A mediados del año 1945, el abogado radical Alfredo Duhalde Vásquez asumió como ministro del Interior del entonces presidente Juan Antonio Ríos. El cargo le duró poco, porque en enero de 1946 Ríos falleció, y Duhalde tuvo que asumir como Presidente de la República en calidad de interino. Este es el último antecedente de un titular de Interior llegando a la presidencia de la República, lo cual no se ha repetido en 76 años de historia.
Es un hecho que Interior es el cargo de mayor importancia en un gobierno después del Presidente, pero es un hecho también que es el cargo más corrosivo del gabinete, pues debe asumir el roce y la refriega con el agresivo mundo político y con los intereses organizados de los aparatos del Estado y la sociedad civil. Es por eso que muchas veces debe asumir el 'trabajo sucio' a nombre del Presidente, ejerciendo el poder y la fuerza, lo que implica dejar muchos heridos y enemigos.
La decisión del presidente electo, Gabriel Boric, sobre quién deba asumir la titularidad de Interior es hoy por hoy la principal clave de la instalación de su gobierno, junto a la designación en el Ministerio de Hacienda. Si por una parte Hacienda tiene el deber de generar tranquilidad en los mercados y a la vez propiciar cambios, el ministro del Interior es el líder del equipo político del gobierno, y debe coordinar de cerca el nombramiento de unos 3 mil cargos de confianza -de mayor o menor jerarquía- en el aparato estatal, entre los que se cuenta el gabinete mismo, pues se compone a partir de su propia nominación.
Es un hecho que Interior es el cargo de mayor importancia en un gobierno después del Presidente, pero es un hecho también que es el cargo más corrosivo del gabinete, pues debe asumir el roce y la refriega con el agresivo mundo político y con los intereses organizados de los aparatos del Estado y la sociedad civil,
Esto condiciona a Boric, pues si bien se dio plazo hasta la última semana de enero para definir completamente su gabinete ministerial, lo cierto es que el ministro del Interior tiene que estar decidido antes que todos, dada la coordinación política y logística necesaria para conseguir poner a los más idóneos políticamente, capaces técnicamente y leales al gobierno en estos miles de cargos.
Considerando esto, y teniendo a la vista la mayoría de los análisis de especialistas y medios de comunicación, el nombre que más se repite no es otro que el del líder y creador de Revolución Democrática (RD), el diputado Giorgio Jackson, quien además asumió el rol de 'coordinador político' durante la segunda vuelta de la campaña del presidente electo, habiendo sido su jefe de campaña en la primera vuelta.
En estos análisis, Jackson cumple con casi todas las condiciones para ser el ministro de la instalación del gobierno de Boric: cuenta con redes políticas profundas para manejar Apruebo Dignidad y negociar con las fuerzas exógenas, la conformación del Frente Amplio le ha dado experiencia en el manejo de crisis y de comprensión de la dimensión política, y cuenta con la lealtad de Boric, dada su amistad y la consistencia ideológica entre ambos de concebir un proyecto comun.
Lo que no tiene Jackson es experiencia en el manejo del Estado. Salvo los pasos fugaces -y en general mal evaluados de RD- por el Ministerio de Educación bajo el segundo gobierno de Michelle Bachelet y el estrepitoso fracaso del partido en la Providencia de Josefa Errázuriz, Jackson no ha tenido en su cercanía las decisiones ejecutivas, pues la campaña presidencial también lo alejó del día a día de los gobiernos comunales ganados en 2021, como Ñuñoa, Maipú, Viña del Mar o Valdivia.
Además, según cuentan fuentes que han estado cerca de los gobiernos, a los ex parlamentarios les cuesta tomar posiciones ejecutivas, en especial en las crisis, pues las decisiones en su experiencia legislativa suelen ser colectivas, con lo que se prorratean los costos de estas. Esto tiene particular importancia a la hora de interactuar con actores estatales de otra naturaleza mucho más institucional, como Carabineros o las Fuerzas Armadas, donde las lógicas de negociación son completamente diferentes y tal vez más complicadas y riesgosas.
Pero, este handicap no es exclusivo de Jackson, sino extensible a todo el Frente Amplio. En Apruebo Dignidad, tal vez los únicos que pueden manejar este último punto son los comunistas, que fueron parte de Bachelet II, pero es muy difícil y costoso en lo político nombrar al alguien de esa filiación en el cargo.
Por unos pocos meses: Jackson, el 2 de Boric
Giorgio Jackson, de 34 años, cumple los 35 el 6 de febrero del próximo año. Fue cosa de meses lo que impidió una aventura presidencial propia en esta ocasión, debido precisamente a no contar con los 35 años que la Constitución exige a cualquier ciudadano para ser candidato a la Presidencia de la República.
