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Viernes, 18 de Julio de 2025
[Análisis internacional]

¿Estancamiento o derrota? Lo que viene después del fracaso de la contraofensiva de Zelenski

Andrés Almeida

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Líneas de defensa rusas, una de las explicaciones del logro militar ruso en contener la contraofensiva ucraniana. Foto: DD Geopolitcs de Telegram
Líneas de defensa rusas, una de las explicaciones del logro militar ruso en contener la contraofensiva ucraniana. Foto: DD Geopolitcs de Telegram

La guerra se prepara para entrar en su tercer año a partir de febrero de 2024, condicionada por la incapacidad militar ucraniana de capturar territorios significativos con armas y soporte occidental. Mientras Estados Unidos se prepara políticamente para una 'guerra larga', Rusia verá si es capaz de abrochar una victoria definitiva.

Este artículo es parte del newsletter exclusivo La Semana del pasado viernes 08 de diciembre de 2023, y ahora se comparte para todos los lectores.

Después de varias semanas en las que Ucrania no acaparaba la atención mundial -en gran medida dada la emergencia del conflicto palestino-israelí-, vuelven los grandes titulares de la prensa mundial a ocuparse del país y la guerra que sostiene contra Rusia. Pero, esta vez -en el caso de la prensa occidental- con un cambio de tono, asumiendo un hecho que sucedió hace meses: el rotundo fracaso de la contraofensiva ucraniana de 2023.

Pese a que el gobierno de Volodimir Zelenski recibió casi todo el material de guerra que pidió y contó con todo el soporte técnico-militar, además de un respaldo político sin fracturas, por parte de la OTAN, el Ejército ucraniano no pudo 'darse unas vacaciones en Crimea', como habían pronosticado los más optimistas; esto es, sacar a los rusos de todo el territorio ucraniano en disputa, y volver a las fronteras de 1991 durante el verano europeo de este año.  

No estuvieron ni cerca.

Al final las fuerzas ucranianas, en una guerra de atrición y con grandes pérdidas, consiguieron apenas tomar el pueblo de Rabotino, en Zaporiyia, rumbo a Melitopol, desde donde -en caso de haber tomado la ciudad- habrían podido cortar el 'puente terrestre' ruso entre Crimea y el Donbás. Algo que habría sido el mínimo objetivo militar como para haber considerado la contraofensiva parcialmente exitosa. Pero, ni siquiera llegaron a la ciudad intermedia de Tokmak.

También los militares ucranianos lograron cruzar el Dniéper en Jersón y establecer una cabeza de playa en la ribera izquierda del río, pero sin que eso represente un riesgo mayor para los defensores rusos de esa parte del frente, como podría ser cortar el agua dulce que fluye hacia Crimea.

Las fuerzas ucranianas, en una guerra de atrición y con grandes pérdidas, consiguieron apenas tomar el pueblo de Rabotino, en Zaporiyia, rumbo a Melitopol, desde donde -en caso de haber tomado la ciudad- habrían podido cortar el 'puente terrestre' ruso entre Crimea y el Donbás. Algo que habría sido el mínimo objetivo militar como para haber considerado la contraofensiva parcialmente exitosa. Pero, ni siquiera llegaron a la ciudad intermedia de Tokmak.

Por el contrario, los rusos también realizaron avances en ese período, en especial en la dirección de Bajmut y Avdíivka, en el Donbás, donde, si bien no hay 'grandes flechas' de avance en el mapa, sí ha habido intensos combates que han desgastado a ambos ejércitos. Pero, en este escenario, al parecer, los rusos salen gananciosos, pues en estos momentos Ucrania está teniendo severos problemas de reclutamiento de tropa y provisión de municiones, lo que ha implicado el envío de mujeres y hombres mayores al frente, mientras que Rusia logró incrementar en 300.000 soldados su fuerza militar y no da señales de tener quiebres de stock de municiones ni pertrechos.

Bajo estas circunstancias, semanas atrás el comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, Valery Zaluzhny, declaró que habían llegado a un "punto muerto" en el frente, es decir al estancamiento, lo que desató la ira de Zelenski, quien entonces todavía intentaba hacer una cuadratura del círculo para evitar reconocer que la contraofensiva había fracasado.

Con esto, además, se inició un intenso momento político en Ucrania, en donde aparecieron divisiones públicas entre el presidente y el general, en un marco en que están en el calendario las elecciones presidenciales de 2024, aunque lo más probable es que Zelenski las postergue. En este episodio hay varios antecedentes que ofrecen claves para entender el momento político ucraniano, pero tal vez las más ilustrativas son la muerte o asesinato del asesor de Zaluzhny, mayor Hennadii Chastiakov, por la explosión de una granada en su casa, y el envenenamiento de Marianna Budanova, la esposa del jefe de los servicios secretos ucranianos, Kirilo Budanov.

