Alberto Mayol no necesita mucha presentación en el panorama político actual. El sociólogo, analista político y ex candidato presidencial en las primarias del Frente Amplio del 2017, es conocido por sus columnas, sus reflexiones sobre la política y sus variados libros sobre la sociedad actual, incluyendo El derrumbe del modelo: la crisis de la economía de mercado en el Chile contemporáneo(LOM, 2013), en donde ya anunciaba una posible revuelta en el país, que terminó estallando en octubre del 2019.
Desde ese mismo octubre, Mayol, junto al sociólogo Darío Quiroga y al periodista Mirko Macari, comenzó el podcast La Cosa Nostra, uno de los más escuchados en el país y uno de los espacios de reflexión política más prolíficos del último tiempo, dando paso a cursos, seminarios y hasta presentaciones teatrales. De paso, son un espacio de referencia para quienes están ahora en el poder y también para quienes aspiran a él.
"Estamos dando vuelta en círculo y es evidente, llevamos 10 años y probablemente sumamos 20 y si nos va un poco más mal, 30 años así. No soy optimista", comenta.
Tras los resultados del domingo pasado del plebiscito de salida, Interferencia conversó vía telemática con Mayol, quien se encuentra en Europa. Sin tapujos, el sociólogo es claro en afirmar que la derrota del domingo marcará, al menos, los próximos 20 años para la izquierda chilena.
"Estamos dando vuelta en círculo y es evidente, llevamos 10 años y probablemente sumamos 20 y si nos va un poco más mal, 30 años así. No soy optimista", comenta.
En esta conversación, Mayol analiza el panorama de los últimos años de la izquierda chilena, en qué estado llegó al poder en marzo de este año de la mano del Frente Amplio, los errores del gobierno que han marcado los primeros meses de mandato y la situación en que quedan los grupos y partidos de izquierda tras el contundente triunfo del Rechazo el pasado 4 de septiembre.
- Quizás es una pregunta compleja para responder, por el tiempo que tendríamos que abarcar dentro del análisis, pero ¿Cómo llega la izquierda chilena al día domingo? Al menos desde la vuelta a la democracia hasta el domingo pasado. Sabemos que venía cargando algunos triunfos, pero es una izquierda que ha tenido una historia más de derrotas, contradicciones…
- Yo siempre trato de mantener la perspectiva de que uno,-como persona que le interesa investigar los procesos políticos y sociales-, tiene que estar abierto a muchas posibles hipótesis. Y alguna vez leí de Emile Durkheim, un autor más bien conservador, que tiene un libro muy bueno que se llama El Socialismo. Y él se pregunta si acaso el socialismo es una ideología, o una propuesta doctrinaria, o si acaso no es simplemente el malestar del capitalismo. Cuando leí eso, fue de esos momentos en que tú dices ‘lo dio vuelta entero’, o sea, podría molestarme, podría dolerme, pero me pareció que tenían un punto. Entonces, en mi humilde opinión, algo de eso es cierto.
En principio, la izquierda, es la forma sintomatológica del malestar y dolor frente al capitalismo en la modernidad, y eventualmente, la forma histórica que adquieren grupos disidentes frente a las élites dominantes. Y claro, me pareció que ahí había una cosa importante. Y luego pensé que había logros políticos, conceptuales, civilizatorios, que habían ido configurando una especie de respuesta política más seria, con más bordes, que transformaban este malestar en otra cosa, en una propuesta. Había elementos doctrinarios importantes que se habían ido construyendo, desde el espectro más marxista, pero también desde marcos regulatorios que desde el marxismo habían sido denostados, como el keynesianismo, había un conjunto de esfuerzos, desde los amarillos por el mundo, los rojos, los negros, que habían ido haciendo sus propuestas, con distintos tipos de profundidad, algunas más trabajadas desde los filosófico y otras desde el punto de vista de las políticas públicas. Eso hace que el mundo de las izquierdas tengan que resolver un problema que existe y tienen que traducir ese malestar informe, invisible siempre, en un diagnóstico, y tienen que ser capaces, desde ese diagnóstico, de traducirlo en una forma de intervención sobre la realidad. Esto como prólogo.
