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Sábado, 20 de Abril de 2024
Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso

La historia del profesor de Filosofía que sembró el terror en las calles del Perú

Manuel Salazar Salvo

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1983, una de las primeras fotos conocidas de Abimael.
1983, una de las primeras fotos conocidas de Abimael.

Se le atribuyen responsabilidades por casi 70 mil muertos. Él decía que era la cuarta arma del marxismo, después de Lenin, Stalin y Mao. Su cuerpo fue incinerado y las cenizas hechas desaparecer en algún lugar secreto.

Admision UDEC

El 18 de mayo de 1980, miles de volantes aparecieron en Ayacucho llamando a boicotear las elecciones que se preparaban después de doce años de gobierno militar. El día de los comicios, un grupo armado atacó el poblado de Chusqui, quemando los registros electorales y las urnas. Semanas antes, en las calles de Lima amanecieron perros muertos colgados en postes con carteles en contra del "gobierno reformista chino" de Deng Xiaoping. Era la irrupción en escena de Sendero Luminoso.

En 1964, el Partido Comunista peruano se dividió entre prosoviéticos y prochinos. De éstos, Bandera Roja, se escindió en 1967 una vertiente que dio forma a Sendero. Su dirigente máximo era un regordete profesor de la Universidad de San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho. Hombre austero, enfermizo y taciturno, experto en marxismo, abogado, filósofo, asiduo lector de Heidegger y Jaspers. Su nombre: Abimael Guzmán Reynoso, "el camarada Gonzalo".

Luis Lumbreras, uno de los más connotados arqueólogos del Perú, lo conoció en Ayacucho como académico, y recuerda: "Era un hombre brillante, un gran polemista; poseedor de una retórica precisa, hablaba con frases cortas, las que siempre contenían algo específico. Como profesor era brillante; como expositor, excelente. O así escribiendo; hablando era fluido y sumamente riguroso, era muy disciplinado y ordenado, poco proclive al ocio, estaba buscando siempre qué hacer y hablando sobre lo que había que hacer... ".

La simiente guerrillera

En 1960, los trotskistas de Hugo Blanco trataron de encauzar las protestas campesinas haciendo un trabajo de base en las zonas rurales. Poco después, en 1964, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) intentaron impulsar una guerrilla prolongada inspirada en la revolución castrista, la lucha urbana argelina y los combates vietnamitas.

El general Mercado Jarrín había dicho luego de combatir las guerrillas en 1965 que "un poco más de apoyo campesino y a las guerrillas no las para nadie".

Los cambios alentados por Velasco Alvarado fueron progresivamente resistidos por los sectores más conservadores del país hasta que, en agosto de 1975, el general Francisco Morales Bermúdez depuso por las armas al gobierno reformista.

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Armas y banderas de senderistas requisadas en una cárcel.
Armas y banderas de senderistas requisadas en una cárcel.

Las esperanzas de las mayorías postergadas fueron revertidas. Los casi 600 mil blancos continuaron controlando férreamente las riquezas del país. Amerindios, cholos, mestizos y zambos, los más, continuaron en su secular postergación. Era el momento esperado por Abimael Guzmán y el Partido Comunista peruano Sendero Luminoso (PCP-SL).

La luz de la muerte

Para el PCP-SL la lucha entre clases se inicia en el campo y los enemigos-representantes del Estado y el capitalismo- son los alcaldes, gobernadores, policías, jefes de comunidades, comerciantes y funcionarios. Esas serán las primeras víctimas del "acoso generalizado" destinado a eliminarlos o amedrentarlos.

El acoso incluye a todos aquellos que en alguna medida ponen en peligro al PCP-SL.

Las nociones éticas del bien y del mal dejan paso a la concepción revolucionaria de estar "en favor o en contra del pueblo". Para los senderistas el objetivo estratégico es la toma del poder y todo debe subordinarse a esa tarea.

Donde inician la lucha armada, los guerrilleros ofrecen a los campesinos cooperar en silencio o morir. Según los senderistas, volverlos neutrales es imposible; reeducarlos es tarea muy grande. Lo más fácil es eliminarlos.

No les asusta la cifra de muertos. Bajo Stalin cayeron más de 30 millones de personas; en la "revolución cultural" de Mao cerca de 40 millones; los vietnamitas llegaron a seis millones; con Poi Pot se aniquiló casi la mitad de la población camboyana.

En las ciudades, Sendero Luminoso comenzó las acciones de aniquilamiento contra policías y militares buscando socavar la moral de esas instituciones y crear una paranoia generalizada. Muchos de los uniformados flaquearon en

su equilibrio emocional cayendo en abusos y excesos.

Sendero Luminoso no atacó a la Iglesia Católica. Sugirió sí a los sacer- dotes que abandonaran sus parroquias en el campo. En 1985, el Papa Juan Pablo II pidió en Ayacucho con duro tono el cese de la violencia. A la noche siguiente, un apagón general (El papagón) se extendió desde Tacna a Piura y desde la costa a la sierra. Así, después de 300 años, una de las congregaciones de la Iglesia Católica -los jesuitas- volvió a Ayacucho.

