Minotti Zagaglioni (32) no se pone nervioso cerca de las armas de fuego. Dice que es herencia de su familia italiana, quienes de pequeño lo acercaron al mundo de la caza deportiva, un pasatiempo que practica hasta el día de hoy. Con algo de orgullo cuenta que tiene su licencia de caza del SAG vigente. Una mezcla entre este relajo cerca de las escopetas y la certeza de que no estaba haciendo nada “malo” fue lo que lo llevó a no correr el día en que le dispararon.
Aquel 24 de octubre de 2019, el ingeniero en Conectividad y Redes se encontraba prestando asesorías para una empresa ubicada cerca de Plaza Italia, por ese entonces apodada Plaza Dignidad, epicentro de las masivas protestas del estallido social. Cerca de las 18:30 horas, Zagaglioni salió del trabajo y, producto de la paralización del transporte público a raíz de las manifestaciones, partió a pie a su casa en Conchalí. Sólo había que cruzar el puente Pio Nono.
“No pensé que me fuera a disparar, así que me quedé quieto esperando que pasara”, recuerda. Dos segundos después de ese razonamiento, cuando el funcionario de Fuerzas Especiales levantó su cañón y lo apuntó directamente a menos de 10 metros, Minotti Zagaglioni se dio cuenta de su error. Ya era tarde. Sangraba.
Vestía camisa, pantalones, zapatos y cargaba un maletín cuando la multitud de manifestantes que buscaba atravesar comenzó a correr por el puente en dirección a avenida Santa María. Dio media vuelta y vio a un sólo efectivo de Carabineros, alto y “maceteado”, según describe, quien avanzaba rápidamente con su escopeta al hombro hacia la masa. “No pensé que me fuera a disparar, así que me quedé quieto esperando que pasara”, recuerda. Dos segundos después de ese razonamiento, cuando el funcionario de Fuerzas Especiales levantó su cañón y lo apuntó directamente a menos de 10 metros, Minotti Zagaglioni se dio cuenta de su error. Ya era tarde. Sangraba.
Alcanzó a cubrirse la cara y voltearse hacia un costado, recibiendo el impacto de un perdigón en el tórax y otro en su pierna. Una cuadrilla de voluntarios del área de la salud en el lugar le prestó primeros auxilios, conteniendo el sagrado. Le dijeron que estaba bien, que ambos proyectiles habían rebotado y por tanto no necesitaba más cuidado que una correcta desinfección, pero se equivocaban. Un perdigón quedó alojado dentro de su pierna, el cual le generó un dolor tan intenso que al día siguiente no podía caminar. Fue operado en la Clínica Santa María, teniendo principios de infección en la herida.
Herida en la pierna de Zagaglioni, provocada por disparo de Carabineros

El calvario no terminó ahí. Una vez extraído el perdigón, Minotti relata que dos personas vestidas de civil llegaron a interrogarlo e intentar tomarlo detenido. “Si no era por el doctor, el enfermero y mi pareja, yo creo que me llevaban”, asegura, agregando que “eran muy prepotentes” y que en ningún minuto mostraron algún tipo de identificación. Luego se presentaron dos carabineros debidamente uniformados, quienes de forma protocolar le tomaron declaración a raíz de los hechos y se llevaron el perdigón que extrajeron de su pierna bajo custodia.
Zagaglioni perdió su trabajo como asesor, el cual desempeñaba a honorarios y, por tanto, no pudo sostener con una licencia médica. Al contar su historia a Interferencia, asegura que lo que siente al pensar en la agresión que sufrió no es miedo ni pena, sino rabia y frustración. ¿Lo que quiere? Que no se repita. Que la persona que le disparó a quemarropa, mientras estaba vestido de oficinista y con un maletín en la mano, no tenga la posibilidad de volver a hacerlo.
Al contar su historia a Interferencia, asegura que lo que siente al pensar en la agresión que sufrió no es miedo ni pena, sino rabia y frustración. ¿Lo que quiere? Que no se repita.
Dos años después, en 2021, el Instituto Nacional de Derechos Humanos presentó una querella por estos hechos. Este año, el Ministerio Público formalizó al que asegura fue el responsable: el ex carabinero Claudio Crespo, el mismo funcionario que en 2018 disparó a menos de 5 metros a la cara de un manifestante, el mismo Fuerza Especial que el 8 de noviembre de 2019, según la propia fiscalía, habría cegado al estudiante Gustavo Gatica de un escopetazo.
Las pruebas de fiscalía para acusar a Crespo de atacar a Zagaglioni
El pasado martes y luego de ser formalizado ante el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, Claudio Crespo se refirió a la nueva causa por apremios ilegítimos durante el estallido social que le imputan. “Era el jefe de todos los dispositivos que estaban alrededor de la Plaza Italia. Por lo tanto, viendo los antecedentes de aquella época, había más de, por lo menos, 20 carabineros que portaban escopetas antidisturbios”, explicó. Agregó que “según fiscalía, nosotros no entendemos cómo, que le dice al tribunal que solamente yo, como comandante que fue al servicio, portaba una escopeta y eso claramente está fuera de toda realidad porque los hechos no fueron así”.
Interferencia tuvo acceso a la prueba que rindió el Ministerio Público para imputar a Crespo, detectando que fiscalía no argumentó que este ex carabinero era el único que portaba una escopeta. La investigación, llevada por el fiscal Marcelo Vargas, se valió de distintos documentos para posicionar a Claudio Crespo en el lugar y a la hora en que ocurrió el disparo.
El informe anterior, sumado al oficio N° 64 de la Prefectura de Fuerzas Especiales Oeste, permitió posicionar a Crespo y su patrulla en el puente Pío Nono
El informe policial N°394 de la Dirección Nacional de Orden y Seguridad de Carabineros Zona Metropolitana, emitido el 18 de junio de 2020, estableció todos los arietes y dispositivos que trabajaron en el lugar de los hechos. Otros informes de distintas prefecturas sirvieron, a su vez, para descartar cuadrillas que no participaron de operativos en el lugar.
El informe anterior, sumado al oficio N° 64 de la Prefectura de Fuerzas Especiales Oeste, permitió posicionar a Crespo y su patrulla en el puente Pío Nono, el mismo lugar donde Zagaglioni denunció haber sido atacado.
La Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones (Bridehu) emitió el informe policial N°6330, del 28 de diciembre de 2020, donde se tomó declaración a tres funcionarios de carabineros (un cabo 2°, un sargento 2° y un cabo 1°), quienes aseguraron no tener conocimiento del ataque a Minotti Zagaglioni. Sin embargo, los tres indicaron haber estado bajo el mando de Claudio Crespo, agregando que ninguno de ellos percutó disparos. Esto último el Ministerio Público lo habría corroborado con las actas circunstanciadas de municiones empleadas.
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