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Domingo, 27 de Julio de 2025
Empresas

El ocaso social de los Matte: las controversias de la familia más influyente de la 'transición a la democracia'

Camilo Solís

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Bernardo Larraín Matte, Pilar Matte Capdevila, Eliodoro Matte Larraín.
Bernardo Larraín Matte, Pilar Matte Capdevila, Eliodoro Matte Larraín.

El contrabando por el cual fue formalizada Pilar Matte Capdevila, hija de Eliodoro Matte Larraín, trae a la memoria una seguidilla de polémicas e incluso ilícitos vinculados a la familia que durante 'los treinta años' de democracia post-dictadura fue la bisagra entre el poder político y la empresa privada.

Algunos días atrás, Pilar Matte Capdevila, hija de Eliodoro Matte Larraín, hizo noticia tras ser formalizada por el delito de contrabando cometido en dos ocasiones en el año 2021, cuando ingresó al país joyas de más de 40 mil dólares haciéndolas pasar en aduana como baratijas de escaso valor. 

La formalización tuvo como origen una querella por parte del Servicio Nacional de Aduanas, pero la irreprochable conducta anterior de la más joven de los Matte Capdevila le significó conseguir una suspensión condicional del procedimiento en la audiencia de formalización. Así las cosas, Pilar Matte pasó de arriesgar un máximo de cinco años de presidio a pagar una multa de $10,4 millones y fijar su domicilio. 

De profesión periodista (y egresada del Colegio Apoquindo), Pilar Matte Capdevila es la hija menor de Pilar Capdevila Honorato y Eliodoro Matte Larraín, el principal heredero y líder del Grupo Matte desde el retiro y posterior fallecimiento del patriarca familiar, Eliodoro Matte Ossa, quien forjó una de las fortunas más grandes del país de la mano de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), la empresa más importante del grupo.

Director y gerente de CMPC desde los ochenta, cuando La Papelera creció al alero de la dictadura, Eliodoro Matte Larraín llegó a la presidencia de la empresa en 2002, y fue quien llevó adelante el proceso de internacionalización y mayor crecimiento de la compañía y la familia. A la cabeza de uno de los grupos económicos más importantes del país, Eliodoro Matte Larraín ha sido denominado el primus inter pares entre las grandes fortunas del país durante fines de los años noventa y los dos mil, influencia que ejerció en el mundo político y público principalmente a través del Centro de Estudios Públicos (CEP), a cuyos salones asistía con cierta frecuencia Ricardo Lagos y sus ministros, en diálogos en los que la agenda de los gobiernos concertacionistas caminaron en armonía con la tecnocracia y las políticas públicas más convenientes a las élites y a la derecha chilena.

Toda esa influencia construida durante esa época inicial de la transición a la democracia ha venido en franco declive desde la década del 2010, en sintonía con la caída de todo el sistema político que viene dando tumbos desde 2011 hasta los últimos años (estallido social mediante). 

Sin perder esto de vista, el hecho de que Pilar Matte Capdevila haya sido formalizada en el Primer Juzgado de Garantía de Santiago por delito de contrabando, podría ser circunstancial, pero simboliza el declive público de la familia, el cual está marcado por varias controversias durante la última década.

Los Matte y Karadima, y el rol de la CMPC en la 'Masacre de Laja'

Justo en 2011, mismo año en el que tuvo lugar la movilización estudiantil, cayeron sobre los Matte las primeras polémicas que debilitaron su posición. Por ese entonces, también se encontraba en grave crisis la Iglesia Católica en Chile, luego de que comenzaran a destaparse numerosos casos de abuso sexual, siendo los más difundidos los correspondientes a las denuncias contra el cura Fernando Karadima, de la parroquia El Bosque.

La situación pública más controvertida surgió cuando se conoció que Eliodoro Matte se había reunido en mayo de 2011 en persona con el entonces Fiscal Nacional, Sabás Chahuán, para comunicarle su preocupación por el proceso judicial que enfrentaba por esos años Karadima. 

Cercanos a los Legionarios de Cristo, Eliodoro Matte y su esposa, Pilar Capdevila eran fieles devotos y benefactores de la parroquia El Bosque, y cultivaron una fuerte amistad con Karadima. Publicaciones de la época, señalan que incluso Eliodoro Matte Larraín le regaló un auto al párroco y también le prestaba su casa en Zapallar.

La situación pública más controvertida surgió cuando se conoció que Eliodoro Matte se había reunido en mayo de 2011 en persona con el entonces Fiscal Nacional, Sabás Chahuán, para comunicarle su preocupación por el proceso judicial que enfrentaba por esos años Karadima. 