"Yo creo que la izquierda chilena llegó a este proceso del domingo con una combinación muy mala, que es triunfante y confundida. Cito a Bielsa: 'Lo peor que te puede pasar es que te vaya bien, cuando lo estás haciendo mal', porque no hay aprendizaje".
En ese contexto, la izquierda desde 1990 en adelante es una izquierda traumatizada por la posibilidad de que no haya ningún gran relato. Su camino de posmodernización es más bien siempre, ocultamente, una derrota. No tener una visión en conjunto de los fenómenos sociales, es una derrota porque implica asumir que no tienes una respuesta al problema principal. Y resulta que el problema principal, el capitalismo y sus formas, sí es una respuesta integral. Entonces, tú tienes una respuesta que en el fondo es de menor cuantía. Y ese dolor está dando vueltas permanentemente, provisto siempre de la sensación de que tienes mucho más que mostrar, que hay muchos caminos, que hay formas de rearticularse, etc. Pero ese dolor está. Y es un dolor razonable, porque efectivamente se cayó el muro de Berlín, el avance operacional del capitalismo en estas últimas dos o tres décadas es realmente sorprendente, y por lo tanto el rival corre con mucha ventaja y mucha injusticia, pero corre más rápido. Te puedes quedar al costado del camino protestándole a alguien que no te ve, hasta que un día logras que te vea y ahí sientes que lograste algo, que la protesta sirvió de algo. Pero de momento, todavía estás en la protesta.
Yo creo que la izquierda chilena llegó a este proceso del domingo con una combinación muy mala, que es triunfante y confundida. Cito a Bielsa: “Lo peor que te puede pasar es que te vaya bien, cuando lo estás haciendo mal”, porque no hay aprendizaje. Y efectivamente, cuando lees el estallido en clave de izquierda, es porque dejaste de lado toda problematización sociológica, curiosamente desde una izquierda que tiene un fuerte peso en las ciencias sociales y que de pronto la dejó de lado. ¿Qué quiero decir?
Que el estallido es una mala noticia, punto. Después de eso, involucra un conjunto de rendimientos, posibilidades de acción política, por supuesto, pero como sociedad es una mala noticia. Significa que todos los canales de acción política institucionales han fracasado radicalmente, y que la sociedad toma la decisión de que ya no hay camino, que ya no sabe qué camino tomar si es que aparece un camino, que ya no es natural seguir una ruta. La sociedad se torna disruptiva. Y eso significa que si le ofreces una ruta, la gente puede decir mirémosla, pero no significa que la gente esté ya adentro, como podría pasar en democracias saludables, sino que la gente efectivamente la mira y es posible que diga que no, o que no todavía o “ya entregué mis esperanzas”. Cuando no tienes nada que perder te vuelves muy disruptivo, es normal cuando no tienes esperanza.
Por ejemplo, el cambio en 15 años, que es más o menos el tiempo que llevo haciendo investigaciones empíricas, es claro. Hace 15, 20 años, los padres consideraban que si a ellos les había ido bien respecto a sus padres, a sus hijos les iba a ir espectacular. Finlandia estaba ahí, en tus hijos. Y ahora, en la última encuesta que hicimos, porcentajes muy altos de personas creen que tienen una mejor vida que la que van a tener sus hijos. Y para que un padre diga eso, tan brutalmente como en una encuesta, significa una pérdida de fe enorme.
"Si tú quieres defender con mucha claridad un cierto tipo de política respecto a los pueblos originarios, está bien, pero ¿en nombre de quien? Es como cuando vas a un tribunal, y quieres poner una demanda por un vecino y no te dejan demandar por él. Es decir, lo que tienes que ver, es que si tu diagnóstico, que puede ser correcto, se puede aplicar".
- Y cómo ves estos diagnósticos que han llenado las redes sociales, que hablan de la soberbia de las personas de izquierda, post plebiscito, de la irreflexión, etc. También hay críticas a lo que se ha denominado política identitaria. Y bueno, tras eso también se puede ver una crisis de la militancia, ya estos partidos no son los partidos con militantes y cuadros del siglo veinte ¿Cómo lo ves tú, este fenómeno?
- Todos vamos hacia la acción política provistos de nuestras armas íntimas más importantes. Hay gente que ha superado esa ingenuidad, lo que es una tragedia, porque un mínimo de ingenuidad es indispensable, y sólo usa el pragmatismo. Pero la mayor parte de la gente va con sus armas más valiosas. Y cuando llegas, tu rol es comprender que debes modularlas, no exacerbarlas. Defenderlas, pero en el marco de una modulación.