Al respecto, hay relativo consenso en los analistas al considerar que, más allá de la edad, Jackson cumplía de sobra con el perfil para ser candidato presidencial del Frente Amplio, entre otras cosas porque contaba con amplio conocimiento ciudadano, el respaldo de su partido, Revolución Democrática, el más grande del Frente Amplio a ese momento, por lo cual no hubiera necesitado juntar firmas como sí lo tuvo que hacer Gabriel Boric, para formar Convergencia Social.
A favor de Jackson juega una larga trayectoria política, pese a su corta edad. Desde que en 2012 fundara Revolución Democrática (RD) luego de las movilizaciones estudiantiles de 2011, no ha hecho más que fortalecer su muñeca y peso político, conformando el Frente Amplio con otras fuerzas de izquierda y centro izquierda. Esto pues RD ha sido el eje institucional de la aventura frenteamplista, lo que le ha permitido amasar dirigencia y militancia dispuesta a disputar varios ámbitos de poder en muy poco tiempo.
Consolidó su presencia en la Cámara durante dos periodos desde 2014 hasta 2021 (en representación de distritos de la Región Metropolitana), tiempo en el cual ha sido el principal articulador político tanto de su partido como del Frente Amplio. ¿Los resultados? El Frente Amplio pasó de ser la aventura idealista de un grupo de dirigentes estudiantiles, a poner en La Moneda al Presidente de la República; ser una de las principales fuerzas en la Convención Constitucional, con 16 convencionales; además de conseguir 25 diputados, y 3 senadores en las últimas elecciones.
A favor de Jackson juega una larga trayectoria política, pese a su corta edad. Desde que en 2012 fundara Revolución Democrática (RD) luego de las movilizaciones estudiantiles de 2011, no ha hecho más que fortalecer su muñeca y peso político, conformando el Frente Amplio con otras fuerzas de izquierda y centro izquierda.
Otro dato que no hay que olvidar es que en las presidenciales anteriores, Jackson fue el principal coordinador de la exitosa candidatura de Beatriz Sánchez, quien salió tercera en 2017 a muy pocos puntos de la segunda vuelta.
Todos estos atributos -más la confianza total que tiene con Boric, quien es amigo personal y socio en la conformación del nuevo referente político (por ejemplo Boric estuvo con Jackson en la tesis de los acuerdos del 15 de noviembre de 2019, y no con su propio partido)- lo vuelven el candidato ideal para encabezar el nuevo gabinete, desde el Ministerio del Interior.
Es además un desafío crítico, pues no solo un Presidente necesita a alguien de su máxima confianza, para así comprender y contener los flancos políticos internos; pues también se requiere de su habilidad para desenvolverse horizontalmente con el resto de fuerzas políticas en la instalación.
Esto será fundamental considerando que los distintos sectores políticos quedaron bastante equilibrados en el Congreso luego de las últimas parlamentarias.
Este tipo de habilidades son más necesarias aún, tomando en consideración que una de las principales labores que Gabriel Boric podría llevar a cabo sería la de generar una coalición de gobierno más amplia que el pacto Apruebo Dignidad, dando curso a negociaciones con sectores de la ex Concertación, para así conseguir mayor fuerza política y los equilibrios necesarios para poder llevar adelante los cambios que Boric promete en sus principales líneas programáticas.
Estos atributos vuelven a Jackson el candidato natural a ocupar la vicepresidencia de la República como Ministro del Interior (algo que sucede cuando el presidente viaja fuera del país), pero también, lo perfilan como un nombre con el capital político necesario y suficiente como para tener una futura carrera presidencial.
Síndrome Montt-Varas
Sin embargo, ocupar la titularidad en Interior ha sido desde más de medio siglo el antónimo de lo que es un presidenciable. El Ministerio del Interior ha sido ocupado por políticos duros y rigurosos, que suelen agotar su capital político al tener que afrontar las crisis y emergencias más duras de un gobierno, especialmente aquellas relacionadas con aspectos de seguridad pública y orden interno.
Es el caso de lo que le pasó a Andrés Chadwick, con el asesinato de Camilo Catrillanca; y también Gonzalo Blumel, con las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el estallido social
La corrosividad del cargo, usualmente acaba con la agenda personal de aquel que se desempeña como Ministro del Interior y, eventualmente, implica abandonar ambiciones más grandes como lo puede ser una futura carrera presidencial.