Esta situación ha llevado a los analistas rusos y pro-rusos a pronosticar un pronto quiebre de las líneas de mando, con la salida pacífica o violenta de Zelenski del poder, y el control del país por parte de los militares. Esto, en medio de grandes recriminaciones mutuas entre los altos personeros ucranianos y occidentales, que se reprochan decisiones estratégicas fallidas.

Esta situación ha llevado a los analistas rusos y pro-rusos a pronosticar un pronto quiebre de las líneas de mando, con la salida pacífica o violenta de Zelenski del poder, y el control del país por parte de los militares. Esto, en medio de grandes recriminaciones mutuas entre los altos personeros ucranianos y occidentales, que se reprochan decisiones estratégicas fallidas.

A juzgar por las fuentes rusas, el blanco principal es Zelenski, a quien militares ucranianos y estadounidenses acusan de haber gastado inútilmente tiempo y recursos defendiendo Bajmut, y de haber planteado operativos militares cuyos propósitos servían más a la propaganda política que a la táctica militar, lo que habría causado grandes bajas. Otras de las críticas importantes vienen de fuera de Ucrania, y apuntan a que los mandos del país equivocaron la estrategia militar al plantear múltiples focos de contraofrensiva a lo largo de todo el frente, en vez de concentrarse e ir con todo por la línea entre Rabotino, Tokmak y Melitopol.

Sea cierto o no que se cierne un gran riesgo sobre Zelenski (se dijo lo mismo sobre Vladimir Putin, con la rebelión de Yevgeni Prigozhin, y no pasó a mayores), esta semana se volvió inescondible el fracaso. Esto, porque el calendario inexorablemente iba a marcar el día en que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, debía pedir al Congreso US $100.000 millones para sostener el esfuerzo de guerra de Ucrania e Israel, con los republicanos ansiosos de propinar una derrota política a la administración demócrata, en un clima en que la guerra en Ucrania no solo cansó y fue reemplazada en interés por lo que pasa en la Franja de Gaza, donde la opinión pública estadounidense está más dividida, sino que ya empieza también a instalarse el sentido común de que Rusia no va salir derrotada militarmente.

Eso último, algo que -a mi juicio- era bastante claro incluso en los momentos de mayores retrocesos militares rusos, pues, medio en broma y medio en serio, según le decía a mis amigos, "pensar que Rusia es mala para la guerra, es decir, el desastre militar que plantea Occidente, es como pensar que Brasil es malo para el fútbol, por mucho que haya recibido recientemente alguna derrota".

Más allá de que es probable que finalmente llegue el dinero a Kíev y la negativa republicana solo haya servido para conseguir reforzar la frontera con México, la duda que cabe es si es cierto lo que están planteando los mandos militares estadounidenses; hay que prepararse para una guerra larga. Es decir, hacer realidad el "estancamiento" del que hablaba Zaluzhny. O, por el contrario, la política europea y ucraniana (y tal vez estadounidense, si gana Donald Trump), girará hacia la búsqueda de una solución diplomática del conflicto, en la que -dadas las cosas en el frente hoy- Rusia dicte los principales términos. O, que pase lo que plantea la derecha rusa; que la guerra continue hasta el desmoronamiento completo de las fuerzas ucranianas hasta la rendición incondicional.  

La duda que cabe es si es cierto lo que están planteando los mandos militares estadounidenses; hay que prepararse para una guerra larga. O, por el contrario, la política europea y ucraniana (y tal vez estadounidense, si gana Donald Trump), girará hacia la búsqueda de una solución diplomática, en la que -dadas las cosas en el frente hoy-  Rusia dicte los principales términos. O, que pase lo que plantea la derecha rusa; que la guerra continue hasta el desmoronamiento completo de las fuerzas ucranianas hasta la rendición incondicional. 

En el caso de Europa -que ha sufrido con mayor fuerza que Estados Unidos el embargo a los bienes rusos y las consecuencias de la migración masiva de ucranianos- poco a poco Ucrania empieza a cansar. No es solo porque cada vez más Víktor Órban, el primer ministro húngaro, es más desenfadadamente pro-ruso, sino porque ha habido cambi0s en los gobiernos de Eslovaquia y Holanda, en las que los nuevos líderes son más escépticos de Ucrania. Incluso en Alemania, empieza a crecer Sahra Wagenknecht, una líder de izquierda contraria a entregar armas a Ucrania. 

La pregunta es si los europeos sienten todavía el mismo miedo a que Putin no pare, y que después de Ucrania siga con Moldavia, Georgia y los países bálticos, tal como argumentó el gobierno estadounidense ante el Congreso para pedir plata para Ucrania.  

