Este artículo es parte del newsletter exclusivo La Semana del pasado sábado 15 de octubre de 2022, y ahora se comparte para todos los lectores.
En las semanas de mi ausencia pasaron varias cosas importantes en la guerra entre Rusia y Ucrania. Probablemente la más estruendosa es el escalamiento de la retórica nuclear, en instancias en que Rusia subió su apuesta militar para enfrentar la contraofensiva ucraniana, lo que incluye una movilización parcial de 300.0000 efectivos para enfrentar una nueva etapa bélica de iniciativa rusa, la que probablemente empezará en el invierno europeo.
La carta nuclear fue mostrada por el presidente Vladimir Putin para dar relevancia política a la anexión de cuatro oblast ucranianos a la Federación Rusa; Jersón, Zaporiyia, Lugansk y Donetsk mediante referendums considerados ilegales por el grueso de la comunidad internacional (aunque China, India y varios países africanos,entre otros, se abstuvieron de considerarlo así en la reciente resolución de la ONU). Esto, porque a partir de fines de septiembre, cuando se integraron estos oblast, Rusia los considera como parte integral de su territorio, con lo que los ataques contra estos son considerados -aunque sea unilateralmente- como un ataque al país, lo que implica trazar una línea roja más cerca de la OTAN.
En Occidente, la retórica nuclear ha corrido bajo el siguiente argumento; Ucrania ha logrado resonantes logros militares en su contraofensiva, habiendo recuperando 6.000 kilómetros cuadrados en el frente de Jarkóv, incluidas las ciudades de Izium y Lysan, y unos 400 kilómetros en Jersón, logrando amenazar directamente la capital homónima del oblast, lo que tendría acorralado a Putin, quien habría debido recurrir a la impopular medida de la movilización y que -con tal de no perder en una guerra convencional- sería capaz de usar bombas nucleares tácticas en territorio ucraniano.
La carta nuclear fue mostrada por el presidente Vladimir Putin para dar relevancia política a la anexión de cuatro oblast ucranianos a la Federación Rusa; Jersón, Zaporiyia, Lugansk y Donetsk mediante referendums considerados ilegales por el grueso de la comunidad internaciona.
De momento, la retórica nuclear es solo retórica.
Las agencias occientales de inteligencia han dicho que no ven ahora señales en Rusia de que se esté preparando el arsenal nuclear, aunque reconocen que hay señales objetivas de escalamiento del conflicto, lo que siempre alimenta la posibilidad de que las cosas se salgan de control y alimenten espirales conducentes a una crisis nuclear. Por otro lado, los avances ucranianos en el territorio han dado credibilidad a la posibilidad de una derrota rusa, lo que ha creado condiciones para que no se detenga el ingente flujo de recursos y armamento occidentales a Kíev, lo que asegura la prolongación del conflicto convencional.
Los rusos reconocen el riesgo del actual escalamiento, pero han señalado que las armas nucleares no están en la mesa, pues no son necesarias, ya que confían en que la movilización de 300.000 efectivos, y los efectos económicos, sociales y políticos de un invierno con carestía energética en Europa y Ucrania, son suficientes para inclinar la guerra en su favor. Apoya esta perspeciva el hecho de que la economía rusa ha tenido un desempeño por encima del esperado, y la crisis energética en Europa está causando estragos en materia de inflación y crecimiento económico.
Todos estos elementos proyectan que los sucesos más importantes de la guerra en el futuro están a meses de distancia, a menos que Ucrania logre pronto avances espectaculares en el teatro de operaciones.
De momento, la situación militar inmediata está determinada por el ataque al estratégico puente del estrecho de Kerch, que une Rusia con Crimea, oblast ucraniano anexado en 2014 a la Federación Rusa. Según los rusos, el ataque se produjo haciendo volar un camión proveniente de Bulgaria lleno de explosivos que cruzaba el puente. Mientras, los ucranianos dicen que fue un ataque de drones marinos, e insinúan que pudo ser un acto de sabotaje de rusos que buscan desestabilizar a Putin.
