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Jueves, 18 de Abril de 2024
DT entre 1994 y 2004

Muere María Ester Feres: la directora del Trabajo del PS despedida por Lagos y que criticó a la Concertación por agudizar el modelo neoliberal

Camilo Solís

La abogada que dedicó su vida al estudio de materias laborales y a asesorar y defender al mundo sindical, criticó ácidamente a la Concertación, denunciando sus políticas laborales afines al modelo neoliberal. En 2004, su defensa a los trabajadores movilizados en el propio servicio que dirigía, le costó la salida de su cargo en pleno gobierno de Ricardo Lagos, cuando Ricardo Solari era ministro del Trabajo.

Admision UDEC

Cuando el 27 de septiembre de 2004 los funcionarios de la Dirección del Trabajo iniciaron un paro para mejorar una serie de condiciones laborales que se extendió por semanas, la abogada del Partido Socialista (PS), María Ester Feres, era la jefa del servicio. 

“Como tal nunca hizo lo típico que siempre hacen estas autoridades ante movilizaciones como estas: nunca llamó a Fuerzas Especiales, nunca despidió, nunca amenazó, y por el contrario, defendió ante sus superiores el derecho a huelga de los trabajadores. Buscó negociar el fin de la movilización, pero siempre de parte de los trabajadores”, menciona una dirigente gremial que conoció esas negociaciones. 

María Ester Feres, abogada serenense de la Universidad de Chile y militante del PS, falleció la noche del miércoles pasado luego de una larga vida dedicada al mundo laboral y sindical. 

La pelea que dio al mando de la Dirección del Trabajo para conseguir una buena salida para los trabajadores en el conflicto que significó el paro de 2004 le significó perder la jefatura del servicio, en el cual se había desempeñado desde 1994. El ministro del Trabajo de la época, su correligionario PS, Ricardo Solari, le pidió la renuncia, aunque se sabe que la orden vino desde más arriba. 

Irónicamente, el primer gobierno de un socialista después de Salvador Allende, el de Ricardo Lagos Escobar, fue el que tachó con una equis el nombre de María Ester Feres para este cargo, y cualquier otro en el sector público: nunca más volvió a ocupar un cargo de esa envergadura en gobiernos concertacionistas. 

Irónicamente, el primer gobierno de un socialista después de Salvador Allende, el de Ricardo Lagos Escobar, fue el que tachó con una equis el nombre de María Ester Feres para este cargo, y cualquier otro en el sector público: nunca más volvió a ocupar un cargo de esa envergadura en gobiernos concertacionistas. 

Más bien todo lo contrario, asistió a numerosas sesiones en el Congreso Nacional previo a la aprobación de la reforma laboral de Michelle Bachelet en 2016, pero no precisamente para exaltar dicho proyecto, sino que más bien para exponer las críticas que ya durante varios años había desarrollado a las políticas laborales impuestas por la Concertación en la interminable transición a la democracia. Ella estimaba que las reformas no desmontaban la lógica neoliberal de “mercado laboral” que se le dio al trabajo desde la dictadura y que la Concertación no supo o no quiso modificar.

Algunas de estas críticas se pueden observar en diversos textos académicos que la abogada escribió en vida, mostrando el desapego frente a las políticas concertacionistas en materia laboral, pese a lo cual nunca dejó de militar en el PS.

Feres contra la Concertación en sus palabras

Uno de estos textos es Progresismo y movimiento sindical en Chile, artículo publicado en el libro Chile en la Concertación (2009-2010). Una mirada crítica, balance y perspectivas, publicado en 2009 por la fundación alemana Friedrich Ebert Stiftung. En este texto, Feres examina de cerca la forma en que los gobiernos de la Concertación desarrollaron sus políticas laborales. 

A propósito de la progresiva disminución de la preocupación inicial de la Concertación sobre el tema laboral, Feres señala que “las formulaciones programáticas en lo laboral experimentaron evidentes modificaciones en los diversos programas de gobierno, debido no tanto a una concreción práctica (...) como a una creciente aceptación por las élites gobernantes de importantes dimensiones del modelo económico neoliberal heredado; especialmente, de los pilares del modelo de acumulación que se instaló bajo la dictadura”.

"Las formulaciones programáticas en lo laboral experimentaron evidentes modificaciones en los diversos programas de gobierno, debido no tanto a una concreción práctica (...) como a una creciente aceptación por las élites gobernantes de importantes dimensiones del modelo económico neoliberal heredado; especialmente, de los pilares del modelo de acumulación que se instaló bajo la dictadura".

