Iniciando octubre de este año era difícil imaginar una peor situación para la derecha política de Chile: enfrentarían una difícil elección presidencial, una no menos compleja elección parlamentaria, con el Congreso discutiendo un tema que los complica: el Cuarto Retiro del 10% de los fondos de las AFP, viniendo además de una derrota estrepitosa en la elecciones constituyentes, en las que no alcanzaron el tercio para tener poder de veto.
Pero -lo dice la ley de Murphy- las cosas siempre pueden estar peor, y en un lapso de dos semanas sucedieron dos grandes hechos que transformaron el panorama en una pesadilla para el sector.
El primero vino desde fuera; los Pandora Papers golpearon a Sebastián Piñera al conocerse que su actuar en la compraventa de Minera Dominga durante su primer mandato tiene todos los elementos para configurar los delitos de cohecho y soborno, además de otros de carácter tributario, afectando la naturaleza del lugar.
Sin haber podido Piñera articular una defensa política razonable -el argumento de la cosa juzgada no cambia la evidencia de que la familia de Piñera se benefició por su decisión de no decretar reserva natural la zona de Dominga- la oposición llevó por segunda vez al mandatario a juicio político (antes fue por violaciones a los derechos humanos) en un escenario que ofrece muchas más probabilidades de que termine en su destitución. Además, el Ministerio Público decidió reabrir el caso, lo que alimenta la credibilidad del libelo acusatorio que fue despachado esta semana en la Cámara.
Como si eso no bastara, el segundo gran hecho es el desmoronamiento de la campaña del presidenciable de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel.
Esta semana el candidato oficialista fue increpado por Yasna Provoste (DC) en el pasado debate por haber realizado lobby para una compañía de gas, en medio de fuertes alzas de los cilindros y sospechas de colusión de los grandes jugadores de esa industria. Sichel lo desmintió, sin mostrar seguridad, y ayer Radio Bío Bío informó que su campaña recibió más de $16 millones de ejecutivos de Gasco, Abastible y Lipigas, las tres grandes compañías de ese mercado.
Para mayor remate, Chilevisión informó entremedio que Sichel recibió aportes de empresas pesqueras para su campaña a diputado de 2009 por $30 millones, a través de mecanismos de boletas ideológicamente falsas de sus cercanos. Sichel trató de salir disparando a la DC, partido al que pertenecía cuando recibió las platas de las pesqueras, pero no pudo desmentir los hechos ni es verosímil que no lo supiera, ya que había sido jefe de gabinete del ministro de Economía, Hugo Lavados DC, bajo cuya cartera depende la Subsecretaría de Pesca.
Ya las semanas anteriores Sichel venía herido de gravedad, pues había sido descubierto por haber realizado personalmente el primer retiro de los fondos de AFP, pese a haberse erigido como el paladín contra un nuevo retiro. Además, se reveló que fue lobbista para Dicom, AFP Cuprum y Autopista Central, y probablemente SalcoBrand, y su gerente de campaña, Jaime Briceño, está siendo investigado por corrupción por el arreglo de licitaciones de programas de capacitación, aspectos que fueron informados por INTERFERENCIA.
Las esquirlas de esta verdadera batería de golpes sufridos por el candidato de derecha se han dejado sentir en el entorno de Sichel. En horas de la noche de ayer, renunció al equipo de campaña Isabel Plá, quien se había integrado apenas a fines de septiembre al comando de Sichel como eslabón entre el candidato y la UDI.
Por otra parte, el diputado Francisco Undurraga también se había integrado al comando de Sichel a fines de septiembre en representación de Evópoli. Sin embargo, el diputado ha brillado por su ausencia en el manejo de crisis que ha debido gestionar Sichel debido a su delicado momento, y no pocos rumores se sienten en el entorno del conglomerado derechista de que también se estaría distanciando del comando de Sebastián Sichel
Ambos elementos -la caída de Piñera y la caída de Sichel- coinciden en el tiempo y toman la forma de una tormenta perfecta en la derecha, la cual ve como misión imposible defender a su presidente sin mostrarse como parte de su corrupción. Y por otro lado, también parece cada vez más imposible apuntalar a su candidato -el cual parece tener los mismos vicios de Piñera- y a la vez conseguir buenos resultados en las elecciones parlamentarias considerando el colapso sufrido en las elecciones constituyentes.
De esta forma no son pocos los comentarios en el sector que sostienen la hipótesis de que la derecha vivirá una nueva e histórica derrota en la presidencial y las parlamentarias.
Dicho de otro modo, las condiciones para un ‘sálvese quién pueda’ en el sector están más que dadas, lo que podría implicar una desbandada de militantes que puede terminar con Piñera depuesto, Sichel abandonado, y varios otros colgados de la candidatura de José Antonio Kast.
¿Es Kast la salvación del sector?
En los pasillos de la derecha y los Whatsapp impera el diagnóstico de que la candidatura de Sebastián Sichel está muerta. Lo que no resulta tan claro es qué se hace con eso.
