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Sábado, 19 de Julio de 2025
Biografía Víctor Jara

Mario Amorós: “En este libro está la voz de Víctor Jara, sus reflexiones, sus temores”

Víctor Herrero A.

Entrevista al autor de “La vida es eterna” (Ediciones B, 2023), una nueva biografía de Víctor Jara que está saliendo a la venta este mes.

El periodista e historiador español Mario Amorós lanzará el próximo 15 de marzo una nueva biografía de Víctor Jara titulada “La vida es eterna” (Ediciones B). Esta es su quinta biografía sobre personajes chilenos. Con anterioridad publicó Allende. La biografía (2013); Miguel Enríquez. Un nombre en las estrellas (2014); Neruda, el príncipe de los poetas (2015), y Pinochet. Biografía militar y política (2019), todos con Ediciones B.

La nueva biografía viene a coincidir con el 50° aniversario del golpe de Estado y del asesinato de Víctor Jara. En esta conversación con Interferencia, Amorós cuenta los pormenores de la investigación y ahonda en el personaje, sus puntos de inflexión artísticos y políticos, su entusiasmo con la UP y sus temores de que el proceso político chileno podría terminar en una larga y oscura noche.

Le voy a confesar algo: aún no he leído su libro, me llegó recién ayer. ¿Por qué debería leerlo? ¿Hay algo nuevo que contar de un personaje tan conocido en Chile?

Es la primera biografía histórica que se publica sobre Víctor Jara. Desde 1983 tenemos el maravilloso libro de Joan Jara: ‘Víctor Jara, un canto truncado'.

Yo creo que mi libro aporta la visión de un historiador, que ha consultado todos los archivos que ha podido, no sólo en Chile, sino también en Perú, México, Cuba, España. He encontrado entrevistas de Víctor en Perú y México, que han sido desconocidas, y claro una gran cantidad de referencias en la prensa chilena entre 1960 y 1973. En esta biografía hay cartas inéditas de Víctor Jara, por ejemplo con el folclorista mexicano Rubén Ortiz, o con el poeta peruano Arturo Corcuera.

Y está en el libro la voz de Víctor, que va reflexionando en los años 60 sobre su labor teatral. O la voz de Víctor que va evolucionando y que se da cuenta a partir del momento en que actúa como solista en la peña de los Parra en 1965 y que empieza a grabar discos en 1966, de la importancia de la canción y de la música para llegar a un público masivo.

“Víctor ingresó a las Juventudes Comunistas en 1958, pero no hay una huella clara de cómo fue su militancia comunista sino hasta finales de los años 60”.

Encontramos también la reflexión de Víctor sobre su trabajo como creador, como artista comprometido. Y cómo él vive y siente el proceso de autor.

Además, el libro tiene un valor importante yo creo, porque a partir del 11 de septiembre y hasta la noche de su asesinato la noche del 15 de septiembre de en el Estadio Chile, reconstruyo esos cinco días a partir del sumario judicial, más de 11 mil páginas que he revisado, donde cuento en detalle sus últimos días de vida y las circunstancias de su muerte, incluido el asesinato, las declaraciones de los conscriptos y de otras personas.

Revisando la bibliografía de su libro, veo que ha accedido a archivos personales, como los del poeta Arturo Corcuera en Perú, otros en México, pero también en la Casa de las Américas en Cuba. ¿Qué es lo que encontró en esos lugares?

Bueno, en el caso del archivo de Arturo Corcuera, un gran poeta peruano y amigo de Víctor Jara que lo invitó a Perú el año 73, encontré dos cartas desconocidas. Una es de 1972, donde Víctor le pide a Corcuera la solidaridad de los intelectuales peruanos con el cantante Daniel Viglietti, que está detenido en Uruguay. Y en esa carta Víctor le dice, entre signos de interrogación: ‘¿Viviremos para ver las realizaciones del socialismo?’.  Ahí está ese sentimiento que él tenía, muy interior, de que se venía algo duro en Chile, que se expresa en agosto del 73 en su canción 'Manifiesto'.