Jaime Guzmán cedió mucho, por ejemplo. Cedió el modelo económico, que no le gustaba, le gustaba mucho menos que a la izquierda actual, pero cedió. Porque consideraba que era más importante cumplir su visión de política oligárquica tradicional de la historia chilena, por lo tanto entregó el modelo económico, para quedarse con el modelo político. Estuvo dispuesto a ceder algo fundamental. Entonces, cuando llegas y no te das cuenta cómo articulas estas cosas, darte cuenta de las contradicciones, darte cuenta de las problemáticas…
Y por ejemplo, llegas a defender con todo los derechos humanos y la democracia, que son ideas de occidente, los derechos humanos vienen de Europa, el concepto de democracia también. Y crees que estas cosas son fundamentales, pero dices que estás en contra de dinámicas universalistas de occidente, porque cuestionas el concepto de colonización… pero el concepto de democracia y derechos humanos es parte del proceso de colonización... Lo que quiero decir es que ¿Significa que tengas que anular estos dos conceptos? No, obviamente no. Consideramos que es un esfuerzo civilizatorio tan importante que lo reconocemos y lo hacemos propio, tal como una vez Lenin hizo propio lo del capitalismo, el control de existencias, la tecnología, todo eso hay que incorporarlo. Lo incorporas en el marco de un nuevo concepto.
Si tú quieres defender con mucha claridad un cierto tipo de política respecto a los pueblos originarios, está bien, pero ¿en nombre de quien? Es como cuando vas a un tribunal, y quieres poner una demanda por un vecino y no te dejan demandar por él. Es decir, lo que tienes que ver, es que si tu diagnóstico, que puede ser correcto, se puede aplicar. Los primeros días de la convención, yo llegué a Valencia y me fui a juntar con unos abogados constitucionalistas, el primer día estábamos con algunos papeles sobre Chile encima de la mesa. Y al abogado le llama la atención que la región con más población indígena, sistemáticamente gane la derecha. “¿Y por qué quieren meter el tema de la plurinacionalidad si eso no funciona allí?”, me dice… Le parecía obvio. ¿No había que hacerse la pregunta?
"Yo te diría que esta izquierda se entregó a estas tecnologías intelectuales, que hacen que uno lea todo en una clave muy subjetivista, y que produce una especie de primado ético por sobre todas las cosas. Y ese primado ético, en la sociedad del espectáculo tú lo puedes convertir en espectáculo".
Entonces, la política es veleidosa, para todos lados. Lo que pasa es que esta derrota es muy dura porque se da en el marco de un progreso importante de las oportunidades potenciales. Pero el partido nunca se termina de jugar, ni cuando llegas al final, cuando llegas al final tienes que seguir jugando. O sea, si se hubiese aprobado el domingo pasado, en pocos meses pudo haber ocurrido un vaciamiento de todo ese triunfo, desde el punto de vista normativo, legal, constitucional, incluso político. Las garantías no están sobre la mesa. Entonces, cuando tú vienes de no tener poder y lo tienes un rato, tienes que saber que puede que vuelvas a no tener poder y que es difícil gestionar el poder.
Yo te diría que esta izquierda se entregó a estas tecnologías intelectuales, que hacen que uno lea todo en una clave muy subjetivista, y que produce una especie de primado ético por sobre todas las cosas. Y ese primado ético, en la sociedad del espectáculo tú lo puedes convertir en espectáculo, y puedes convertirlo en liderazgo superficial, que no tiene peso político. Para decirlo de otro modo, el pedestre empujón de Schaulsohn a Moreira en los noventas, tiene más densidad política, pesa más, que muchas cosas que se han hecho últimamente en la izquierda, o cosas que han pasado.
El tema es cuando dejas de hacer una política más profunda y entonces habitas en un vacío comunicacional, y todos los días te levantas con comunicación política. Pero dices ¿Cuando vamos a hacer política? De arriba a abajo, desde la pelea de liderazgos, su estructura, hasta abajo, hasta diseño de políticas públicas, para que este cuerpo cumpla todas sus funciones, no algunas.