Es por esto que muchos ven que esta situación se cristalizó ya en el lejano siglo 19, bajo la presidencia de Manuel Montt, quien gobernó codo a codo con Antonio Varas, a quien -pese el inmenso poder de los presidentes conservadores de la época- no pudo imponer como su sucesor, en gran medida dado el desgaste político del cargo de Varas: ministro del Interior.
Es por esto que muchos ven que esta situación se cristalizó ya en el lejano siglo 19, bajo la presidencia de Manuel Montt, quien gobernó codo a codo con Antonio Varas, a quien -pese el inmenso poder de los presidentes conservadores de la época- no pudo imponer como su sucesor, en gran medida dado el desgaste político del cargo de Varas: ministro del Interior.
Para el sociólogo y analista político Darío Quiroga, Jackson es el candidato más evidente para ocupar Interior, teniendo en consideración que el gobierno de una coalición política que no ha gobernado antes, no puede darse el lujo de ponerse a improvisar o inventar nuevos nombres en una situación tan crucial como la actual.
"No hay espacio para ponerse demasiado crativos, no hay tiempo para especular, porque hay que considerar que las chances de que el proyecto de Boric fracase no es igual a cero", menciona Quiroga y resalta que "Jackson ha crecido luego de estos meses en que ha coordinado la candidatura de Boric, no es el mismo y ha ganado experiencia. Además, cuando se forman duplas de este nivel, pueden ser más potentes que sólo la figura presidencial".
Sobre la postergación de sus proyectos personales, Quiroga es de la opinión de que "Jackson ya tomó la decisión de ser el 2 de Boric cuando decidió acompañar con mucha lealtad la aspiración de Gabriel. Ese daño Giorgio ya se lo hizo, y ahora no hay demasiado espacio para especular. Pienso que cualquier otro rol dentro del gobierno se vería extraño en Jackson, y me ha sorprendido su capacidad de asumir este nuevo rol que ejerció en la candidatura de Boric, que en ningún caso es de segundo plano".
En ese sentido, Quiroga opina que una buena forma de eludir el desgaste que las materias de seguridad pública le significan al Ministro del Interior, sería buscando un buen nombramiento en las subsecretarías a cargo de tal materia.
Los otros candidatos
Cabe mencionar que en todo caso, han surgido varios nombres para ocupar este cargo del futuro gobierno de Gabriel Boric. Es el caso del senador Carlos Montes del PS, y el de la carismática jefa de campaña de Gabriel Boric en segunda vuelta, Izkia Siches.
El caso de Montes es probablemente el que desata mayor nivel de discusión, considerando que implica poner en el número "2" del gobierno de Boric a un extranjero, un antiguo militante del Partido Socialista, lo cual por supuesto puede tener aspectos positivos y negativos.
El propio senador Montes señaló a la prensa durante los últimos días que "no me lo han planteado y no puedo anticiparme a las cosas (...) lo óptimo es que haya gente de otras edades", a lo que agregó que "cualquier decisión, es institucional (del PS)”.
Con esto Montes parece mostrar reticencia hacia un cargo de esa envergadura, pero entrega una señal de que todo depende de negociaciones pendientes más grandes e importantes, las que tienen que ver con ampliar la coalición de gobierno hacia la ex Concertación o no, lo cual se materializaría en acuerdos parlamentarios y participación en el gobierno.
Lo mismo parece condicionar la designación de Hacienda, la cual se ha vuelto tema de conversación debido a la negativa de Andrea Repetto y Roberto Zahler, dos que entregan confianza al mercado, pero que son más cercanos al centro concertacionista.
Así, la opción de Montes podría ser una buena carta en la materialización de estos acuerdos, pero a la vez significa para Boric, para Apruebo Dignidad, y para el Frente Amplio, tomar la amarga decisión de externalizar un rol tan importante como la vicepresidencia de la República, cediendo así a que el círculo de poder de mayor relevancia sea compartido con influencias políticas exteriores.
Por otro lado, el liderazgo y habilidad política que ha demostrado Izkia Siches desde que asumió como jefa de campaña de Gabriel Boric, le ha significado sonar como candidata a varios ministerios, entre ellos, Interior.
Sin embargo, todo indica que Siches tiene mejores chances como vocera de gobierno antes que como titular de Interior, precisamente por la falta de experiencia y redes como para coordinar políticamente el gobierno de Boric, además de que su figura carismática y bien evaluada, la dotan de un capital político que con seguridad el Frente Amplio no querrá desperdiciar quemándola en un rol tan duro como el Ministerio del Interior,
***Nota de la Redacción: Por un error de tipeo, una versión anterior de este artículo escribió mal la palabra "envergadura". Agradecemos a los lectores que nos alertaron de la falta.
Comentarios
Hola buenas tardes, sugiero
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