Sobre esto señala que el primer programa de gobierno de la Concertación -el correspondiente al gobierno de Patricio Aylwin- le asignó gran importancia al sistema de relaciones laborales: “Desde un primer programa que le asigna gran importancia, definiéndolo como componente esencial de la democracia, con un claro compromiso de transformación de las bases estructurales del Plan Laboral de la dictadura, en los siguientes [programas de gobiernos concertacionistas posteriores] se obvian propuestas en tal sentido, llegándose en el actual [primer gobierno de Bachelet, a la época] a casi el desaparecimiento de su mención como tal”.

Las críticas de Feres a las políticas laborales concertacionistas se centran también en la desregulación del trabajo, de manera que “a partir de 1004, las sucesivas gestiones gubernamentales en materia laboral marcan una opción por las menores regulaciones posibles al mercado del trabajo, focalizadas en la consagración de derechos individuales”, denunciando la aplicación de lógicas de mercado al sistema laboral, propendiendo al “debilitamiento progresivo del actor sindical”.

Sobre esto señala: “desde los inicios de una transición interminable, la gobernabilidad ha sido entendida como una contención de las demandas sociales que pudieran implicar una paralización de la normalidad institucional post dictadura. Ello condujo a que en el discurso oficial se percibieran las movilizaciones como una amenaza a la estabilidad democrática, con la consiguiente deslegitimación de las organizaciones sociales, en particular del sindicalismo, que es el único movimiento social que tiene cierta densidad histórica para el procesamiento de sus demandas en el sistema político”

Al respecto denuncia “el predominio de concepciones económicas”, donde “lo laboral se tematiza como un problema de mercados laborales o de factores productivos, donde la categoría de recursos humanos sólo se considera como un componente más en la actividad productiva, llevando a perder el sentido social del trabajo, y a sus portadores –las y los trabajadores– su condición de sujetos de derechos, menoscabando en muchos casos su dignidad humana”. 

“Desde los inicios de una transición interminable, la gobernabilidad ha sido entendida como una contención de las demandas sociales que pudieran implicar una paralización de la normalidad institucional post dictadura".

Feres también denunció que “el discurso antisindical ha sido recurrente durante los gobiernos de la Concertación" lo cual ha sido "el reflejo de las estructuras autoritarias en los centros de trabajo, o explícita o implícitamente en los medios comunicacionales y en las imágenes públicas que proyectan ciertas políticas gubernamentales”; de manera que “dado el modelo económico, la debilidad del sindicalismo, el poder desmesurado de los empresarios y la cautela de la Concertación, no se aprobaron reformas sustantivas".

En otro texto, denominado La eficacia de la legislación laboral: Un análisis multidimensional para el caso de Chile, editado po la OIT en 2010, menciona abiertamente que "la política de concertación entre los actores, que era un eje del proyecto de la Concertación de Partidos por la Democracia, en sus inicios, casi no ha logrado avances; peor aún, lo que se advierte es un retroceso, ya que en los años noventa había una mejor disposición a lograr acuerdos, al menos en algunos temas laborales, especialmente de parte del sindicalismo. Hoy, y desde hace tiempo, los actores se encuentran mucho más separados".

En línea con lo anterior, Feres también menciona que "las posteriores correcciones al modelo en materias de política social no han logrado, y quizás no han pretendido, modificarlo sustancialmente; tampoco han permitido recomponer el tejido social; promover el desarrollo de organizaciones y sujetos sociales, ni generar canales estructurados de participación social", en lo que puede considerarse una crítica abierta a la destrucción del tejido social iniciada por la dictadura, y mantenida por los gobiernos concertacionistas, lo que según muchos analistas y expertos podría ser parte del origen del estallido social de 2019.



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Comentarios

Comentarios

Que interesante artículo... Y que triste que una mujer como ella no tuviera el espacio de reconocimiento debido...

En el despido de Maria Ester Feres de los gobiernos de La Concertación sumada a la Concentración del Poder Económico se encuentran las semillas de Octubre 2019.

Otra más de la concertación! Costo tantas vidas y sacrifica humanos la democracia y terminan siendo parte de la misma mugre de la derecha! Horrible lo q le hicieron a esta profesional, una vergüenza!

Más que semilla es el abono, que le imprimió al neoliberalismo la concertá. Fui concertá desde el el inicio, pero me lleve la tremenda decepción estos 30 años, de transión que no terminó nunca.

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