- Si hacemos una revisión muy a la rápida de los últimos treinta años más o menos de la izquierda, uno puede remontarse al rol del PC en los noventas, las candidaturas de Gladys Marín, y después viene la creación de La Surda, que es como un experimento de donde salen varios de los líderes actuales del Frente Amplio, y que genera una base de lo que después va a ser la Izquierda Autónoma y posteriormente el Frente Amplio, al que se suman los dirigentes que vienen de la Universidad Católica, del NAU, del que deriva al final RD. Se habla mucho de una generación estudiantil, o una generación de jóvenes que llega al poder, que viene arrastrando esta historia. ¿Estaba preparada esta generación para acceder al poder? ¿Tenían claro lo que implica ejercer el poder? ¿Cuál es tu diagnóstico de este tema?
- A mi me pasó, por ejemplo, que cuando llegué a trabajar a la Universidad de Chile, como buen enamorado de la universidad, me ofrecieron 180 lucas y me volví de España a trabajar. Tenía una buena relación con Rodrigo Baño, quien tenía una buena relación con Carlos Ruiz. Y entonces, la verdad en que ese momento tuve una muy buena relación con Carlos, trabajamos mucho en conjunto, forjamos una investigación grande, y fue un periodo en que él se enfoca en nuevo proyecto de formación de La Surda, ya que en ese momento estaban peleados los líderes históricos de La Surda. Y lo que había, por otro lado, eran grupos estudiantiles, autonomistas, que habían crecido electoralmente en la universidad pero sin un plan general, y que tenían mucha capacidad de acción social, de relacionarse con estudiantes nuevos, y estaban creciendo. Y el plan era fusionar la parte histórica de La Surda con este grupo, una idea en la que estaba Ruiz, Boccardo y otros. Y la idea era ensamblar esos grupos. Y Carlos hablaba hacia afuera de que esto estaba articulado, armado, como es típico en política, vendiendo lo que puede ser, pero todavía no es.
"Yo lo que veo, es que tenemos claridad por parte de la izquierda, ya en los noventas, respecto al diagnóstico (aunque creo que eso se ha perdido un poco), pero hay un diagnóstico de base respecto al cual el año 2011 fue clave, pues ahí se dio un gran avance en capacidad de diagnóstico".
Yo estuve un tiempo en esa órbita, por varios meses, con Carlos Ruiz, Ricardo Camargo y otros. Y la cosa iba más o menos bien, y de repente veo que empezamos a tener reuniones con Jorge Arrate, con frecuencia: Y Carlos con más frecuencia. Y yo le digo a Carlos que Arrate me cae súper bien, y no soy de los que le va a sacar en cara lo que hizo o no hizo, no es el punto, pero si tú estás construyendo un proyecto vanguardista y quieres ir para adelante, ¿Cuál es el rol que va a jugar Arrate en eso? ¿O vamos a empezar con la cuestión de que necesitamos un candidato? Si esto no es búsqueda de candidatos. Y esto derivó en una conversación en el Tavelli, una tarde, y donde alguien dice “todos sabemos que en algún momento hay que negociar con la Concertación”. Entonces, yo digo, bueno, a mi me interesa el realismo político, creo que eso está bien, pero el punto es que si llegas a negociar con solo un saco de votos, ¿qué estás negociando? No tienes un proyecto ni nada. En ese momento Carlos estaba negociando con los muchachos del autonomismo, que por filosofía no tiene que ver con todo lo que estamos hablando. Por definición, no va con la Concertación, obviamente. Y yo la verdad dije, no entiendo, y en buena onda, porque me caen muy bien todos, me fui. Y me fui callado además, deseando suerte. De hecho, eso ocurrió hace más de quince años y no había contado esto hasta ahora, aunque la historia tiene más aristas. Y justo después se formó la confluencia de estos grupos, y se formó la Izquierda Autónoma. Esta historia es para mí un símbolo de los pasos en falso
Yo lo que veo, es que tenemos claridad por parte de la izquierda, ya en los noventas, respecto al diagnóstico (aunque creo que eso se ha perdido un poco), pero hay un diagnóstico de base respecto al cual el año 2011 fue clave, pues ahí se dio un gran avance en capacidad de diagnóstico. La calidad de discusiones que vi o experimenté en 2011 era bien impresionante. Había algo muy interesante, que es que había cierta densidad, que se estaba construyendo. Y esa densidad tiene correlato, pero son correlatos fragmentarios.