El trabajo de captación del PCP-SL fue dirigido inicialmente sin distingas generacionales hacia los campesinos. En las zonas urbanas, en cambio, el énfasis se puso en los jóvenes. El estereotipo del senderista creado por la alta sociedad limeña (serrano, cholo, andrajoso) no corresponde a la realidad y facilita el trabajo del senderismo entre estudiantes de clase media y alta, permeables al adoctrinamiento por no disponer de una ideología apropiada que les permita eludir la concientización.

El PCP-SL se ciñó a la concepción clásica de la guerra de guerrillas (nunca se ataca cuando se es débil, aun cuando la lucha armada esté en preparación), arremetiendo contra pequeños blancos.

La táctica les sirvió de entrenamiento, además de distraer al Estado que casi los ignoró hasta empezar a calificarlos de terroristas (grupos cuyo accionar carece de una concepción ideológica y que son proclives a acciones de ira descontrolada).

Así, Sendero ganó tiempo para afianzar la primera fase de su programada guerra de guerrillas y consiguió adiestrar cuadros que luego transmitieron sus conocimientos en manejo de explosivos.

El camino de la represión

Con su accionar revelaron que el Estado carecía de una política antisubversiva y minaron la credibilidad en las autoridades. Cuando el doctor Percovich, ministro del Interior del Presidente Belaúnde Terry, afirmaba que "el terrorismo delincuencial ha sido derrotado", al día siguiente se producía una ola de apagones que oscurecía a todo el país.

Los hombres de Abimael Guzmán adecuaron sus armas a las condiciones semi feudales de las sierras, privilegiando el uso de la dinamita, granadas caseras y una que otra metralleta arrebatada a la policía. El armamento moderno no desvelaba a los senderistas. Su uso los haría depender del aprovisionamiento externo, algo peligroso para cualquier movimiento guerrillero.

Cuando el gobierno de Belaúnde decidió combatirlos, lo hizo desplegando el terror, cuyo ejemplo ya estaba probado en Argentina, Brasil, Uruguay, Chile  y otras naciones del continente.

No obstante, la propaganda de SL transformó a la policía en más terrorista que los propios terroristas. A fines de los 80 en Perú muchos temían más a los uniformados que a los guerrilleros.

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En color, las zonas de influencia de Sendero.
En color, las zonas de influencia de Sendero.

"La perfección nunca ha sido amiga del gran número". En esta sentencia se sustenta la eficiencia del núcleo dirigente de SL y sólo algunos cuadros son dedicados a organizar los sabotajes. La mayoría se preocupa de crear nuevas células, a la propaganda, planificación y lucha ideológica.

Los incontaminados

Sendero Luminoso nació de un grupo de dirigentes que planificó el futuro del partido pero su crecimiento se registra en la base, bloqueándose el acceso hacia la cúpula para evitar infiltraciones. La selección de nuevos militantes es rigurosa. Se exige lealtad acreditada y juventud.

Para SL, los jóvenes no están "contaminados", son insensibles al dolor ajeno y todo les parece justo en aras de "liberar al-pueblo del capitalismo" .

Otra razón es la invulnerabilidad que les da su juventud ante los intentos de infiltración de los más de diez servicios de seguridad peruanos. Como gran parte de las células están integradas por menores de edad, los agentes de inteligencia deberían tener no más de 18 años para penetrar en ellas, con el evidente riesgo de ser captados por la guerrilla.

La lucha armada iniciada en mayo de 1980 como "la forma más alta de la lucha de masas", buscó conquistar espacios, defenderlos y consolidar- los para intentar la ofensiva estratégica.

En las zonas rurales, Sendero trató de establecer "bases de apoyo" que, según la doctrina de Mao, consiste en el control total de las actividades productivas, sociales y políticas.

El "Pensamiento Gonzalo", sin embargo, asegura que no interesa el dominio territorial sino la presencia continua del partido en una zona determinada.

Sendero tuvo control directo de algunos poblados hasta finales de 1982 mediante una labor iniciada en 1974. Entre mayo de 1980 y fines de 1982, trató de consolidarlos como futuras "bases de apoyo" impulsando abiertamente los Comités Populares pero manteniendo en la clandestinidad a sus mejores cuadros.

Al comenzar la represión armada, en diciembre de 1982, Sendero sufrió la desarticulación de los comités y se replegó para contraatacar con ofensivas armadas en regiones donde no operaban los militares.

Creó nuevas zonas de enfrentamiento y dio prioridad a la formación de nuevos cuadros.

En el medio de la lucha entre senderistas y militares, los campesinos se ven enfrentados a tres alternativas: alinearse junto a los uniformados, emigrar a las ciudades o apoyar a los guerrilleros. La experiencia dice que ha primado la tercera opción.

Las "bases de apoyo"

De 1983 en adelante, Sendero inició las campañas para conquistar, construir y defender las "bases de apoyo" y formar las milicias que serán la base del Ejército Guerrillero Popular, etapa final del PCP-SL, y donde ya existían grupos que aplicaban la guerra de guerrillas "de alta movilidad".

