Estamos donde tú estás. Síguenos en:

Facebook Youtube Twitter Spotify Instagram

Acceso suscriptores

Jueves, 17 de Julio de 2025
Obituario

Kissinger: un legado de sangre, destrucción y grandeza

Víctor Herrero A.

Reunión Kissinger-Pinochet. (Foto: MINREL)

Reunión Kissinger-Pinochet. (Foto: MINREL)
Reunión Kissinger-Pinochet. (Foto: MINREL)

Considerado uno de los arquitectos del mundo de la Guerra Fría, Henry Kissinger no titubeó en sacrificar países menores -como Chile y Camboya- para avanzar los intereses de Estados Unidos. Su despiadado pragmatismo costó la vida de cientos de miles de personas alrededor del mundo.

Henry Kissinger, el secretario de Estado y jefe de Seguridad Nacional de Estados Unidos más poderoso de la posguerra, solía ver el mundo como un gran tablero de ajedrez. En la partida geopolítica de la Guerra Fría había que fijar la mirada en el rey contrario, en buscar estrategias para acorralarlo o evitar que el contrincante expandiera su juego.

Para Kissinger -de origen judío y que huyó con su familia de la Alemania nazi a fines de los años 30- el mundo de la política global se resumía a ello. Yen el camino había que sacrificar peones u otras piezas de menor valor. Y esas piezas eran países del llamado Tercer Mundo como Chile, Camboya, Indonesia o lo que hoy es Bangladesh.

En su afán por lograr equilibrios globales que favoreciera a Washington en desmedro de Moscú, Kissinger alentó bombardeos, invasiones, genocidios y golpes de Estado alrededor de todo el globo.

Brutalmente pragmático, no tenía escrúpulo alguno en intervenir donde lo viera necesario.

“No veo porque tenemos que cruzarnos de brazos y ver cómo un país se vuelve comunista debido a la irresponsabilidad de su propia gente”, aseguró en junio de 1970 respecto de la posibilidad de que Allende ganara las elecciones.

“No veo porque tenemos que cruzarnos de brazos y ver cómo un país se vuelve comunista debido a la irresponsabilidad de su propia gente”, aseguró en junio de 1970 en un encuentro confidencial del Comité 40, órgano gubernamental que tenía a cargo supervisar las operaciones secretas de Estados Unidos en el extranjero. Kissinger se refería a la situación de Chile y la posibilidad de que Salvador Allende ganara la presidencia.

Como reveló el informe de la Comisión Church del Senado estadounidense publicado en 1976, Kissinger, junto al Presidente Richard Nixon, el director de la CIA Richard Helms y la ayuda de empresarios como el banquero David Rockefeller, el presidente de la Pepsi, Donald Kendall, conspiraron activamente para, una vez electo, impedir la asunción de Allende en 1970. También contaron con la ayuda e información aportada por el chileno Agustín Edwards, entonces dueño de El Mercurio, del banco de ese nombre y de numerosas otras compañías, que se fue del país a los pocos días del triunfo de la Unidad Popular.

El asesinato del comandante en jefe del Ejército, René Schneider, ocurrido en octubre de 1970 fue parte de las operaciones para generar caos e impedir que Allende asumiera la presidencia (más abajo enlaces a varios artículos publicados por Interferencia que hablan de su rol en derrocar el gobierno de Allende y sostener el régimen de Pinochet).

Ya en 1975, el columnista de The New York Times, Anthony Lewis, hablaba de la ‘doctrina Kissinger’. “Apareció por primera vez en relación con el gobierno de Allende en Chile”, escribió. “La doctrina se podría enunciar de este modo: Estados Unidos tiene el derecho de conspirar en contra del gobierno constitucional de otro país si tememos que ese país se pueda salir de nuestra órbita”.

Pinochet

El período de máximo poder de Kissinger fue entre 1969 y 1977, bajo los gobiernos de Nixon y Gerald Ford. En 1969 fue nombrado jefe del poderoso Consejo de Seguridad Nacional, órgano que asesora directamente al presidente en materias internacionales y, sobre todo, en operaciones secretas. Confidente de Nixon -hay cientos de horas de conversaciones de ambos que fueron grabadas en la Oficina Oval- el 22 de septiembre de 1973 el mandatario además lo nombró secretario de Estado. Kissinger mantuvo ambos cargos, algo que nunca ni después había sucedido- hasta 1975. De ese año hasta 1977 mantuvo el cargo de secretario de Estado.

Kissinger fue adorado por parte importante de la prensa estadounidense. La entonces influyente revista Time lo tuvo 15 veces en su portada durante esos ocho años, mientras el semanario Newsweek lo ilustró en una portada como un superhéroe americano.

“Como usted sabe, en los Estados Unidos vemos con simpatía lo que está tratando de hacer aquí (…) le deseamos lo mejor a su gobierno”, le dijo Kissinger a Pinochet en un encuentro privado en Santiago a mediados de 1976.

Las primeras voces críticas aparecieron en 1975, cuando el Informe Church reveló el rol de Washington y del propio Kissinger en el derrocamiento de Allende. El escándalo político llevó a que el Congreso de Estados Unidos prohibiera en 1976 toda venta de armas y asistencia militar a Chile. Conocida como le ‘enmienda Kennedy’, por el senador demócrata Edward Kennedy que la llevó adelante, esta prosiguió hasta 1990.

Sin embargo, Kissinger no se iba a dejar intimidar y cambiar su foco político respecto de Chile y Pinochet. El secretario de Estado de Washington asistió personalmente a la asamblea general de la OEA que se celebró en Santiago en junio de 1976.