Por ejemplo, No Más AFP, que logró construir una propuesta, gracias en parte al trabajo de Marco Kremerman. Yo abracé la propuesta de No Más AFP, cuando fui candidato, e incluso una vez en un almuerzo se acercó un grupo de personas enojadas, porque a pesar que había dicho que abrazaba la propuesta, también dije que le haría dos cambios. Claro, les dije, porque resulta que si vas y le dices a esta gente que vas a expropiar sus fondos de pensiones, olvídalo, no va a funcionar, pero si dices a la gente que vas a hacer un sistema solidario y cuando lleguen a jubilar van a usar el sistema solidario y además le vas a dar su plata, van a votar todos por ti.
Yo creo que ha habido una importancia en llegar a decir “nosotros tenemos las manos limpias” desde el Frente Amplio. Qué es lo que ocurrió primero con la Concertación, que dijo, tras la dictadura “nosotros tenemos las manos limpias, porque no las tenemos con sangre”. y después llegó una siguiente generación , que dijo “nosotros tenemos las manos limpias, porque no las tenemos ni con sangre ni con plata”. Y la verdad es que eso está bien. Pero la gente normal, y sobre todo la gente más pobre, no vive de que tengas tus manos limpias. Los más pobres aguantan muchas cosas, y aguantan muchas manos sucias, porque necesitan soluciones a sus problemas. Si no eres capaz de solucionar sus problemas, no hay nada.
"Entonces eso es diseño, a los pueblos les das un rol, les das vida, en fin, eso es diseño. Las políticas públicas son para eso y la política si no llega a traducirse en política pública no es nada".
Entonces, cuando asumes, como Gabriel Boric, y eres uno de los reyes, de los santos santorum, de lo que fue la movilización del 2011 y 2012, de la educación gratuita, y en seis meses de gobierno, no dices ni una palabra de ampliar la gratuidad…¿que hubiese pasado si en marzo anuncias en tu primer discurso que el tramo 20% siguiente, sobre el 50% que ya tiene la gratuidad, va a acceder al beneficio? Ese fragmento de población ¿acaso no hubiese tenido más probabilidades de votar a favor del apruebo? Además, las cosas tienen significado. Si das un bono como el de Piñera, no tiene significado, para Piñera sí, porque a Piñera le cuesta repartir plata. Si tú logras hacer una política pública super bien diseñada, la gente tiende a pensar que la gente de izquierda es buena. La gente va a decir “oye, qué interesante, parece que esta cuestión funciona”. Estos imaginarios están sobre la mesa. Y tienes que saber trabajar frente a ellos, no solo comunicacionalmente, sino políticamente, y esto significa tener políticas públicas. Los países se vuelven inestables con una política centrada en las elites.
Yo comparo dos países que son parecidos en muchas cosas y parientes prácticamente, como son España e Italia. Y en Italia la disputa política es lo único que importa en la política, todo es política en disputa. Y los gobiernos duran menos que en Bolivia, en promedio en los últimos 50 años, duran 17 meses.
Y tú ves España y España tiene una muy buena calidad de política pública, muchas políticas públicas, muchas respuestas desde la política pública, no sólo desde la política, no desde la discusión, sino que… O sea, aquí hay una crisis energética importante, están subiendo los precios.El gobierno anunció que desde septiembre hasta enero hay unos descuentos en el sistema de transporte público que son como del 50%. Para que la gente use transporte público, no use transporte privado, para estimular, y los trenes interurbanos son gratis sí tu te inscribes. Pero no sólo eso, hay un diseño de las calles, hay un diseño de las ciudades, los autobuses pasan en tiempos súper buenos, ciudades pequeñas que tienen tremendas redes de metro, o sea, hay una inversión en ese tipo de tema.
Italia no es más pobre que España, en absoluto. Cuando llegas a Italia y vas caminando por la calle de repente se acaba la vereda, andar con niños es un peligro, quieres tomar un autobús y se demora 50 minutos y tú llegaste y se acababa de ir. No les importa, no discuten eso. No intervienen en los barrios. El barrio donde está la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ese barrio es un barrio pobre, de clase media baja, y hay algunos sectores donde es bajo. Bueno, tú agarraste tu principal inversión de la ciudad, tu inversión histórica, tu inversión que va a ser el rostro de tu ciudad y la pusiste en un barrio de clase media baja y pobre.