En mayo de 1980, los senderistas empezaron a hablar del "Pensamiento Gonzalo", sistema de ideas que se sustenta en los postulados de Abimael Guzmán. Según los escasos documentos senderistas, todo debe supeditarse a esta doctrina hasta lograr el objetivo central: crear el gran mito subjetivo.

Después -aseguran- no tendrá importancia quién sea jefe. El "Pensamiento Gonzalo", difundido verbalmente en cursillos, es un misterio para los teóricos de la contra subversión y los cuadros guerrilleros se esfuerzan en mantener el secreto, como otra arma sicológica que confunde a sus enemigos.

En diciembre de 1982, Belaúnde decidió declarar a Ayacucho Zona de Emergencia y envió a los infantes de Marina, batallones antisubversivos del Ejército y comandos policiales. Sendero respondió cada vez con más crueldad y así se entró en una espiral donde las torturas y los asesinatos adquirieron ribetes nunca vistos en Perú. Un general llegó a decir: "si para liquidar a tres senderistas es necesario matar 70 campesinos, hay que matarlos" .

Abimael Guzmán respondió en un tono similar: "nuestra política es arrasar. No dejar nada. A los ganados hay que charquearlos; qué importa que los babosos protesten porque se quema ganado y se cuelgan perros. ¿Y cuando ellos queman gente, acaso protestan? Por eso lo que hemos hecho está bien hecho, está bien arrasado... En la guerra lo que no se puede usar o llevar se destruye, se quema... ".

El cientista social Henri Favre, uno de los principales expertos mundiales en Sendero, ha expresado: "Decir que los senderistas son "rebeldes primitivos y fanáticos" es, en buena cuenta, liberarse de la carga de ansiedad que engendran sus actos. Por extrema que ella sea, la violencia senderista no es gratuita, ni descontrolada ni indiscriminada. Ella se inscribe en una estrategia política de toma del poder para la realización de un proyecto de sociedad que no tiene nada de "incaico" ni "andino", que no es "utópico". Descalificar al adversario negándole toda racionalidad, es un ejercicio que posee un valor catártico, pero no es el mejor modo de enfrentarlo".

Otros analistas coinciden con la apreciación de Favre, asegurando que la represión militar no es la mejor forma de acabar con Sendero y desde esa perspectiva emprendió suprograma contra la guerrilla el Presidente Alan García.

El intento de Alan

A partir del segundo trimestre de 1985, poco después de asumir el cargo, García anunció que impulsaría un vasto programa de desarrollo en las provincias donde mayor fuerza tiene Sendero. Destinó líneas de crédito, asesoría técnica y urgentes programas de desarrollo hacia Huancavélica,

Cuzco, Apurimac y Arequipa, enfrentando a los guerrilleros aun con más empuje en Ayacucho y Puno.

García y sus asesores lograron percibí que Sendero intentaba establecer su principal "base de apoyo" en Puno y desde ahí iniciar una ofensiva mayor hacia Lima, cortando las vías de suministro e impidiendo el libre tránsito hacia y desde la capital peruana.

La presencia de Sendero había aumentado al norte y al sur de Lima. Para García era fundamental impedir que consolidara sus posiciones. No obstante, Abimael Guzmán no demoró mucho en comprender los planes del gobierno. Entendió que si Puno era para García el punto clave donde iniciar su programa contra insurgente, allí debía medir su fuerza con él.

Pero el Presidente enfrentó un inconveniente no previsto. En Puno existe no de los sectores más conservadores del APRA, que tuvo una dura pugna con el PUM, un influyente partido de izquierda. Los apristas vincularon al PUM con Sendero, agudizándose la violencia entre ambos bandos, alimentada por los hombres de Guzmán, quien pretende polarizar al máximo el conflicto y obligar a que Alan García militarice la zona para detener la violencia.

Ello enviaría al tacho la estrategia contrainsurgente por medios pacíficos emprendida por Alan García y Sendero Luminoso recuperaría su mejor caldo de cultivo: la represión armada.

Sendero dijo que llegaría al poder en cien años y Alan García no disponía de tanto tiempo para erradicarlo.

El final

Denunciado por cargos de terrorismo- según Wikipedia-Guzmán fue capturado el 12 de septiembre de 1992 en una residencia del distrito de Surquillo en la ciudad de Lima, mediante a un operativo ejecutado por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Dirección Nacional contra el Terrorismo (DIRCOTE) comandado por el general Ketín Vidal, de la Policía Nacional peruana. Guzmán fue sentenciado por delitos de terrorismo por un tribunal militar a cadena perpetua. Dicha sentencia fue anulada en 2003 por el Tribunal Constitucional peruano, que consideró inconstitucionales varios decretos presidenciales que autorizaban la ejecución de juicios secretos.

Cuando Guzmán, junto a otros miembros del alto mando de Sendero Luminoso, se encontraba recluido en la base naval de la Marina de Guerra del Perú en Callao fue sometido a un nuevo proceso judicial. Este transcurrió entre septiembre de 2005 y octubre de 2006, el cual concluyó con la condena de Abimael Guzmán a cadena perpetua.

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