En el caso de su amigo mexicano Rubén Ortiz también cito unas cartas muy interesantes. Y de la Casa de las Américas en La Habana me entregaron cientos de recortes de prensa que han sido muy valiosos.

Bueno, con todo eso, más la documentación que pude obtener de la Fundación Víctor Jara, puntualizo muchas cosas de la trayectoria de Víctor Jara. Por ejemplo, en qué momento se publica cada disco suyo, y en qué circunstancias. En el año ‘69 publica el disco ‘Pongo en tus manos abiertas’, que es un punto de inflexión en su trayectoria. De su canto folclórico inicial, con algunas canciones comprometidas, pasa a la canción comprometida, con su compromiso con la izquierda, con el homenaje a Luis Emilio Recabarren, a la campaña presidencial de 1970. Pero, curiosamente, al final, en 1973, vuelve a sus orígenes musicales con el disco folclórico ‘Canto por travesura’.

Por lo que como biógrafo pudo averiguar, ¿cómo fue esa transición de Víctor Jara en los años 60 desde ser un hombre del teatro a convertirse en un cantautor políticamente comprometido? ¿Titubeó de pasar de las artes más cercanas a la alta sociedad a las artes populares?

Víctor Jara estrenó y dirigió el año ‘65 ‘La remolienda’ de Alejandro Sieveking, que fue un gran éxito del teatro chileno, con un resonante éxito de público y de crítica. Víctor fue elegido ese año como el mejor director teatral de Chile. Bueno, esto coincide con la peña de los Parra, cuando Patricio Manns lo lleva para allá y le presenta un sello donde graba su primer sencillo, ‘El cigarrito’, que tiene un éxito impresionante en la época. Víctor estaba contratado a tiempo completo en la Universidad de Chile, daba clases, dirigía obras, y le empiezan a preguntar en as entrevistas de esa época cómo podía compatibilizar eso con tocar en la peña de los Parra, grabar discos, ser director musical de Quilapayún, y él va respondiendo que, bueno, lo voy a intentar.  Pero llega un momento donde la duda se convierte en una verdadera angustia para él, y eso lo cuenta por ejemplo Patricio Castillo, que estuvo junto a él en ese tiempo y muchos años más. En el año 70 Max Berrú le dijo: ‘Bueno, ¿te vas a dedicar a la música o no? Y Víctor le respondió: ‘Te hice caso weón, lo haré’.

"Tras la presentación en el colegio Saint George’s en julio de 1969, donde se encontró con un ambiente hostil de estudiantes y apoderados, Víctor comienza a darse cuenta del clima de odio que se está gestando".

Y así, a partir del año 70, Víctor Jara renuncia al departamento de teatro de la Universidad de Chile para dedicarse a la campaña presidencial de Allende, y a la creación musical. Ese año publica el disco ‘Canto Libre’ junto a Inti Illimani.

Pero antes de iniciarse en el al teatro y renunciar a éste, Víctor Jara ya estaba involucrado en la escena musical como miembro del conjunto folclórico Cuncumén.

Sí, se une a ellos en torno al año 58, y hace con ellos una gira muy importante por Europa en 1960, y deja Cuncumén en torno al año 62, para terminar su formación como director teatral. Y en los años siguientes se vuelca completamente al teatro. Pero el cambio es progresivo a partir del año 65 y 66, que entiende que la libertad está en la guitarra. En teatro tiene estrenos en recintos como el teatro de Antonio Varas, en la Casa de la Cultura de Ñuñoa, con programación fija, con exigencias que le impedían dedicarse completamente a la música. Estuvo el año 1968 en Europa con una beca para seguir su formación en teatro, y cuando vuelve a Chile saca el disco ‘Pongo en tus manos abiertas’, y luego va con Quilapayún y Gladys Marín a Uruguay,

Mencionó antes el punto de inflexión en la carrera musical de Víctor Jara. ¿Existe también un momento de inflexión política?

