Gobierno de Brasil

La Policía Federal de Brasil detuvo al exministro del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022) Walter Braga Netto, un general militar acusado de haber liderado la trama para dar un golpe de Estado en 2022 para evitar que Luiz Inacio Lula da Silva, el vencedor de las elecciones, asumiera el poder.

Para evitar el “pánico”, representantes del gobierno de Bolsonaro sugirieron que no se divulguen los datos de letalidad del Covid-19.

Actas de reuniones secretas registran las omisiones del Ministerio de Salud, a cargo del entonces general Eduardo Pazuello.

Un reportaje del medio Agência Pública afirma que las publicaciones siguen al aire a pesar de ir en contra de las políticas de moderación de Meta y han sido vistas más de 414.000 veces.

El ex presidente de izquierda ganó en primera vuelta, pero no logró el 50% para volver al Palacio de Planalto, y Bolsonaro tuvo un desempeño muy superior al vaticinado por las encuestas. Sobre el papel, Lula está en buena posición para ganar, pero una probable campaña que cuestione la legitimidad de los votos podría favorecer al actual Presidente.

Con más de 3.000 muertes al día por Covid-19 en Brasil, el médico y diputado Alexandre Padilha recomienda a Chile robustecer las restricciones de movilidad con su país.

La vacunación comenzó con una mujer negra, pero ahora se vacunan más personas blancas; la mortalidad del COVID-19 en negros es mayor.

La representación ante el tribunal por parte de Raoni Metuktire dice que el presidente brasileño es responsable de asesinato, traslado forzoso y persecución de pueblos indígenas.

Un artículo de la revista MIT Technology Review describe cómo medidas implementadas por el Presidente de ese país han hecho que Brasil, antes un ejemplo en políticas de seguridad de datos, haya girado hacia una forma cada vez más autoritaria de controlar los datos, la que se ha visto impulsada por la excusa de la pandemia.

Pese al mal manejo de la pandemia, la ayuda social impulsada por el poder político brasileño le ha permitido al gobierno sumar apoyos incluso en sectores históricamente ligados a Lula da Silva. Actualmente se discute la posibilidad de entregar el beneficio por más tiempo.

Un estudio sin precedentes revela que, en 2020, el gasto en publicidad aumentó para mostrar que Brasil “sigue el camino correcto”, con el objetivo de “combatir la percepción que se tiene del país en el extranjero, frente a algunos problemas negativos que se están difundiendo y transmitiendo a nivel internacional”, en especial las noticias negativas en relación con el gobierno y la conducta del presidente, según la Secretaría Especial de Comunicación Social del gobierno brasileño.

El ex mandatario fue liberado tras una resolución de la Corte Suprema de su país que beneficia a miles de personas encarceladas que no han pasado por todo el proceso penal. Ante la noticia, el presidente Jair Bolsonaro fue más cauto de los habitual, aunque respaldó a su ministro de justicia Ségio Moro, quien fue quien encarceló a Lula y quien está fuertemente cuestionado por las filtraciones de The Intercept que demuestran que actuó parcialmente.

Si bien este investigador asegura que incendios similares han ocurrido con anterioridad en Brasil, lo novedoso -a su juicio- es la nube tóxica que se ha producido y las imágenes satelitales, que hacen evidente la gran escala del siniestro. El experto cree también que el presidente Jair Bolsonaro ha equivocado el enfoque al acusar a las ONG y que el foco debe estar en reforzar los mecanismos de prevención.

El pulmón del mundo está en crisis y el presidente de Brasil, país en donde se encuentra un 65% de la Amazonía, ha basado su gestión en el gobierno en fomentar la explotación de recursos naturales mientras niega los datos respecto de la deforestación.

La medida la adoptó el Ministerio de Agricultura, dirigido por Tereza Cristina Correa, una conocida defensora de los intereses de los empresarios agrículas, quien es clave para comprender cómo Brasil ha desforestado su amazonía un 88% más rápido que hace un año en la misma fecha. Hecho por el cual, además, el presidente brasileño Jair Bolsonaro está nuevamente envuelto en la polémica, pues salió personalmente a desmentir al organismo oficial que reportó el dato.

En el salón del acto oficial habían unas sillas vacías dejadas por la oposición, las que tal vez llevaron al presidente chileno a excederse en la cortesía hacia su invitado, el presidente brasileño. El resultado: un abrazo fotografiado que puede salir caro.

Jair Bolsonaro estará en suelo chileno tan solo tres días, en los cuales asistirá a la primera cumbre de Prosur y a una serie de instancias que contemplan honores del Estado. Tiempo suficiente como para despertar a una alicaída oposición que -esta vez- se articuló para repudiar la presencia del ultraderechista presidente de Brasil.