Juan Grabois es un político argentino de 39 años, quien ya es comparado con el presidente Gabriel Boric en los medios del país vecino. Y aunque a simple vista la similitud puede parecer simplemente estética, lo que sí es posible es que Grabois esté aprovechando el impulso que tuvo la candidatura de Boric en Latinoamérica, como un político joven y de izquierda, para darse a conocer e imponerse como uno de los próximos candidatos presidenciales de Argentina.
Grabois es abogado, académico y dirigente social. Su familia, de clase alta, carga también con experiencia política, incluyendo su padre, que fue dirigente peronista, en su juventud ligado a la izquierda, para después dar un giro hacia la derecha; mientras que su madre es médica.
"Es directo en sus palabras y aunque se define de izquierda, es crítico con gobiernos como el de Nicaragua y Venezuela, mientras que el combate en contra de la corrupción parece ser uno de los temas que siempre saca a colación".
Es fundador de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), cercano a activistas mapuche del sur de Argentina y amigo del Papa Francisco desde el 2005, año en que éste era arzobispo. Ha patrocinado, como abogado, variadas causas sociales, entre ellas el reconocimiento legal al trabajo de los recolectores de cartones, causas de derechos humanos y medioambientales.
También comparte otras características con el mandatario chileno: su estilo es relajado y está lejos de usar corbata, siendo más habitual verlo de jeans y camiseta. Es directo en sus palabras y aunque se define de izquierda, es crítico con gobiernos como el de Nicaragua y Venezuela, mientras que el combate en contra de la corrupción parece ser uno de los temas que siempre saca a colación en las entrevistas. Sin embargo, a diferencia de Boric, se define como católico, está casado y tiene tres hijos.
“Le sobra carisma y fotogenia, rasgos que cualquier programa de televisión se desvive por tener cada vez que enfocan sus cámaras. Aunque siempre parece transmitir un despreocupado desdén hacia nociones como ‘prolijidad’ y ‘elegancia’, sus apariciones televisivas proyectan elocuencia”, publicó sobre él El País de Uruguay, en mayo del 2019.
Actualmente milita en el partido Frente Patria Grande, que a su vez pertenece al conglomerado oficialista Frente de Todos, en donde también militan la vicepresidenta Cristina Fernández Kirchner y el presidente Alberto Fernández. Sin embargo, a pesar de ser compañeros de conglomerado, ha sido una de sus voces más críticas “desde la izquierda” del gobierno, hasta llegar al punto de que esta semana deslizó la posibilidad de salir de la coalición, cuando afirmó en televisión que de “seguir así” el Ejecutivo, no tiene “nada que hacer” en el pacto.
La bandera de lucha de Grabois es el salario básico universal, que busca implementar en el país trasandino, medida que el gobierno descartó de plano, lo que le dió espacio para criticar nuevamente a Fernández,- al que calificó de ser “un mal presidente”-, y a sus ministros. Y frente a un escenario político líquido en todo el continente, muchos auguran que Grabois podría ser la carta del ala más de izquierda para que el Frente para Todos continúe en la Casa Rosada.
"La principal diferencia con Boric, es que Grabois no tiene experiencia en cargos públicos, como sí lo tenía el presidente chileno al asumir como mandatario".
"Ya no quiero hablar más con nadie que no tome una medida a favor del pueblo. Me la pasé hablando dos años y medio. Yo no voy a traicionar a nuestra gente, la voy a defender”, afirmó Grabois hace unos días.
“Tras los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández, en los que la imagen de la clase política vive un declive incesante en las encuestas, en el propio oficialismo creen que el año que viene puede presentarse un escenario polarizado como el que vivió Chile en 2021 o Colombia este año, con una reconfiguración del sistema de partidos y candidatos de ultraderecha contra la izquierda o la centroizquierda”, analizaba este miércoles el medio trasandino La Política Online.