Entonces eso es diseño, a los pueblos les das un rol, les das vida, en fin, eso es diseño. Las políticas públicas son para eso y la política si no llega a traducirse en política pública no es nada.
- ¿Sería aplicar políticas públicas acorde a la realidad chilena?
"Yo escribí una cuestión que decía básicamente que Gabriel Boric era un representante de la banalidad del bien. Que no solamente existía la banalidad del mal, de Hannah Arendt, sino que existe la banalidad del bien, de personas que creen que porque siempre dicen lo correcto".
- Desde el 2016 sabemos que las AFP están en crisis. ¿Dónde diablos está la propuesta sobre qué se va a hacer? Y cuando llegas al gobierno, no tienes propuesta, pero además te llevas -para peor o para mejor lo que sea, pero es tu mejor ministro- al ministro que cuando dirigió él una comisión sobre las pensiones estableció y defendió la idea de que va a haber capitalización individual.
Entonces, ¿cuál es el diseño? O sea, ¿con quién están de acuerdo? ¿Con el pobre José Miguel Ahumada [subsecretario] que lo tienen ahí gritando el último grito de la izquierda o con Mario Marcel que es el ministro? Si están con Ahumada es una falta de respeto con el ministro, si están con el ministro, es una inconsistencia tener a Ahumada.
¿Y cómo se explica que no lleguen con nada de esto?
O sea, cuando tú llevas una candidatura presidencial, debes tener políticas públicas asociadas. Por ejemplo, las 40 horas. Es una idea, no es una política pública. Van a decir: ‘Ah no es que no va a bajar la productividad’, obvio que va a bajar la productividad, primero va a bajar la productividad. Entonces, producir de una manera tal que 40 horas sean más productivas que 44 tienes que tener un modelo de desarrollo asociado a eso. Al menos tienes que hacer cambios en el modelo de desarrollo que permita entonces aumentar los niveles de productividad. Créditos blandos para tecnología en pymes, todas las posibilidades que podrían derivar en todo caso en pérdidas de empleo, por lo tanto tienes que tomar en cuenta ese factor. Luego de eso, de modular las 40 horas, dices ‘perdón, yo soy el Estado y quiero conducir que las 40 horas sean de uso para generar una mejor relación de calidad de vida de las personas’ y esa calidad de vida no es solo tener más horas, sino que también tiene que ver con la posibilidad de tener más horas en familia, porque hay muchas situaciones de disrupción psicológica en los niños y eso tiene mucho que ver con la falta de padres cerca. Quiero que pasen ciertas cosas en la casa, quiero que pasen ciertas cosas en el colegio, tengo que diseñar eso.
Luego yo tengo la política de gratuidad. La gratuidad es un tema financiero, no es un tema educativo, no lo has hecho porque tienes el 50% un sistema de becas masivo. Bueno, vamos a mirar qué está pasando con la educación propiamente tal. Pero tú no puedes llegar y decir ‘nos equivocamos, está la escoba con la cuestión de haber apoyado al Colegio de Profesores sin clases presenciales, pucha lo siento’.O sea, aquí en España pasó que iban a suspender clase y un tipo en el Ministerio empieza a joder, ‘yo sé cómo se puede hacer para que no haya problema. Yo tengo un diseño’. Entonces muestra el diseño de cómo iba a funcionar el encapsulamiento de los grupos en los recreos controlados. Resultado: los niveles de contagio dentro del colegio de niños tienen un porcentaje muy parecido a lo que ocurre externamente en la ciudad.
Hay cosas que no te puedes enterar después porque eso sería una negligencia demasiado grande, tú puedes decir ‘bueno nos equivocamos en ciertas cosas, está bien, nos equivocamos en los retiros’. Es más perdonable. Pero, no puedes decir que nos equivocamos en los colegios, nos equivocamos en el Sename, no.
