Esta semana Rodrigo Huenchuman renunció a su militancia en Evópoli, y con ello también a la Coordinación Nacional de Pueblos Originarios del partido, lo cual hizo público a través de un comunicado. “Partí conociendo la empatía, la sensibilidad de muchas personas hacia la digna causa de nuestros pueblos. Pero hoy lo que caracteriza al partido es un profundo desinterés, cuando no displicencia sobre el tema”, dijo.
“Tampoco se aprecia en Evópoli un compromiso serio con la causa del medio ambiente, central en la preocupación de quienes somos mapuche”, indica parte del texto.
Para Huenchuman -según dice en esta entrevista- el rechazo de la derecha a la plurinacional fue clave en su renuncia, pues considera que “han creado mucho miedo infundado y han levantado livianamente conceptos como ‘separatismo’, ‘privilegiados’, ‘no quieren a Chile’. Además, Huenchuman acusa el “compromiso del partido con la gran industria forestal”.
Interferencia conversó con Huenchuman -profesor de historia y presidente de la Fundación Manke, que "busca promover el diálogo intercultural"-, quien contó que militó en Evópoli “desde el principio", lo cual no le resultó fácil ni cómodo, aunque valora haber podido generar espacios, que se hablaran los temas, y que "gente que no conocía el mundo indigena lo conoció y se generó el punto de los escaños".
- ¿Por qué decidió renunciar a Evópoli?
- La renuncia se fue dando de a poco por un desencanto. Lo de los escaños fue un punto. A mi tocó hacer mucho lobby, en el sentido de sensibilizar, como digo, haciendo mucha 'pedagogía política. En el fondo la centro derecha y la derecha, son sectores que -lamentablemente, por su idiosincrasia, por su cultura o persé al fin y al cabo-, no conocen el tema de los pueblos originarios o las primeras naciones.
En ese sentido, fui de menos a más a nivel interno del partido, haciendo varias charlas y webinars, siempre a disposición de los militantes, porque mi eje siempre fue educar; mi profesión es profesor de historia, así que debo saber y hablar de historia y principalmente de la historia del pueblo-nación mapuche que siempre se debe mirar con retrovisión.
"En el fondo la centro derecha y la derecha, son sectores que -lamentablemente, por su idiosincrasia, por su cultura o persé al fin y al cabo-, no conocen el tema de los pueblos originarios o las primeras naciones".
En la interna fue un trabajo pedagógico bastante grande que se dio también a partir de la necesidad. Hablando con la coordinadora en ese entonces, se trató de generar un relato colectivo para levantar ahí también la bandera de los pueblos originarios.
Me costó, porque fue la época pre estallido social. Pero fui a un par de reuniones con Luz Poblete, que era la secretaria general, y en septiembre de 2020 se dieron las confianzas y los tiempos para generar el levantamiento de la causa dentro del partido. Se plantó una semilla y daba la sensación que iba a prosperar.
Esa es la parte bonita, pero lamentablemente con el tiempo y tras la discusión de los escaños reservados en la Convención, que para nosotros como pueblo mapuche sabíamos que era algo pendiente hace décadas; pues hablar de la participación política institucional es algo que se viene hablando desde la época de la Sociedad Caupolicán y la Corporación Araucanía en adelante, casi hace un siglo atrás, con los movimientos de los años 30 al que convergen diferentes diputados.
"Alguien tenía que correr el cerco. Había que levantar ahí también las banderas, porque no puede ser que un solo sector tenga parte de ese conocimiento. La derecha puede caer en un folcklor, pero la izquierda muchas veces es tibia con el tema".
En fin, es una justa demanda por la que hice mucho lobby con ministros, subsecretarios y autoridades del partido, con la idea de generar sensibilidad o empatía, que costó bastante.
- Usted señala que la derecha no conoce la historia de los pueblos indígenas, entonces ¿por qué militó ahí tantos años?
