La última visita de Gabriel Boric al Salón de Honor del Congreso Nacional fue el 11 de marzo de este año, en ese momento, el mandatario asumió la conducción del país entre diversos elementos simbólicos que habían caracterizado su campaña y los meses que vivió en su calidad de Presidente electo desde el 20 de diciembre del 2021.
Sin embargo, su próxima visita a Valparaíso tendrá una lógica distinta, pues el mandatario se dirigirá por primera vez al país en el discurso de rendición de la Cuenta Pública. La tarea es difícil, pues en escasas once semanas de administración, Boric ha debido enfrentar un escenario no solo políticamente complicado, sino que también un cuadro social y económico degradado, como consecuencia de la pandemia y el estallido social.
En esa situación, el mandatario debe intentar retomar la agenda para volcarse a las tareas de transformación social por lo que fue electo, pero la agenda le ha sido esquiva, pues ha sido dominada por problemas de seguridad que enfrenta al país, y -en un sentido más general- por la crisis social y económica derivada de la pandemia y el estallido social, que son tareas heredadas.
La tarea es difícil, pues en escasas once semanas de administración, Boric ha debido enfrentar un escenario no solo políticamente complicado, sino que también un cuadro social y económico degradado, como consecuencia de la pandemia y el estallido social.
Es por eso que se presume que Boric en esta ocasión buscará avanzar hacia la reforma tributaria, la que se espera sea anunciada en su totalidad dentro de las próximas semanas.
Uno de los aspectos que más preocupa a Boric junto con su ministro de Hacienda, Mario Marcel, es la inflación. El Índice de Precios al Consumidor ha sido el indicador que desde los primeros días de Gobierno despertó la inquietud de los nuevos habitantes de La Moneda y del edificio de Hacienda colindante.
De tal modo, en variadas ocasiones las autoridades señalaron que era necesario contener la inflación para poder desarrollar la agenda de cambios con la reforma tributaria en el centro. En el corazón de este objetivo estuvo el rechazo gubernamental al Quinto Retiro de los fondos de pensiones y de un IFE universal, en el entendido que una nueva inyección de recursos bajo el expediente de 2021 habría podido reventar las metas inflacionarias de Marcel.
Los datos más actualizados del Banco Central y el Instituto Nacional de Estadística, dicen que Chile tiene una inflación del 10.2% como variación de 12 meses (con una tasa de variación mensual respecto a marzo de 1.4%), la que se ha intentado controlar mediante el alza de las tasas de interés por parte del Banco Central, pero que viene con un fuerte viento externo, dado el encarecimiento de los hidrocarburos y los alimentos, dada la Guerra en Ucrania. De hecho, en el reciente reporte del INE se señala que la principal fuente de inflación mensual, en la canasta que mide el IPC, se da por alimentos y bebidas no alcohólicas.
Eran tiempos en que la inflación no era una gran preocupación para Chile, lo que duró aproximadamente 30 años.
En comparativa, Sebastián Piñera, se dirigió al país por primera vez en su segundo mandato con una inflación de 1.9% en abril de 2018. Período en el que el país aún no enfrentaba la crisis sanitaria y económica del Covid-19. Cuatro años atrás, Michelle Bachelet enfrentó el mismo escenario de Piñera, con una inflación un poco superior 4.3%, pero controlada. Eran tiempos en que la inflación no era una gran preocupación para Chile, lo que duró aproximadamente 30 años.
Con todo, el Banco Central proyecta para abril del 2023 una variación anual del 6.0% del IPC, mientras que para finales de 2022 pronostica el índice en un 7.2% para diciembre, lo que -en caso de concretarse- habrá implicado la contención de un espiral inflacionario, los que suelen ser devastadores para los consumidores -en particular, entre los más pobres- y para los políticos, que pagan en popularidad esas alzas de precios.
En cuanto al Imacec (Indicador Mensual de Actividad Económica) -índice representativo de la actividad económica en Chile- Boric recibe un rebote de la economía luego de períodos de recesión durante la crisis sanitaria.
De esta forma, el más reciente indicador se traduce en un 6.4% de crecimiento entre marzo de 2022 y marzo de 2021, con una proyección al alza de 7.5% entre marzo de 2023 y marzo pasado, según datos del Banco Central. (El indicador de abril se publicará el mismo día de la Cuenta Pública).
Respecto a Piñera; en marzo de 2018 Chile tenía un Imacec de 4.5%, con cifras proyectadas a la baja para marzo de 2023, con un indicador de 4.2%. En el caso de Bachelet, para 2014 el Imacec de marzo estaba cifrado en 3.0%, con una variación a la baja en 2,6% en su proyección a 12 meses.
En otras palabras, Boric enfrenta un escenario de moderado crecimiento económico, incluso en niveles más bajos que sus predecesores, en un escenario previo del estallido social generalizado de desaceleración del crecimiento económico por agotamiento del modelo.
Esas cifras sirven para situar a los mandatarios respecto de la actividad económica de sus primeros meses en el poder (en los casos de Bachelet y Piñera, en sus segundos períodos), pero no hablan necesariamente de las perspectivas de crecimiento generales para los primeros años.