Las represalias rusas se tomaron a 48 horas del ataque, lanzando un centenar de misiles a infraestructura eléctrica de Ucrania, lo que busca hacer más difícil el invierno para Volodímir Zelenski, el presidente ucraniano.
Algunos artículos relevantes usados para escribir este reporte y otros que abordan otros aspectos relevantes de guerra que no fueron mencionados:
- Soy especialista en la crisis de los misiles en Cuba. Y ahora veo otra amenaza nuclear con Putin, un ensayo de Michael Dobbs para The New York Times, en el que se analiza la experiencia histórica y el peso de los imponderables.
- Zelenski insta a la OTAN a lanzar un "ataque preventivo" contra Rusia, en RT. El artículo de la televisión rusa da cuenta de tal vez la declaración más altisonante en torno a la retórica nuclear. Corre por cuenta del presidente ucraniano: "¿Qué debe hacer la OTAN? Eliminar la posibilidad de que Rusia utilice armas nucleares. Pero lo importante, vuelvo a hacer un llamamiento a la comunidad internacional, como antes del 24 de febrero: Ataques preventivos, para que ellos [los rusos] sepan lo que les pasará si las utilizan. Y no al revés", dijo durante una conferencia en el Instituto Lowy de Australia. De todos modos, luego Zelenski se desdijo y señaló que los ataques preventivos a los que se refería no eran nucleares.
- ¿Utilizará Rusia armas nucleares? Expertos analizan las advertencias de Putin, en la Deutshe Welle.
- Rusia anuncia la evacuación de Kherson, lo que genera temores de que la ciudad pase a la primera línea, de Daniel Boffey, para The Guardian
- Los ataques aéreos de Rusia intentan mostrar fuerza, pero revelan una nueva debilidad, de Robyn Dixon para The Washington Post. En el artículo se argumenta que los misiles rusos caracen de precisión, lo que mostraría que no tienen a su disposición el mejor material. De todos modos los rusos dicen que en la represalia golpearon 22 e 29 blancos del sistema eléctrico ucraniano.
- Se acerca el invierno a Ucrania y una batalla de resistencia, por Karoun Demiirjan para The Washington Post.
- En Kíev las elecciones de medio término de Estados Unidos y la necesidad de ayuda ensombrecen los avances en el campo de batalla, por Missy Ran y Serhiy Morgunov, para The Washington Post.
- Dentro del esfuerzo francés para contrarrestar a Rusia en África, de David Lawner, para Axios. Para entender por qué Rusia no está tan aislada como parece.
- Putin ofrece una rueda de prensa en Kazajistán, en Sputnik, donde el mandatario ruso responde a varias inquietudes respecto de los últimos sucesos de la guerra,
- Mientras Europa cae en recesión, Rusia sale de ella, en The Economist.
- Putin ofrece a Erdogan que Turquía sea distribuidor de gas ruso a Occidente, por Lluís M. Hurtado, para El Mundo,
- Estados Unidos cree que los ucranianos estuvieron detrás de un asesinato en Rusia, de Julian E. Barnes, Adam Goldman, Adam Entous y Michael Schwirtz, para The New York Times. Se trata de un artículo curioso, pues las fuentes de inteligencia estadounidenses revelan información compleja para Ucrania, dándole la razón a la inteligencia rusa que acusó a Ucrania del asesinato con un coche bomba en las cercanías de Moscú de Daria Dugina en agosto, la hija del filósofo Aleksandr Dugin, quien sostiene posturas ultra nacionalistas que han justificado y alentado la guerra.
- Todo lo que tienes que saber acerca de la fuga de gas de Nord Stream y por qué Europa sospecha de un 'gran sabotaje'. por Sam Meredith, para CNBC.
Comentarios
Excelente. Cuán lejos parece
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