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Sábado, 19 de Julio de 2025
Ante inminente invasión de Israel

Apoyo y restricciones a la solidaridad con palestinos

Interferencia

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La obligada marcha de los palestinos de Gaza.
La obligada marcha de los palestinos de Gaza.

Cientos de manifestaciones de apoyo al pueblo palestino se siguieron realizando ayer en las principales ciudades del mundo mientras miles de soldados israelíes y una poderosa maquinaria de guerra esperaba en la frontera de la zona norte de Gaza la orden de invadir el territorio palestino.

Algunas de las autoridades israelíes insistieron -una vez más- en que los militares harán todo lo necesario para erradicar de allí a los miembros y partidarios de Hamás, la milicia musulmana que atacó al país hebreo el sábado 7 de octubre. También pretenden liberar a los casi 200 rehenes israelíes en manos de Hamas.

En varias naciones europeas se prohibieron los mítines pro palestinos argumentando que podrían transformarse en un factor de riesgo para las comunidades judías locales.

El paso fronterizo de Rafah, que conecta la Franja de Gaza con Egipto, es la única puerta de salida que no está controlada directamente por Israel, cuyo Gobierno instauró un férreo bloqueo sobre la Franja y no permite la entrada de alimentos, agua o combustible.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en tanto, amenazó con romper relaciones con Israel luego de un rápido deterioro de las relaciones entre ambos Gobiernos. En una escalada de declaraciones, Petro comparó la situación en la Franja de Gaza con el campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, en la Segunda Guerra Mundial. “Ya estuve en el campo de concentración de Auschwitz y ahora lo veo calcado en Gaza”, escribió Petro, en un intercambio en X, antes Twitter.

Angustia en la frontera

El paso fronterizo de Rafah, que conecta la Franja de Gaza con Egipto, es la única puerta de salida que no está controlada directamente por Israel, cuyo Gobierno instauró un férreo bloqueo sobre la Franja y no permite la entrada de alimentos, agua o combustible. Miles de palestinos esperan allí que se despeje la que aparece como única vía de escape posible.

Desde que el ejército israelí inició los bombardeos contra Gaza en represalia por el ataque que Hamás lanzó el pasado 7 de octubre y, especialmente, desde que Israel ordenara la evacuación forzada del norte del territorio ante una esperada ofensiva terrestre, los palestinos se han desplazado hacia el sur y se agolpan junto al paso de Rafah, con la esperanza de que aparezca la luz verde, hasta ayer negada por El Cairo.

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Masivo apoyo a los palestinos.
Masivo apoyo a los palestinos.

Al otro lado de la frontera, decenas de camiones cargados con ayuda humanitaria esperan para poder entrar en la Franja donde, según la ONU, podría registrarse una “catástrofe humanitaria sin precedentes”. Hasta ayer, cerca de tres mil personas habían muerto en Gaza como consecuencia de los bombardeos israelíes.

La solución no parece sencilla para Egipto, que necesita coordinarse con Israel para abrir la frontera y teme, entre otras cosas, que se produzca un verdadero maremoto de decenas de miles de refugiados en su territorio, quizás de forma permanente.

Hamás, instalada en la Franja de Gaza no es una organización palestina aislada. Forma parte del "eje de resistencia" a Israel que se extiende desde Gaza hasta Irán e incluye a Hezbolá, en Líbano.

Los aliados de Hamás

Hamás, instalada en la Franja de Gaza, no es una organización palestina aislada. Forma parte del "eje de resistencia" a Israel que se extiende desde Gaza hasta Irán e incluye a Hezbolá, en Líbano; en Siria, el movimiento yemení Ansarulá, grupos chiíes iraquíes próximos a Teherán y milicias chiítas afganas -los fatimíes-, varios de cuyos contingentes están desplegados actualmente en el este y centro de Siria.

En los dos últimos años, Hezbolá, organización de resistencia claramente dependiente de Irán, ha cumplido un papel destacado en el fortalecimiento de las filas de esta alianza.

El último año, la coordinación entre algunos miembros de este eje ha trascendido el marco político para abarcar la esfera militar y de seguridad con la creación de una instancia de “operaciones conjuntas", donde representantes de los cuarteles generales de Hezbolá, la Guardia Revolucionaria iraní, Hamás y la Yihad Islámica en Palestina se consultan, intercambian información y toman decisiones tácticas.

Las decisiones estratégicas las toma el mando político supremo de los distintos actores, en el que tienen un peso decisivo los altos dirigentes iraníes, pero también el secretario general de Hezbolá. Todas las miradas se centran ahora en el líder del partido, Hasán Nasralá, que permanece en silencio desde el 7 de octubre. El jefe del Comité Ejecutivo, Hachem Safieddine, insistió en que Hezbolá "no permanecerá neutral". El presidente del bloque parlamentario del partido, el diputado Mohammad Raad, afirmó que "es hora de que desaparezca la entidad temporal”, nombre que se da a Israel. El vicesecretario general, jeque Naïm Qassem, declaró que "la resistencia libanesa intervendrá cuando llegue el momento".