Víctor ingresa a las Juventudes Comunistas en 1958 [a los 26 años], cuando en la Jota eran unos pocos centenares. Pero claro, ¿él dónde está? Está en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile con Roberto Parada, Pedro de la Barra, María Maluenda, que eran todos militantes comunistas, y también era cercano a Violeta Parra, a Margot Loyola, ella también era comunista. Era una época en la que el Partido Comunista valoraba mucho el trabajo cultural, las artes, el folclor. Bueno, en ese pequeño mundo en Santiago, el PC era el partido hegemónico, y Víctor entra de lleno a ese mundo.

Mundo en el que conoce también a Joan Jara.

Sí, que estuvo casada con el coreógrafo y actor Patricio Bunster, que también era militante del PC. Pero no hay pistas, no hay una huella clara de la militancia comunista de Víctor sino hasta finales de los años 60. Conversé con el historiador Iván Ljubetic, que estuvo en la Jota todos esos años, y no recuerda a Víctor en ese contexto, no coincidió en nada en esos años. Es decir, Víctor Jara era militante, pero era uno de muchos.

¿Y cuándo se vuelve más político?

Bueno eso cambia cuando comienza a hacer conciertos con Quilapayún a partir del año 66 [Jara era su director musical]. Cuando en 1969 Víctor Jara gana el primer festival de La Nueva Canción Chilena, le preguntan en una entrevista si es comunista, y Víctor responde: soy marxista. No es que la gente en la época no supiera de su militancia comunista, pero es aquí donde lo dice abiertamente a la prensa.

Yo diría que Víctor Jara fue un militante comunista clásico de la época, que incluye viajes a la Unión Soviética y la República Democrática Alemana (RDA). Las cartas que le envía a Joan, y que ella reprodujo en su libro, muestran que Víctor elogiaba el trabajo cultural y artístico de esos países. En Cuba también se entusiasma.

El disco ‘Pongo en tus manos abiertas’ lo publica el sello Dicap de las Juventudes Comunistas y ahí está la canción ‘A Cochabamba me voy’. Y ahí cuento como los dirigentes de la Jota le dicen a Víctor que ese canto a la lucha armada hay que hablarlo con los dirigentes del partido. Y él ahí les dijo que no aceptaría censura.

¿Cómo fue su relación con Allende?

No hubo una relación directa con Allende. Ellos se conocen el año 64 en Uruguay, cuando Allende estaba en Montevideo con la Tencha. Les gustaba mucho ir a Uruguay y están ahí para un estreno de una obra del teatro de la Universidad de Chile que dirige Víctor Jara. Ahí se saludan, se conocen, pero no hubo una relación personal entre ambos.

Sí la hubo con Neruda, pero no se conserva correspondencia de Neruda hacia Víctor Jara.

¿Y de Víctor Jara hacia Neruda?

No, tampoco. Lo que te puedo decir es que en el archivo de la Fundación Neruda no hay cartas de Neruda con Víctor.

¿Entonces cómo sabe que hubo una relación personal entre ambos?

La relación fue la siguiente. Cuando el año 67 se estrena la cantata ‘Fulgor y muerte de Joaquín Murieta’ de Neruda, la música la hace Sergio Ortega y la obra la hace el teatro de la Universidad de Chile.  Y Neruda llama a Víctor para preguntarle que le pareció. Pero sólo hay una foto de Neruda con Víctor.

Y con Allende yo no he encontrado mayor relación. En los archivos de prensa no existen noticias de que Allende invitara a La Moneda a Víctor Jara, o a Quilapayún, Ángel Parra u otros. No digo que no pasara, pero no hay registros públicos. Pero claro, todos ellos participaron siempre en los actos masivos de la UP, durante la campaña del 70 y después cuando fueron gobierno.

¿Cómo vivió Víctor Jara esos tres años de la UP?

