FMI

Último estudio del organismo indica que, en el actual contexto de crisis inflacionaria mundial, el quintil más rico en Chile recibió cerca del 28% de las transferencias de dinero del Estado, mientras que el más pobre sólo el 18%.

Según fuentes en Washington, el gobierno chileno pidió esa suma al organismo internacional para hacer frente al coronavirus. Parece una movida poco sensata, dado que hay fuentes de financiamiento externo más baratas y sin el estigma político que supone el FMI. Como sea, ¿significa esto que Chile volvió a su barrio en América Latina?

Los negocios de la menor del clan Luksic van desde la construcción de viviendas de lujo en Vitacura y Zapallar o la app inmobiliaria Goplaceit, hasta tener miles de hectáreas en el sector de Lonquimay, las que actualmente intentan ser recuperadas por comunidades mapuche-pewenche.

No hay fórmulas ni recetas para enfrentar el futuro, así como tampoco bolas de cristal. Pero hay hechos históricos que por su parecido pueden orientar la mirada. El Caracazo de 1989 -una rebelión popular muy similar a la chilena- abrió el camino a la izquierda y a los militares en Venezuela, dejando atrás al bipartidismo corrupto que se repartió el poder durante décadas.

En los últimos tres meses en cuatro países sudamericanos se ha decretado estado de excepción o de emergencia para reprimir protestas sociales, movilizando el ejército en labores de orden público y seguridad interior. Debido a la represión han muerto 66 personas y diversos organismos internacionales han registrado abusos y violaciones a los derechos humanos que ponen en entredicho la imagen democrática que la derecha ha intentado construir en las últimas décadas.

Mauricio Macri, acorralado por una errática gestión que desembocó en una severa crisis económica, perdió la reelección tras anunciar hace cuatros años que ese país había cambiado y que vendrían tiempos mejores.

Tres académicos sugirieron en una investigación que una buena parte de las inversión extranjera directa mundial son en realidad movimientos de grandes corporaciones para pagar menos impuestos, usando muchas veces paraísos fiscales. Es decir, no se traducen necesariamente en estímulo económico ni en mayor cantidad de empleos.

A pesar de las malas cifras de su gestión econonómica, el Presidente Macri ha logrado su objetivo principal: concitar el apoyo de los líderes de las grandes economías globales en torno a su plan de reformas y al acuerdo firmado con el FMI.