Ayer, Israel evacuó a los habitantes de unos 28 poblados mayoritariamente judíos que se ubican cerca de la frontera con Líbano. 

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Los preparativos de Hezbolá.
Los preparativos de Hezbolá.

Explicaciones del conflicto

Mientras, los observadores y analistas internacionales de este largo conflicto, que parece no tener solución, siguen tratándose de explicar la situación actual y coinciden, en su mayoría, en cuatro razones.

La iniciativa militar de Hamas pretende limitar esa convergencia y obligar a los gobiernos islámicos y árabes a alinearse de forma unívoca con el derecho a la autodeterminación y el establecimiento de un Estado Palestino de pleno derecho.

La primera se vincula a la ausencia de una solución política soberana respecto a la población palestina, que se encuentra sojuzgada y dividida entre la Franja de Gaza —al suroeste— y Cisjordania, al este. La Franja está cuasi sitiada y Cisjordania sufre una ocupación militar junto al robo permanente de sus territorios y reservas de agua por parte de colonos judíos supremacistas.

El segundo factor se relaciona con los movimientos geopolíticos del mundo árabe, que en forma progresiva, dejan de lado la causa de la soberanía palestina, disminuyendo la presión sobre Israel para contribuir a una solución política. Esta situación genera un creciente aislamiento de las dos representaciones políticas: tanto Hamás como la Autoridad Nacional Palestina vienen advirtiendo de ésto, sobre todo luego de las conversaciones diplomáticas sostenidas entre funcionarios de Arabia Saudita e Israel. 

La iniciativa militar de Hamas pretende limitar esa convergencia y obligar a los gobiernos islámicos y árabes a alinearse de forma unívoca con el derecho a la autodeterminación y el establecimiento de un Estado Palestino de pleno derecho.

El tercer elemento causal se inscribe en la competencia entre la Autoridad Nacional Palestina y Hamás. Estos últimos buscan, a través de acciones militares, obtener el liderazgo y constituirse en el único referente tanto de Gaza como de Cisjordania. 

Según los Acuerdos de Oslo de 1993, Gaza se encuentra bajo la Autoridad Nacional Palestina, que se define como laica y progresista. Sin embargo, dicho territorio, limítrofe con el Mediterráneo, es controlado de facto por Hamás desde julio de 2007. Su líder es Ismail Haniya, quien expresa la convergencia entre política y religión, heredada de la tradición de los Hermanos Musulmanes. 

En su tercer periodo como Primer Ministro, después de haber ocupado el mismo cargo entre 1996 y 1999, y entre 2009 a 2021, Netanyahu buscó limitar las competencias de la Corte Suprema de Justicia.

Además de gobernar la Franja, Hamás pretende, con estas acciones, persuadir a la mayoría de los palestinos que tienen residencia en Cisjordania de que su proyecto militar es el único viable.

El cuarto antecedente está asociado en forma directa a la situación política de la actual coalición gubernamental israelí, liderada por Bibi Netanyahu. Dicha alianza agrupa al Likud —partido del premier— con dos partidos de ultraderecha supremacista y otros minoritarios de cariz religioso ortodoxa. Esa alianza logró alinear, a fines de 2022, a 62 parlamentarios de un total de 120, para instalar el Gobierno más reaccionario de la historia israelí. 

En su tercer periodo como Primer Ministro, después de haber ocupado el mismo cargo entre 1996 y 1999, y entre 2009 a 2021, Netanyahu buscó limitar las competencias de la Corte Suprema de Justicia mediante leyes que fueron aprobadas por su exigua mayoría.

Esa ofensiva, orientada a viabilizar un control total de la institucionalidad originó una serie de manifestaciones, repetidas cada fin de semana, desde enero hasta la actualidad. Los cuestionamientos contra Netanyahu, expresados en las movilizaciones, buscaron impedir la imposición de legislaciones —promovidas por la alianza de la derecha y la ultraderecha— para limitar la autonomía de la justicia, restringir las libertades individuales y afianzar el modelo de apartheid propuesto por su coalición contra la población no judía.

Israel cuenta con una población de casi nueve millones y medio de habitantes, de los cuales una cuarta parte son musulmanes. Palestina, por su parte, cuenta con 5 millones de habitantes, de los cuales 2 millones viven en la Franja. La situación bélica que sufren esos 15 millones de habitantes beneficia tanto a Netanyahu como a los sectores integristas islámicos. 

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