Una crisis externa a la Convención Constituyente que no ha golpeado la articulación de los que están dentro del organismo que redacta la nueva carta fundamental. Esta frase resume el momento actual de los convencionales electos por La Lista del Pueblo, quienes pese a la serie de conflictos que ha protagonizado el movimiento que les ayudó a conseguir el escaño, se han mantenido trabajando en conjunto, tanto quienes anunciaron su renuncia a la plataforma electoral como los que no.
En las últimas semanas, una noticia frecuente en la páginas políticas de la prensa chilena ha sido la dimisión de distintos convencionales a la LDP, por tanto puede resultar confuso que estos sigan trabajando con sus pares que han decidido mantenerse en el movimiento, pero hay elementos que le dan sentido a esta situación.
El 15 de mayo de este año cuando se conocieron los resultados de los constituyentes electos, la Lista del Pueblo se posicionó como una de las fuerzas políticas con mayor presencia en la Convención al obtener 26 escaños, todos independientes. Estos, en general, no se conocían entre sí.
A grandes rasgos se veían dos perfiles entre los ganadores en las urnas: un grupo minoritario vinculado a las protestas del Estallido Social en Plaza Dignidad, mientras que los otros se caracterizaban por ser de regiones y vinculados a movimientos socioambientales desde hace años. Ambos se cohesionaron bien al interior de la Convención y comenzaron a trabajar en conjunto sin problema, tomando sus definiciones entre ellos y consultando a sus asambleas territoriales más que al grupo que organizó el pacto electoral.
Con esto, el panorama entre los convencionales comenzó a cambiar poco a poco una vez que se instaló la Convención. Prontamente comenzó a manifestarse la distancia que establecieron los convencionales electos por la Lista con relación a la orgánica a nivel nacional, puesto que demostraron estar concentrados en el proceso constituyente y no tanto en las discusiones externas.
Esta situación se hizo notar con más fuerza cuando la LDP transparentó sus intenciones de participar de las elecciones parlamentarias y luego en las presidenciales. El caos externo comenzó a impactar a los convencionales, quienes en su mayoría ya no participaban de todas las asambleas o discusiones que se estaban dando en la orgánica nacional de la Lista, por lo que indicaban no estar al tanto de las discusiones de la organización en materia de la carrera por el Ejecutivo. Las primeras salidas por el distanciamiento fueron de Elisa Giustinianovich y de Loreto Vidal.
A raíz de esto, a principios de agosto los convencionales que se articulan en la Lista del Pueblo en la Convención decidieron declarar su autonomía en relación a la organización nacional, según informó este medio.
A raíz de las diferencias con el grupo organizador, a principios de agosto los demás convencionales que se articulaban en la Lista del Pueblo en la Convención decidieron declarar su autonomía en relación a la organización nacional, según informó este medio.
Y a medida que fueron pasando las semanas, la LDP comenzó a aclarar sus cartas respecto a su participación en las elecciones presidenciales. Inicialmente se indicó que el ex sindicalista Cristián Cuevas sería el representante de la organización en caso de que lograra reunir al menos 35 mil patrocinios en el Servel, luego de que la Lista realizara tres votaciones internas donde se decantó por su nombre.
Sin embargo, pocos días después, cuando Cuevas lanzó su precandidatura en Quintero, la organización le quitó el piso y anunció que tenía a tres precandidatos –Soledad Mella, Ingrid Conejeros y Diego Ancalao– inscritos en el Servel esperando juntar los patrocinios, apostando que la ciudadanía “decida” a quién otorgarle su firma y defina al candidato oficial de la LDP.
Esta situación provocó un quiebre en la organización, a raíz de las molestias que generó el levantamiento de la figura de Cuevas, ya que muchos sintieron que su nombre les fue impuesto por la dirigencia del espacio. Por otro lado, están quienes se molestaron por la quitada de piso al sindicalista, especialmente considerando que su nombre fue ratificado en al menos tres oportunidades en las asambleas donde se reúnen unas cien personas.
Como resultado de todo este conflicto, entre el viernes 13 de agosto y los días que le han seguido, cinco de los convencionales que fueron electos por la LDP decidieron abandonar el espacio como Camila Zárate, María Rivera, Francisco Caamaño, Helmuth Martínez y Loreto Vallejos, quienes se sumaron a Elisa Giustinianovich y Loreto Vidal, las primeras en dejar la organización. Mientras que la convencional Giovanna Grandón, conocida figura de la Lista anunció en La Segunda que decidió congelar su participación en la orgánica nacional para enfocarse en el trabajo constituyente.
Los ánimos de trabajo y colaboración siguen más o menos intactos puesto que estas declaraciones de distanciamiento del espacio iban más por el camino de hacer público algo que en la práctica ya había ocurrido hace bastante tiempo.
Sin embargo, según ha constatado INTERFERENCIA esta situación no ha afectado la colaboración que existe entre los convencionales que aún se mantienen en la organización y quienes se fueron. Los ánimos de trabajo y colaboración siguen más o menos intactos puesto que estas declaraciones de distanciamiento del espacio iban más por el camino de hacer público algo que en la práctica ya había ocurrido hace bastante tiempo, pero que no se habían explicitado mediáticamente para no instalar un ánimo de conflicto que afectara el trabajo constituyente.
“Es decisión personal de cada uno si quiere seguir participando de la lista o no. Nosotros estamos bien, nos apoyamos y no tenemos problema por esto los convencionales”, declaró la convencional Giovanna Grandón a nuestro medio. Quien agregó que su distanciamiento con la Lista responde al caos provocado luego de que la organización se retractó de la candidatura de Cuevas a pesar de las votaciones que lo habían ratificado, pero también debido a que le es incompatible su participación en la orgánica y su trabajo en la Convención por temas de tiempo.
La convencional María Rivera, quien anunció su salida del espacio el pasado miércoles, indicó a este medio que “desde el inicio de la convención los convencionales elegidos por la Lista del Pueblo decidimos trabajar en independencia de esta. En mi caso particular, quienes hemos salido de la lista respondemos a nuestras organizaciones de base y esto se ve reflejado en las votaciones en el pleno y trabajo y comisiones", afirmó Rivera.
Algo similar indicó la convencional Tania Madriaga, quien se mantiene en la LDP y que continúa trabajando de cerca con quienes ya no forman parte del colectivo. Según Madriaga, los convencionales provienen de movimientos de base que se agruparon bajo la Lista en el momento electoral, por lo que el distanciamiento responde a esto mismo y a que las discusiones parlamentarias o presidenciales son ajenas para quienes están trabajando en el proceso constituyente.
Es decir, a pesar de la fuga de convencionales de la organización, esto no ha significado un distanciamiento entre la mayor parte de los constituyentes. La única que tiene una distancia en términos de articulación es Loreto Vidal, quien de todas formas se mantiene sin participar en otro grupo. Mientras que Giustinianovich mantiene el diálogo fluido con la LDP, debido a que pertenece a Movimientos Sociales Constituyentes, otro colectivo de independientes en la Convención que tiene cercanía constante con La Lista.
Actualmente, estos bloques se están concentrando en temas centrales como la rebaja del quórum de los 2/3 o en alternativa la realización de plebiscitos dirimentes como mecanismos de desbloqueo y de participación ciudadana.
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