Yo alguna vez escribí cuando Gabriel estaba pasando tiempos más turbulentos, eran tiempos difíciles para él,una sátira, estaba bien entusiasmado con las sátiras. Hay gente que se lo toma bien, pero en el Frente Amplio no, definitivamente no, el humor es unidireccional, o sea, sólo se pueden reír de ti. Yo escribí una cuestión que decía básicamente que Gabriel Boric era un representante de la banalidad del bien. Que no solamente existía la banalidad del mal, de Hannah Arendt, sino que existe la banalidad del bien, de personas que creen que porque siempre dicen lo correcto, que siempre dicen la cosa que está bien, entonces con eso son fantásticos, tienen la razón, pueden ser importantes, pueden gobernar y pueden hacer muchas cosas. Entonces, yo creo que esa eticidad galopante no se ha suspendido.
"Lo que queda es la articulación. Yo supongo que la clave de fondo de todo esto es tener primero políticas públicas, segundo coordinadas, es decir que tengan un sentido de conjunto, lo que se llamaría en término más grandilocuente “un proyecto”".
- ¿Qué crees que viene? ¿No estamos ya con una izquierda por completo dañada?
- Lo que veo es que hay una infinita confianza o al menos un refugio en ir a tratar de resolver el tema en términos de impactos políticos y creo que esa parte era necesaria el día uno del gobierno, o sea el día menos uno, en el verano.
Pero que nunca iba a ser suficiente, nunca. El problema, es que esa articulación política no va a alcanzar, no va alcanzar con llevar a Carolina Tohá, a Ana Lya Uriarte y articular el bacheletismo, el laguismo con el boricismo, no va a funcionar, no alcanza, no tiene el tamaño del problema.
Lo que queda es la articulación. Yo supongo que la clave de fondo de todo esto es tener primero políticas públicas, segundo coordinadas, es decir que tengan un sentido de conjunto, lo que se llamaría en término más grandilocuente “un proyecto”. De momento no hay ningún proyecto, pero habría que acercarse al menos a tener una cosa parecida a eso.
Ahora mi impresión es que lo que se está produciendo es algo que se veía venir, o sea, estos diez años de impugnación por parte de este grupo dominante de la impugnación desde el 2011, Jackson, Vallejo, Boric. En realidad, yo lo escribí en un libro, no los mencioné a ellos porque traté de proteger su buen nombre entonces, pero creo que a estas alturas es bueno que se hagan cargo, ya están más grandes.
Lo escribí en un libro que se llama Autopsia que es sobre la crisis de las élites y en ese libro hago un capítulo que se llama Impugnadores en la Medida de lo Posible, y me refería fundamentalmente a ellos, pero lo quería hacer analiticamente. Y yo creo que hoy día Impugnadores en la Medida de lo Posible es un titular perfectamente válido, o sea, si es que hubiese un periódico izquierda de gente enojada, podrían perfectamente poner eso. Yo lo digo sin enojo, porque considero que están tratando de hacer algo y modular su propia posición política en medio de un escenario muy difícil, pero ese escenario difícil se produce justamente porque no tenían la capacidad de solidificar una posición que tenías ventajosa.
Entonces yo creo que lo que viene es esa impugnación en la medida de lo posible, que a mí juicio va a ser exactamente al revés de lo que debía hacerse, o sea, vas a entregar todos los sistemas de modelo económico, ya los habían entregado en la Convención, hay que ser justos. El tema del modelo económico era como el decimoquinto tema de la Convención, digo literalmente, no estoy inventado.
"Si a un gobierno le está yendo muy bien, ahí te dedicas a lo conceptual, puedes migrar a las altas cumbres metafísicas, pero algo que cambia, pero cambia metafísicamente, no cambia la realidad. Normalmente los gobiernos se preocupan de las cosas que cambian físicamente".
Y resulta que van a volver a decir, a convencerse formidablemente de que hay que rescatar la agenda identitaria, hay que rescatar lo que queda de todas esas agendas y fortalecerlas.
La información que yo manejo es que se anda buscando aumentar, -en medio de esta discusión, imagínate, hablar con Mario Marcel y tener las condiciones para comer para aumentar-, el presupuesto del Ministerio de la Mujer y la diversidad. O sea, ese es el sentido de realidad. No es que el tema de la mujer no sea relevante, el punto es que a la gente las cosas que le importan son las cosas que tienen que ir con su vida cotidiana y lo que me importa del Ministerio son la justicia salarial, las posibilidades de tener tiempo en su hogar, la violencia doméstica, o sea, esos temas son cruciales.
