Desde los jardínes del ex Congreso, a los pies de una de las dos esculturas de negros libertos que están en las dependencias a modo de homenaje por la colaboración que tuvieron en la construcción del edificio, Milene Molina, afrochilena e histórica activista de su pueblo, explica que el pueblo tribal afrochileno está compuesto por los descendientes de los africanos que llegaron esclavizados al país y que tras su emancipación, permanecieron durante siglos en el territorio, donde no solo desarrollaron su cultura, sino que también sufrieron la persecución y la asimilación forzada en el proceso de chilenización.
Molina fue candidata a convencional constituyente por el Distrito 1 y fue la encargada de la Oficina de Asuntos Afro en Arica durante poco más de cuatro años, cargo al cuál renunció en septiembre de 2021 para dedicar sus horas a gestionar el trabajo del pueblo tribal afrodescendiente chileno en la Convención Constituyente.
“Aquellas personas que puedan demostrar históricamente que sus antepasados llegaron desde África a lo que hoy es territorio chileno entre el siglo 16 y el siglo 19 y que fueron traídos en contra de su voluntad, siendo esclavizados y esclavizadas a estos territorios, somos parte del pueblo tribal afrodescendiente chileno”, indica Molina.
Hoy por hoy, se estima que los descendientes de las y los esclavizados africanos que llegaron en el contexto de la colonización supera las 9.000 personas. Nunca han sido censados como pueblo en el país, pero es una cifra recogida en 2014 por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), junto a organizaciones sociales, quienes realizaron una Encuesta de Caracterización de la Población Afrodescendiente de la Región de Arica y Parinacota.
En 2019 se promulgó la ley 21.151, la cual le otorga reconocimiento legal al pueblo tribal afrodescendiente chileno y le otorga el derecho de ser consultado en los términos del Convenio 169.
Fue el 16 de abril de 2019 cuando se promulgó la ley 21.151, la cual le otorga reconocimiento legal al pueblo tribal afrodescendiente chileno y le otorga el derecho de ser consultado en los términos del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, el cual fue ratificado por Chile en septiembre del año 2008. “Por lo tanto le asisten los mismos derechos que a los pueblos indígenas, reconoce al menos el convenio. Como son los derechos de participación y consulta. Derecho a sus tierras, territorios y recursos, y derechos culturales”, explica el abogado José Aylwin, abogado, y codirector del Observatorio Ciudadano.
Según indica el convenio internacional, “los pueblos indígenas y tribales se encuentran entre los grupos vulnerables que más importan a la OIT en el ejercicio de su misión para la promoción de la justicia social, los derechos humanos y laborales reconocidos a nivel internacional y el trabajo decente”. Mientras que la normativa nacional, indica que “los afrodescendientes chilenos son aquellos que se identifican como tal y comparten la identidad de los descendientes de la trata transatlántica de esclavos africanos traídos a Chile entre los siglos 16 y 19”.
Esto imposibilita que los afrodescendientes que lleguen al país producto de procesos migratorios posteriores puedan reclamar los derechos colectivos que poseen los integrantes del pueblo tribal afrochileno, a diferencia de lo que indica un documento que ha circulado en la Convención, donde se señala que inmigrantes haitianos, colombianos, venezolanos o ecuatorianos podrían llegar a Chile a solicitar los derechos reconocidos por la posible futura Constitución.
Para José Aylwin, “es importante que se haga este reconocimiento constitucional porque tiene un efecto, por un lado, simbólico en el sentido de reconocer que en Chile hubo esclavitud, que hay una descendencia que ha mantenido una cultura y una forma de vida particular, y que de ahí deriva su carácter de pueblo tribal. Y también, tiene un sentido político de reconocer que ellos son titulares de estos derechos colectivos”.
