Conflicto palestino-israelí

La consigna de las cruzadas cristianas de dos siglos (1096 a 1270) fue someter al mundo islámico, o por lo menos quitarles el control de Jerusalén. ¿Cómo se armó -de ahí en adelante- esta explosiva mezcla de religión, política, guerra, terrorismo, petróleo y fundamentalismos de todos los colores?

Desde la Guerra de los Seis Días en 1967, los soldados de Israel no han lanzado una operación terrestre a gran escala sobre la Franja de Gaza, donde su potencial tecnológico y militar podría verse menguado ante emboscadas preparadas por las milicias palestinas.

Las potencias occidentales han resaltado la idea de que grupos como Hamas, Hezbola y la Yihad Islámica debieran ser aislados al igual que los miembros de los partidos y facciones de ultraderecha que existen en Israel y que impiden negociaciones y acuerdos para avanzar decididamente en la instauración de dos Estados en la región.

Sión designa en hebreo a la colina de la parte noreste de Jerusalén donde se encontraba el templo de Salomón, símbolo de esta ciudad santa, y es expresión creada en 1886 por el austriaco Natam Bimbaun para caracterizar este movimiento que tenía como finalidad la reconstrucción de una patria nacional judía en Palestina.

Fuerzas israelíes habrían bombardearon ayer el hospital Al Ahli, en el centro de la Franja de Gaza, en cuyos patios de acceso se habían refugiado unos 2000 palestinos. Hasta anoche se seguían contabilizando los muertos, que ya se aproximaban al medio millar. Numerosos gobiernos de diversos países condenaron el ataque y algunos, incluso, lo acusaron de haber sido deliberado. En tanto, Israel niega el ataque, y culpa a un misil de la Yihad Islámica.

“Israel ha sido explícito en lo que está haciendo en Gaza. ¿Por qué el mundo no está escuchando?”, se pregunta Raz Segal, historiador y director de magíster en Holocausto y Genocidio de la Stockton University (Estados Unidos). A través de cifras, declaraciones de autoridades israelíes y normativa internacional, define el conflicto como un exterminio en una columna de la revista Jewish Currents.

Las primeras vertientes terroristas del siglo XX en el Medio Oriente provienen de los judíos quienes, antes de la formación del Estado de Israel, en 1948, utilizaron la violencia política de forma semejante a lo hecho por ETA en España o por el IRA en Irlanda, con el fin de lograr que el actual Estado de Israel fuera una realidad.

El conflicto israelí-palestino se reavivó de nuevo el sábado 7 de octubre después de que Hamás lanzó una ofensiva sorpresa contra Israel. En represalia, el Estado hebreo ordenó el lunes 9 de octubre el "asedio total" de la Franja de Gaza, controlada por el movimiento islamista palestino. Se trata de un nuevo capítulo mortífero de un conflicto que remonta a mediados del siglo XX.

Interferencia reproduce esta columna publicada el pasado domingo en el diario israelí “Haaretz”, escrita a propósito de la escalada militar de Israel.

Ataques palestinos a través de incursiones militares y cohetes deja a más de 250 israelíes muertos y cerca de 1500 heridos. A ello se suma la captura de varios rehenes civiles y militares. A pocas horas del ataque, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, llamó a los ciudadanos de Gaza a huir "de la ciudad del mal" para evitar "un infierno" tras la respuesta de las fuerzas israelíes que ya ha cobrado más de 230 vidas palestinas.

En este artículo, escrito en 2001, el autor analiza la presencia de los asentamientos de los colonos judíos ortodoxos junto a los territorios palestinos, los problemas que esto generaba y sus eventuales soluciones. Resulta muy interesante compararlo con lo que sucede hoy en esa región.

Palestinos e israelíes se mantienen confrontados desde antes que Naciones Unidas creara el nuevo estado en 1948. Estados Unidos sentó a las partes en una mesa de diálogo en 1991, el cual en este artículo llega hasta el año 2001, con un informe estadounidense que no resolvió las graves tensiones sucitadas por el Proceso y que derivaron en una gran Intifada.

Desde la que los israelíes llaman la Guerra de Independiencia de 1948 inmediata a la creación del Estado de Israel, hasta la del Yon Kippur, de 1973.

El incumplimiento de las promesas occidentales de independencia y unidad del mundo árabe, a cambio del apoyo contra los turcos, marcó con la violencia a la Palestina de comienzos del siglo XX. Por su parte, las organizaciones sionistas emprendieron una violenta campaña para obligar al Imperio Británico a conceder un Estado judío.

Iniciamos hoy una serie de artículos que pretenden contribuir a comprender el conflicto entre estas dos naciones del Medio Oriente. Las razones son múltiples y muchas de ellas se remontan a los albores de la civilización; otras, más recientes, mantienen en ascuas a una región que vive en permanentes dificultades.

La balanza de la opinión pública de Estados Unidos y Europa históricamente se ha inclinado por la causa israelí, pero eso está cambiando con fenómenos relativamente nuevos como Black Lives Matter, los cuales sintonizan con las vivencias de los palestinos.

A raíz la entrevista Maurice Khamis: “Ya no bastan los apoyos simbólicos a Palestina, Chile debe imponer sanciones comerciales a Israel”, Gerardo Gorodischer hizo llegar una carta la cual se reproduce a continuación.

El presidente de la comunidad palestina en Chile, y dirigente del club de fútbol Palestino, habla del sangriento enfrentamiento, de la situación de los territorios ocupados y del ‘Apartheid’ dentro de Israel. Emplaza a La Moneda y el Congreso de pasar de frases de apoyo a acciones concretas y asegura que un presidente como Daniel Jadue sería muy bueno para la causa palestina.

Nuevamente la atención mundial vuelve sobre el conflicto palestino-israelí, el cual parece reemerger de la caja de herramientas para resolver política doméstica de Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel.
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