Casos como este, como los que nombró Fabiola Campimllai en el y todos los crímenes perpetrados por agentes del estado que quedan impunes, muestran la verdadera cara del poder judicial chileno, más que administrar, justicia lo que hace es blanquiar delitos, de los sicarios que trabajan para el poder económico y político. No vamos a tener justicia y menos democracia hasta que no consigamos desarmar esa mafia que constituye el Poder Judicial Chileno, que sigue la misma lógica colonial de hace 200 años. Jueces intocables, procedimientos truchos, fiscales mediocres y de dudosa calidad académica que se venden al mejor postor.