El pasado miércoles 16 de febrero, la Convención Constitucional votó en general los 36 artículos presentados por la Comisión de Forma de Estado. El primero de ellos reconoce a Chile como un Estado Regional, Plurinacional e Intercultural. Aprobado con 112 votos a favor, la propuesta busca descentralizar el poder y otorgar mayor autonomía a las regiones.
No obstante, la votación para ratificar en particular el documento se desarrolló durante la jornada de este viernes. Algunas de las dudas suscitadas a partir de la discusión se relacionaron con las diferencias que este modelo podría propiciar entre las regiones y si beneficiaría a unas por sobre otras.
Sobre el debate, declaró la importancia que las regiones tienen de “administrar sus propios recursos de manera eficiente y orientados a las reales necesidades de los propios territorios y no que esas decisiones vengan impuestas desde Santiago”.
Elisa Giustinianovich, convencional por Magallanes y la Antártica chilena, integra la Comisión de Forma de Estado y defiende la idea de un Estado Regional descentralizado con autonomía en los territorios. Sobre el debate, declaró la importancia que las regiones tienen de “administrar sus propios recursos de manera eficiente y orientados a las reales necesidades de los propios territorios y no que esas decisiones vengan impuestas desde Santiago”.
En conversación con INTERFERENCIA, Giustinianovich se refirió a las implicancias de esta decisión; los ejemplos internacionales que revisaron; cómo imaginan este modelo; y su perspectiva sobre los “fantasmas” y “falsas alertas” que otros convencionales han levantado a propósito del artículo.
¿Qué referentes internacionales tienen en mente con la idea de un Estado Regional, plurinacional e intercultural?
-Los referentes de Estado Regional que más nos inspiran son España e Italia. De los referentes más cercanos en ningún caso pensamos en la posibilidad de un estado federal. Para quienes venimos de regiones tenemos una necesidad súper latente de poder descentralizar y desconcentrar los poderes del estado para tener mucha mayor sintonía con las comunidades.
Son fuentes de inspiración, pero de una forma muy aterrizada a la realidad chilena. Primero, fue constatar en terreno cuáles eran las necesidades y desde ahí evaluar el modelo que mejor se ajustara a lo que se requiere.
En concreto, ¿qué recogen de esa experiencia internacional?
-Para la realidad chilena, donde existe una inercia demasiado fuerte respecto a la hiper centralización de los poderes políticos y administrativos, necesitábamos dar un salto más importante que nos pudiera hacer pensar fuera de la caja. Hacer un cambio de paradigma que permitiera avanzar hacia una desconcentración efectiva. Entonces, el modelo español e italiano nos inspira muchísimo en cuanto han permitido avanzar sustantivamente en equidad territorial, porque la propuesta de Estado Regional tiene que ir acompañada con una fuerte descentralización de recursos fiscales.
Actualmente en Chile tenemos una concentración de la administración de los recursos fiscales, no alcanza a ser ni siquiera el 15% del traspaso de recursos fiscales a las entidades subnacionales y eso afecta el hecho de tener que manejar todos los recursos de forma centralizada.
Actualmente en Chile tenemos una concentración de la administración de los recursos fiscales, no alcanza a ser ni siquiera el 15% del traspaso de recursos fiscales a las entidades subnacionales y eso afecta el hecho de tener que manejar todos los recursos de forma centralizada. Tenemos un país demasiado diverso, muy extenso y esa lejanía con el centro nos cuesta demasiada caro. Tener que esperar que todas las decisiones se tengan que tomar en lugares donde no conocen lo que viven los territorios que están solicitando los recursos, debieran corresponder a las regiones.
No estamos hablando de cosas para costear privilegios y lujos, sino cosas relativas a los servicios básicos, a los servicios públicos. Necesitamos avanzar hacia una descentralización fiscal, que nos permita administrar los recursos directamente a nivel de gobiernos regionales y gobiernos locales. Eso es lo que más nos inspira de la experiencia internacional que ha avanzado en términos de regionalización, porque vemos que se ha logrado superar la inequidad territorial de forma efectiva y permite florecer los diversos territorios con autonomía, con respeto a la diversidad cultural y lo plurinacional.
Al pensar en un Estado Regional, ¿cómo lo imaginan? ¿Cuál sería el modelo?
