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Domingo, 11 de Mayo de 2025
[Hace 50 años]

El cura Raúl Hasbún y el estilo guerrillero

Hugo Mery

El cura Hasbún. Foto: Agencia Uno - Cristóbal Escobar

El cura Hasbún. Foto: Agencia Uno - Cristóbal Escobar
El cura Hasbún. Foto: Agencia Uno - Cristóbal Escobar

El -entonces- director de Canal 13 es entrevistado por la revista Ercilla a mediados de abril de 1973.

-¿Cómo me sentí la primera vez que usé sotana? Igual que si anduviera en pijama por la calle Ahumada.

La respuesta pilló desprevenida a la tele platea de ocho años atrás. Y se tradujo en una avalancha de cartas y llamados telefónicos al canal de la Universidad Católica. ¿Por qué se permitía a ese joven cura de apellido árabe -que ni siquiera usaba sotana- expresarse en forma tan irreverente del oficio de sacerdote? Pero Raúl Hasbún no escarmentó e impulsado por el aire de renovación del Concilio Vaticano II, continuó con sus charlas “A la hora del aperitivo”.

Partía comentando el último tiro libre de Leonel Sánchez para terminar hablando de la necesidad de superar las barreras. O bien utilizaba la letra del último éxito de Los Beatles -por ejemplo, Nowhere man- para argumentar sobre la necesidad de afiliarse a una buena causa.

La prensa conservadora lo atacó por ese "lenguaje frívolo". Un articulista de El Diario Ilustrado, bajo el seudónimo de "Padre Carmelita", recogió indignado el comienzo de su audición del 15 de agosto de 1964: "¿Quién era María? Una muchacha de quince años... ''. Eso de amuchachar a la Virgen no sonó bien en los medios más tradicionales del clero católico.

"Mateo impertinente"

Gustó, en cambio, a los jóvenes. Muy pronto el ameno charlista de la TV se convirtió en el "cura choro", que casaba a los artistas pop, jugaba baby-fútbol con ellos y bautizaba a sus hijos. No sólo en el Estadio, también frente a las pantallas se mostraba hincha expansivo; diariamente se le veía llegar con un maletín al Instituto Vida Sana, donde practicaba gimnasia al son de ritmos modernos.

Muchas de esas actividades debieron disminuir cuando -en diciembre de 1971- asumió la dirección ejecutiva del Canal donde siempre trabajó.

No abandonó entonces -y lo mantiene hasta ahora- su cargo de asesor de Opinión Pública del Arzobispado de Santiago. Es colaborador directo del cardenal Raúl Silva Henríquez y vive en la casa de éste desde hace dos años. La amistad con el primado de la Iglesia chilena nació en 1962, cuando lo ordenó sacerdote, y se acentuó dos años después, a través del cargo de secretario de Episcopado.

Para unos, como el Nobel Neruda, fue el "fariseo persecutorio", que no tiene nada que ver "con la serena sabiduría de nuestro cardenal chileno" ni "con la fe de los creyentes". Otros -los sectores de oposición al gobierno- lo vieron como un cruzado de la justicia, que advirtió "la sombra de una dictadura marxista", y enfrentó la embestida "contra un medio de inspiración cristiana".

Al frente de Canal 13, Raúl Hasbún Zaror se convirtió en uno de los hombres más discutidos de Chile. Vilipendiado sin tregua, fue devolviendo los epítetos de sus adversarios con progresiva dureza, hasta calificarlos de "cloacas humanas, para quienes la cárcel es poco". Se colocó en el centro de la disputa por los sucesos que rodearon la instalación de Canal 5 de Talcahuano y su imagen -alta, delgada, de rasgos marcados y ojos grandes y despiertos- dio lugar a apelativos contrapuestos. Para unos, como el Nobel Neruda, fue el "fariseo persecutorio", que no tiene nada que ver "con la serena sabiduría de nuestro cardenal chileno" ni "con la fe de los creyentes". Otros -los sectores de oposición al gobierno- lo vieron como un cruzado de la justicia, que advirtió "la sombra de una dictadura marxista", y enfrentó la embestida "contra un medio de inspiración cristiana".