Eso lo cuenta muy bien Jorge Coulon en su libro ‘La sonrisa de Víctor Jara’, que muestra el entusiasmo y compromiso tan fuerte de Víctor. En septiembre de 1970, después de la victoria electoral de la UP, le manda una carta a Rubén Ortiz, que está en el libro, donde se ve la alegría y esperanza de Víctor. Además, yo creo que por venir del sector social que venía, de los más pobres de Chile, campesinos sin tierra, de haber vivido en poblaciones en Santiago, él entendía que ese sector social iba a ser el más favorecido por ese gobierno.

Al final también hay un proceso donde él llama públicamente a organizar el trabajo cultural de la UP. Claro, estaba la Nueva Canción Chilena, la editorial Quimantú, pero no había una unidad o una unificación de esfuerzos. Claro, hubo grandes proyectos culturales como Chilefilms, pero Víctor Jara llama a coordinar mejor los esfuerzos en el terreno cultural, a hacer un congreso nacional de los trabajadores de la cultura, en fin, a aunar y sumar esfuerzos.

"En una carta al poeta peruano Arturo Corcuera fechada en 1972, Víctor le escribe: ‘¿Viviremos para ver las realizaciones del socialismo?’.  Ahí está ese sentimiento que él tenía, muy interior, de que se venía algo duro en Chile".

¿Y qué fue de esos esfuerzos?

Bueno, Víctor planteó esto en agosto de 1973, con un gobierno cercado, preocupado simplemente de que sobreviva la democracia. Era para otro momento eso.

Usted mencionó antes que Víctor Jara ya había expresado en algunas cartas la sensación de que se podía venir la noche.

Respecto de esa sensación pesimista, que Joan también describe en su libro, es muy llamativo que en julio del 70 matan a Miguel Ángel Aguilera [obrero y militante comunista asesinado durante una huelga] y él hace la canción ‘El alma llena de banderas´, que termina cantando venceremos tres veces. Menos de dos años después, en abril del 73, matan a otro obrero comunista, José Ricardo Ahumada, y él crea la canción ‘Cuando voy al trabajo’, que termina diciendo: “laborando el comienzo de una historia sin saber el fin”. O sea, ya no es el canto victorioso de 1970, sino la percepción de que el país está en una situación muy grave, que los enemigos del gobierno son muy poderosos, y que la posibilidad de un desenlace fatal era evidente.

También participó en los seis programas de TVN que eran parte de la campaña ‘Contra la guerra civil y el fascismo’, en la que también estuvo Neruda. Y ahí canta y musicaliza el poema de Neruda ‘Aquí me quedo’, donde está el verso “yo no quiero la patria dividida”.

Y todo esto desemboca en la creación de la canción ‘Manifiesto’, que alcanzó a grabar en agosto de 1973, y que un periodista sueco saca del país.

¿Esa canción fue publicada después del golpe de Estado entonces?

Sí, después de su muerte.

¿En su libro habla del episodio cuando Víctor Jara fue a cantar al colegio Saint George’s y se produjo una batahola? Ese evento pareció dejar en claro que era una persona non-grata en amplios sectores de la elite.

Eso viene porque en ese colegio estudiaba uno de los hijos de Pérez Zujovic [ministro del Interior del gobierno de Eduardo Frei Montalva, que la oposición de izquierda consideraba como responsable de la matanza de Puerto Montt en marzo de 1969, en la que durante un desalojo de una toma Carabineros mató a 11 pobladores]. Francisco Pérez Yoma, hijo de Pérez Zujovic [asesinado en 1971 por un grupo de ultraizquierda] declaró en el juicio por la muerte de Víctor Jara. Y en esa investigación judicial buscaron mucho las posibles conexiones entre represores con gente del Saint George’s. La justicia buscó mucho si entre los oficiales del Estadio Chile existían conexiones con ese colegio, familiares que tuvieran sus hijos ahí. Pero no hubo nada.

