevas llegadas de buques con misiles a la isla.
El 22 de octubre Kennedy informó la crisis a la ciudadanía. Según el presidente, el rango de los misiles de alcance medios abarcaba la Casa Blanca en Washington DC, Cabo Cañaveral, El Canal de Panamá, Ciudad de México, Centroamérica, entre otros. El discurso de Kennedy fue el resumen de la Guerra Fría: el mundo capitalista, sus aliados y la OTAN contra el bloque soviético y el Pacto de Varsovia. ¿La respuesta? Realizar un bloqueo naval a la isla tal como había sido discutido.
Dos días después, el 24 de octubre, Khrshchev respondió. Los soviéticos no aceptarían el señorío de Estados Unidos en los mares y tampoco sus exigencias de detener el envío de armas. Esto mientras en la trastienda el embajador soviético en Estados Unidos se reunía con Robert Kennedy y otros altos funcionarios para negociar. Incluso en la ONU representantes de los países discutían una salida diplomática al conflicto. En tanto, el Pentágono declaró estado de alerta máxima y las milicias entraron en disponibilidad inmediata para el paso previo a una guerra nuclear.
No obstante, en los momentos de mayor temor se atisbó el comienzo del desenlace. El viernes 26 de octubre Khrushchev hizo llegar a Kennedy la oferta soviética: la URSS retiraría los misiles a cambio de que los Estados Unidos no invadieran Cuba.
A pesar de todo, el 28 de octubre soviéticos y estadounidenses acordaron la paz de manera privada, sin firma de acuerdos ni foto oficial. En tanto, Kennedy y Kruschev anunciaron el retiro de los misiles de Cuba y Turquía.
Un día después y sin esperar respuesta de Kennedy, quien enfrentaba una oferta que no podía rechazar, el Premier soviético redobló la apuesta y sumó una nueva demanda a su carta. Los Estados Unidos también deberían retirar sus misiles Júpiter en Turquía y que apuntaban a la Unión Soviética. Para añadir más tensión, ese día llegó la noticia de que un avión espía estadounidense había sido derribado en Cuba.
A pesar de todo, el 28 de octubre soviéticos y estadounidenses acordaron la paz de manera privada, sin firma de acuerdos ni foto oficial. En tanto, Kennedy y Kruschev anunciaron el retiro de los misiles de Cuba y Turquía.
A la postre, los gobernantes que tuvieron que evitar un conflicto nuclear no lo tuvieron fácil. Kennedy fue asesinado en noviembre de 1963, a un año de evitar la guerra, mientras visitaba Dallas, Texas. En tanto, Kruschev fue removido de la primera magistratura de la Unión Soviética en octubre de 1964, a dos años de la Crisis de los Misiles, retirándose a su jubilación en un apartamento en Moscú.
La crisis de los misiles en películas, documentales y libros
La mirada estadounidense-occidental está plagada de representaciones cinematográficas -documental y ficción- libros y otros productos culturales que refieren a esos días de octubre y noviembre en los que el mundo pareció estar más cerca que nunca del conflicto nuclear. La mayoría de ellos ensalzando la figura de John F. Kennedy, cuyo servicio de inteligencia y espionaje consiguió advertir las instalaciones nucleares en la isla y el desplazamiento de los navíos rusos en la llamada Operación Anádyr, clave con que los soviéticos denominaron la internación en Cuba de más de 40 ojivas nucleares, misiles, aviones caza, bombarderos, plataformas de lanzamiento e incluso operadores.
Disponible en distintas plataformas de internet, se encuentran documentales como Roots of the Cuban Missile Crisis (2001) [Las raíces de la crisis de los misiles cubanos] dirigido por Alita Holly, en el que se describe principalmente el punto de vista norteamericano, con un amplio corpus de imágenes de prensa en las que Kennedy y otros políticos y expertos estadounidenses figuran como protagonistas que comentan los orígenes del conflicto.
