Estamos donde tú estás. Síguenos en:

Facebook Youtube Twitter Spotify Instagram

Acceso suscriptores

Lunes, 21 de Julio de 2025
[Análisis económico]

No te metas con mi banco

Carlos Tromben

yarur.jpeg

“No acepto que un banco privado sea calificado por un funcionario público”, declaró Jorge Yarur Banna en octubre de 1985. 
“No acepto que un banco privado sea calificado por un funcionario público”, declaró Jorge Yarur Banna en octubre de 1985. 

El Banco Central acaba de encender las alarmas sobre la solvencia de la banca chilena, pero en realidad hay un solo banco local expuesto a la crisis estadounidense: el BCI de la familia Yarur por su sede en Miami. 

“No acepto que un banco privado sea calificado por un funcionario público”, declaró Jorge Yarur Banna en octubre de 1985. 

El entonces presidente del Banco de Crédito e Inversiones (BCI) se refería a Juan Ariztía Matte, el superintendente de AFP y encargado de presidir la comisión clasificadora de riesgo. Sin una nota positiva de Ariztía y su equipo, los bancos y empresas no podrían recibir inversiones de las AFP, el único inversionista relevante en un país en que recién salía de la UTI. 

El negocio de los bancos es sencillo y seguro hasta que deja de serlo. Reciben depósitos a la vista o a plazo (los pasivos) y prestan estos recursos a personas, empresas y al Fisco (los activos). En tiempos normales ambos están en un equilibrio favorable para los bancos, pues los activos generan en el tiempo ingresos superiores a los egresos. Sin embargo, desde que se inventó el negocio en Italia hace siete siglos, la banca sucumbe cuando el activo sufre una violenta desvalorización y deja de generar ingresos suficientes, los depositantes se enteran de ello, se asustan y exigen la devolución de su dinero.  

Fue lo que ocurrió a los bancos chilenos a comienzos de la década de los 80 y tuvo que salvarlos el Banco Central 'comprándoles' unos créditos que nunca se pagarían. En el caso del BCI, el agujero no era tan grande como el de los otros bancos, pero lo suficiente como para hundirlo sin la ayuda estatal. Esta deuda con el Fisco seguía vigente cuando la comisión presidida por Ariztía Matte decidió que el banco de los Yarur era demasiado riesgoso como para recibir dinero de las AFP. El patriarca montó en cólera y lanzó su exabrupto por micrófono abierto. 

La banca chilena salió de la crisis para transformarse en una máquina de ganar dinero. Ninguna de las recesiones posteriores logró desestabilizarla. Con una estructura de capital robusta y políticas crediticias prudentes, parecen edificios antisísmicos capaces de soportar un sismo grado 9. Y, sin embargo, hace una semana el Banco Central activó un dispositivo legal que encendió algunas alarmas. Una señal de que el riesgo bancario está de vuelta.

Han pasado 37 años desde entonces y la banca chilena salió de la crisis para transformarse en una máquina de ganar dinero. Ninguna de las recesiones posteriores logró desestabilizarla. Con una estructura de capital robusta y políticas crediticias prudentes, parecen edificios antisísmicos capaces de soportar un sismo grado 9. Y, sin embargo, hace una semana el Banco Central activó un dispositivo legal que encendió algunas alarmas. Una señal de que el riesgo bancario está de vuelta.

Se trata de una cláusula que los obliga a crear un colchón de capital que, según las primeras estimaciones, ascenderá a unos US $1.500 millones, algo así como las ganancias completas de un trimestre. La noticia pasó relativamente desapercibida en medio de polémicas artificiales como los balones de gas rosados.

Según el comunicado del Central, la medida es transitoria y busca proteger a la banca de riesgos internacionales no especificados. Si dichos riesgos no escalan, la medida se revierte y aquí no ha pasado nada. 

Como siempre la clave está en lo no dicho. El riesgo aludido es la crisis de los bancos regionales en Estados Unidos, que provocó el colapso del Silicon Valley Bank y otras dos instituciones. Lo curioso, sin embargo, es que el único banco chileno teóricamente expuesto a este desaguisado es el BCI, hoy presidido por un sobrino de Jorge Yarur.

Miami Vice

Por tamaño y cultura la estructura de la banca estadounidense no es oligopólica como la chilena, hay apenas un puñado de grandes bancos nacionales y cientos de bancos locales con nombres permutables: First City, National City, First National. En 2015 el BCI compró uno de estos con sede en Miami, una ciudad por donde fluyen cantidades astronómicas de dinero desde y hacia América Latina y que durante la pandemia se benefició de una migración relevante de familias de alta renta desde otros estados.

Según cifras de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), a marzo de este año los depósitos de esta filial extranjera representan el 9,3% del total del sistema bancario chileno. En el papel, un monto suficiente como para que una fuga de depositantes en Florida ponga en riesgo a los de Arica a Magallanes.

El Banco Central tomó una decisión para distribuir el riesgo puntual del BCI entre todo el sistema, tengan o no inversiones en Estados Unidos. Dirigentes empresariales y economistas como Sergio Lehman (del BCI…) pusieron el grito en el cielo denunciando que la decisión encarecerá el crédito en Chile.

Sin embargo, a la fecha no existen antecedentes de que eso esté sucediendo ni de que el banco de los Yarur haya incurrido en los mismos descalces de activos y pasivos como los que provocaron la caída del Silicon Valley Bank. De hecho, según sus últimos estados financieros (marzo de este año) no tiene inversiones en bonos del tesoro, un activo financiero que sufrió una fuerte desvalorización con la subida de tasas de interés.

En otras palabras, el Banco Central tomó una decisión para distribuir el riesgo puntual del BCI entre todo el sistema, tengan o no inversiones en Estados Unidos. Dirigentes empresariales y economistas como Sergio Lehman (del BCI…) pusieron el grito en el cielo denunciando que la decisión encarecerá el crédito en Chile. Sin embargo, lo que ocurra en los próximos meses confirmará si la medida fue precipitada o no. 

Hace poco se intentó instalar la narrativa de que la reserva federal dejará de subir las tasas de interés, pero las últimas lecturas de inflación en Estados Unidos van en el sentido contrario y la han puesto en entredicho. Si siguen subiendo, como ya se teme, los bancos regionales volverán a tener problemas, pues carecen de espaldas para evitar que sus clientes se lleven sus depósitos a bancos más grandes capaces de ofrecerles tasas más elevadas. En otras palabras, el banco de los Yarur tendrá que competir con JP Morgan y Bank of America y eso le saldrá caro.

Se dice que la historia es cíclica y retorna al mismo punto, pero con otro registro: comedia o tragedia dependiendo de los actores. La crisis que destruyó a la banca chilena y tuvo contra las cuerdas al BCI se originó también en un alza de tasas en Estados Unidos. Sin embargo, era otra banca y otro Yarur. 

En este artículo

Organizaciones:


Los Más

Ya que estás aquí, te queremos invitar a ser parte de Interferencia. Suscríbete. Gracias a lectores como tú, financiamos un periodismo libre e independiente. Te quedan artículos gratuitos este mes.

En este artículo

Organizaciones:


Los Más

Comentarios

Comentarios

Así como en los años 80' el Estado rescató a los bancos con créditos que nunca pagaron, osea pagamos nosotrxs, lxs trabajadorxs, hoy corresponde que la deuda del CAE asumida ante los bancos por el Estado, no se le pague a los bancos como retribución al regalo que éstos recibieron en los años 80'. Y así, aunque de manera tardía, el Estado reconozca el Derecho. a la Educación a miles de personas que estudiaron endeudándose.

Añadir nuevo comentario