Bueno, el hecho es que él va a cantar en julio de 1969 al colegio, acompañado de un poeta, canta siete canciones, pero se encuentra ahí con un ambiente muy hostil porque recién había publicado la canción ‘Preguntas por Puerto Montt´ [donde encara directamente al entonces ministro del Interior]. Es muy interesante las declaraciones que Francisco Pérez Yoma, que tenía unos 16 o 17 años, dio a la prensa en esa época respecto del incidente en el Saint George’s. “Mi papá me dijo que eso estaba muy bien, que a los marxistas hay que incomodarles”.

Este hecho fue importante, porque Víctor Jara comienza a darse cuenta, y eso en la UP pasa mucho más, del clima de odio que se va gestando. Víctor vivía en Las Condes que, claro, era un ambiente super hostil para él; sentía la agresividad de sus vecinos, y cuando lo veían en la calle le gritaban barbaridades, lo amenazaban. Víctor en esa época vivía del salario de una universidad estatal, que era un salario modesto. Pero además obtenía ingresos por la venta de sus discos.

Bueno, y todo ese clima de odio que se manifiesta por primera vez en ese colegio, desemboca en el golpe y en su muerte tan cruel.

En la biografía reconstruye los últimos cuatro días de vida de Víctor Jara, entre el 11 y el 15 de septiembre de 1973. ¿Qué ocurrió en esas jornadas?

Primero, yo invito a las chilenas y chilenos a valorar lo que significa en términos históricos la lucha que han llevado adelante los familiares de las víctimas de la dictadura. Si la familia de Víctor Jara no hubiera presentado una querella, hoy sabríamos de la muerte de Víctor Jara lo mismo que sabíamos en en 1974. Ahí fue cuando comienzan a publicarse fuera de Chile los primeros escritos de lo que había pasado en el Estadio Chile. Aparecen los primeros testimonios de detenidos, que después partieron al exilio, y se comienza a saber más o menos lo que pasaba en ese estadio.

"Si no fuera por Héctor Herrera, un funcionario del Registro Civil que reconoció el cuerpo, quizás Víctor no hubiera aparecido nunca.  Tal vez lo hubieran enterrado en el Patio 29 y sería un detenido-desaparecido".

Es verdad, todo esto también viene con leyendas, algunas falsas, pero ya a fines del 73 y 74 ya se publicaba fuera de Chile lo que había pasado en el Estadio Nacional, en el campo de prisioneros de Chacabuco, en el Estadio Chile.

Y es gracias a la persistencia de los familiares y de las agrupaciones de la izquierda chilena, que hoy tenemos la verdad en el caso de Víctor Jara. Y también es importante el aporte que supuso el cambio en la actitud de los conscriptos que estuvieron en el Estadio Chile, que le contaron a la justicia chilena la verdad de lo que pasó ahí. Primero fue José Paredes, y después otros conscriptos que han declarado de manera muy valiente, y así lo han valorado tanto el abogado Nelson Caucoto como Joan Jara y su familia. Ellos nos contaron lo que pasó en las últimas horas de vida de Víctor Jara.

¿Y qué pasó en esas últimas horas?

Víctor llega a la Universidad Técnica del Estado cerca de las 11 de la mañana del día 11 de septiembre, después de haber pasado por el Comité Central de las Juventudes Comunistas. Como sabemos, ese día la UTE fue cercada, al día siguiente asaltada por el Ejército bajo las órdenes de Marcelo Morén Brito [posteriormente miembro de la DINA] y cerca de las tres de la tarde se llevan a los prisioneros al Estadio Chile. Víctor al llegar es reconocido, lo apartan del grupo de sus compañeros de la UTE, lo torturan y lo dejan aislado en los subterráneos. Todo esto en la tarde y noche del día 12. El día 13 ya hay presos políticos que conversan con él en algún momento. Ese día conversa con un trabajador de la imprenta Horizonte, Hugo González, quien era parte de la Jota. Y el trabajador le dice que a él lo arrestaron por violar el toque de queda la noche anterior, que ellos no saben de su militancia y que es probable que lo dejen en libertad. Víctor le pide a Hugo González transmitirle un mensaje a Joan:  Según contó el propio González a un periodista brasileño, Víctor le dijo: “no le des esperanzas a mi familia de que salga en libertad, y no les cuentes lo que han hecho conmigo”.