La mirada estadounidense no solo se encuentra en películas, sino que también en videojuegos. En Call of Duty: Black Ops, la primera misión del jugador es la “Operación 40”, en la que los protagonistas se encuentran en la invasión estadounidense de la Bahía de Cochinos, en Cuba, con la misión de acabar con Fidel Castro.
Cabe mencionar que esta película documental fue accesoria a la que probablemente es la película de ficción más taquillera respecto de la crisis de los misiles: Thirteen days (2000) [Trece días], dirigida por Roger Donaldson y protagonizada por Kevin Costner. Se trata de un thriller político que aborda la perspectiva norteamericana de la crisis, la que se centra principalmente en el curso de las negociaciones entre personeros de Estados Unidos y Moscú, lo que termina con un acuerdo que evitó la guerra nuclear.
Algunas publicaciones académicas ensalzan esta película como una buena muestra a la hora de exhibir el trabajo de los asesores de quienes tiene el poder de tomar grandes decisiones, y de cómo negociar en contextos críticos.
Otros documentales con una mirada occidental es la serie 20th Century History de la BBC, producción de 1986 con fines educativos, cuya duodécima entrega se refiere exclusivamente a la crisis de los misiles en Cuba. También está a disposición del público el documental de History Channel denominado October fury, que guarda características similares pero de más reciente factura y con mucha más documentación y testimonios rusos.
La mayoría de estas miradas tienden a posicionar a Kennedy y los Estados Unidos como víctimas de las malignas intenciones de los soviéticos, y además, grandes vencedores del conflicto, considerando que efectivamente la Unión Soviética tuvo que retirar los misiles de Cuba.
Sin embargo, lo cierto es que los soviéticos consiguieron un importante objetivo: que Estados Unidos retirara los misiles balísticos de alcance intermedio Júpiter, emplazados en el sur de Italia, y principalmente en Turquía, país de la Otan que comparte frontera con Rusia, y desde donde se podían alcanzar objetivos como Moscú y San Petersburgo.
Libros sobre la crisis de los misiles hay bastantes. Uno de los más famosos es La esencia de la decisión (1962) del politólogo de la Universidad de Harvard, Graham Allison.
La mirada estadounidense sobre Cuba no solo se encuentra en películas, sino que también en videojuegos. En Call of Duty: Black Ops, la primera misión del jugador es la “Operación 40”, en la que los protagonistas se encuentran en la invasión estadounidense de la Bahía de Cochinos, en Cuba, con la misión de acabar con Fidel Castro.
Dicha invasión fue uno de los antecedentes principales de la crisis de los misiles, considerando que ocurrió en 1961, y fue una ofensiva contrarrevolucionaria de un grupo de cubanos exiliados en Estados Unidos, que con apoyo del gobierno de Kennedy, intentó acabar con el -en ese entonces- recién nacido régimen cominista cubano. El triunfo de Fidel y la revolución cubana en Cochinos inspiraría a Silvio Rodríguez para componer su famosa canción Playa Girón.
Sobre este combate, hay dos libros con puntos de vista diametralmente diferentes. Bahía de Cochinos: La historia de la invasión cubana (1995) de Luis González Lalondry, periodista, ex militar y brigadista que combatió en Bahía de Cochinos por el bando contrarrevolucionario. Por otro lado, está el libro Playa Girón: Bahía de Cochinos 1961, primera derrota militar de Washington en América (2001), de José Ramón Fernández Álvarez, quien comandó las tropas de Castro que rechazaron a los invasores.
Libros sobre la crisis de los misiles hay bastantes. Uno de los más famosos es La esencia de la decisión (1962) del politólogo de la Universidad de Harvard, Graham Allison, libro que marcó un hito en el análisis de las políticas internacionales, pues incluyó elementos de la economía -como la teoría de juegos- para analizar el comportamiento de ambas potencias y de cómo los gobernantes se comportan en orden a maximizar sus utilidades.
