Este miércoles por la noche se desarrolló el debate presidencial con los ocho candidatos a La Moneda, transmitido por Chilevisión. Interferencia estuvo presente en el lugar, pudiendo constatar los roces que existieron entre los participantes, en especial entre José Antonio Kast, el candidato opositor y militantes del Partido Republicano, y Jeannette Jara, la candidata oficialista y militante del Partido Comunista.
Jeannette Jara
Pero a Jara no solamente le llegaron dardos por derecha, sino que también arremetieron por izquierda, en especial Marco Enríquez-Ominami, que la emplazó por no haber asistido a debates en los que, según él, tuvo que enfrentarse a la derecha solo.
Uno de los momentos más bajos de Jara se vio cuando el periodista Daniel Matamala consultó sobre lo que ha sugerido el Banco Central, respecto de que el aumento del salario mínimo tendría impactos en la tasa de desempleo. Con esto quedó en entredicho la gestión de la ex ministra, sobre todo porque sus explicaciones no fueron del todo claras en el tema, y no abordó específicamente los razonamientos realizados por el instituto emisor.
Igualmente, la candidata oficialista logró salir de la agenda anticomunista. De hecho, el tema no salió a la luz y no tuvo que enfrentar cuestionamientos. Pero los ataques se centraron en su gestión por el tema del empleo y por lo ya mencionado sobre el sueldo mínimo.
Como cuestión positiva, Jara logró instalar el tema de los bots y trolls que la coalición de Kast tendría instalados en las redes sociales, cosa que ya está siendo investigada por la Fiscalía, luego de un reportaje de Chilevisión que dio a conocer la identidad detrás de cuentas que atacaban a políticos no afines a las ideas republicanas. Todavía no se prueba, eso sí, un vínculo entre el Partido Republicano y estos usuarios de X (ex Twitter).
“No da lo mismo las mentiras que se inventan, es importante que quienes ocupan ejércitos de bots y de trolls lo digan a la ciudadanía y lo dejen de hacer”, le dijo Jara a Kast, produciendo una incomodidad en el republicano que quedó a la vista.
José Antonio Kast
La estrategia de José Antonio Kast fue clara desde un principio y quedó demostrada en la previa del debate. El ultraderechista, agradeció irónicamente tener la oportunidad de debatir con Jeannette Jara aludiendo a que la abanderada se había restado de este tipo de instancias en las últimas semanas.
Pese a tener un horizonte estratégico claro, el republicano salió a buscar a la candidata oficialista desde el primer diálogo, pero trastabilló y Jara lo puso en aprietos al mencionarle la polémica por la red de bots de la que Kast no logró salir del todo airoso siendo que fue él quien buscó desde el principio batirse a duelo con la ex ministra del Trabajo.
Asimismo, si bien el ultraderechista pudo dar con un tono, lo concreto es que no logró consolidar medidas ni herramientas novedosas en materia de seguridad, bandera que escogió como pilar central de su candidatura. En el debate, quedó de manifiesto que los otros siete candidatos también tienen propuestas en esa materia y Kast no pudo diferenciarse e incluso, Jara lo complicó respecto a la propuesta sobre construir una zanja en el norte de Chile dada la envergadura de la frontera.
No demostró una fórmula nueva ni fue sorpresivo.
De hecho, ante la incapacidad de enarbolarse como un "zar" de la seguridad, Johannes Kaiser aprovechó la moderación de Kast y se mostró mucho más extremo en esa área.
Por otra parte, Kast venía de semanas difíciles en que polémicas por su propuesta de “chao préstamo”, los bots de redes sociales y la dura derrota de su socio político, Javier Milei, en las elecciones provinciales de Buenos Aires, Argentina, lo habían puesto en una posición compleja. No obstante, este escenario no fue del todo explotado por sus contendores y Kast, por una suerte de omisión, no pierde, pero tampoco gana.
Con todo, el inicio de Kast en el debate fue un tanto débil, pues el republicano inició su participación con el asesinato de Charlie Kirk, un aliado de Donald Trump que falleció este miércoles tras recibir un disparo en un evento en una universidad estadounidense, contexto que no volvió a desarrollar ni explotó políticamente a lo largo de la discusión.