Bueno y este compañero joven le avisa además a Joan que el auto estaba en el estacionamiento de la UTE y al día siguiente le entrega las llaves. Ese día 13 Víctor vuelve con el grupo de detenidos de la UTE y de la Jota. Le recortan el pelo para intentar que no vuelvan a reconocerle. El día 14 creen que los van a llevar al Estadio Nacional, pero hasta el día 15 no empieza el traslado desde el Estadio Chile al Estadio Nacional. Ese día, en algún momento, Víctor es separado y lo llevan donde unos oficiales que lo humillan y lo golpean. También separan a Littré Quiroga [director de prisiones del gobierno] y a Danilo Bartulín [amigo y médico personal de Allende] y trasladan a los tres al subterráneo. A última hora sacan a Bartulín de ahí y lo llevan a los grupos que van a trasladar al Estadio Nacional.

Hasta aquí, cuando Bartulín lo sacan y se quedan Víctor y Littré Quiroga y después ambos aparecen muertos, todo esto ya lo sabíamos en 1975. Todo eso se sabía hace muchísimo tiempo.

Pero la persistencia de los familiares en pedir justicia lleva a que en 2009 declare ante el ministro Miguel Vázquez José Paredes, que en 1973 era un soldado conscripto bajo el mando de Manuel Contreras en Tejas Verdes, San Antonio. A él lo envían al Estadio Chile donde llega el 14 de septiembre. En su testimonio ante la PDI en 2009 describe como un oficial, en el primer subterráneo del estadio, estaba jugando a la ruleta rusa con Víctor Jara. Víctor estaba de espaldas al militar.

Bueno y todo esto llevó a que en 2018 el ministro Vázquez condenara a ocho militares por el asesinato de Víctor Jara.

En los primeros días después del golpe los militares aún no habían puesto en plena marcha la cruel práctica de los detenidos desaparecidos. El cuerpo de Víctor Jara lo arrojan en la comuna de Estación Central...

..., no, fue en Lo Espejo, frente al cementerio metropolitano. Unos pobladores encuentran el cuerpo en la mañana del domingo 16 de septiembre. Al rato llegan unas furgonetas y llevan el cuerpo de Víctor a la morgue. Como sabemos, es un muchacho de veintipocos años, Héctor Herrera, un funcionario del Registro Civil que trabajaba en el Servicio Médico Legal, y un compañero suyo quienes reconocieron el cuerpo. Le toman las huellas y con ello encuentran su ficha y la dirección de la familia. Y ya en la mañana del 18 de septiembre Héctor Herrera le avisa a Joan Jara.

Si no fuera por Héctor Herrera, quizás nunca hubiera aparecido su cuerpo. Tal vez lo hubieran enterrado en el Patio 29 y sería un detenido-desaparecido.

¿Cómo surgió el mito de que a Víctor Jara le cortaron las manos?

Yo lo cuento en el libro también. Un escritor chileno publica el 2 de enero de 1974 un artículo en el periódico La Opinión de Argentina donde difunde ese mito. E increíblemente, a pesar de que Joan contó en innumerables entrevistas cómo estaba el cuerpo de Víctor, ese cúmulo de exageraciones macabras y falsedades encontraron eco después en canciones y obras culturales.

Pero no hacía falta inventar nada, exagerar nada, el horror real es tan grande, y el dolor tan grande, que todo eso sobraba.

¿Cuál es su próximo proyecto biográfico relacionado con Chile?

Una biografía de Gladys Marín.

 

 

 

 

 



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Un gran aporte en reconocer las verdades y circunstancias de la vida de Víctor Jara.

Cuando se estrena en Netflix " LA vida es eterna de Victor Jara " ?

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