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Viernes, 18 de Julio de 2025
¿Se acabó el fuero de clase?

Fiscalía Oriente pide 5 años de cárcel efectiva para Alfonso Bulnes por brutal golpiza a empresario Max Raide en octubre de 2020

Víctor Herrero A.

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Bulnes, Raide, Searle
Bulnes, Raide, Searle

Bulnes y su amigo Enrique Searle atacaron a Raide, ex publisher de El Mostrador, después de que este tratara de impedir el fuerte acoso sexual de ambos en contra de dos mujeres. Bulnes pertenece a una tradicional familia de poderosos abogados, que han ejercido cargos en los gobiernos de Piñera y en instituciones del Estado como el Servel.

El pasado viernes 17 de junio el Ministerio Público cerró una investigación de casi 20 meses en torno al brutal ataque que sufrió la noche del 1° de octubre de 2020 el empresario gastronómico y ex publisher de El Mostrador, Maximiliano Raide, en la avenida Alonso de Córdova, Vitacura.

“A juicio de esta Fiscalía los hechos descritos son constitutivos del delito de lesiones graves, descrito y sancionado en el artículo 397 Nº2 del Código Penal, en grado de ejecución consumado, respecto de los acusados José Alfonso Bulnes Concha y Enrique José Searle Martínez”, se afirma en el escrito acusatorio al que tuvo acceso Interferencia.

La Fiscalía Oriente, encabezada por Lorena Parra, presentó al Cuarto Juzgado de Garantía una condena de cinco años de cárcel para Alfonso Bulnes y tres para Enrique Searle. De concretarse, ello podría significar cárcel efectiva para Bulnes, quien desde octubre de 2020 está bajo la medida cautelar de arresto nocturno. 

Durante la investigación, los fiscales recabaron los testimonios de 18 testigos presenciales, entre éstos las declaraciones de las dos mujeres acosadas, las grabaciones de tres cámaras de seguridad ubicadas en la calle Alonso de Córdova , además de otros antecedentes.

Durante la investigación, los fiscales recabaron los testimonios de 18 testigos presenciales, entre éstos las declaraciones de las dos mujeres acosadas, las grabaciones de tres cámaras de seguridad ubicadas en la calle Alonso de Córdova; además de otros antecedentes. 

Según la propia Fiscalía y otras fuentes judiciales consultadas, la situación de Bulnes y Searle es complicada. Cuando sucedió la grave golpiza a Raide -que según varios testigos podría haber terminado mucho peor si no hubieran intervenido terceras personas- Bulnes estaba cumpliendo una condena de tres años de libertad vigilada. Esto por un hecho sucedido en 2017, cuando, conduciendo en estado de ebriedad, pasó una luz roja y mató a Domingo Vicuña Subercaseaux ( 25 años). Este era hijo de la gerenta del estudio de abogados donde trabaja otro de los hermanos Bulnes Concha. Además, en su prontuario figuran al menos dos agresiones más a mujeres, tal como publicó Interferencia en un artículo de fines de octubre de 2020.

En tanto, el otro agresor, Enrique Searle, tampoco contaba con una ‘conducta irreprochable anterior’.  Según antecedentes a los que este medio tuvo acceso (ver foto), en julio de 2019 fue procesado por consumo de drogas “en público y concertado para ello” en San Felipe, proceso que terminó con el pago de una multa.

Ficha de antecedentes penales de Enrique Searle

Ficha de antecedentes penales de Enrique Searle
Ficha de antecedentes penales de Enrique Searle

Además, tal como reveló Interferencia hace un tiempo, una sobrina suya -Catalina Urrutia Searle- estuvo implicada en el llamado caso AK-47, la compra ilegal de ese armamento durante el estallido social por parte de un grupo de ultra derecha.

Se espera que el juicio oral de Bulnes y Searle se inicie en dos o tres meses más.

Testimonios demoledores

“Dejen de molestarlas”. Esa advertencia todavía le cuesta cara a Max Raide, socio del restorán Europeo ubicado en Vitacura.

Más de dos años duró la investigación desde el 1° de octubre de 2020, cuando Raide fue atacado brutalmente con golpes de puño y vasos de vidrio por defender desde su auto a dos mujeres que estaban siendo acosadas de manera grosera en calle Alonso de Córdova, frente al restaurante donde ambas mujeres habían compartido. 