Evelyn Matthei
Evelyn Matthei llegaba al debate con una misión clara: instalarse como una candidata que podía entrar a competir entre las altas preferencias de Kast y Jara, que la han relegado a un tercer lugar en las encuestas hasta la fecha, lo que le impediría pasar a segunda vuelta. En esa línea, intentó instalar parte de su nueva línea editorial con la que ha pretendido reinventar su campaña, mostrándose dialogante y haciendo gestos hacia el centro político y al bolsón de votos indecisos.
Sin embargo, la apuesta pareció no dar resultado. Su tono conciliador pasó a ser más bien inocente y poco orgánico, sin generar mayores quiebres dentro de la dinámica del diálogo en sus intervenciones que la lograsen diferenciar del resto de los candidatos de derecha y repitiendo conceptos que ya se anticipaban en la previa del evento. Así las cosas, su llamado a la moderación fue mejor interpretado por Harold Mayne-Nicholls, a quien ese rol le surgió de manera más natural.
Aún así, quizás su mejor momento llegó cuando fue interpelada por Franco Parisi, quien le reprochó una supuesta traición a Piñera y Pinochet en el pasado, a lo que la candidata respondió que en la interpelación del candidato PDG “no hay una pregunta, han sido solo agresiones y descalificaciones. El candidato Parisi es así, sobre todo con las mujeres”.
Franco Parisi
En su regreso a los debates tras una campaña telemática en 2021, Franco Parisi presentó una estrategia de ataque frontal al establishment político, acusando a “fachos y comunachos” del estado actual del país.
El candidato del PDG extendió su exitosa campaña en redes sociales al debate, repitiendo una y otra vez sus ideas fuerza: meritocracia, clase media y un Partido de la Gente como alternativa política.
Sin embargo, las intervenciones de Parisi subieron de tono a medida que corría el tiempo y acabó por enfrentarse frontalmente a Evelyn Matthei. Esto, a pesar de que fuentes cercanas al candidato señalaron a nuestra redacción que no ven a la candidata centroderechista como una contrincante para el doctor en economía.
Los otros
De más a menos ha ido la campaña de Johannes Kaiser, que a comienzos de año figuraba en las encuestas como uno de los principales competidores de Matthei en la carrera presidencial. Durante el debate se coronó como el sheriff, manteniéndose firme en sus posturas duras en temáticas de seguridad pública y reforzando sus lemas: imponer la ley y restaurar el imperio del derecho.
En tanto, a pesar de que va en su quinta candidatura presidencial, Marco Enríquez-Ominami no tuvo su mejor desempeño durante el debate. Si bien marcó distancia de Jeannette Jara, no logró dar cuenta de diferencias notables que le permitieran atraer posibles votantes. El ex diputado incluso llegó a cuestionar a Jara no haber sido considerado para las primarias del oficialismo. Su estrategia crítica con el establishment tampoco funcionó con los candidatos de derecha. En su cruce con Matthei, ésta le recordó que no cuenta con partido que lo respalde y que aún no ha presentado programa de gobierno, el que MEO comprometió para el 22 de septiembre. Contra Kast, le recordó el fracaso del plebiscito constitucional de 2023, pero el republicano -fiel a su estilo- eludió la pregunta y respondió latamente con una lista de promesas de campaña.
Por su parte, el ex presidente de la ANFP y de Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls, buscó mostrarse como el representante del centro, aunque sin dar cuenta de apoyos políticos reales. En rueda de prensa afirmó que su gobierno contaría con “los mejores” de cada lado. Durante el debate, sus respuestas e intervenciones marcaron los puntos medios, aunque sin buscar conciliación, respecto a los otros candidatos. Sobre migración, por ejemplo, Mayne-Nicholls afirmó que regularizará a los inmigrantes ilegales dado que Chile debe respetar tratados internacionales. En tanto, fue el único que se opuso claramente a la propuesta de Franco Parisi de minar la frontera.
La moderación de Mayne-Nicholls contrastó con la línea política de izquierda dura de Eduardo Artés. En su tercera candidatura, “El Profe” declaró que su referencia política internacional son los BRICS, organización liderada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y que se ha levantado como una alternativa a la hegemonía estadounidense. Como en años anteriores, Artés acusó al sistema neoliberal de la crisis socioeconómica que atraviesa Chile, señalando la necesidad de un plan general de desarrollo, guiado por el Estado, para reindustrializar el país. Así también, apuntó a que el futuro gobierno deberá hacer frente a un momento histórico que describió como “pre-guerra mundial”.
Comentarios
Añadir nuevo comentario