El libro Abuso y Poder. Nuestra lucha contra la Iglesia Católica -de Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo- menciona que Matte “también era uno de los hombres que estaba financiando la defensa civil de Karadima”, y que “el empresario [Matte] le expresó su preocupación [a Sabás Chahuán] de que la investigación del fiscal Armendáriz se alargara demasiado -y eso que llevaba recién tres semanas- y le pidió al fiscal nacional celeridad”. 

“Exactamente una semana después, el miércoles 19 de mayo, Sabas Chahuán hizo estas declaraciones insólitas: ‘Yo le he señalado [al fiscal Armendáriz] la preocupación por parte de la Fiscalía Nacional de que esto sea lo más rápido posible'”, agrega el relato de James Hamilton, quien detalla además que la hermana de Eliodoro, Patricia Matte Larraín, también se movió en favor de Karadima, intentando desprestigiar a Hamilton en su trabajo en la Clínica Santa María.

Ese mismo año otro hecho controversial fue sindicado a los Matte, cuando una serie de confesiones en un procedimiento judicial le endosaron responsabilidad a la CMPC en la matanza de 19 trabajadores, conocida como la ‘Masacre de Laja’, a pocos días de ocurrido el golpe de Estado en el año 1973.

“Patricia Matte era amiga del director de ese centro de salud, Juan Pablo Allamand, y le dijo que yo había sido desvinculado de la Clínica Alemana por acusaciones de abuso. A ese nivel de bajez podían llegar”, señala Hamilton.

Ese mismo año otro hecho controversial fue sindicado a los Matte, cuando una serie de confesiones en un procedimiento judicial le endosaron responsabilidad a la CMPC en la matanza de 19 trabajadores conocida como la ‘Masacre de Laja’, a pocos días de ocurrido el golpe de Estado en el año 1973.

En estos testimonios se señaló que jefaturas de la planta de La Papelera que se encontraba en la zona elaboraron “una lista negra”, en base a la cual detuvieron a los trabajadores, y además los efectivos de Carabineros que cometieron los asesinatos se movilizaron en vehículos de la empresa de los Matte, además de ocupar sus instalaciones.

La sentencia contra los carabineros en retiro que participaron de esos crímenes fue bastante reciente, considerando que recién en 2020 se condenó al principal responsable de estos hechos a cadena perpetua, sin contar a varios otros carabineros en retiro, a 5 años y un día. 

De hecho en 2021, una sentencia de la Corte de Apelaciones de Concepción sentenció a Pedro Jarpa Forester, ex empleado de la CMPC que se coordinó con los agentes del Estado para conseguir la detención y ejecución de opositores a la dictadura de Pinochet.

En octubre de 2015, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) presentó acusaciones ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) en contra de CMPC, en las que se señaló que la empresa de los Matte se había coludido con SCA Chile -su competidora en el mercado del papel tissue- para fijar precios de venta en sus productos al menos durante diez años (2001-2011).

Los Matte protagonistas de la colusión empresarial

Sin embargo, el hecho que finalmente significó la retirada de la amplia exposición pública que Eliodoro Matte Larraín tenía en los dos mil, sobrevino algunos años más adelante. 

En octubre de 2015, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) presentó acusaciones ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) en contra de CMPC, en las que se señaló que la empresa de los Matte se había coludido con SCA Chile -su competidora en el mercado del papel tissue- para fijar precios de venta en sus productos al menos durante doce años (2000 a 2011).

Eliodoro Matte rápidamente buscó delegar la responsabilidad detrás del esquema, apuntando a sus ejecutivos como principales culpables de lo que rápidamente se difundió como “el cartel del confort”, y que hoy en día se estudia en numerosas universidades como uno de los casos más grandes de corrupción empresarial, junto al caso La Polar, la colusión de las farmacias y la colusión de los pollos.

En esa ocasión, CMPC se acogió al mecanismo de la delación compensada, por el cual la empresa de los Matte se autodenunció para evitar multas y acceder a algunos beneficios procedimentales, lo cual fue defendido por el fiscal a cargo del caso en la época como un mecanismo legítimo en las legislaciones de todo el mundo a la hora de desbaratar carteles.

En diciembre de 2015, a causa del escándalo, Eliodoro Matte renunció a la presidencia del CEP, cargo que llevaba ostentando durante 28 años con gran influencia desde 1987. Luego, en marzo de 2016, mismo mes en el que a Matte le tocó declarar como testigo en la Fiscalía Local de Puente Alto por el “caso confort”, anunció que también dejaría el directorio y la presidencia de la CMPC, cerrando así un ciclo de 40 años en La Papelera, y 14 en su presidencia.

Los coletazos del caso se extendieron hasta no hace mucho, considerando que recién en 2020 la Corte Suprema sentenció a CMPC y a SCA Chile al pago de US$ 15 millones en multas para cada una de las empresas. La Corte Suprema desestimó lo resuelto en primera instancia por el TDLC, el cual había resuelto no cursar una multa a la empresa de los Matte debido al mecanismo de la delación compensada. 