Algunos sostienen que están obligados a ir con Sichel, como el Cid Campeador, muerto arriba del caballo, y apuntalar la elección parlamentaria del mejor modo posible, pues el candidato no puede legalmente renunciar a su candidatura ni realizar un reemplazo.
No son pocos los comentarios en el sector que sostienen la hipótesis de que la derecha vivirá una nueva e histórica derrota en la presidencial y las parlamentarias.
Otros en cambio -en una postura que crece cada vez más- piensan que no les queda otra que bajar a Sichel de manera oficial (aunque siga en la papeleta) y empalmar sus campañas parlamentarias con Kast, quien pasaría a ser el candidato de la lista del oficialismo (RN, la UDI y Evópoli) y de Republicanos.
El punto de quiebre entre una postura y otra es que hasta ahora se considera que la candidatura de Kast no es competitiva en segunda vuelta, y que arrojarse a ella implica un riesgo mayor al identificarse con posturas extremas, al estilo de Jair Bolsonaro en Brasil o Donald Trump en Estados Unidos, lo que agregaría inestabilidad al ya inestable cuadro chileno.
Pero comienza a haber quienes piensan que Kast sí puede crecer y canalizar el fuerte anti-izquierdismo social, por lo que todos están atentos a las encuestas, públicas y privadas. Este grupo estaría siendo engrosado, además, por grandes empresarios.
Como señal, se esperaba que ayer desembarcaran los partidos en el comando de Sichel, y se especulaba que irían nombres de peso a tomar el control. Nada de eso sucedió al cierre de esta edición, por lo que el candidato irá al debate de hoy de la Archi (si es que va) sin generalísimo ni gerente, pues Cristóbal Acevedo Ferrer y Jaime Briceño, renunciaron tras los escándalos.
Fuentes de Renovación Nacional señalaron a nuestro medio que existe un efectivo distanciamiento con el candidato debido a las malas relaciones que éste ha sostenido con los partidos, pero que están lejos de dejarlo caer, de manera que no ven una alternativa ni en Kast (a la derecha), ni en Provoste (a la izquierda).
Lo anterior no quita que el escenario enfrentado por la derecha sea tan complejo que de igual manera surgieran apoyos importantes de militantes RN para José Antonio Kast. Se trata de los parlamentarios RN Leonidas Romero, Miguel Mellado y Camila Flores, quienes han mostrado abiertamente su preferencia por el candidato del Partido Republicano por sobre Sichel.
Así las cosas, todo indica que el panorama dista mucho de ser uniforme en Renovación Nacional, de manera que si el número de descolgados aumenta en el partido -para apoyar a José Antonio Kast- estaríamos a las puertas del desbande.
El fracaso en la Convención
El presidente y el presidenciable del sector en el suelo. Se trata probablemente de las dos instituciones más grandes por las que puede competir un conglomerado del tamaño e importancia que detenta la histórica alianza entre la UDI y RN: el sillón presidencial mancillado por Piñera, y la posibilidad del conglomerado de conseguir una buena cantidad de sillas en el Congreso, lo cual se basaba en las esperanzas de una buena campaña de Sichel.
Al Congreso y La Moneda, se sumó durante este año una tercera institución de gran relevancia política. Una nueva y fundacional del Chile que surgirá como comunidad política para las próximas décadas. Se trata de la Convención Constitucional, la que tiene en sus manos la gran responsabilidad de redactar la carta magna que sustituirá a la Constitución del dictador Augusto Pinochet y eventualmente modifique el modelo político y económico imperante.
Hace unos días -tal como informó INTERFERENCIA- el conglomerado de Vamos Chile (nombre que utiliza en la Convención la alianza de partidos de derecha: UDI, RN y Evópoli) fracasó en conseguir 39 patrocinios de convencionales para realizar un reclamo ante la Corte Suprema por la norma que permite realizar plebiscitos dirimentes para aquellas mociones que no consigan los ⅔ de aprobación pero si los ⅗ en el pleno.
Se trata de un episodio que refuerza la enorme minoría en la que se encuentra el sector también en la Convención, para la cual el conglomerado consiguió tan solo 37 escaños de 155. Un poco más del 20% del órgano encargado de redactar la nueva carta magna, en lo que fue el resultado de una histórica derrota electoral de la derecha en mayo pasado.
El requisito de las 39 firmas implicó que la derecha tenía que convencer a tan solo dos convencionales que no fueran del sector para poder impugnar los plebiscitos dirimentes
Ante tal fracaso, Marcela Cubillos (UDI) -parte del ala más dura de la derecha en la Convención- no tuvo otra que descargarse por twitter, señalando que el Partido Comunista negociaría la aprobación de las futuras normas constitucionales con “plebiscito intermedio arriba de la mesa”, y que el Frente Amplio, en su afán de tener una Constitución propia seguirá el juego del PC.
Lo cierto es que la derecha no ha sabido tener la pericia, tampoco en la Convención, para conseguir ampliar por poco que sea su insignificante influencia, lo cual deja al conglomerado en una histórica situación de crisis: sin Presidente, sin presidenciable, y también sin Constitución.
Comentarios
Hoy, la derecha no está en el
La derecha chilena está
Saludos interferencia por ser
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