-Lo que proponemos es hacer este cambio importante de paradigma, donde ya no solo tenemos un centro de impulsión política que actualmente está en la región Metropolitana, en una sola metrópolis. Pensar que se multipliquen esos centros. Ya hay múltiples centros de impulsión política y están distribuidos a lo largo y ancho de todo el país, en las regiones y en las comunas autónomas donde cada una puede potenciar sus propias decisiones con pertinencia territorial y plural. Eso fortalece la democracia, porque favorece que las comunidades se involucren de una forma más activa considerando que las decisiones se están tomando dentro de su territorio y no en un lugar tan lejano como lo es Santiago para las regiones. Es algo que nos imaginamos y que quisimos proyectar en el texto propuesto, que vamos a tener regiones y comunas autónomas donde con autonomía política, administrativa y fiscal se van a poder orientar las políticas públicas con una pertinencia arraigada en el territorio y a la cultura correspondiente.
Con el principio de la plurinacionalidad y la interculturalidad como eje central, pensando que esta transformación paradigmática muy potente en Chile para salir de esa visión tan homogeneizante en términos culturales que se ha impuesto a lo largo de los siglos, anulando esa enorme riqueza de culturas, de pueblos, de cosmovisiones que preexisten a la imposición del estado de Chile y que ahora podríamos ver florecer y potenciarse en cada uno de los territorios junto con toda la diversidad y riqueza que está en cada uno de ellos.
Desde diferentes sectores, se ha planteado la idea de una supuesta tricamara tomando en cuenta un Congreso bicameral sumado a las asambleas regionales. Más allá de la caricatura, ¿es un modelo efectivo o puede ser más burocrático?
La burocracia pasa justamente por tener que hacer pasar todo por Santiago. Es tremendamente ineficiente en la cantidad de papeleo, trámites y viajes que nos podríamos ahorrar si el gobierno se desconcentra y otorga competencias a estas entidades subnacionales donde se puede tramitar de una forma más rápida y eficiente.
-No, al contrario. La burocracia pasa justamente por tener que hacer pasar todo por Santiago. Es tremendamente ineficiente en la cantidad de papeleo, trámites y viajes que nos podríamos ahorrar si el gobierno se desconcentra y otorga competencias a estas entidades subnacionales donde se puede tramitar de una forma más rápida y eficiente.
Entonces, nosotras desde los movimientos sociales y muchos otros sectores estamos apostando a un modelo de autonomías locales y territoriales acompañado de un modelo de sistema político de congreso unicameral, paritario, con escaños reservados y con representatividad de movimientos sociales. Creemos que eso va de la mano con las demandas que se han plasmado con tanta fuerza a partir de la revuelta social del 2019, pensando que la segunda Cámara que hemos tenido durante tantas décadas sin ralentizar las decisiones democráticas que se toman en este órgano legislativo y representativo. Buscamos profundizar en esos órganos de representación democrática, eliminando los obstáculos que impiden la posibilidad de poder otorgar soluciones a las necesidades que se han planteado durante tanto tiempo.
Sabemos que la cámara senatorial, elitizada, es una cámara revisora que ralentiza el avance de las leyes que están en sintonía con las necesidades populares, no es lo que están pidiendo los pueblos. Esta propuesta, de pensar una primera y una segunda cámara y además considerando que pensamos y defendemos la idea de transferir competencias hacia las regiones, consideramos que no es un modelo muy efectivo. Nosotras estamos por un congreso unicameral plurinacional, paritario, con representación de movimientos sociales, para fortalecer los gobiernos regionales y locales otorgándoles autonomías para la toma de decisión y un traspaso fuerte de competencias y recursos para que puedan desarrollarse dignamente. Esa es la apuesta de la gran mayoría de convencionales.
El convencional Renato Garín sostuvo que la comisión de Formas de Estado había “invadido” la comisión de Sistema Político. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Bueno, claramente el convencional Renato Garín está totalmente desconectado y aislado de las discusiones que se están dando dentro de la Convención. Es una persona que no tiene actualmente ninguna colectividad que lo acoja, es una persona disruptiva y como no ha tenido la ocasión de poder socializar las propuestas que se están dando en otras comisiones, levanta falsas alertas basadas en falsos supuestos, en particular el oficio que causó tanto revuelo y noticia, sobre un artículo que ni siquiera era parte del informe que ingresó al pleno de esta semana. De ese nivel de desinformación estamos hablando.
Por otra parte, el desconocimiento de esta propuesta tan seria y robusta que se ha presentado en el pleno respecto a las formas jurídicas de Estado, obliga a hacer un traspaso de competencia. Si hablamos de Estado Regional, requerimos modelos y proponer los órganos que componen ese gobierno regional y, por tanto, las competencias que debieran tener esos órganos. Sería completamente inviable hablar de un Estado Regional sin describir cuales son las competencias que le corresponde.
Están acostumbrados a pensar que en Santiago es el único lugar donde se puede decidir para todo el país y mantener esta idea de tutela, de una democracia tutelada. Creo que es netamente falta de diálogo y conocimiento porque hay claramente una incomprensión profunda de la propuesta que estamos sosteniendo.