En la golpiza, Raide perdió parte de la visión en su ojo izquierdo. Un informe del Servicio Médico Legal, al cual tuvo acceso este medio, determinó que el agredido quedó con “lesiones graves”, explicables por lo acción de objetos contundentes y objetos cortantes, de pronóstico médico legal grave […] dejando secuelas funcionales que se encuentran en recuperación”.  

En la golpiza, Raide perdió parte de la visión en su ojo izquierdo. Un informe del Servicio Médico Legal, al cual tuvo acceso este medio, determinó que el agredido quedó con “lesiones graves”, explicables por lo acción de objetos contundentes y objetos cortantes, de pronóstico médico legal grave […] dejando secuelas funcionales que se encuentran en recuperación”.  

Este informe, que recoge el parte médico de la atención de urgencia en la Clínica Alemana, consigna “múltiples heridas faciales, herida en labio inferior y superior de tipo puntiforrne, edema, equimosis y heridas  lineales orbitoparpebrales izquierda, agudeza visual 0,4 en el ojo izquierdo, uveítis traumática izquierda, contusión periocular izquierda, fractura desplazada del piso de la órbita izquierda”.

Uno de los testigos en la investigación, de iniciales  F. P. C,,  declaró que esa noche “Ilegué al local Europeo y reconocí a uno de ellos, Enrique Searle […], a la otra persona que describo como moreno, ojos claros, unos 30 años aproximadamente, no lo conocía, ambos estaban, bebiendo alcohol […] A los pocos minutos en la mesa de al lado se ponen de pie unas mujeres para retirarse del local, que  estaba cerrando, y un joven de chaleco celeste comienza a hablarle a una de ellas, le pregunta para donde se dirigen, a lo que responden ‘a casa’. El joven del chaleco celeste [Alfonso Bulnes] le toma la mano para detener su salida, las chicas se notaban incómodas con el acoso y se retiraron. Ellos se ponen de pie y salen con las copas en la mano continuando la situación en la puerta del local en calle Alonso de Córdova donde los perdí de vista”.

A. G. es una de las mujeres acosadas, a quien Bulnes, en una agresiva maniobra de acercamiento, abordó en el local esa noche. “A las 22:45 aproximadamente, procedemos a retirarnos con mi amiga, y un individuo que vestía chaleco celeste se nos acerca, consultándonos qué vamos a hacer, manifestándole que nos íbamos a nuestras casas”, atestiguó. Ella y su amiga siguieron caminando hasta llegar a la intersección de Alonso de Córdova con Francisco de Aguirre. “Ahí me percato que este individuo nos sigue, acosándonos”, afirmó.

Su amiga, de iniciales A. D., entregó más precisiones. “Al pasar por nuestra mesa estos sujetos empiezan a molestarnos reiteradamente”. Luego cuando las mujeres salen, aburridas “por el hostigamiento y preocupadas por el toque de queda” (en efecto por la pandemia sanitaria en octubre de 2020), Bulnes y Searle las siguen y les gritan. Bulnes “se acerca por detrás mío y me tira el pelo”, aseguró. “Estos dos sujetos jóvenes a mi parecer estaban bajo los efectos del alcohol y drogas, debido al nivel de acoso hacia mí y mi amiga, como el nivel de agresividad hacia el conductor del vehículo”, afirmó A. D. en el expediente judicial. 

También la testigo ahí dejó en claro que no conocía a ninguna de las personas involucradas en el hecho anterior a ese día y que si no fuera por el conductor (Max Raide), quien días después ella sabría por la prensa que era el dueño del Europeo, quien las auxilió cuando eran acosadas, por Bulnes y Searle, no estaría contando esto.

Tal como describen las testigos, quien apareció en su vehículo, fue Max Raide. Se detuco y les pidió a los exaltados jóvenes que dejen tranquilas a las mujeres y dejen de tomar en la calle. Pero esta advertencia encendió la ira de los dos ahora imputados. 

“Fue en ese momento cuando sin mediar provocación alguna uno de ellos [Bulnes, de chaleco celeste] abre la puerta del conductor le revienta una copa en la cara y comienza a agredirlo. Mientras el segundo individuo [Searle] abre la puerta del copiloto y comienza a agredirlo con golpes de puño”, asegura un testigo y lo confirma una decena de ellos que presenciaron el ataque. 

“Al pasar por nuestra mesa estos sujetos empiezan a molestarnos reiteradamente”. Luego cuando las mujeres salen, aburridas “por el hostigamiento y preocupadas por el toque de queda” (en efecto por la pandemia sanitaria en octubre de 2020), Bulnes y Searle las siguen y les gritan. Bulnes “se acerca por detrás mío y me tira el pelo”, dice una testigo.