En un encuentro privado con Pinochet, antes de hablarle a la asamblea regional, Kissinger le aseguró al dictador: “Como usted sabe, en los Estados Unidos vemos con simpatía lo que está tratando de hacer aquí (…) le deseamos lo mejor a su gobierno”.

La reunión entre ambos se realizó al mediodía del 8 de junio de 1976. En ésta estuvieron presentes, por el lado chileno, Augusto Pinochet, el canciller Patricio Carvajal, vicealmirante de la Armada, Manuel Trucco, embajador chileno en Washington, y el empresario Ricardo Claro, coordinador del evento. Por el lado de Estados Unidos estaba el secretario de Estado Henry Kissinger, William Rogers, subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, y el traductor Anthony Hervas.

En la conversación entre ambos, Kissinger insiste en que Chile debe dar ciertas señales en temas de derechos humanos, pero desliza que ello es sólo parte de una fachada necesaria para calmar a la oposición interna en Estados Unidos.

“El discurso que haré [sobre derechos humanos] no está enfocado en Chile, hablaré de ellos en términos generales. Le quería decir esto [antes de pronunciarlo]. Mi evaluación es que usted es víctima de los grupos de izquierda alrededor del mundo y que su mayor pecado es haber derrocado un gobierno que iba rumbo al comunismo”, le aseguró Kissinger a Pinochet durante el encuentro.

Camboya e Indonesia

“El resultado de la ‘doctrina Kissinger’ es una obsesión con el orden y poder global, a costa de la humanidad”, afirmó Lewis en su columna de 1975. “Cualquier otro éxito que obtenga estando en el poder, [el nombre de] Henry Kissinger estará por siempre asociado a la destrucción de Camboya.

En la larga lista de los peones que Kissinger sacrificó desde su escritorio en Washington también figuran Indonesia y el Este de Pakistán, hoy conocido como Bangladesh.

En la larga lista de los peones que Kissinger sacrificó desde su escritorio en Washington también figuran Indonesia y el Este de Pakistán, hoy conocido como Bangladesh.

En efecto, entre marzo de 1970 y agosto de 1973 aviones bombarderos estadounidenses lanzaron más de 400 mil toneladas de explosivos sobre Camboya. La excusa para ello fue que las tropas de Vietnam del Norte usaban bases militares en el país vecino. Muchos años después se supo, a través de documentos desclasificados, que el gobierno de Nixon, alentado por su asesor Henry Kissinger, alentó esa campaña de destrucción para forzar a las fuerzas vietnamitas a ceder en la mesa de negociación que se llevaba adelante en París.

Bombardeo Phnom-Penh, Camboya, 1975. (FOTO: Getty)

Bombardeo Phnom-Penh, Camboya, 1975. (FOTO: Getty)
Bombardeo Phnom-Penh, Camboya, 1975. (FOTO: Getty)

Fue una típica jugada geopolítica de Kissinger, pero que, en este caso, le rebotó en la cara. No sólo murieron decenas de miles de camboyanos en esos bombardeos, sino que la Vietnam comunista no cedió y, de paso, la acción estadounidense allanó el camino para que los Khmer Rouge del maoísta Pol Pot se tomara el poder en ese país.

En la larga lista de los peones que Kissinger sacrificó desde su escritorio en Washington también figuran Indonesia y el Este de Pakistán, hoy conocido como Bangladesh.

La invasión de tropas de Indonesia en Timor Oriental a fines de 1975, contó con el beneplácito explícito de Kissinger y Estados Unidos, que estaban preocupados por el giro izquierdista que había dado esa región en los meses previos bajo el gobierno del Fretilin (Frente Revolucionario de Timor del Este Independiente). Según cifras oficiales, más de 100 mil personas murieron en la invasión y las dos décadas de guerra civil que le siguieron.

Documentos desclasificados en 2001 por el Archivo de Seguridad Nacional en Washington, revelaron que un día antes de la invasión, el Presidente Gerald Ford y su secretario de Estado Henry Kissinger se reunieron con Suharto, hombre fuerte de Indonesia, para dar luz verde a la invasión de Timor Oriental.

Laureles

Probablemente el hito más importante en la carrera diplomática de Kissinger fue lograr el acercamiento entre Estados Unidos y China, que se plasmó en la histórica visita de Nixon a Beijing en 1972, donde fue recibido por el mismísimo Mao Zedong. Pensado como una manera de contener a Moscú y buscar un nueva equilibrio tripartito, la movida presagió el mundo geopolítico que vivimos actualmente.

En una de sus últimas entrevistas antes de fallecer este 29 de noviembre a los 100 años de edad,, concedida al semanario The Economist, Kissinger predijo que China y Estados Unidos no solo estaban generando una nueva Guerra Fría, sino que las tensiones podrían llevar a un conflicto armado que podría desembocar en una Tercera Guerra Mundial.

“Immanuel Kant dijo que la paz podría darse a través del conocimiento humano o a través de un desastre”, aseguró al The Economist. “Él creyó que sucedería a través del razonamiento humano, pero no estaba seguro. Es, más o menos, lo mismo que pienso yo”.

Artículos anteriores

En este artículo

Caso:
Personas:


Los Más

Ya que estás aquí, te queremos invitar a ser parte de Interferencia. Suscríbete. Gracias a lectores como tú, financiamos un periodismo libre e independiente. Te quedan artículos gratuitos este mes.

En este artículo

Caso:
Personas:


Los Más

Comentarios

Comentarios

Y cuál es la “grandeza” que menciona el titular ? Una mierda bien muerta Interferencia..!!

Gracias a las acciones de Kissinger este gran país Chile no es un país pobre y miserable como Cuba y Venezuela .

Corrijo: Kissinger: un legado de sangre, destrucción y muerte.

Añadir nuevo comentario