A los 39 años, este sacerdote vegetariano vehemente, dueño de una rara elocuencia, cree que lo ha picado una vez más su "prurito libertario". Ese mismo sentimiento que, siendo un adolescente, le costó su expulsión del Instituto Nacional.

Cursaba quinto año de humanidades y un inspector demasiado autoritario pretendió terminar con un juego de monedas sobre el pupitre, donde el hoyo para el tintero representaba la posibilidad de marcar goles. Queriendo demostrar que no lo hacían por dinero, Hasbún destruyó las monedas y con la masa informe reanudó el juego. El inspector vio una provocación y lo castigó. Pero ganó la rebelión de su alumno. Éste -en calidad de presidente de curso- dirigió una insólita petición al rector: "Quince días sin inspector, para probar nuestra capacidad de hacer fila sin coacción externa".

De nada le valieron sus excelentes notas: el impertinente mateo debió continuar los estudios en el Liceo de Aplicación.

Hoy muchos quisieran su expulsión del Canal. La izquierda de la UC busca un pronunciamiento en tal sentido del Consejo Superior. Como primer paso se retiraron los dos miembros UP del programa “A esta hora se improvisa”, aduciendo que las últimas actuaciones del director imposibilitan el diálogo, y la confrontación de opiniones.

En medio de este fuego entrecruzado, ERCILLA conversó dos horas y media con Raúl Hasbún y procuró conocer sus tres dimensiones: el hombre, el sacerdote y el director de UC-TV ("Esto me recuerda la Santísima Trinidad", bromeó). Sin protocolos, se le plantearon muchas de las preguntas que la opinión pública se formula en torno a él.

-Aunque alguna gente duda de su vocación sacerdotal, ¿cómo llegó a la Iglesia?

-A través de mis padres, ambos nacidos en Belén, y de mis primeros estudios en el San Ignacio. Al terminar las humanidades, el profesor de Matemáticas me aseguró que estaba "llamado para algo más". No entendí nada. No había despertado aún mi vocación; no hacía cuestión de mi fe en mis amistades con israelitas, marxistas y masones. Era un muchacho normal.

-¿Pololeaba también?

-Sí, y me gustaban -por contraste- las rubias. A las muchachas árabes las rehuía, porque hablaban "al tiro" de matrimonio. Después, estudiando Derecho, Filosofía y Teología en la UC, vi "la señal". E ingresé al seminario, en medio del desconsuelo de mis padres, que temieron un encandilamiento pasajero.

-Y no fue así. Después, en los comienzos de su carrera, generó una imagen de "cura choro".

-Exacto. Me identificaron con una generación de sacerdotes frívolos que so pretexto de los acuerdos del Concilio -en cuya tercera etapa participé en Roma- confundía la Iglesia con un partido de fútbol. Lo que sucede es que amo mucho la vida y la gente. Soy fanático del fútbol porque allí hay vida. Yo puse especial énfasis en esa simpatía por lo humano que surgió del Concilio.

-Sin embargo, se dice ahora que usted no llevó más allá el espíritu del "aggiornamento" y que niega el diálogo entre cristianos y marxistas, en circunstancias que unos y otros ya no ponen el acento en que "el comunismo es intrínsicamente perverso" y "la religión es el opio de los pueblos".

-Hay una serie de falacias en esta manera de argumentar. Dialogar no supone abandonar la verdad. La primera condición para el diálogo es la sinceridad y la lealtad. El comunismo es intrínsicamente perverso en cuanto pervertir significa "dar vuelta completamente". No es un calificativo moral, sin la afirmación de que representa la antítesis de lo que profesa el cristianismo. Basta mirar los postulados esenciales de cada uno. En esencia, el primero dice: Dios hay. El marxismo dice: no hay. Para esta ideología hay sólo materia, pues lo espiritual es sólo secreción de materia.

-Esa era la concepción "mecanicista" de los materialistas del siglo dieciocho.

¿Cómo entiendo el diálogo con el marxismo? El diálogo nace de Dios y él nunca lo rompe. Yo no lo niego.