Debido justamente al mecanismo de la delación compensada, surgió entremedio otro caso de colusión de precios en el que participó la CMPC, según su propia confesión. La Papelera también coordinó precios de pañales al menos durante siete años con la firma estadounidense Kimberly Clark, tal como consta en los documentos que manejaba la Fiscalía Nacional Económica en el marco de la investigación sobre la colusión del papel higiénico, convirtiendo estas ilegalidades en una práctica más generalizada de lo que parecía.

La sentencia de la Corte Suprema contra CMPC en 2020, coincidió con un Matte a la cabeza de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), el gremio empresarial más tradicional e importante de empresarios en el país. Bernardo Larraín Matte, hijo de Patricia Matte Larraín y sobrino de Eliodoro Matte Larraín, presidía el gremio en ese momento, de manera que fue objeto de críticas del propio mundo empresarial.

El declive de los Matte habla de una pérdida de posición que Eliodoro había conseguido afianzar en el mundo público en los esplendores de los “treinta años”, cuando consiguió reunir en torno a su figura una suerte de pacto que cubría todo el espectro político y el empresarial para llevar adelante políticas públicas favorables para la élite empresarial y política.

En esa ocasión, Alfonso Swett, presidente de la CPC (el otro gran gremio de empresarios a nivel nacional) aseguró públicamente a propósito de la sentencia que “la colusión es inaceptable, y que además la Corte Suprema establezca que se realizó con coacción económica, es más grave aún”. En esa ocasión, Bernardo Larraín Matte guardó silencio sobre estas declaraciones.

Además, el empresario Jorge Awad, ex director de Lan Airlines y ex presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, mencionó en entrevista justamente con Interferencia que “Bernardo Larraín Matte debería presentar su renuncia a la Sofofa, porque no solamente la Papelera fue capaz de hacer una delación compensada para destapar este tema, sino que además, con la coacción, hubo mucho tiempo en el cual presionó a su competidor para que siguiera siendo cómplice. Esas dos acciones creo que son indesmentibles. Y lo menos que podría hacer en una entidad de prestigio como la Sofofa, es presentar su renuncia. Por eso que me quedo con la conducta que ha tenido Alfonso Swett de la CPC”.

Cabe mencionar además que Bernardo Larraín Matte ya había sido golpeado anteriormente cuando se cayó el controvertido proyecto HidroAysén, en el cual Colbún, del cual Larraín Matte era presidente, tenía un alto porcentaje. 

Desde la retirada de Eliodoro Matte Larraín desde las plataformas más públicas, la figuración de los Matte se ha visto limitada principalmente a los aportes que históricamente han hecho a campañas políticas de candidatos de derecha, como es el caso del senador Felipe Kast (solo por poner un ejemplo), sin contar por supuesto con las instancias empresariales más tradicionales, como los encuentros de Enade, y la presencia en la Sofofa.

Al mismo tiempo, CMPC ha luchado por desligarse de las polémicas del pasado, intentando con fuerza vender la imagen de una empresa sustentable y cercana a las comunidades en las que La Papelera tiene operaciones. 

Muchos de esos territorios se encuentran en lugares que están siendo reclamados por el pueblo mapuche como tierras ancestrales, por lo que el negocio forestal de los Matte suele tener roces por ese tipo de conflictos.

Tal es el caso del asesinato del joven miembro de la CAM, Pablo Marchant, cuando se descubrió que los carabineros que participaron en ese operativo se movilizaban en vehículos de Forestal Mininco, subsidiaria de la CMPC. Además, otro suceso policial de dudoso entramado también estuvo vinculado con la presencia de los Matte en estos territorios en disputa, cuando un tiroteo en contra del periodista Iván Núñez cerca de Cañete, tuvo como trasfondo la disputa que en la zona tienen varios mapuche que son “pro CMPC” en contra de otros que quieren a las forestales de los Matte fuera del territorio.

Ahora bien, el declive de los Matte habla de una pérdida de la posición que Eliodoro había conseguido afianzar en el mundo público en los esplendores de los “treinta años”, cuando consiguió reunir en torno a su figura una suerte de pacto que cubría todo el espectro político y empresarial para llevar adelante políticas públicas favorables para la élite empresarial y política.

El retroceso de esa influencia, en nada se relaciona con el desempeño de las empresas de la familia, las cuales gozan de buena salud. La internacionalización del negocio ha sido todo un éxito, y CMPC no hace más que anotar cifras azules en términos de resultados, considerando por ejemplo que en 2022, CPMC anotó ganancias netas por US$ 1.005 millones, más que el doble de lo conseguido por la empresa durante 2021.



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