El reconocimiento de la descendencia de la trata de esclavos trasatlántica colonial hace que no cualquier afrodescendiente de procesos migratorios posteriores pueda reclamar los derechos colectivos que poseen los integrantes del pueblo tribal afrochileno, a diferencia de lo que indica un documento que ha circulado en la Convención, donde se señala que inmigrantes haitianos, colombianos, venezolanos o ecuatorianos podrían llegar a Chile a solicitar los derechos reconocidos por la posible futura Constitución”.
Cabe señalar que, pese al reconocimiento legal, anteriormente no lograron obtener ningún escaño reservado en el proceso constitucional, luego de que, en diciembre de 2020, la Cámara de Diputadas y Diputados rechazara la asignación de un cupo.
Convención: Las cuatro principales demandas
La primera semana de abril, una delegación de afrochilenos llegó desde Arica para congregarse fuera la Convención Constituyente y defender las propuestas de norma que buscan constitucionalizar el reconocimiento del pueblo tribal afrodescendiente y sus derechos individuales y colectivos. Los mismos días, algunos de sus representantes se reunieron con el representante para América del Sur de la ONU Derechos Humanos, Jan Jarab y con el embajador director de Derechos Humanos, Jaime Chomalí, para abordar lo complejo que ha resultado poner la discusión del pueblo afro sobre la mesa en el proceso constituyente.
Marta Salgado Henríquez, afrodescendiente chilena de Arica y presidenta de la Organización No Gubernamental Oro Negro, informa que todas las semanas estarán viajando a la Convención y que están trabajando en los ministerios “lo que está inserto en el programa del presidente Gabriel Boric”. Además, indica que de no ser reconocidos constitucionalmente, creen posible hacer una huelga de hambre en Santiago. “También hemos iniciado acciones con el representante del Alto Comisionado de Derechos Humanos en Chile y estamos evaluando la forma de demandar a la Convención Constituyente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos”., dice Salgado
"Hemos iniciado acciones con el representante del Alto Comisionado de Derechos Humanos en Chile", dice Marta Salgado.
Además, aquella misma semana de abril, representantes de la Mesa Técnica del Pueblo Tribal Afrodescendiente Chileno fueron hasta la Convención para hacer entrega del informe de resultados de la Consulta que se realizó en el contexto de proceso constituyente, según lo establece el Convenio 169 y la Ley 21.151.
El informe fue presentado ante la Comisión de Participación Popular por Marta Salgado Henríquez y Cristian Báez Lazcano, quienes solicitaron que los resultados deben ser considerados, indicando que las principales demandas son su reconocimiento constitucional, preexistencia al estado chileno, garantía de sus derechos colectivos y escaño reservado.
Si bien la Convención aún está en proceso de discusión, deliberación y votación de normas tanto en comisiones como en el Pleno, hasta la fecha ninguno de los 176 artículos que ya han pasado al borrador de nueva Constitución contiene derechos del pueblo tribal. Frente a esto, han levantado consignas como “Convención racista”, “somos un pueblo preexistente”, “no existe la plurinacionalidad sin el pueblo afrochileno” y “abstención = discriminación”.
Conflicto con escaños reservados
El viernes 18 de marzo con la abstención de los convencionales de escaños indígenas reservados, el Pleno devolvió a la Comisión de Sistema Político la norma que buscaba establecer el reconocimiento y la titularidad de los derechos colectivos del pueblo tribal afro establecidos en los instrumentos internacionales. La propuesta obtuvo 88 votos a favor, 39 en contra y 22 abstenciones e indicaba que el “Estado garantiza la efectiva participación del pueblo tribal afrodescendiente chileno en el ejercicio y distribución del poder”, además de que se garantizará el diálogo intercultural, los principios de interseccionalidad (los cuales reconocen la combinación de situaciones o identidades que pueden significar la discriminación en algunas personas o colectivos) y el antirracismo.
La norma había sido ingresada por los convencionales Jorge Abarca (INN), Carolina Videla (PC) –ambos representantes del Distrito 1 (Arica)– y otros siete convencionales de Independientes No Neutrales y del Colectivo Socialista.