-Sí, y Marx agregó que esa materia era capaz de ir superándose. El materialismo de Feuerbach se transformó entonces en un materialismo dialéctico. ¿Cómo entiendo el diálogo con el marxismo? El diálogo nace de Dios y él nunca lo rompe. Yo no lo niego. Pero lo más grave e inaceptable no es la negación teórica de Dios, sino el método de análisis. El hombre es una pieza de recambio en la maquinaria económica. Es una cifra, un productor y por lo tanto carente de la dignidad trascendente de hijo de Dios. No hay motivo alguno para no instrumentalizarlo y sacrificarlo en aras de la Clase, del Dios Partido y del Dios Revolución. El estalinismo es el sacrificio de millones de ciudadanos a una utopía revolucionaria, lo cual prueba que el marxismo ultraja y profana la dignidad.

 

¿Peligro de choque?

-¿No cree entonces en el humanismo marxista?

-No, porque no lo puede haber sin fe ni religión. Lo dijo el Papa Paulo VI en la encíclica Populorium Progressio: "Cada vez que la humanidad trata de organizar la Tierra sin Dios, termina organizándola contra el Hombre".

-Pasemos a los sucesos de Talcahuano. Algunas versiones periodísticas señalan que usted dio la orden de terminar con las interferencias a Canal 5. ¿Cuál es su versión de los hechos?

-Esta dirección ejecutiva no ha dado instrucciones de ninguna especie para la comisión de ningún acto delictivo. Punto. Remítase a eso.

-¿Pero significa esto que no consideró acto delictivo terminar con una interferencia que usted estimaba ilegal?

-Remítase a eso.

-El tono empleado por usted para replicar a sus detractores fue para muchos escasamente apropiado en un sacerdote. ¿Fue una actitud reflexiva o producto del fragor del combate?

-Quienes así piensan desconocen a Cristo. Ignoran la forma en que se refiere a los falsos guías de su pueblo, a los que -en vez de ser sus conductores espirituales- lo han traicionado: son tumbas blanqueadas. Relucientes por fuera, llenas por dentro de inmundicia y podredumbre. Eso es más que cloaca.

En otro párrafo, Cristo dice: a éstos, paz en la tierra; a éstos otros más les valiera colgarse una rueda de molino al cuello y lanzarse al fondo del mar. Es más que la cárcel.

También dije que como conciencia íbamos a destapar ollas podridas y a denunciar cualquier tropelía del régimen, gobernante o tirano de turno.

Y los periodistas marxistas han traicionado a los pobres, pusieron confusión en ellos. Tengo una imagen muy elevada del comunicador, considero que es un educador de conciencias, casi un apóstol. Mis palabras -menos duras que las del Señor- fueron recibidas en un ambiente de consternación, pero mi ánimo era sereno y tranquilo. También dije que como conciencia íbamos a destapar ollas podridas y a denunciar cualquier tropelía del régimen, gobernante o tirano de turno.

-A propósito del "gobernante de turno", ¿cree que existe un peligro de choque entre la Iglesia y el Estado chileno?

-Yo no he dicho que haya conflicto entre la Iglesia y el Estado. El peligro existe en la medida que los detentores del poder rigidicen las concepciones marxistas dogmáticas e insistan en aplicar en Chile un esquema ideológico extraño al alma nacional y a la propia naturaleza humana. Inevitablemente despertarán la resistencia de quienes, en nombre de la fe cristiana o por salud espiritual o responsabilidad ciudadana, vean su misión en defender a cualquier precio el alma de Chile.

-Concretamente: ¿piensa que la llamada "Iglesia del silencio" puede darse también en la vía chilena al socialismo?

-Sí, de acuerdo con la experiencia de los dos últimos años y medio. Ejemplos: la Universidad Católica y la Escuela Nacional Unificada. Esta toca a la sustancia misma, a lo más delicado y sagrado del hombre: el derecho a la educación.

-Por sus posiciones, a usted se le ha llamado el "Camilo Torres de la Derecha".           

-Es una falta de imaginación. Primero, porque no soy de la Derecha...

-Tampoco de la Izquierda. ¿Se identifica con la Democracia Cristiana?

-Soy de Cristo, no más… Segundo, no soy Camilo Torres: la única violencia en la que creo es la violencia del amor.