Es difícil tener un pálpito de los temores de los estadounidenses y los europeos, desde Sudamérica, pero me parece que Putin ha sido hábil conjurando esos miedos, pues ha logrado no solo romper el supuesto aislamiento de Rusia en la comunidad internacional, sino que -por medio de los BRICS y dada su política hacia Asia Central y África- se ha mostrado como un líder relevante y respetado, al menos en el Sur Global. 

Tal vez me equivoque, pero ese tono 'anti-imperialista, para el cual se vale sin remilgos del imaginario de la Unión Soviética, proyecte la idea de que Putin no está planteando la restauración del Imperio Ruso, como dicen los occidentales. Por el contrario, lo que estaría haciendo el presidente ruso es responder al desafío de evitar el colapso de Rusia en forma de su desmembramiento en varias repúblicas pequeñas y débiles, una idea poderosa en la política rusa, que se basa en el temor a repetir la para ellos infame década de los 90, determinada por el derrumbe de la Unión Soviética y la pérdida del poder regional de Rusia. 

 

Algunos artículos que sirvieron para la elaboración de este newsletter:

- Errores de cálculo y divisiones  marcaron la planificación ofensiva de Estados Unidos y Ucrania. de The Washington Post.

- Zelenski enfrenta un dilema de recursos humanos en su estancada ofensiva, por Volodymyr Verbianyi y Dayna Krasnolutska, en Bloomberg.

- Rusia está preparada para aprovechar las divisiones políticas en Ucrania, de The Economist.

- Una estrategia de contención para Ucrania, de Liana Fix y Michael Kimmage en Foreign Affairs.

- El estilo ruso de guerrear, de Bob Seely en Foreign Affairs.

- ¿Ya perdió Kiev? de Sascha Lenartz en Die Welt.

- Mientras fracasa su contraofensiva, Ucrania lucha contra sí misma, Rusia y el cambio de atención mundial, de Yuliya Talmazana y Daruna Mayer en NBC News.

- Ucrania está en problemas porque se está quedando 'corta de tropas' y 'las perspectivas de éxito parecen escasas', de Isabelle Durso en Express.

- Quiebre Zelenski, Zaluzhny ¿realidad o ficción?, de Maryna Shashkova, en Kyiv Post.

- Zelenski se comunica con algunos comandantes sin pasar por Zaluzhni, dicen fuentes de Ukrayinska Pravda, de Alena Mazurenko, en Ukrayinska Pravda

- Explicacado: El envenenamiento de Marianna Budanova y la extraña teoría de los medios rusos, de Kyiv Post.

- ¿Quién proveyó del veneno con que se atacó a la 'primera dama' de la Agencia de Inteligencia de Ucrania? por Vasily Prozorom, de la red del canal ruso de Telegram The Islander.

- ¿Está Zelenski fuera? análisis del centro ruso Rybar, en el canal ruso SITREP de Telegram. 

- Scott Ritter: Zelenski está en una situación desesperada, ya que Ucrania no tendrá pausa operativa en el invierno, de Sputnik.



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Occidente hace mucho perdio su guerra proxy contra Rusia! Pero han mentido todo este tiempo, y hace poco todavia Biden decia que Rusia seria derrotada. PURAS MENTIRAS! Es increible lo que miente la prensa occidental! Tal como ahora siguen mintiendo con lo que pasa en Gaza, para cuidar al criminal sionista! El resto del mundo, el sur global, ya NO cree en los valores y moral occidental. Demasiadas mentiras y doble estandar!

El imperio norteamericano ya no tiene el poder de "atender" dos conflictos simultáneos, por lo que Ucrania está condenada a la derrota, más o menos digna, frente a una Rusia que va en alza y que se mueve bien en la diplomacia mundial, lo demuestra con el crecimiento de los BRICS y la fortaleza en el campo de combate. Es lamentable, pero desde el punto de vista humanitario, cuanto antes se rinda Ucrania, menor sufrimiento tendrá su pueblo.

"Occidente ha entregado todo lo que ha pedido Zelenski". Escuché que la derrota no va a ser de la OTAN sino de los ucranianos. Y que el discurso va a ser lo que dice el autor de este artículo: "Ucrania, a pesar de toda la ayuda recibida, no fue capaz." Sin embargo, dentro de ese todo, hay muchas armas de las cuales EE.UU. y Europa querían deshacerse. No precisamente porque fuera lo mejor. Además, frente a la capacidad de la industria militar de Rusia, es imposible que se le haya entregado al títere ucraniano todo lo que necesita o, al menos, lo que pedía. Otra cosa que me produce dudas: ¿si Zelenski es el presidente del país, no es acaso también comandante en jefe de sus FF.AA.?

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