A las 20.00 hrs. de este lunes se inició el último debate televisivo de la segunda vuelta presidencial, organizado por Anatel y transmitido en conjunto por Canal 13, Chilevisión, Megavisión y TVN, que en conjunto superó los 40 puntos de rating de audiencia.
El programa, de poco más de dos horas, hizo debatir al candidato Gabriel Boric (Apruebo Dignidad) con su contrincante José Antonio Kast (Partido Republicano), a menos de una semana de las elecciones de segunda vuelta de este domingo 19 de diciembre.
Para esta ocasión, ambos candidatos llegaron, según los analistas, intentando conquistar cada voto, en una segunda vuelta muy reñida. El debate era la ocasión para que cada candidato pudiese poner en aprietos a su contrincante y destacar cada liderazgo y el carácter, un punto clave en la segunda vuelta, donde el eje son los votantes indecisos y los que no fueron a votar. En otras palabras, en este debate los candidatos jugaban sus últimas cartas para ganar el domingo, movilizando votación nueva o desmovilizando votación en contra.
Boric apostó por un liderazgo más al estilo de la ex Concertación, siendo acompañado por figuras representantes de ese conglomerado, como el senador PS Carlos Montes, y con un discurso de centro y conciliador, que tal vez apuntó a un electorado de mayor edad que le es más esquivo.
En esta ocasión, el debate giró -para bien y para mal- en torno a Gabriel Boric en desmedro de Kast, a diferencia de debates anteriores. Está por verse si esto puede o no darle cierta ventaja al candidato de Apruebo Dignidad en número de votos y si se confirma que 'no hay publicidad mala', sobre todo tomando en cuenta que Boric debió salir a buscar votos en regiones y en zonas rurales, donde sacó una baja votación en noviembre, y donde su trayectoria política es menos conocida.
Boric apostó por un liderazgo más al estilo de la ex Concertación, siendo acompañado por figuras representantes de ese conglomerado, como el senador PS Carlos Montes, y con un discurso de centro y conciliador. que tal vez apuntó a un electorado de mayor edad que le es más esquivo.
En esa misma línea, frente a la pregunta respecto de qué gobierno de los últimos 50 años valoraba más, nombró el segundo mandato de Michelle Bachelet y el de Eduardo Frei Montalva, como uno de sus referentes, en un claro guiño a la ex Nueva Mayoría y a sus votantes. También aclaró que se reunió con la ex mandataria el fin de semana.
También en varios pasajes del debate adoptó contenidos centristas -incluso de centro derecha- que no se le conocían, como cuando dijo que estaba abierto a discutir la continuidad de las AFP, a aplacar los desórdenes de los viernes o a favorecer políticas sociales focalizadas.
De esta manera, Boric probablemente intentó cerrar los ataques anticomunistas que está recibiendo su candidatura, en especial a través de campañas anónimas muy agresivas en redes sociales, la cual probablemente no sea muy visible para el grueso del público televisivo.
También en este debate Boric por primera vez fue más a la ofensiva. Por un lado, repitió cerca de 30 veces que Kast mentía o que era un mentiroso, incluso interrumpiendo a su contendor para aclarar sus puntos de vista, lo que a ratos lo hizo ver un tanto ansioso (momento en que Kast incluso aprovechó de llamarlo a la calma). Por otro lado, Boric fue más enfático que en ocasiones anteriores en mostrar a Kast como un peligro, en especial para las mujeres y la democracia. Algo que dijo por primera vez de manera explícita.
“No se puede instrumentalizar a las mujeres por una causa en la que más encima tú no crees”, respondió Boric en un momento, frente a la consulta de Kast sobre la denuncia de acoso de los tiempos en que éste era dirigente estudiantil.
El punto más comentado en redes sociales y en la prensa fue cuando Gabriel Boric mostró por televisión el resultado de un test de drogas que mostraba que no presentaba consumo de estupefacientes.
Si bien Boric no privilegió salir a buscar nueva votación, que se abstuvo en la primera vuelta, sí aprovechó para hacer un quiño a los votantes del Apruebo y quienes participaron del estallido social, haciendo referencia a su reunión con la senadora electa Fabiola Campillai y con Gustavo Gatica, víctimas de Carabineros durante la revuelta. También se refirió a reparación y justicia para víctimas de derechos humanos, buscando el voto joven y que votó en el plebiscito del año pasado.
Sin embargo, el punto más comentado en redes sociales y en la prensa fue cuando Gabriel Boric mostró por televisión el resultado de un test de drogas que mostraba que no presentaba consumo de estupefacientes. Aunque fue visto como un acierto por los analistas, ya que sorprendió a Kast y cerró en ese momento las dudas que planteaba respecto a un supuesto consumo de drogas, también abrió un flanco para el candidato, ya que el examen se abrió al escrutinio del público, y del mismo Kast, que tras el debate cuestionó que el exámen haya sido de orina y no de pelo, el que detecta el consumo en periodos de largo plazo.
“Este es sólo un primer paso, porque por lo que hemos podido ver es un test de orina y que se lo realiza el mismo día en que quedamos todos encuarentenados porque él tuvo el tema del covid. Aquí lo importantes es que todos los que aspiran a un cargo de representación popular, más que un test de orina, se hagan un test de pelo, más allá de que yo confío en lo que él señala que no es consumidor de drogas, pero creo que es para evitar cualquier duda”, señaló Kast en la conferencia posterior el debate.