La iniciativa de los convencionales presentaba un paquete de normas destinadas a cinco comisiones diferentes donde se abordaban temas como la plurinacionalidad, el principio de antirracismo e interseccionalidad y las autonomías territoriales tribales. Además, convencionales como Alvin Saldaña (MSC) y Luis Jiménez (pueblo aymara) presentaron otras normas sobre autodeterminación territorial y escaños reservados para el Congreso Plurinacional respectivamente.
Entre todas las normas, la que generó un consenso más claro fue la propuesta de Luis Jiménez, ingresada con los patrocinios de los convencionales Elisa Loncon (pueblo mapuche), Tiare Aguilera (pueblo rapa nui), Isabella Mamani (pueblo aymara), Rosa Catrileo (pueblo mapuche), Lidia González (pueblo yagán), Adolfo Millabur (pueblo mapuche), Pedro Muñoz (PS) y Bárbara Sepulveda (PC).
“Propuse una iniciativa que les garantiza un escaño para el Congreso Plurinacional, lo que no significa que no puedan tener más, pero a falta de un censo oficial y un padrón electoral, creemos que la mejor solución es garantizarles uno, dejando abierta la puerta para que en el futuro se pueda reformar la Constitución o la ley. Esto en caso de que en el censo de 2023 alcancen un número de población tal que esos escaños sean representativos de dicha población”, indicó el convencional Jiménez a este medio.
La propuesta de Jiménez fue devuelta a la Comisión de Sistema Político luego de obtener 76 votos a favor, 51 en contra y 25 abstenciones. De los 17 convencionales de escaños reservados, 10 de ellos aprobaron el articulado, mientras que los otros 7 se abstuvieron.
Cristian Báez Lazcano, afrodescendiente del Valle de Azapa y presidente de la organización Lumbanga, indica que “hoy en día hemos tenido mucha resistencia, no solamente desde la derecha. Lo preocupante es que sectores progresistas, de izquierda, populares, que vienen desde los territorios, se han abstenido o han rechazado iniciativas que van en favor del pueblo afrodescendiente. El Partido Socialista ha rechazado algunas iniciativas, siendo que el autor de la ley afro es socialista (Luis Rocafull)”.
“Pero existe otro bloque político, que son los escaños reservados, que no han rechazado propuestas nuestras, pero se han abstenido y la abstención es lo mismo que rechazar, para nosotros abstención es igual que racismo, eso es lo preocupante, que hasta ahora no hemos podido tener un diálogo con nuestros hermanos indígenas”, añade Báez.
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La historia negada
Según comenta Cristian Báez a Interferencia, algunos escaños reservados han cuestionado la categoría de preexistencia del pueblo afrochileno. Frente a esto, por ejemplo, la Red Chilena de Estudios Afrodescendientes publicó una declaración y señala sobre este punto:
“Múltiples estudios históricos, antropológicos y arqueológicos han dado cuenta de la presencia de africanos/as y sus descendientes en la mayor parte del actual territorio chileno desde inicios de la época colonial, como parte de la migración forzada causada por la trata transatlántica, reconocida por la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia de las Naciones Unidas (2001 en Durban) como uno de los mayores crímenes de lesa humanidad de la historia. Quienes hoy se identifican como integrantes del Pueblo Tribal Afrodescendiente Chileno descienden de esta diáspora, presente en toda la región latinoamericana y caribeña desde antes de la conformación de los Estados nacionales”.
Para la convencional Dayana González (Pueblo Constituyente) el hecho de que los afrochilenos no hayan obtenido un escaño reservado para participar en la Convención radica en un acto de racismo. “El pueblo afro ni siquiera existe en los libros de historia. Yo como profesora, conozco el currículum y no existen hoy en la historia. Sin embargo, eso no quiere decir que no existan en Chile, porque en realidad su historia y orígenes están en el Valle de Azapa precisamente”, manifestó a esta redacción.
