Cobertura Estallido Social

El pueblo unido, El derecho de vivir en paz y El baile de los que sobran fueron himnos de la lucha del pueblo chileno contra la dictadura de Augusto Pinochet. Décadas después, bajo el actual toque de queda de Sebastián Piñera, sus estrofas se utilizan incluso para confrontar las armas de los militares.

Desde que se iniciaron las protestas y una vez decretado el Estado de Emergencia por el Gobierno, las cifras de heridos con traumatismos oculares producto de la acción de los agentes del Estado ha ido en aumento, según indica el Colegio Médico.

La clase política y el pueblo están desconectados, y entremedio hay un vacío en esta crisis. Distintos barrios de la capital se están organizando para atender sus propias demandas, operando en sus territorios y desplegando medidas de seguridad y conversaciones para definir cómo quieren seguir.

Pese a la mayor crisis política en décadas, el mandatario no ha cambiado a nadie de su gabinete, mientras que la ciudadanía se prepara para la que podría ser la mayor manifestación en años hoy viernes.

Conspiraciones de grupos organizados para vandalizar el país con apoyo venezolano, comunas de alcaldes de izquierda protegidas de saqueos y la sospechosa filtración del audio de Cecilia Morel que reforzó la tesis belicista del gobierno. Aquí los datos y circunstancias de estas posibles campañas orquestadas de intoxicación informativa contra la movilización, tal como ocurrió durante la elección presidencial de 2017 en la que se impuso el concepto Chilezuela.

La madrugada del miércoles se difundió un supuesto caso de tortura al interior de la Estación de Metro Baquedano, donde opera la 60° Comisaría de Carabineros. Durante el día, distintos medios dieron a entender que la denuncia sería falsa. INTERFERENCIA conversó con el juez Daniel Urrutia -a cargo de levantar la evidencia del procedimiento investigativo inicial-, quien entregó antecedentes que permiten pensar que dentro de la estación de Metro sí pudo haber tortura.

La serie de subsidios que anunció el Presidente anoche, que no tocan en nada el modelo económico chileno que perpetúa la desigualdad, no generó entusiasmo en la clase media. ¿Le servirá a Piñera para apaciguar los ánimos?

En la cuarta jornada de protestas, uno de los blancos principales de la ciudadanía indignada fueron los cuatro canales principales de televisión abierta: Mega, CHV, Canal 13 y TVN, acusados de tergiversar las movilizaciones. Manifestantes cargaron contra sus sedes en Santiago y militares tuvieron que resguardar sus instalaciones. Recién a partir de la tarde del lunes, los canales empezaron a dar más cobertura a las crudas escenas de violencia militar y policial.

Durante la segunda noche de toque de queda en distintas ciudades de Chile, el mandatario radicalizó su discurso y aseguro que “estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie”. En paralelo, el control militar ya ha dejado al menos un muerto, además de múltiples heridos, incluidos niños.

Hace poco el Presidente aseguraba que Chile era "un oasis" en América Latina. Claramente, el mandatario y sus asesores no palpan en el país que viven.

El primer toque de queda por motivos políticos desde el fin de la dictadura fue un intento del presidente Sebastián Piñera por controlar el descontento social, pero no ocurrió esto. Las personas salieron a manifestarse de igual forma, y al menos no les ganó el miedo. En Santiago incluso Carabineros se vio atemorizado en sus propias comisarías por la presión social.

El viernes 18 de octubre reinó el caos en Santiago, después de días de indolentes declaraciones de las autoridades de La Moneda. El gobierno perdió el control tras decidir resolver la crisis a través de una fuerte represión por parte de Carabineros. El ejecutivo aumentó su apuesta represiva al decretar la Ley de Seguridad del Estado por parte de Andrés Chadwick, y luego, al invocar el Estado de Emergencia, por parte de Sebastián Piñera.