La Política Online enfatiza que Grabois y Boric tienen en común el vínculo con los movimientos sociales, en el caso del presidente chileno, desde el movimiento estudiantil del 2011 en adelante. Pero, también plantea que la principal diferencia es que Grabois no tiene experiencia en cargos públicos, como sí lo tenía Boric al asumir como presidente.
“Si bien manifiesta un diálogo con Cristina y Máximo Kirchner, Grabois suele mostrar cierta autonomía. En las últimas horas dijo que la vicepresidenta ‘es una mujer honesta e íntegra, que se preocupa por su país’ y que ‘no robó’, pero al mismo tiempo la cuestionó por ‘soberbia’ porque ‘no puede reconocer las cosas buenas que hacen los otros’”, consigna el medio.
Y si bien no es el candidato oficial del Frente de Todos, varios argentinos ligados a la política creen que ya es claro que Grabois va a impulsar su candidatura y que como un “outsider”, podría generar interés en el electorado, que tendrá que votar a un nuevo presidente en octubre del 2023.
Contrario al aborto y amigo del Papa
En Grabois, lo que parece una contradicción es parte de lo que lo hace original. Es así como siendo muy crítico con Cristina Fernández, es también el primero en defenderla de las acusaciones de corrupción en su contra. Y también es como en su discurso mezcla los principios de la izquierda política con los valores cristianos, recordando en algo a lo que fue la Teología de la Liberación.
Esto hace parecer a Grabois como un bicho raro en la política argentina, teniendo en cuenta que la curia trasandina ha estado históricamente ligada a las clases altas e iniciativas conservadoras, sobre todo tras el golpe de estado de 1976.
"Cuando sólo era un proyecto la ley de aborto libre en Argentina, manifestó su posición en contra del proyecto, aduciendo que lo hacía en nombre de “compañeras de los barrios y las cooperativas”. Según él, temas como la anticoncepción y el aborto ocupaban a las mujeres de clase media blanca".
“Hasta vincularme con Bergoglio no iba a misa desde que era pibe”, afirmó Grabois al medio argentino La Nación Trabajadora, en una entrevista del 2020.
En la entrevista habla de la “naturaleza revolucionaria de la prédica” de Bergoglio y reflexiona sobre “la izquierda elitista y positivista” que mira con menosprecio la la religiosidad del mundo popular.
“Francisco es de alguna manera la síntesis de las tradiciones de la Iglesia latinoamericana, con todas las cosas que a mí me gustan y otras que pueden no gustarme, porque una síntesis siempre implica un poquito de todas las partes. Francisco es un Papa de los pueblos”, opina Grabois.
“Siempre tendí a la desconfianza ante la institucionalidad eclesiástica. Hasta vincularme con Bergoglio no iba a misa desde que era pibe. Creo que la iglesia es el pueblo creyente. Iglesia viene de asamblea, de reunión del pueblo creyente”, agrega en la entrevista.
Pero su postura religiosa también lo ha puesto en posturas que más recuerdan a la izquierda de los años sesenta que a la de este siglo XXI. Cuando sólo era un proyecto la ley de aborto libre en Argentina, manifestó su posición en contra del proyecto, aduciendo que lo hacía en nombre de “compañeras de los barrios y las cooperativas”. Según él, temas como la anticoncepción y el aborto ocupaban a las mujeres de clase media blanca, mientras que las mujeres de sectores populares demandaban políticas públicas para vivir mejor sus maternidades.
Su postura conservadora frente a temas como el aborto, su origen familiar desde la élite urbana argentina y su cercanía con la Iglesia Católica son temas que generan desconfianza en la izquierda trasandina. Pero así como personajes como Javier Milei, de extrema derecha, se han abierto paso en la política argentina, es probable que los votantes vean en Grabois la novedad que por años no se ve en el panorama político del país.
Comentarios
Otro peronista de “izquierda
Joven de 40 años que jamas
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