- Porque alguien tenía que correr el cerco. Había que levantar ahí también las banderas, porque no puede ser que un solo sector tenga parte de ese conocimiento. La derecha puede caer en un folcklor, pero la izquierda muchas veces es tibia con el tema. Viendo entonces el panorama creí que era necesario avanzar en todos los sectores.
Yo soy un convencido de que el mapuche tiene que estar en todos los estratos y sectores. Fue sano tener 50 u 80 militantes para hablar del pueblo mapuche, conocer, reencontrarse y generar empatías, para mi fue satisfactorio personalmente. Después del lanzamiento de la causa Evópoli Pueblos Originarios, eso hizo eco en la UDI y RN, que tienen ahora un estamento indígena. Uno puede tener diferencias políticas, pero es necesario que esté y sea una opción que esté en la vía institucional.
Creo que hay que estar transversalmente; izquierda, centro y derecha.
"Hay una crítica a la Convención en sí, y se lo dije a varios peñis y lamngen; que nosotros sepamos lo que es la plurinacionalidad, es necesario y esencial, pero la sociedad chilena en general, ¿lo sabe? mi respuesta inmediata sería que no, porque son tópicos que nunca nadie ha contado, porque ningún Gobierno ha planteado una modificación curricular como corresponde para aprender sobre plurinacionalidad
-Volviendo a la discusión de los escaños reservados como punto clave en su renuncia ¿por qué fue así?
- Cuando vino el proceso de los escaños reservados y a la derecha le fue mal electoralmente, vino una debacle. Hubo autocrítica y por mi parte advertí que el proyecto indigena en la centro derecha estaba en pañales, pues por lógicas razones no esperábamos buenos resultados, y así se dio.
Ya cuando se instala en la Convención tópicos tales como la plurinacionalidad -que tanto para usted, como para mi, y para el mundo indígena son muy conocidos y para la academia también- se arma un relato y un punto de inflexión, en el que la derecha volvió a ser una derecha clásica; esa que le teme al cambio. Y lamentablemente afloraron esas frases en el sector acerca del tema, con lo que yo empecé a decir “aquí no, acá no puede ser”.
Me empecé a cuestionar hasta qué punto podía estar ahí, conversé en ese entonces con mi padre, con mi pareja, con amigos, y comencé a ver que ya no era la misma sensación, la visibilización ya no estaba, pues empezaron a aflorar esos discursos de que los indígenas éramos privilegiados, separatistas... y dije no.
-¿Por qué la derecha le teme a la plurinacionalidad?
- Creo que el ser humano en sí teme a lo desconocido. Aquí también hay una crítica a la Convención en sí, y se lo dije a varios peñis y lamngen; que nosotros sepamos lo que es la plurinacionalidad, es necesario y esencial, pero la sociedad chilena en general, ¿lo sabe? mi respuesta inmediata sería que no, porque son tópicos que nunca nadie ha contado, porque ningún Gobierno ha planteado una modificación curricular como corresponde para aprender sobre plurinacionalidad.
A eso sumamos que lamentablemente lo que vende es la desinformación, las fake news y las redes sociales que se usan para bien y para mal.
"No sé si decirlo como racismo de facto, pero sí un desconocimiento. El desconocimiento genera miedo y el miedo puede generar racismo. Puede haber un racismo intrínseco, pero no están los tiempos para que alguien de un discurso racista de 'tomo y lomo', por así decirlo"."
En ese sentido, el sector de la derecha ha hecho caldo de cultivo respecto a esto, ha creado mucho miedo infundado y ha levantado conceptos como 'separatismo', 'privilegiados', 'no quieren a Chile' y un largo etcétera que hemos visto en estos meses.
Por eso decidí salirme, aunque no fue una decisión fácil porque fueron años de militancia, pero me fui con al frente en alto y con la tranquilidad de haber hecho un trabajo político, y de haber generado votos para los escaños reservados, que fue el punto inicial de un camino que ahora está en la Convención.
Ahora hay que seguir apoyando a la Convención y generando pedagogía respecto a lo que viene, porque nada está dicho, nada indica que será una victoria aplastante.