Otro libro que goza de reputación es el del historiador ucraniano Serhii Plohky, denominado Locura nuclear: Una historia de la crisis de los misiles en Cuba, debido a que se trata de un historiador experto en Rusia, el cual aportó nuevos antecedentes sobre las indecisiones de Washington y Moscú, errores de la inteligencia americana, además de la caída de Kruschev posterior a la crisis. The Wall street Journal califcó este libro como “uno de los libros más importantes jamás escritos sobre la crisis de los misiles y las relaciones internacionales del siglo XX"
Por otro lado, una visión que eventualmente discute visiones occidentalmente hegemónicas, podría consultarse en La crisis de octubre: detrás de la narrativa dominante, del arqueólogo sueco Hakan Karlsson, quien realiza un trabajo antropológico y arqueológico al consultar en los territorios en los que estuvieron emplazadas las bases nucleares cubanas, recogiendo testimonios de pobladores que experimentaron esos sucesos en primera persona.
Para conocer la postura no-estadounidense respecto al conflicto, hay algunos documentales cubanos, como Crisis de octubre (2007), Operación Anádyr (2022), recientemente estrenada por la televisión cubana y también paneles televisivos.
Con todo, las producciones occidentales tienen múltiples miradas, algunas de ellas bastante críticas de la política estadounidense. No se puede olvidar la película de Stanley Kubrick Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, comedia que versa -entre otras cosas- sobre lo irónico de la existencia ahora que un botón es suficiente para acabar con el mundo. El temor a la destrucción instantánea, de hecho se encuentra en varias otras producciones fílmicas, musicales o literarias; lo que ha sido estudiado ampliamente.
En el propio Estados Unidos, hay algunas producciones que buscan plasmar una mirada no-norteamericana. Es el caso de los documentales Comandante (2003), continuado por Looking for Fidel (2004) del cineasta Oliver Stone, quien se reunió con Fidel Castro en Cuba para la realización de estas piezas que buscan perfilar acuciosamente la vida y el carácter de Castro. Estas películas le valieron censura a Stone por parte de los sectores más derechistas de Estados unidos.
En la producción, Fidel reconoce la tensionada relación que tuvo con la Unión Soviética, y señala que los momentos de mayor vínculo fueron precisamente con Kruschev, considerando que el líder ruso de los sesentas se comprometió con Fidel sobre impedir una invasión estadounidense en la isla.
Para conocer la postura no-estadounidense respecto al conflicto, hay algunos documentales cubanos, como Crisis de octubre (2007), Operación Anádyr (2022), recientemente estrenada por la televisión cubana y también algunos paneles paneles televisivos. La mirada cubana, según lo que declaran algunos historiadores y expertos, suele enfocarse en la valentía de un pueblo que no se doblegó aún cuando tenían el conflicto nuclear en las narices, y en la sensación de que fueron traicionados por la Unión Soviética.
Esto debido a que los rusos consiguieron su objetivo de negociar exitosamente el retiro de los misiles nucleares de Turquía e Italia, a expensas del enorme riesgo que atravesó la isla a miles de kilómetros del territorio soviético.
En internet además puede consultarse un documental de RT (Russia Today), llamado Crisis de los misiles: Peligro desactivado en el que se pone énfasis en la necesidad que tenían los cubanos de defender su revolución a escasos años de haber vencido a Batista y a los estadounidenses. En esta lectura, el régimen de Fidel necesitaba acercarse a Kruschev, convirtiéndose en la avanzada de la Unión Soviética para poder protegerse de los Estados Unidos.
En este documental, historiadores y veteranos rusos ensalzan el haber conseguido el desmantelamiento de los misiles nucleares de Turquía, y culmina con la visita a Moscú de Fidel Castro, quien se encontraba molesto por la negociación entre Moscú y Washington que pasó por alto cualquier voluntad cubana. En esa visita, Kruschev aseguró a Castro que las negociaciones involucraban que no sería permitida una invasión estadounidense a Cuba.
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Noviembre o septiembre del 62
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