Pero tu consideraste que el tema más importante, el histórico, era el aborto, ¿cuántas mujeres en Chile no pueden abortar con las leyes vigentes hoy en día? hasta donde sabemos, cero.No existe el problema en términos de política pública, existe el problema conceptual.
Si a un gobierno le está yendo muy bien, ahí te dedicas a lo conceptual, puedes migrar a las altas cumbres metafísicas, pero algo que cambia, pero cambia metafísicamente, no cambia la realidad. Normalmente los gobiernos se preocupan de las cosas que cambian físicamente. Los filósofos y la gente que hace reflexiones, que nos gusta la filosofía y la literatura, nos preocupamos de las otras tonterías.
Entonces creo que esa adecuación, esa capacidad de adecuar y de decir qué es lo importante, qué es lo que estalló en 2019, qué es lo que estalló en 2011, eso falta. Eso es lo fundamental. Porque tú no cambias un modelo diciéndole a la gente “eliminemos todo modelo, eso no existe”. Eliminemos todo modelo es el concepto de la derecha, que dice que su modelo es natural, que existe en la naturaleza y que se da por sí solo. Nosotros decimos, se supone, que existen modelos y nosotros tenemos un modelo, ¿Cuál es?.
- ¿La izquierda completa está atrapada en eso? ¿Será juzgada o hay un espacio marginal en la izquierda que podrán salvarse y reconstruir este proceso? Digo, ¿Hay espacios de la izquierda que se van a salvar de este análisis y decir, en diez años más, “ok, nosotros sí estábamos en otra cosa en ese momento, construyendo otra cosa”? ¿O en diez años más vamos a pensar que la derrota del domingo le pegó a toda la izquierda por igual?
- Yo diría que en este momento hay una debilidad estructural basada en la confusión, que es lo peor que puede pasar en política. Tú puedes estar derrotado pero no confundido.
"El problema es que la izquierda más pragmática no tiene el contenido para poder hacer pragmatismo y proyecto al mismo tiempo, y la izquierda que tiene un proyecto no tiene el pragmatismo y no tiene la capacidad para tenerlo y en medio de todo eso, en general, reina mucha confusión".
Como siempre en todos los países existe una izquierda y una derecha psiquiátrica, descartémosla. Obviamente no va a ser capaz de hacer mucho y si es capaz, eso destruye el país.
Luego, hay una izquierda marginalista, no sólo marginal, sino que aman la marginalidad, por tanto no pueden hacer nada porque desean estar fuera del poder.
Y luego, viene una izquierda confundida y con escaso poder de negociación, pero que eventualmente quizás tiene algún cierto tipo de diagnóstico, por lo menos un poco más centrado en lo que es la realidad de la sociedad chilena.
Y hay otra izquierda, que en el fondo está más bien en la lógica de la administración política y de los pactos que sean necesarios para poder estabilizar su posición y configurarse como parte de una nueva élite o de la antigua élite e ingresar.
El problema es que la izquierda más pragmática no tiene el contenido para poder hacer pragmatismo y proyecto al mismo tiempo, y la izquierda que tiene un proyecto no tiene el pragmatismo y no tiene la capacidad para tenerlo y en medio de todo eso, en general, reina mucha confusión. Ahora esa confusión también reina en la derecha. Eso tiene que ver con el malestar social, que es una cosa más grande.
Así que yo lo que veo en el fondo, que la situación es de libro. Estamos dando vueltas en círculo y es evidente, llevamos 10 años y probablemente sumamos 20 y si nos va un poco más mal, 30 años así. No soy optimista. Chile debía cruzar el infierno, cruzar el momento existencialista de un proceso constituyente para definirse por lo que era y hacia dónde iría. Y nos farreamos el proceso. No cruzamos el infierno y eso significa, por mera lógica, que nos quedamos en él. Antes había un camino, tortuoso, para salir. Ahora no hay ninguno claro. Ojalá se ilumine ese abismo y quede claro el camino.
Comentarios
Hola saludos es un gran medio
No le creo nada a Mayol,
Muy interesante la entrevista
Mi humilde opinión, como
Lo que NO dice AM es que los
Hay un grave error de Mayol
Nunca le compro nada a este
Todo bien pero es un insulto
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