- Esta manipulación que señala del término 'plurinacionalidad', ¿cree que forma parte del racismo del sector?
- No sé si decirlo como racismo de facto, pero sí un desconocimiento. El desconocimiento genera miedo y el miedo puede generar racismo. Puede haber un racismo intrínseco, pero no están los tiempos para que alguien de un discurso racista de 'tomo y lomo', por así decirlo.
Ahora, al racismo se le combate con información, eso es clave y decidor, por eso es trascendental hacer un trabajo de buena comunicación y educación para la futura carta magna.
Esto es un cambio cultural del largo plazo, que tiene que ver con varios actores, la educación, la historia de los pueblos originarios, y la crítica al modelo que en sí es segregacional; el modelo del estado-nación que “somos todos chilenos” que somos todos iguales, desprecia e invisibiliza la historia de los pueblos.
El modelo de estado-nación es lo que se pretende jubilar de una vez por todas, sino vamos a seguir en esta hegemonía blanca, sectaria, de élite, que no permite mayores matices. Mientras que la convención tiene que hacer un trabajo muy acucioso en las calles porque tiempo no tenemos.
"Esto es un cambio cultural del largo plazo, que tiene que ver con varios actores, la educación, la historia de los pueblos originarios, y la crítica al modelo que en sí es segregacional; el modelo del estado-nación que “somos todos chilenos” que somos todos iguales, desprecia e invisibiliza la historia de los pueblos".
- En su comunicado de renuncia habla del “compromiso del partido con la gran industria forestal”, ¿cómo ve esa relación?
- El mismo medio de ustedes ha publicado varios artículos sobre ello, principalmente sobre Felipe Kast y Andrés Molina. (Leer Nuevo presidente de Evópoli: Los intereses y la férrea defensa del negocio forestal del diputado Andrés Molina- El senador forestal: las sociedades y aportes de campaña que comprometen a Felipe Kast con el negocio maderero).
Andrés Molina -por ejemplo- siempre ha tenido un compromiso con defender el mundo forestal, como lo es en relación a eso de tipificar el robo de madera como un delito más grande. Pero, a uno como mapuche el tema de las forestales resuena en -por ejemplo- lo que afecta nuestra biodiversidad, y se hace difícil hacer eco de la postura oficial del partido, donde se hacen defensas corporativas.
- Pero si es algo sabido, ¿por qué seguía en esa militancia?
- Yo venía con la crítica, pero no se tenía la fuerza suficiente como para levantarla.
- ¿De su parte?
- No. Yo tenía clara la realidad, pero muchas veces en la interna de un partido se prefiere hacer oídos sordos, porque al final y al cabo uno no está dentro de la cúpula de la directiva o entre los tomadores de decisiones. Pero, dentro de mis charlas sí lo hacía, por ejemplo, cuando fue la controversia del concepto Wallmapu, hicimos un conversatorio con militantes de la región del Bio Bio que llamamos Del Wallmapu a Macrozona sur.
Dentro de los todos agentes que convergen en la crisis que tenemos, está el modelo forestal, que tiene a la Región del Bío Bío y a la Provincia de Arauco en extrema pobreza. Para qué decir el tema de uso del suelo, la deforestación, la carga impositiva del decreto 701... todos sabemos esto, pero nadie la pone el cascabel al gato y dice “por qué no evolucionamos en un modelo diferente, a algo más sustentable, donde nos preguntemos por dónde tributan las platas forestal, y por lo que dejan a la Región, de modo que dejemos de ser un país de saca palos".
- ¿Pensó que podía hacer algo desde dentro?
- Es complicada la militancia en la interna, pero vi más allá. Dije tengo que estar acá, sabía que no sería cómodo, pero generé espacios, se hablaban los temas, gente que no conocía el mundo indigena lo conoció y se generó el punto de los escaños. No sé si eso es mucho o poco, pero antes no había nada. Con mi salida se fueron varios indígenas militantes, varios lamentaron mi salida, pero me llamaron, me agradecieron y me felicitaron por la consecuencia. Entendieron mis motivos que fueron bastante claros.