“Y el examen de drogas de Gabriel Boric, que parecía un golazo, podría ser recordado como el boomerang más importante en las campañas políticas en Chile”, publicó en su cuenta de Twitter el académico Javier Pérez.
El flanco sobre las dudas sobre el test de drogas hace que la discusión y la duda se posen en este tema, en vez de enfocar la discusión pública en los méritos de Boric, lo que, a cinco días de las elecciones, podría jugarle una mala pasada. De hecho, en la conferencia tras el debate de Anatel, la pregunta de un periodista de Radio Bío Bío sobre la razón de optar por un exámen de orina en vez de uno de pelo incomodó al candidato y lo mostró a la defensiva.
En este debate, la estrategia del candidato de la extrema derecha, José Antonio Kast, fue incomodar a Boric e instalar la idea de que el candidato de Apruebo Dignidad sería un liderazgo débil, sin convicciones claras.
“Porque el examen de orina cuesta como 700 lucas y los resultados demoran como un mes. Yo no tengo ningún problema en hacerme un examen de pelo si José Antonio Kast me quiere pagar un exámen de pelo o si usted me quiere invitar también, encantado. Pero por favor, basta de seguir instalando mentiras, se lo digo a José Antonio Kast pero también lo que subyace a la pregunta que estás haciendo es tratar de suponer que el examen es falso”, respondió el candidato.
Kast a por Boric
En este debate, la estrategia del candidato de la extrema derecha, José Antonio Kast, fue incomodar a Boric y sembrar dudas sobre su carácter, y así instalar la idea de que el candidato de Apruebo Dignidad es un liderazgo débil, sin convicciones claras y con opiniones que han fluctuado durante su vida y durante la campaña. "¿Quién es Gabriel Boric?" fue la pregunta que intentó instalar en los votantes.
Kast -quien se mostró tranquilo en el debate, e incluso algo apagado- atacó las contradicciones de su rival, y sacó a flote los temas incomodos para su adversario, como la denuncia por acoso, sus cambios de opinión respecto a propuestas como el fin de las AFP, e ironizó con que Boric se “parecía” cada vez más a él en sus propuestas programáticas.
Con la jugada de Boric de mostrar su test de drogas en vivo en directo, Kast se vio desconcertado y no insistió con el tema en el transcurso de la transmisión, aunque lo retomó terminado el debate, donde volvió abrir este flanco para Boric.
“Quiero valorar tu evolución. En este mismo programa has evolucionado otro paso más y eso me parece muy bien por Chile. Pero una cosa es cambiar de opinión en políticas públicas y otra es cambiar de convicciones", dijo Kast.
Otra constante de Kast fue emplazar a Boric en búsqueda del voto anticomunista, criticando la alianza de Apruebo Dignidad que incluye al PC, intentando mostrar al candidato subyugado a sus socios comunistas.
El momento en que mejor aprovechó Kast este punto, fue en las interpelaciones cruzadas. Mientras que Boric usó su tiempo en destacar su perfil conciliador para llegar a acuerdos e intentar dejar a Kast como intransigente, su rival se le fue al cuello:
“Quiero valorar tu evolución. En este mismo programa has evolucionado otro paso más y eso me parece muy bien por Chile. Pero una cosa es cambiar de opinión en políticas públicas y otra es cambiar de convicciones. Tú te demoraste nueve años en reconocer una situación lamentable de acoso. Te demoraste meses en reconocer que te habías reunido en forma secreta con el asesino de Jaime Guzmán en París. Y te demoraste meses también en reconocer tu error de haber exhibido y haberte reído con la polera de Jaime Guzmán, y lo hiciste solamente porque levantamos un video diciendo que eso era inaceptable. ¿Cuántas cosas más no conocemos de ti Gabriel y que nos vamos a ir enterando en la medida que se te vaya pillando y te vayamos cuestionando para que pidas perdón?”, afirmó Kast.
Kast trató de mostrarse como un moderado, tal como lo venía haciendo en debates anteriores a la primera vuelta presidencial. Sin embargo, probablemente no logró un objetivo que parece indispensable para ganar: conectar con el voto de las mujeres. Aunque hizo referencia a Evelyn Matthei y Paula Daza en el debate, no pudo presentarse con propuestas en favor de las mujeres ni aminorar el rechazo -e incluso miedo- que despierta en algunos sectores un eventual gobierno suyo.
El candidato Republicano también se vio cansado y aunque se dio el tiempo de buscar momento de humor, como cuando dijo que la pregunta sobre la pandemia la respodería la doctora Daza, en alusión a lo que hizo durante meses el ministro de Salud, Enrique Paris, buscó tal vez en exceso la ironía para no mostrarse tan agresivo, como cuando dijo que Daniel Jadue sería el ministro del Interior de Boric. Pero, la ironía en los debates presidenciales es desaconsejable, pues se impone la literalidad de las palabras, con lo que Boric aprovechó para endilgarle como "mentira" la afirmación sobre el alcalde de Recoleta y robustecer así la instalación de la idea de que Kast miente, lo que obligó a que el propio Kast tuviera que decir de él mismo que no es un mentiroso.
Comentarios
Que campaña más baja, la
Debilidades.
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