Estamos donde tú estás. Síguenos en:

Facebook Youtube Twitter Spotify Instagram

Acceso suscriptores

Martes, 13 de Mayo de 2025
Guerra comercial

Política proteccionista de Trump pone en aprietos al corazón neoliberal de Kaiser y Kast

Maximiliano Alarcón G.

El ‘Make America Great Again’ de Donald Trump impulsa en la actualidad una serie de aranceles a las importaciones de otros países, los cuales podrían afectar a la industria chilena. Esto fija una disyuntiva a los referentes de la ultraderecha chilena sobre si inclinarse por el liderazgo del presidente de EEUU o defender las políticas comerciales internacionales de las últimas décadas.

No es un misterio que la ultraderecha atraviesa un buen momento en casi todo el mundo, representado en liderazgos como el del presidente de Argentina, Javier Milei, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, pero por sobre todo el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump.

Con este panorama, no es extraño que la versión chilena de este sector goce de optimismo de cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias que se realizarán el presente año, donde esperan obtener un buen resultado agarrándose del simbolismo de los anteriormente mencionados.

Pero hay un problema no menor para los criollos, una contradicción que pone en aprietos la simpatía que se pueda tener con el máximo exponente del ultraderechismo global, Donald Trump, puesto que estaría afectando algo fundamental para la ultraderecha chilena: el neoliberalismo.

El presidente y empresario, con el objetivo de ‘hacer a Estados Unidos grande otra vez’, ha impuesto una serie de aranceles a las importaciones provenientes de gran parte del mundo, destacando las del 25% sobre productos originarios de México y Canadá, 10% sobre los de China, ‘aranceles recíprocos’ para la Unión Europea y la del 25% sobre el acero y el aluminio.

Estas iniciativas el magnate las ha fundamentado en distintas razones, al menos en el discurso. Por ejemplo, en el caso de México, Canadá y China, el argumento fue que con esto busca detener la entrada ilegal de fentanilo a Estados Unidos como también controlar la inmigración irregular. Mientras que en el caso de la Unión Europea, el mandatario apuntó a “razones de justicia”, buscando aplicar la misma medida que se le aplica a empresas estadounidenses en el viejo continente.

Los aranceles impuestos por Trump tienen un fin proteccionista, con el que fortalecería los negocios locales y recaudaría mayores fondos para las arcas estadounidenses en medio de un panorama de déficit fiscal, a costas de cualquier acuerdo comercial anterior que se tenga con los demás países.

Sin embargo, en la práctica los aranceles impuestos por Trump tienen un fin proteccionista, con el que fortalecería los negocios locales y recaudaría mayores fondos para las arcas estadounidenses en medio de un panorama de déficit fiscal, a costas de cualquier acuerdo comercial anterior que se tenga con los demás países.

Por supuesto, ante esta llamada ‘guerra comercial’, los líderes de los países afectados han hecho frente a la nueva política estadounidense, sobre todo la Unión Europea, quienes calculan un impacto de US$29.300 millones.

El pasado 10 de febrero, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que responderían a la avanzada con “contramedidas firmes y proporcionadas”.

Un día después, la misma Von der Leyen se reunió con el vicepresidente de Estados Unidos, James David Vance, pero más allá de la diplomacia no se vio un retroceso de Trump, puesto que el pasado 19 de febrero anunció nuevos aranceles del 25% para importaciones de automóviles, productos farmacéuticos y chips.

Mientras tanto, en este pueblo al sur de Estados Unidos, ni el Partido Republicano de José Antonio Kast ni el Partido Nacional Libertario de Johannes Kaiser parecen estar dándole la importancia que requiere a este tema.

Puede que estos sectores estén satisfechos con dejarse llevar por la corriente del buen momento de la ultraderecha a nivel global y así dar el golpe en las presidenciales y parlamentarias de este año, tal como recientemente hizo la presidenta del partido Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, quien pese a los problemas que traerían los aranceles para Europa, se reunió el 15 de febrero con J.D Vance en Múnich, en una cita que significó un respaldo de cara a las elecciones anticipadas de hoy domingo y que además fue polémica porque el vicepresidente de Estados Unidos dejó plantado al canciller alemán, Olaf Scholz.

Pero Chile no es Alemania y la ultraderecha local no tiene la libertad absoluta para enfocarse solamente en el panorama electoral, puesto que en la política local la voz de las grandes empresas puede marcar la pauta del accionar de casi cualquier sector político que busque ostentar poder, sobre todo si entre los dueños se encuentran los financistas de las campañas.

Y justamente en el mercado chileno hay preocupación. 

La Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) se reunieron con la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, cita en la que se acordó estudiar con atención los movimientos de Donald Trump.

El pasado 10 de febrero representantes de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) se reunieron con la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, cita en la que se acordó estudiar con atención los movimientos de Donald Trump, según información publicada por el Diario Financiero.

El mismo periódico informó sobre un comunicado de la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet) en el cual el gremio señaló que buscarían coordinar una estrategia con el Ministerio de Economía para contrapesar el daño de los aranceles de Trump a la industria chilena, considerando que Estados Unidos es el segundo destino de las exportaciones locales, con ventas que en 2024 ascendieron a US$286,6 millones.

En lo concreto, Johannes Kaiser o José Antonio Kast podrían haber aprovechado la Conferencia Política de Acción Conservadora que se realiza por estos días en Washington para haber conversado sobre este tema con ultraderechistas estadounidenses, pero cada uno se encuentra por estos días realizando trabajo en terreno en Chile para fortalecer las posiciones de sus respectivos partidos como también de sus aspiraciones presidenciales.

Este año será clave para que la ultraderecha chilena se decida sobre si sumarse al ‘Make America Great Again’ o ser fiel al legado neoliberal implementado durante la dictadura de Augusto Pinochet, internacionalmente consolidado con Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio firmado por Ricardo Lagos en 2004.



Los Más

Ya que estás aquí, te queremos invitar a ser parte de Interferencia. Suscríbete. Gracias a lectores como tú, financiamos un periodismo libre e independiente. Te quedan dos artículos gratuitos este mes.



Los Más

Comentarios

Comentarios

Añadir nuevo comentario