Una de las mujeres que anteriormente había sido acosadas por ellos se deolvió al auto para intentar sacar de encima a Bulnes, que tenía la mitad del cuerpo dentro del auto de Raide y lo golpeaba con fuerza, pero no lo logró. Ahí fue cuando intervino el cuidador de autos que habitualmente está en el estacionamiento ubicado frente al restaurante Europeo, L. V. , quien sí logró que Bulnes saque el cuerpo del auto y deje de golpear a Raide.

También corrieron hasta el auto B. S.  y R. H, dos empleados del restorán que estaban esperando micro. Ellos y los demás testigos vieron como Bulnes y Searle se alejaron del auto, dejando a Raide inconsciente y saltaron unos metros más allá el muro de una casa ubicada en Pedro Villagra 2474, propiedad de Gustavo Cobarrubias. Este era el administrador del campo de la familia Bulnes Concha, quien los escondió en su interior. “Sale el propietario de la casa y nos dice que nos vayamos”, declaró uno de los testigos. 

Carabineros y Seguridad Ciudadana llegaron a las 12:13 horas, según consta en la carpeta investigativa. Aunque los testigos le explicaron a la policía que ambos agresores se habían refugiado en una casa cercana, los funcionarios no indagaron más y la Fiscalía de turno esa noche retrasó para el día siguiente la orden de revisar la residencia. 

Presiones

Alfonso Bulnes Concha estudió ingeniería comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez, siguiendo un camino distinto al de sus hermanos abogados. Joaquín y Arturo, este último ex subsecretario de Bienes Nacionales, quienes pertenecen al estudio de abogados Larraín & Cia., del ex presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, Mientras, otro hermano, José Miguel Bulnes Concha es abogado y lobbista, y fue un cuestionado integrante del Consejo Directivo del Servel, quien habría intimidado a testigos de este caso según publicó Interferencia.  

Al inicio de este caso, los abogados de Max Raide, encabezados por el penalista Juan Domingo Acosta y el ex fiscal Alberto Aguilera, lograron que Bulnes cumpliera prisión preventiva en la cárcel de Alta Seguridad y actualmente arresto nocturno.

“Los casos de Nicolás López o de Martín Pradenas demuestran que no hay que tomarse a la ligera conductas como las que exhibieron Bulnes y Searle”, asegura una fuente judicial de este caso. “Ambos son, a todas luces, un peligro para la sociedad, en especial para las mujeres”., afirma el abogado Luis Inostroza.

Sin embargo, las poderosas familias y abogados de los imputados no han escatimado esfuerzos por torcer el procedimiento judicial.

En noviembre de 2020  El Mostrador reveló que el abogado Matías Lastra, del estudio Vial y Cia, donde trabaja José Miguel Bulnes, pidió por Ley de Transparencia los procedimientos para entregar las patentes comerciales de los restaurantes que la familia Raide tiene en Vitacura, los que resultaron estar todos en regla.

Además, según fuentes judiciales, la familia Bulnes, a través de sus propios abogados, habría ofrecido incentivos económicos a los testigos para que se retracten. Ello llevó a la apertura de una nueva causa por parte de la Fiscalía Oriente en contra de los hermanos Bulnes Concha por amenazas contra testigos.

“Los testigos han recibido amenazas y amedrentamientos para que no declaren o lo hagan faltando a la verdad de los hechos, y también han recibido ofertas de «coimas» para lo mismo”, publicó El Mostrador en ese momento.

El ex fiscal del denominado ‘Caso Farmacias’, Luis Inostroza, representa a los testigos en la causa penal que se abrió producto de estas amenazas, donde los principales sospechosos son los hermanos del agresor Alfonso Bulnes.

“Los casos de Nicolás López o de Martín Pradenas demuestran que no hay que tomarse a la ligera conductas como las que exhibieron Bulnes y Searle”, asegura una fuente judicial de este caso. “Ambos son, a todas luces, un peligro para la sociedad, en especial para las mujeres”.

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La élite, corrupta, delincuencial y pinochetista, nada de qué sorprenderse.

Son los dueños de chile y actúan como tal. Cuarenta años de abuso, corrupción y decadencia moral dejan su marca en el envilecimiento de las personas.

Es la corrupción de los poderosos

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