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Jueves, 8 de Mayo de 2025
[Jueves de medios]

¿Sin privilegios? Cómo Sichel se convirtió en el favorito de la prensa

Marcos Ortiz F., director de Ojo del Medio (@ojodelmedio)

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Imagen: @ojodelmedio en Twitter.
Imagen: @ojodelmedio en Twitter.

La prensa tradicional ya ha ungido a Sebastián Sichel como su candidato y las señales pasaron de ser sutiles a totalmente evidentes. El descaro con que ciertos medios han apuntalado la candidatura del expresidente de Banco Estado ha llegado al punto que diarios como La Segunda ya han entrevistado o perfilado a más de la mitad de su grupo político en apenas tres semanas. 

“Antes, todas las cosas se envolvían en papel de diario. El diario llegaba a la casa como envoltura y mi hermano lo que hacía era sacar el diario y ahí tenía para leer él y nosotros leíamos, todos leíamos”. Fue así como Elisa Loncon, actual presidenta de la Convención Constitucional comenzó a familiarizarse con la prensa. Corrían los albores de los 70 y en la Comunidad Lefweluan –ubicada entre Lumaco y Traiguén– el periodismo llegaba como envoltura de frutas y abarrotes.

Una relación muy distinta con los medios había por entonces en la casa de la familia Cubillos, en Viña del Mar. Si la pequeña Marcela –cuatro años menor que Elisa Loncon y actual convencional constituyente de derecha– quería leer el diario no era necesario estirar las páginas arrugadas con olor a feria. Bastaba con leer el ejemplar que llegaba todas las mañanas; su padre, Hernán Cubillos Sallato, era el hombre de mayor confianza de Agustín Edwards, el dueño de El Mercurio. Cubillos luego sería integrante del consejo editorial del diario y, más tarde, su presidente.

Un candidato cuya biografía se titula justamente “Sin privilegios”, pero que fue editada por El Mercurio en abril de este año –en plena campaña– y que tuvo un adelanto de tres páginas en La Segunda.

Valgan estas dos escenas para graficar la relación diametralmente opuesta que dos mujeres que hoy comparten escaños en la Convención tuvieron y pueden tener con los medios de comunicación. Y valga, a su vez, para explicar la paradoja de un político que dice no tener privilegios –es decir, cuya infancia se pareció más a la de Loncon que a la de Cubillos– pero que está hoy posicionado como uno de los más serios aspirantes a la Presidencia en las elecciones de noviembre en parte por el respaldo de la propia Cubillos y lo más selecto del establishment conservador criollo.

Es la historia de Sebastián Sichel, el candidato que venció a Joaquín Lavín en las primarias de la derecha y que ha basado su estrategia comunicacional en narrar con lujo de detalles su sufrida historia de vida. Un candidato cuya biografía se titula justamente “Sin privilegios”, pero que fue editada por El Mercurio en abril de este año –en plena campaña– y que tuvo un adelanto de tres páginas en La Segunda pocos días después.

A partir de entonces, la relación de Sichel con la prensa tradicional escrita ha seguido el derrotero habitual de los candidatos que son apoyados por los poderes fácticos. “Una operación fáctico-económica a gran escala”, como la llamó en El Mostrador el académico Hugo Herrera. Basta con revisar las páginas de algunos de estos medios en las últimas semanas para percatarse de que tanto él como su círculo más cercano se han convertido en favoritos a la hora de escribir perfiles y entrevistas políticas.

A saber: El 26 de julio fue el turno de Esteban Jadresic, “el hombre fuerte del área económica de Sichel”; el 29 de julio fueron Victoria Paz, “la figura clave en la carrera de Sichel” y Mariana Aylwin, “miembro del comando de Sichel”; el 30 de julio fue Juan José Santa Cruz, “el primer escudero de Sichel”; el 30 de julio fue Clara Tapia, “la mujer que sacó a Sichel al pizarrón”; y el 3 de agosto fue Paola Assael, “parte del círculo de hierro de Sebastián Sichel”. Dos semanas más tarde sería el turno de Gabriela Clivio, “economista del equipo de Sichel”; Patricio Rojas, “el nuevo jefe económico de Sichel”; Rodrigo Ubilla, “el representante de Sichel en la negociación parlamentaria”; y Rafael Guilisasti, “un poderoso en la campaña de Sichel”. En otras palabras, Sichel sumó en tres semanas una decena de artículos –varios de ellos en portada– que a otro político sin la misma base de apoyo en el alto empresariado le habría tardado una década recopilar.

Siete meses después otros dos centros de estudios, el IES y el CEP, se han sumado a la campaña de Sichel. Parte importante de sus investigadores ya trabajan directamente en su equipo.

El descaro con que ciertos medios han apuntalado la candidatura del expresidente de Banco Estado ha llegado al punto que diarios como La Segunda ya han entrevistado o perfilado a más de la mitad de su grupo político en apenas tres semanas, confirmando las advertencias que Evelyn Matthei hizo en enero de este año: “Sichel es el candidato de los empresarios..., de Libertad y Desarrollo que no quiere perder influencias y de políticos que no quieren perder poder”.

Pero la alcaldesa de Providencia se quedó corta. Siete meses después otros dos centros de estudios, el IES y el CEP, se han sumado a la campaña de Sichel. Parte importante de sus investigadores ya trabajan directamente en su equipo y ofician como columnistas en una serie de medios escritos, espacios radiales y televisivos.

Es precisamente esta cercanía de Sichel con estos centros de estudio y el gran empresariado lo que le ha permitido generosas coberturas en la prensa. El editorial de El Mercurio del 9 de agosto, por ejemplo, destacó que el candidato ha “adoptado definiciones relevantes”, “logró marcar pauta”, tiene “voluntad de establecer orden”, privilegia “un proyecto de futuro” y ha actuado con “coherencia”. Aunque sea de Perogrullo consignarlo, las candidaturas y programas de gobierno de la oposición no han corrido la misma suerte en ese espacio.

¿Cuánto transó para lograr abrirse espacio y encumbrarse en lo más alto? ¿Cómo llegó a ocupar las oficinas de altos edificios que antes solo miraba desde la calle?

A tres meses de la elección presidencial, la prensa escrita parece haber encontrado a su candidato y no cesará en allanarle el camino. Sichel es un político hábil que les entrega al empresariado y los grandes medios las certezas en las que los demás presidenciables no están dispuestos a ceder. Con una Convención Constitucional en la que los fácticos no tienen ni voz ni voto –al menos no un voto relevante– Sichel aparece como el personaje que puede salvarles el año. Baste solo consignar que de su más reciente anuncio de coordinadores de comisiones programáticas tres de ellos –Sylvia Eyzaguirre, Iván Poduje y Pablo Allard– son columnistas estables de La Tercera, con espacios quincenales asegurados para verter sus ideas.

¿Cuánto transó para lograr abrirse espacio y encumbrarse en lo más alto? ¿Cómo llegó a ocupar las oficinas de altos edificios que antes solo miraba desde la calle? Son los misteriosos privilegios del candidato “sin privilegios”, el que creció en una casa okupa, sin agua, luz ni baño y que probablemente más de alguna vez prendió papel de diario para entrar en calor. Los mismos diarios que hoy llevan su nombre en portadas, editoriales y entrevistas, que lo ungieron como su elegido y que perfilarán hasta al último de sus asesores si eso ayuda a que los chilenos voten por él en noviembre.



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Comentarios

Comentarios

¡¡¡Excelente!!!

Apitutado, el candidato "Independiente" jaajajajaja, el candidato de los empresarios obvio.

Favorito hasta del interferencia, que hace la nota de él

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