Por segunda vez, Chile dijo que No. Con una participación electoral que superó el 80%, ayer el país rechazó por segunda vez en poco más de un año una nueva propuesta constitucional. Con casi el 99,86% de las mesas escrutadas al cierre de esta edición, el Servel informaba que la opción ‘En Contra’ había obtenido el 55,76% de los votos, frente a un 44,24% a favor de la nueva propuesta constitucional.
En la elite política ello se interpretó como un empate entre izquierda y derecha -dado el amplio Rechazo al texto anterior en el referendo de septiembre de 2022- obviando la enorme frustración popular con una clase política que ha perdido toda la confianza de la ciudadanía por su incapacidad de llevar adelante reformas esenciales para reimpulsar el país.
De hecho, anoche los principales actores políticos de Chile aparecieron en los noticiarios de la TV y radio para explicar por qué ellos mismos son los derrotados. Con frases como “el país no exige unidad”, “la ciudadanía nos ha mandado un mensaje: mayor unidad”, o “la gente está cansada del tema constitucional, es hora de legislar”, sólo vienen a confirmar su enorme desconexión con la ciudadanía.
Ciertamente existen implicancias políticas a partir del sólido voto ‘En Contra’ de ayer. Para empezar, supone una derrota política para Juan Antonio Kast y los Republicanos,
Ello porque hace casi dos décadas los chilenos vienen demostrando y manifestando su enorme desafección con una clase política que, a ojos de muchos, ha sido incapaz de dar repuestas a las legítimas demandas ciudadanas.
Ciertamente existen implicancias políticas a partir del sólido voto ‘En Contra’ de ayer. Para empezar, supone una derrota política para José Antonio Kast y los Republicanos que, teniendo una mayoría amplia entre los consejeros electos en mayo pasado, no fueron capaces de traducir su ventaja inicial en una victoria electoral.
Y el gobierno de Gabriel Boric, abatido por sucesivas derrotas, puede respirar un poco más tranquilo.
“Somos distintos”
“Podemos estar tristes, pero estamos contentos”, afirmó José Antonio Kast anoche tras conocer los resultados del plebiscito que rechazó la propuesta constitucional elaborada en gran parte por sus secuaces del Partido Republicano.
“Los republicanos somos distintos. Cuando ganamos, ganamos, y cuando perdemos, perdemos. Y esta noche una gran mayoría de chilenos ha rechazado la propuesta constitucional que nosotros impulsamos desde el Consejo Constitucional. Y reconocemos esa derrota con mucha claridad y también con mucha humildad”, inició su discurso.
Acto seguida, agregó: “Fracasamos en el esfuerzo por convencer a los chilenos que esta era una mejor Constitución que la vigente y que era el camino más seguro para terminar con la incertidumbre política, económica, social y cerrar el proceso constitucional”.
Acompañado de su esposa y sus colaboradores más cercanos, las caras de derrota eran evidentes, pese a las sonrisas forzadas. “Mi esperanza es que hoy se cierre una etapa triste de nuestra historia que comenzó con un estallido delictual que desestabilizó nuestra institucionalidad y nuestra convivencia y que termina esta noche con una masiva y contundente manifestación democrática que cierra este ciclo de discusión constitucional”, añadió Kast.
La alegría (moderada) en La Moneda
La Moneda también se hizo parte de la autoflagelación de la clase política. “El país se polarizó, se dividió, y al margen de este contundente resultado, el proceso constitucional no logró canalizar las esperanzas de tener una nueva Constitución redactada para todos”, aseguró el Presidente Gabriel Boric la noche del domingo
Sin embargo, esa polarización ideológica parece ser más un rasgo de la elite política que de los ciudadanos que, en dos ocasiones, rechazaron las propuestas constitucionales que provenían de la clase política, poniendo en duda los famosos acuerdos de noviembre de 2019 en busca de la paz social.
La polarización ideológica parece ser más un rasgo de la elite política que de los ciudadanos que, en dos ocasiones, rechazaron las propuestas constitucionales que provenían de la clase política.
“La política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile. Y esta deuda se paga logrando las soluciones que los chilenos y chilenas necesitan y nos exigen que alcancemos”, aseguró el mandatario Acto seguido afirmó que durante los dos años restantes de su gobierno, no se impulsará un nuevo proceso constitucional. “Aquí se cierra el proceso constitucional”, enfatizó.
Sin embargo, tras bambalinas, los resultados de ayer se interpretaron en círculos de gobierno como una victoria, aunque sea pírrica. “Nos da cierto respiro y nos permite sentarnos en la mesa con la oposición y estar en condiciones más igualitarias que antes”, asegura un asesor de gobierno que habló bajo la condición de no revelar su identidad.
Comentarios
Muy cierto....el en contra
Me llama la atención la
Desde el momento, en que ganó
La soberanía reside en la
Lo que ha quedado claro que
Añadir nuevo comentario