Días atrás, la candidata presidencial Jeannette Jara (PC) habló públicamente sobre la muerte de su primer marido, ocurrida cuando ella tenía apenas 21 años.
“Los duelos no se solucionan solos, hay que vivirlos. No sé cuánta gente haya pasado por esto, pero quienes lo hayan hecho me van a entender: un fallecimiento por suicidio genera un duelo casi eterno”, señaló la abanderada en el programa Candidato, llegó tu hora de TVN.
Desde su experiencia personal, la exministra del Trabajo abordó una problemática que afecta profundamente a Chile, pero que suele recibir menor atención política y mediática que otras causas con tasas de mortalidad más bajas: las muertes asociadas a enfermedades de salud mental.
En plena primavera, las cifras muestran que esta es la estación con mayor número de suicidios en el país, concentrándose principalmente en octubre y noviembre. Así lo revela un estudio publicado en 2018 en el Journal of Affective Disorders, que analizó datos del Registro Nacional de Mortalidad chileno entre los años 2000 y 2012.
En las últimas semanas, se sumó un nuevo caso de suicidio entre víctimas del estallido social. A la fecha, ya son ocho las personas que, tras haber sufrido violencia estatal, han puesto fin a su vida.
Más allá de la llamada depresión estacional, el fenómeno también se ha hecho visible en la capital. En solo 48 horas, el Metro de Santiago debió suspender su servicio en cuatro ocasiones debido a casos de “persona en la vía”, o “código sigma”.
Entre agosto y septiembre, 12 personas intentaron quitarse la vida en las vías del tren subterráneo.
Según el Ministerio de Salud, en 2024 la tasa de suicidios alcanzó 10,3 por cada 100 mil habitantes, casi el doble de la tasa de homicidios registrada en el mismo período.
Esta preocupación está reflejada en el programa de Gobierno de Jeannette Jara. En su medida número 222, la candidata oficialista propone fortalecer la Estrategia Nacional de Prevención del Suicidio, mediante mecanismos de intervención temprana, capacitación de equipos de salud y educación, y campañas comunicacionales de sensibilización.
Entre sus propuestas también destacan la implementación de un modelo de atención de urgencia en salud mental, la formación de personal para enfrentar crisis de riesgo suicida, el fortalecimiento de la línea de prevención y, hacia el final de su mandato, la instalación de puertas de andén en las líneas 1, 2, 4 y 5 del Metro de Santiago, con el fin de evitar estos hechos.
En esta materia, el único otro candidato presidencial que aborda directamente el suicidio en su programa es Harold Mayne-Nicholls, quien centra sus propuestas en la prevención entre jóvenes. En contraste, José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Johannes Kaiser, Franco Parisi, Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés no mencionan el tema en sus programas, limitándose a referencias generales sobre salud mental.








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