Si bien el Ejército de Chile no suele realizar labores de control de la seguridad y orden público, debido a que estas funciones se encuentran radicadas principalmente en las policías -Carabineros y la PDI-, recientemente la institución castrense adquirió por un poco menos de $50 millones armas destinadas precisamente al control de disturbios.
Hace una semana, el 25 de agosto, la Jefatura de Adquisiciones de la División de Logística del Ejército de Chile (Divlog) envió una orden de compra -que fue aceptada- a la empresa Cramick SA, la cual involucra el pago de $47.244.470 para adquirir 130 escopetas antidisturbios de marca “Meriva”, calibre 12 milímetros. El precio unitario al que el Ejército compró estas escopetas fue de $363.419.
Esta orden de compra es el resultado de una licitación en la que el Ejército manifestó la necesidad de adquirir este armamento bajo el ítem “Material Militar y Policial”.
Según documentos publicados en la licitación, la compra de estas escopetas se hizo con dineros “remanentes” de una compra que el Ejército ya había hecho de 100 mil “cartuchos de munición de 12 milímetros, formato 3 postas”. El registro agrega que se habían destinado 120 millones de pesos a la compra de este tipo de municiones.
En la competencia por adjudicarse esta licitación por escopetas antidisturbios -la cual fue publicada el 1 de julio y adjudicada el 10 de agosto- compitieron tres oferentes además de Cramick SA, los cuales ofrecieron modelos de escopetas antidisturbios de características similares a la “Meriva”, que finalmente ganó la licitación.
Cabe mencionar, que la empresa Cramick SA había tenido notoriedad pública durante 2019, debido a que el Consejo de Defensa del Estado (CDE) se querelló en contra de Damir Solar -su representante legal- por estafa en el contexto de una millonaria compra que la PDI hizo en 2018 de chalecos antibalas. Con todo, esta causa fue sobreseída posteriormente debido a falta de antecedentes.
Entre los oferentes de la licitación por estas escopetas, se encontraba la empresa estatal dedicada al negocio de fabricación de armas, Famae (Fábricas y Maestranzas del Ejército de Chile), cuya oferta económica por estas 130 escopetas fue de $38.448.410. Cerca de $ 9 millones más barata que la oferta ganadora.
La escopeta antidisturbios que ofreció Famae en este proceso licitatorio, fue la Hatsan modelo Escort Aimguard, la misma que en manos de Carabineros se convirtió en protagonista de las violaciones a los derechos humanos durante el estallido social, debido a la gran cantidad de lesiones oculares que provocó.
Protagonistas del estallido ocular
Entre las más graves de las severas lesiones ocasionadas por los perdigones de estas escopetas antidisturbios se cuenta Gustavo Gatica, el cual fue herido en una protesta el 8 de noviembre en las cercanías de Plaza Baquedano, cuando fue alcanzado por municiones provenientes de escopetas antidisturbios en sus dos ojos, lo que le ocasionó la pérdida de la visión para toda la vida.
Precisamente por estos hechos está siendo procesado el Teniente Coronel de Carabineros, Claudio Crespo Guzmán, quien se encuentra en prisión preventiva decretada por la magistrada Marcia Figueroa, del 7° Juzgado de Garantía de Santiago, la que consideró que el actuar de Crespo implicaba ”un ánimo de causar una lesión grave, de infligir dolor a una persona y que en este caso se tradujo en una lesión grave gravísima”.
Tal como publicó INTERFERENCIA hace algunos días atrás, un estudio publicado por la prestigiosa revista científica Eye -la cual es destacada por la editorial Springer Nature, del grupo Nature- demostró la peligrosidad de este tipo de armas como mecanismo de control de manifestaciones y disturbios, debido a que provocan lesiones oculares graves, con resultados de ceguera o severa discapacidad visual, con mucha mayor frecuencia que otro tipo de métodos de disuasión de protestas.
Álvaro Rodríguez, de la Unidad de Trauma Ocular (UTO) del Hospital del Salvador, es uno de los investigadores que trabajó en este estudio. Rodríguez es de la idea de que en Chile se produzca legislación que, derechamente, prohiba el uso de este tipo de armamento en el control de protestas y disturbios.
En conversación con INTERFERENCIA, señaló que esta compra significa que “probablemente se volverá a ocupar este tipo de armamento en control de protestas y no habrá una prohibición total de los perdigones, lo que seguramente terminará con más casos de heridos oculares”.
El último informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), del 19 de marzo de 2020 sobre violaciones a los derechos humanos en el contexto del estallido social, señala que los casos de heridos oculares alcanzaron la cifra 460 casos.
Fue tanto el incremento de lesiones oculares producidas por perdigones de escopetas antidisturbios durante las primeras semanas del estallido social, que el propio general director de Carabineros, Mario Rozas, decidió suspender la utilización de este tipo de armamento el 19 de noviembre de 2019, limitando su uso sólo a casos extremos.
Esta suspensión ocurrió, en parte, motivada por un estudio de investigadores de la Universidad de Chile, quienes advirtieron que estos ”perdigones” o “balines de goma” estaban compuestos en un 80% de metal, y tan solo en un 20% de caucho.
Sumado a esto, un artículo publicado por Ciper reveló que un informe de Carabineros que data de 2012 ya había avisado sobre el peligro que implica el uso de escopetas antidisturbios en el control de manifestaciones. Este informe de Carabineros ya advertía sobre el riesgo de heridas oculares, y no solo eso, sino que también señalaba que un disparo de estas escopetas, a escasa distancia, puede llegar a ser letal.
INTERFERENCIA se comunicó con el área de comunicaciones del Ejército de Chile durante la tarde del lunes 31 de agosto para hacer algunas preguntas atingentes al caso. Desde esa institución se nos indicó que hiciéramos llegar estas preguntas por escrito.
Le preguntamos al Ejército si esta compra significa que esta institución se volverá más activa en el control del orden público, si piensan que habrá una revitalización de las protestas y, además, si están al tanto de las graves consecuencias que el uso de estas armas provoca en términos de estos graves traumas oculares al ser utilizadas para controlar disturbios.
A pesar de la insistencia, esta institución armada no había respondido a nuestras preguntas antes del cierre de esta edición.
INTERFERENCIA también se comunicó con Mario Desbordes, actual ministro de Defensa, al cual le hicimos preguntas similares a las recién expuestas. “No puedo referirme a adquisiciones de armamentos específicos, pues por regla general, son secretos. En todo caso, el Ejército dispone de escopetas, para las que se adquirió munición antidisturbios de tres postas, las mismas que posee la PDI y que reemplazó las que usaba Carabineros”, señaló Desbordes.
El titular de Defensa señaló además que le parece necesario contar con estos elementos, pues “son un punto intermedio antes del uso de munición de guerra, que es la que tiene el armamento estándar de las FFAA”.
Comentarios
En todo el mundo usan
460 personas con daño ocular,
Ejercito compra.......
Las Instituciones armadas
Es increible como la gente no
Añadir nuevo comentario