El 27 de julio pasado INTERFERENCIA publicó el artículo titulado “Hija de Piñera postula y obtiene bono como académica de la Universidad de Chile a cambio de no hacer clases en otras universidades", el que generó una avalancha de críticas –y unos pocos apoyos- hacia nuestro medio.
En esa nota se contaba que Cecilia Piñera Morel, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y heredera de una fortuna de al menos US$ 150 millones a su nombre, postuló y obtuvo un bono de esa institución, cuyo objetivo es el mejoramiento salarial y el incentivo a realizar docencia sólo en esa casa de estudios. El monto del beneficio al cual postuló y que obtuvo la hija menos mediática del presidente Sebastián Piñera era de unos 250.000 pesos mensuales.
Las críticas apuntaron a que la doctora Piñera estaba en todo su derecho, como cualquier docente de esa institución, a ser beneficiaria con este bono conocido como Asignación Universitaria Complementaria Académica Incremental (AUCAI). Eso era cierto; de hecho, este medio jamás afirmó que la profesional –quien previo al segundo mandato de su padre realizó un fideicomiso ciego junto a sus tres hermanos con BTG Pactual y Credicorp para administrar fondos por casi 500 millones de dólares– había cometido una ilegalidad.
En ese minuto, INTERFERENCIA consideró que la información debía publicarse en vista no solo de su calidad de hija del Presidente, sino que también por su abultado patrimonio personal y familiar. Y por último, en vista de que el bono era y sigue siendo entregado por una institución pública, financiada en gran parte por los impuestos de todas las chilenas y chilenos, a una funcionaria pública (todos los académicos de planta de la Universidad de Chile lo son), y que no es un beneficio automático, sino que uno al cual los profesores deben postular para obtenerlo.
Uno de los enojados con nuestro artículo fue el abogado Fernando Atria, quien escribió el bestseller El otro modelo que, en parte sirvió como una guía programática para el segundo mandato de Michelle Bachelet, y donde critica el actual modelo neoliberal que impera en Chile. Propone, como remedio, transitar hacia un régimen de “lo público”.
En su cuenta de Twitter, el militante del Partido Socialista Fernando Atria escribió:
“Todo profesor/a de la Universidad de Chile (incluida la prof. @CeciliaPinera) tiene derecho al Aucai si satisface sus condiciones. Que tenga un gran ‘patrimonio familiar’ no implica que no deba recibir la remuneración que corresponde por su trabajo. Un artículo insidioso”.
Lo que Atria no reveló en ese tuit es que él mismo es académico de la Universidad de Chile y que percibe una remuneración bruta mensual de 5.462.241 millones de pesos, que incluye el bono AUCAI, al cual postuló y que obtuvo por un monto de 649.500 pesos mensuales (más del promedio del asalariado chileno).
Al revisar las críticas a este artículo, INTERFERENCIA se fue dando cuenta que la defensa hacia la hija menor de Sebastián Piñera provenía principalmente de académicos de la Universidad de Chile que, sin embargo, nunca transparentaron su condición laboral, ni el hecho de que tuvieran salarios abultados y también AUCAI, como fue, por ejemplo, el caso de Laura Albornoz o Nicolás Grau, quienes también criticaron públicamente nuestra publicación.
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Ello motivó que nuestro medio pidiera por Ley de Transparencia la nómina completa de todos los beneficiarios activos del AUCAI al 29 de julio de 2019, señalando que se incluyera, en el mismo listado, el sueldo bruto percibido por cada uno de los académicos que poseen el estipendio que obtuvieron tras postular a este.
La respuesta arrojó diversas conclusiones. La primera es que actualmente la Universidad de Chile gasta más de 190 millones de pesos al mes en mejorarle el salario a unos 300 académicos que ya tienen un sueldo que los hace pertenecer al sector más rico del país: arriba de $ 4 millones. El bono para el segmento de académicos mejor pagados tiene un promedio de 630 mil pesos, por encima del promedio global que está en 510 mil pesos.
Esto sucede en medio de la constante demanda de equidad salarial que existe al interior de esta casa de estudios, donde algunos profesores ganan 700 mil pesos, mientras que otros superan ampliamente los 10 millones mensuales.
Ingeniería, comercial, derecho
Dentro de la nómina solicitada a la institución pública, aparecen más de 1.980 beneficiarios del AUCAI. Sin embargo, INTERFERENCIA decidió confeccionar un segundo listado más acotado, mostrando únicamente a aquellos académicos que postularon y obtuvieron este bono, y que tienen un sueldo mensual superior a los 4 millones de pesos, antes del AUCAI.
Para realizar esta definición, se tomó la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2018 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que señala que solo un 0,7% de los hogares en Chile tiene ingresos entre 4 y 4,5 millones de pesos.
Así, existen 302 académicos de la Universidad de Chile que, ganando más de esta suma, postularon y obtuvieron el AUCAI.