-¿Qué opina de Salvador Allende?

No lo conozco. Para mí es el presidente de Chile. Le debo respeto.

-No lo conozco. Para mí es el presidente de Chile. Le debo respeto. Oro todos los días por él y le deseo todo el bien que la vida le pueda deparar.

Pero después de la entrevista no viene la oración. Comienza la transmisión del match entre Colo Colo y Botafogo y el sacerdote -hincha fundador de Palestino y de reconocida "doble militancia", pues fue capellán de la Católica- pone toda su alma en el Maracaná. No reza por los chilenos. Confiesa que cada vez que lo hizo por el equipo de la UC, el resultado fue la derrota.

 

“El deber de hablar”

Sobre el escritorio de Raúl Hasbún, un libro parece entrelazarse con sus palabras sobre la violencia del amor: Strength to love, de Martin Luther King. "Si -dice el sacerdote, mientras se pasea a través de la pequeña habitación, inundada de papeles, chocolates, tazas de té, un aparato de TV y un crucifijo-. Del apóstol negro de la paz y también del Ghandi -con su concepto del Amor Fuerza- he tomado estas ideas. Soy lector apasionado de ambos. Y de Cristo, naturalmente".

-¿Cómo se compaginan estas convicciones con la dureza de sus palabras?

-Nunca el amor es tan puro cuando sabe ser duro. Lo saben los padres cuando increpan al hijo y sufren más que él. Por eso dice la Biblia que quien no castiga a su hijo, lo odia. Mi deber es no quedarme callado frente a los guías del pueblo, frente a la prensa marxista.

-¿Y sufrió al tratarlos tan duramente?

-Claro, son gente que tiene madre, esposa, hijos. ¿Cómo no me van a doler los términos que empleé?

-Sin embargo, se objeta que como director de un Canal universitario no tenía derecho a hacerlo, pues él representa a una comunidad donde conviven entre otros marxistas y cristianos.

-Si les resulta dura la verdad es porque tienen un concepto feminoide del diálogo. No lo he roto y -al revés- es la única manera de que subsista. Se los dije en su cara y no le he negado el saludo a nadie... Algunos me lo quitaron.

-El Rector Castillo Velasco dijo que "no conoció, paso a paso, la instalación de canal 5 de Talcahuano". ¿Cuáles son los puntos de desacuerdo entre usted y él?

-Existen discrepancias entre el señor rector y yo, que son legítimas en toda comunidad de hombres que se respete, pero nunca las he ventilado en un foro público. Prefiero seguir manteniéndolas.

-¿Y el cardenal?

-El cardenal dijo que respaldaba la integridad moral de su sacerdote. Sobre sus actuaciones como director de una corporación de TV no tiene por qué pronunciarse.

-Pero se dice que usted habla lo que él debe callar. Que sería algo así como su "mano mora".

-Mora puede ser. Bromas aparte, si algo admiro y agradezco es su extraordinario respeto por mi responsabilidad personal y su cálido afecto de padre y amigo. Respeto sus decisiones, su propio estilo; su papel de obispo. Nunca ha habido transferencia de responsabilidades: sería una forma de engañar a la gente.

-Otro chileno ilustre -Pablo Neruda- escribió un artículo sobre usted: "Retrato de un Fariseo". En él le acusa de magnificar las "rasmilladuras de un subordinado" y de olvidarse de la "crucifixión" del obrero Jorge Henríquez. ¿Lo leyó?

-No vale la pena. Es un flato propio de niños y ancianos.



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Comentarios

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Hoy es 2 de mayo, en este mes no he visitado página alguna de INTERFERENCIA. Por que impiden leer prensa progresista que pone por delante la suscripción al igual que el decano. Atte

Estimado David: Yo creo que no la conocen. Vengo de la entrevista a S. O. J. y es la misma fuente; La revista Ercilla. Mala cosa.

Además, el retrato de un fariseo es más que un flato de niños. Esperemos que el 23 de septiembre de este año sepamos al fin, después de 50 años, quién ejecutó el asesinato de Pablo Neruda. Espero que este medio de comunicación esté a la altura de las circunstancias,

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