De tal modo, el Fondo Monetario Internacional calcula para Chile un crecimiento del 1,5% en 2022, para desacelerarse a 0,5% en 2023. A la misma altura Piñera II creció al 4,0% en su primer año (2018) y decayó a 0,8% al siguiente (2019), mientras que Bachelet II pasó de 1,9% a 2% en los dos primeros años de gobierno (2014-2015).
En otras palabras, Boric enfrenta un escenario de moderado crecimiento económico, incluso en niveles más bajos que sus predecesores, en un escenario previo del estallido social generalizado de desaceleración del crecimiento económico por agotamiento del modelo.
En materia de desempleo, otro de los indicadores que más golpea a los ciudadanos y que fue particularmente agresivo durante la pandemia, Boric enfrenta su primera Cuenta Pública con una tasa de 7.7% para el trimestre móvil de febrero, marzo y abril del 2022. Asimismo, la cifra de desocupación femenina -otra de las preocupaciones de los nuevos inquilinos de La Moneda, dada su énfasis por políticas hacia las mujeres-, alcanzó el 8.5%, según información del Instituto Nacional de Estadística.
En cuanto a los gobiernos anteriores, Piñera enfrentó el mismo período con un desempleo del 6.8% y una desocupación laboral femenina del 7.7%. Por su parte, Bachelet hizo frente a un escenario de desempleo del 6.1% con una desocupación femenina del 6.5%.
De esta forma Boric, a diferencia de los otros mandatarios y a pesar de la recuperación de empleos durante 2022, enfrenta el escenario más difícil en materia de desempleo de los últimos ocho años al momento de dirigirse al país en su primer año de gobierno.
Seguridad, es otro de los aspectos a los que tanto gobernantes como población ponen interés, pues para el caso de las personas afecta diariamente en sus vidas cotidianas y para quienes detentan el poder, mide su capacidad de gestión en materia de orden público.
En ese sentido, durante los últimos ocho años el índice de Delitos de Mayor Connotación Social (DMCS) ha variado en el tiempo en cuanto a variación porcentual y también en casos reportados a Carabineros y Policía de Investigaciones.
De esta forma, según el Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD) de la Subsecretaría de Prevención del Delito, indicaría que Boric enfrenta su primera cuenta pública con una disminución de un -28.6% en delitos de robo con violencia o intimidación y una baja de un -22.7% en cuanto a tasa de homicidios.
Lo grave de los datos del CEAD, es que han aumentado los delitos gravísimos contra las mujeres y las familias; violación y violencia intrafamiliar, como antes no se había registrado.
Pero eso puede llamar a error, pues el dato es anualizado y contempla solo 2021, un año todavía marcado por la pandemia y los confinamientos, que genera condiciones para que haya menos crímenes de esta naturaleza en las calles, mientras que en 2022, al menos los confinamientos parecen haberse superado, así como también parece incrementarse fuertemente la delincuencia callejera.
Lo grave de los datos del CEAD, es que han aumentado los delitos gravísimos contra las mujeres y las familias; violación (13%) y violencia intrafamiliar (21,8%), como antes no se había registrado, lo que también puede estar relacionado a los encierros.
Estadísticas que para materia de análisis, presentan un significativo aumento en cuanto a delitos de género contra la mujer. Un elemento que durante la campaña de Boric es central y tuvo como primer gesto político incluir al Ministerio de la Mujer y Equidad de Género como parte del comité político de La Moneda.
Respecto a Bachelet, hubo una mayor contención de estos delitos en comparación al año anterior. En ese sentido, el robo con violencia e intimidación era el único delito que presentaba un incremento, traduciéndose en un 6.3%. El resto de delitos todos a la baja, en retrospectiva el robo con fuerza presentó una disminución del -0.1%, homicidio -1.3%, violación -3.5% y violencia intrafamiliar -4.0%.
En suma, Boric enfrenta un escenario que desde el 2014 viene en alza y que en los últimos años se disparó, sobre todo en materia de género.
Otra estadística importante es el índice de pobreza. Un indicador, que al igual que los índices de seguridad va en aumento. Para el caso de Boric tanto la línea de pobreza como de pobreza extrema presentó un aumento de 10.4% respecto del periodo anterior. Esto es entre 2020 y 2017.
El Ministerio de Desarrollo Social -que mide este indicador- no tiene datos actualizados para 2021, pero es importante señalar que lo ocurrido en 2020 es histórico, pues por primera vez en décadas, se incrementó la cantidad y la proporción de pobres en el país.
"La pandemia incrementó la pobreza por ingresos en Chile de 8,6% a 10,8%. Esto implica que en el país hay 2,1 millones de pobres de los cuales 831.000 se debaten en la extrema pobreza", reportó en su momento la Agencia AP.
Estos indicadores tienen una equivalencia en pesos según persona, de esta forma, las personas que perciban ingresos por debajo de $194.488 están por debajo de la línea de pobreza, mientras que con ingresos bajo los $129.659 en pobreza extrema, esto con una canasta básica de $54.101 en marzo de 2022.
Como se observa en el gráfico, la incidencia de la pobreza y pobreza extrema venía con una baja porcentual significativa desde 2006, pero en 2020 volvió a sufrir un aumento luego de 30 años en disminución, consecuencia directa de la pandemia, escenario que hoy enfrenta Boric.
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