Él, como buen representante de la región Metropolitana por supuesto que está defendiendo los intereses de quienes están acostumbrados a concentrar todo el poder en ese polo de desarrollo, por decirlo de esa manera.
Están acostumbrados a pensar que en Santiago es el único lugar donde se puede decidir para todo el país y mantener esta idea de tutela, de una democracia tutelada. Creo que es netamente falta de diálogo y conocimiento, porque hay claramente una incomprensión profunda de la propuesta que estamos sosteniendo.
Sobre los grados de autonomía, ¿podría, el impulsar un Estado Regional, posibilitar un aumento en la diferenciación de las regiones en cuanto al presupuesto?
-Por supuesto que no. Una de las centralidades de la propuesta está basada en incorporar y acercar a través de mecanismo muy específicos los principios de solidaridad, equidad y apoyo mutuo de cooperación entre las entidades territoriales. Eso es un eje central de la propuesta, está reiterado de distintas maneras en varias partes del articulado y va de la mano con la propuesta de descentralización fiscal en las normas financieras que se van a proponer en el tercer bloque normativo y que están a disposición de todas y todos desde hace ya unas cuantas semanas.
Es cosa de darle una leída a las propuestas que se ingresaron para darse cuenta que ese tipo de fantasmas de que Antofagasta va a ser Dubai o que van haber comunas que se van a empobrecer más, es totalmente falso. A lo que se está apostando es que efectivamente hay actividades basadas en seguir manteniendo una recaudación por parte del estado en general para una distribución equitativa que permita cumplir estos principios de distribución fiscal equitativa.
Pero, por otra parte, brindar posibilidades de autonomía fiscales en términos de poder fijar ciertas tasas sobre algunas actividades muy particulares y potenciar las economías endógenas a través de la capacidad que se quiere otorgar a las regiones y comunas para crear empresas públicas, que tengan la posibilidad de administrar sus propios recursos de manera más eficiente y eficaz orientados a las reales necesidades que tienen los propios territorios y no que esas decisiones vengan impuestas desde Santiago.
¿Habrá una diferenciación en el territorio para los pueblos originarios en Chile?
Claro, se está haciendo eco a esta demanda histórica respecto al reconocimiento de la plurinacionalidad en nuestro país. Es una demanda histórica porque hay una pugna, un conflicto que tiene el estado de Chile con los pueblos preexistentes al estado, que data de siglos.
Esta imposición colonialista de negar su lengua, incluso su misma existencia a través de procesos de genocidios y matanzas que han sufrido y que no han sido reparadas por parte del estado pasa por la consagración de la plurinacionalidad en el proceso constitucional.
Esta imposición colonialista de negar su lengua, incluso su misma existencia a través de procesos de genocidios y matanzas que han sufrido y que no han sido reparadas por parte del estado, pasa por la consagración de la plurinacionalidad en el proceso constitucional. Y eso atraviesa todo el texto y por supuesto en la comisión de Forma de Estado nos hemos hecho cargo de aquello a través de la creación de autonomías territoriales indígenas.
Hay una propuesta que está comenzando a ser discutida en este segundo bloque de normas que pasará al pleno en un par de semanas más, donde se propone la creación de estas autonomías territoriales indígenas y que más que proponer “estas son las delimitaciones territoriales que corresponden a cada pueblo”, lo que se están proponiendo desde los escaños reservados, que han hecho una propuesta muy seria y muy acorde con la realidad chilena, es un mecanismo de creación y reconocimiento de estas entidades territoriales acorde con criterios históricos y culturales.
Mecanismo que debe cumplir determinadas etapas para llevar a cabo una delimitación, que dialogue con toda esta propuesta orgánica de una forma de un estado regional para delimitar bien competencias, vías de interconexión, colaboración y cooperación entre cada una de estas entidades. Que de ninguna manera suceda algo así como un estado de secesión, acá lo que se propone es que cada una de estas entidades se siga basando en principios de solidaridad y equidad con estatutos propios y un plan de desarrollo con pertinencia cultural y territorial .
¿Cómo se relacionan estos límites del Estado Regional con la figura del Estado Central?
La forma del estado regional, no significa que cada región sea un Estado, sino que el estado sigue siendo único e indivisible y eso es parte de la propuesta. Se deja muy en claro, el estado regional no es un estado federal, no son Estados federados que confluyen y se organizan para poder articularse en algunas materias. Nosotros vamos a tener unidad en términos constitucionales, en términos de un único sistema de justicia, un único congreso plurinacional.