"Dentro de los todos agentes que convergen en la crisis que tenemos, está el modelo forestal, que tiene a la Región del Bío Bío y a la Provincia de Arauco en extrema pobreza. Para qué decir el tema de uso del suelo, la deforestación, la carga impositiva del decreto 701... todos sabemos esto, pero nadie la pone el cascabel al gato y dice 'por qué no evolucionamos en un modelo diferente, a algo más sustentable, donde nos preguntemos por dónde tributan las platas forestal, y por lo que dejan a la Región, de modo que dejemos de ser un país de saca palos'".
- Respecto al actual gobierno, ¿cómo cree que deberían afrontar justamente el tema forestal?
- El problema forestal pasa por un tema de seguridad que es potestad del Ministerio del interior. Totalmente de acuerdo, control de carreteras, etcétera, todos quieren vivir en una zona segura. Eso nadie lo discute ni pone en tela de juicio.
Ahora ¿el gobierno puede hacer más? Sí, puede generar diálogos con el mundo forestal, las comunidades, los lof en resistencia, con los fundos emblemáticos. Yo creo que para el grupo Matte o el Angelini 500 hectáreas debe ser un pedazo de tierras debajo de la uñas, pero hay que tener habilidad política.
No puede ser que el tema Wallmapu, el tema mapuche, el conflicto del Estado con el pueblo mapuche, esté en el Ministerio del Interior, es una pésima señal política y un desacierto. Si uno quiere hablar con un pueblo que quiere zanjar sus temas históricos no puede hablar con el garrote.
- Hace un par de semanas se anunció que sería abarcado como un tema interministerial junto al Ministerio de Desarrollo Social
- Claro, ya es un avance, pero lo esencial es que se saque del Ministerio de Interior, y se nombre a un persona con facultades, con expertis político, alguien indígena, debe ser indígena, pues ningún peñi ni una lamngen, pienso yo, va querer ir a hablar a sus lof, sabiendo que tiene atrás la represión. Es ilógico, no podemos hablar de paz, de diálogo, si estamos hablando junto con Carabineros de violencia, de seguridad, de represión. Son cosas que no se entienden, y ahí hay un error garrafal que siguen perpetuando los gobiernos, sean del color que sean.
-Además renunció Salvador Millaleo.
Correcto. Lamentablemente tuvo que renunciar, no sé la interna, pero fue un acto de consecuencia y también su imagen ante al Wallmapu no tiene que haber quedado bien. Entonces, yo creo que ningún peñi va a querer abordar el tema si es que no sale del Ministerio Interior y vuelve a Desarrollo Social u otro, pero no sé porqué no se toma como un tema de Estado, con compromiso de Estado.
No puede ser que el tema Wallmapu, el tema mapuche, el conflicto del Estado con el pueblo mapuche, esté en el Ministerio del Interior, es una pésima señal política y un desacierto. Si uno quiere hablar con un pueblo que quiere zanjar sus temas históricos no puede hablar con el garrote.
- En ese sentido, por ahora no se ha hablado de una refundación de Conadi.
- Conadi ya está obsoleta. Nace de 1993 de la Ley Indigena, y Conadi no tiene facultad de hacer política pública si es una corporación. Por eso es esencial que haya un Ministerio. Soñemos que el 24 de junio se anuncie un Ministerio Indigena y que se nombre a una lamngen o a un peñi capacitado, con voz autorizada, de una vez por todas. Hemos comido muchas pildoritas cada 24 de junio.
- ¿Cree que hay una posibilidad real de un Ministerio Indigena?
- Como siempre he pensado, la política es mera voluntad. Vamos a ver que dicen el presidente Gabriel Boric y sus ministros.
Comentarios
Si se pretende instalar un
De qué manera las forestales
Una "pequeña" aclaración a Dn
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