En ese grupo, predominan los docentes de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (Ingeniería), con 137 casos. En este lugar, destaca el profesor y director del Centro NIC Chile, Patricio Poblete, quien percibe un AUCAI de 763.000 pesos, alcanzando un salario bruto de 9,6 millones de pesos. Después está el ingeniero civil químico Willy Kracht, quien llega a un sueldo bruto de 9,6 millones de pesos con un AUCAI de 649 000 pesos. En total, la Universidad de Chile gasta 90 millones de pesos al mes en esta asignación para los docentes de Ingeniería.
En el segundo lugar de las facultades se encuentra la de Economía y Negocios (FEN), en donde 51 académicos que ganan más de 4 millones de pesos postularon y obtuvieron el AUCAI 2019. El primer lugar de la lista lo tiene Eduardo Engel, economista y miembro del directorio y fundador de la fundación Espacio Público, quien actualmente alcanza un salario bruto de 14,5 millones de pesos con un AUCAI de 763.000 pesos.
Varios puestos más atrás en la misma FEN está Óscar Landerretche Moreno, ex presidente de Codelco y actual candidato presidencial de un sector de la centroizquierda chilena, que llega a un sueldo bruto mensual de casi 7,5 millones con un AUCAI de 763.000 pesos. En este grupo de privilegiados también se encuentra uno de los principales economistas del Frente Amplio y militante de Convergencia Social, Nicolás Grau Veloso, que alcanza un salario de 4,8 millones con un AUCAI de 509.000 pesos.
En total, la Universidad de Chile destina más de 29 millones de pesos mensuales para mejorar los sueldos de estos docentes de la FEN, que ya ganan más de 4 millones de pesos.
En la Facultad de Derecho, 21 profesores en esta categoría postularon y obtuvieron AUCAI. Entre ellos, destaca Fernando Atria, militante del Partido Socialista y ex candidato a diputado, cuyo sueldo alcanza los 5,4 millones con un AUCAI de 649.000 pesos. Después está la facultad de Medicina y el Hospital Clínico, donde el pago de esta asignación a 38 profesores implica un gasto de 19 millones de pesos mensuales.
Origen del AUCAI
En el sitio web que la Universidad de Chile tiene para los usuarios del AUCAI, se define a este bono como una iniciativa que “constituye un esfuerzo programado de mejoramiento de remuneraciones que, aunque focalizado, pretende proteger aquellas áreas más vulnerables de las unidades académicas y continuar un proceso de mejora integral de las condiciones de trabajo de los académicos que se desempeñan en nuestra casa de estudios”.
Aunque entre distintos profesores de esa institución –consultados por este medio– se comenta que el bono tenía entre sus tantos objetivos aplicar un aumento a los sueldos de los profesores de pregrado que ganaban poco, en el papel, el AUCAI se define como una asignación que intenta “ajustar el nivel de remuneraciones del funcionario de la Universidad de Chile”, independientemente de su nivel de ingreso.
Para el año 2019, se recibe a lo largo de 10 meses -entre marzo y diciembre-, y su monto varía según la cantidad de horas que ejerce el mismo académico, con un mínimo de 22 horas a la semana. También se exige no tener vínculos laborales con otras universidades, salvo excepciones que se especifican en el reglamento. El AUCAI comenzó a implementarse a partir de 2007.
El ex alumno de la FEN, Andrés Hojman, fue senador universitario entre 2006 y 2008, cuando se discutió la aplicación del AUCAI. En conversación con INTERFERENCIA, contó que esta asignación tuvo dos ejes. “El primero es que en general había una preocupación constante de que los sueldos en la universidad eran bajos”, dijo. “Por otra parte del tema es que veíamos disparidades muy grandes. Los salarios de Economía e Ingeniería eran buenos, comparados con Humanidades, por ejemplo. Como una respuesta a esas dos cosas, el rector Víctor Pérez hizo esta propuesta, que era una propuesta relativamente ambiciosa para la Chile, que no había subido sueldos hace tiempo”.
Para Jonás Chnaiderman, senador universitario entre 2010 y 2014, y académico de la Facultad de Medicina, el principal tema en la institución pública es la inequidad de sueldos. En ese debate, según el docente, el AUCAI no es un tema determinante. “Creo en un equilibrio por la voluntad en ser parte de la principal institución de educación superior del país, con todo el prestigio que eso involucra, y las aspiraciones salariales. Efectivamente me produce un cierto grado de molestia el que hayan personas que ganen mucho dinero y además postulen a AUCAI, pero por lejos no me parece que sea el principal problema de la política salarial”, dijo.
Y agregó: “El principal problema es la coacción del autofinanciamiento al que nos obliga el Estado de Chile, y que nos tiene nuestros sueldos muy deprimidos. No es justo que haya profesores de música, que son destacados concertistas, que ganan 700.000 pesos (mensuales) por dedicarse jornada completa a la institución”.
Comentarios
Estimados , para una mejor
Me interesan el tipo de
Sí se hacen llamar un medio
Ok...pero yo no percibo aucai
Sumándome a los comentarios
Es totalmente justo que haya
Porque esa mala costumbre del
Si a eso le agregan los
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