Lo que se está consagrando a través de este poder constituyente, es esta voluntad de consagrar el derecho a la autonomía, a las regiones y comunas autónomas, pero todo bajo el marco de un estado unico que articula, organiza, vela por el cumplimiento y la garantía de los derechos sociales. Un estado garante de derechos que será respetado de manera íntegra en cada una de las entidades que gocen de autonomía.
Chile va a seguir con todas sus regiones e integraciones en base a sus comunas, la diferencia es que ahora tendrán más poder para tomar sus propias decisiones y que vengan acompañados de la capacidad de administrar los propios recursos, para poder llevar a cabo esas decisiones que se toman en los territorios. En ningún caso se va a producir una separación o una incomunicación entre ellas, porque seguirá existiendo un estado plurinacional único e indivisible que contiene todas esas entidades.
¿Cómo desarrollar, eventualmente, la transición desde un Estado Unitario a este nuevo modelo?
Es un proceso de largo aliento. Estamos hablando de un proceso de instalación de aproximadamente una década, que es lo que ha tomado en otros países poder avanzar hacia una descentralización efectiva y hacia la garantía de los derechos de autonomía de las entidades subnacionales.
Estamos hablando de una década versus cuatro décadas de un proceso de regionalización amparado en esta figura de estado unitario centralizado y que no ha surtido ningún efecto más que concentrar aún más el poder.
Pero sentimos que es absolutamente necesario tomar ese tiempo. Estamos hablando de una década versus cuatro décadas de un proceso de regionalización amparado en esta figura de estado unitario centralizado y que no ha surtido ningún efecto más que concentrar aún más el poder, la toma de decisiones y la inequidad entre los territorios.
Esta consagración constitucional debe acompañarse de proposiciones transitorias que responsablemente creen un mecanismo paso a paso, que vaya avanzando con la instalación de los estatutos regionales, comunales y del traspaso gradual de recursos fiscales, que año a año irá aumentando con una transferencia progresiva de competencias. Así, ir avanzando poco a poco hacia el lugar que soñamos, que tiene que quedar plasmado en el texto.
La verdad es que los lugares donde se ha implementado han sido tremendamente exitosos, porque lo que sería evidentemente un fracaso sería dar un salto desde un estado unitario centralizado a uno federal, ahí sí que estaríamos en serios problemas producto de un choque de realidad.
Pero hacia un estado regional ya tenemos la existencia de regiones, de gobernadores y gobernadoras regionales, concejos regionales y comunas. La diferencia es que ahora les otorgaremos mayores competencias, autonomía, recursos y eso evidentemente tiene que ser a través de un plan gradual, de manera que no se genere un rebote de la propuesta hacia el estado centralizado y que luego se devuelva todo para Santiago.
¿Cómo ves la votación hoy para las normas?
Hemos estado dándolo todo por conseguir los votos, sobre todo para quienes ven con temor la pérdida de poder, básicamente. Quienes están acostumbrados a manejar centralizadamente todas las atribuciones, competencias y discusiones, es con quienes más nos ha costado dialogar y hacerles entender esta necesidad real que tenemos en los territorios. Es muy frustrante, doloroso, injusto y violento. Quienes lo vivimos en carne propia en regiones tan extremas y aisladas como Magallanes, Arica, Antofagasta y en las zonas rurales.
Lamentablemente existe esta falsa ilusión de que el Estado centralizado va a “chorrear” de una forma más abundante hacia las regiones. Nosotras creemos que no, que este modelo ya fracasó. Necesitamos hacer este traspaso de poder y eso les ha costado entender a la gente de Santiago, que pertenecen a partidos políticos y que están acostumbrados a que todo se maneje en el parlamento. A ellos son a quienes más les cuesta imaginar que en las regiones vamos a tener la capacidad de instalar gobiernos autónomos e instalar asambleas legislativas.
Lamentablemente existe esta falsa ilusión de que el Estado centralizado va a “chorrear” de una forma más abundante hacia las regiones. Nosotras creemos que no, que este modelo ya fracasó.
Creo que tienen una impresión super peyorativa y despectiva respecto a las propias capacidades que tenemos en las regiones, y eso es lo que hemos estado intencionando a través de muchísimas conversaciones y mucho diálogo dentro de la Convención para hacerles ver que las regiones tienen la suficiente madurez para asumir este nivel de responsabilidad y de compromiso. Estamos hablando de salud, educación pública y servicios básicos que nunca han podido ser respondidos bajo la forma del Estado actual. Hasta para cambiar un vidrio en una escuela necesitas pasar por Santiago, es así de brutal. Imagina que en Magallanes, en pleno invierno se quebra un vidrio y tienes que esperar semanas para reemplazarlo.
Comentarios
Nadie que viva en regiones
Obviamente es un tipo de
Yo no tengo ninguna duda que
Me perdonaran quienes estàn
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