González, que es representante del Distrito 3 (Antofagasta) y profesora de historia, indica que en la zona norte es posible apreciar las manifestaciones culturales e históricas del pueblo tribal afrodescendiente. Según plantea, los carnavales, las comparsas, las cruces de mayo y su presencia en el Valle de Azapa o en la Población Esmeralda en Arica, “consagran de cierta forma la visibilización que tienen con el Estado chileno en el reconocimiento del pueblo afrochileno y que se estableció hace poco en la Ley 21.151”. (Leer 'Aquí no hay negros': la desconocida historia del racismo del Estado contra los afrochilenos)
En la misma línea, la convencional Carolina Videla agrega que en la historia los descendientes afro han estado presentes en procesos claves y destaca que el edificio en el que se está redactando la nueva Constitución fue construido por obreros afrochilenos.
"Si no se reconocen los derechos del pueblo tribal afrodescendiente partimos con mal pie para esta nueva Constitución", la convencional Carolina Videla.
“Es innegable la historia, la literatura y la investigación así lo avala. Por lo tanto, si no se reconocen los derechos del pueblo tribal afrodescendiente partimos con mal pie para esta nueva Constitución, porque eso va a requerir necesariamente elevar esto a nivel internacional de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, puntualizó Videla.
Añade que este lunes el Pleno de la Convención rechazó por segunda vez el principio de antirracismo, que busca establecer que “el Estado de Chile condena todo tipo de acto racista y discriminatorio y se compromete, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, a su prevención, sanción y erradicación”. Este artículo propuesto por la Comisión de Principios Constitucionales, no fue descartado definitivamente del texto constitucional, al obtener 81 votos a favor, 23 en contra y 44 abstenciones, volviendo nuevamente a la Comisión.
Y si bien el artículo 6 sobre antirracismo no habla específicamente del pueblo tribal afrochileno, para Videla la norma “habla del racismo en este país, algo que es parte de este Estado colonial racista y neoliberal contra el cual también queremos actuar para cambiar esta lógica y tener un nuevo pacto social que efectivamente garantice el la diversidad de los pueblos que somos en este país”.
Por otro lado, el derecho a territorio –avalado por los instrumentos internacionales– ya se ha comprendido como una batalla perdida. Y es que la discusión no ha generado un consenso ni entre escaños reservados ni entre convencionales de otras colectividades.
Según indica Milene Molina, la desventaja de no tener un representante en la Convención no les permite generar la presión necesaria para discutir a profundidad la demanda territorial, “pero sí exigimos quedar en la Constitución como pueblo con reconocimiento constitucional y escaños reservados para el futuro Congreso”.
Independiente de aquello, Molina añade que “siempre hemos hablado de territorios compartidos. Nosotros nunca hemos pensado en quitarle nada a nadie. Entendemos que hoy día se está hablando de un nuevo orden social y este tiene que ser armónico y respetuoso. Entonces, cómo vamos a pensar que queremos que nos reconozcan para que nos den un territorio y luego llegar a sacar y botar gente y decir esto es nuestro”.
La convencional Isabel Godoy (pueblo Colla) coincide con la reflexión de Molina respecto al problema que supone no haber tenido un escaño reservado para los afrochilenos. “Tal vez si ellos hubieran estado acá en la Convención, les habría sido más fácil levantar sus reivindicaciones en cuanto al territorio”, declaró a esta redacción.
Mientras que el convencional Jiménez, plantea que es necesario garantizar al pueblo tribal los derechos colectivos estipulados en el Convenio 169. No obstante, “entre los escaños y los otros convencionales hay mucha ignorancia, desconocimiento y falta todavía un consenso amplio. Entonces yo creo que la manera es dejar la puerta abierta para una reforma a la ley 21.151 para que se reconozca el territorio que ellos reivindican. Ahí se tiene que alcanzar ese consenso al cual en esta Convención, por diversas razones no se ha llegado”, puntualizó el convencional.
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