INTERFERENCIA informó ayer lunes que la empresa de telecomunicaciones Entel se adjudicó la primera fase del Proyecto Ciberdefensa Marciano, iniciativa secreta licitada por el Estado Mayor Conjunto (EMCO) que busca implementar un sistema que aumente la seguridad de las Fuerzas Armadas chilenas.

Si bien es llamativo que esta empresa que tiene datos de 9,2 millones de clientes en Chile se encargue de un sistema secreto en el cual participará el Ejército, el mismo que últimamente ha hecho noticia por interceptar las comunicaciones del periodista Mauricio Weibel, existen otros antecedentes que encienden las alertas sobre el desarrollo de este proyecto vital para la seguridad de la defensa nacional.

Esta compañía de telecomunicaciones, perteneciente al Grupo Hurtado Vicuña, cuenta desde 2014 con una filial peruana -Entel Perú-, la que tiene 8,8 millones de clientes en dicho territorio y que se ha convertido en la tercera compañía de telecomunicaciones más grande del país vecino.

Según datos obtenidos por nuestro medio, la compañía también tiene numerosos contratos con el sector de defensa en Perú, al igual que en Chile.

Según el registro de proveedores en dicho país, Entel Perú tiene contratos con el Estado que en 2019 que ascienden a casi 1,3 millones de dólares (equivalentes a uno 800 millones de pesos). Este año, entre quienes han adquirido sus servicios se encuentran el Congreso de la República, el Ministerio del Interior, el Poder Judicial y la Presidencia de Consejo de Ministros.

Pero el registro histórico de contrataciones entre Entel Perú y el Estado peruano muestra una serie de contratos de la compañía con el sector de Defensa entre 2014 y la actualidad. Por ejemplo, la empresa firmó un contrato el 27 de marzo de 2017 con el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (símil peruano del Estado Mayor Conjunto chileno) para realizar el “Servicio de radio ilimitado cobertura nacional”, el cual no especifica fecha de término del servicio.

Entre varios contratos más en el historial, Entel Perú se ha adjudicado cuatro partidas durante este año con la Fábrica de Armas y Municiones del Ejército (FAME), de los cuales dos de estos consisten en proveer el “servicio de radiotelefonía”, mientras que los otros no están especificados. Esto en paralelo al Proyecto Marciano chileno, cuya primera etapa desarrolla Entel por un monto de US$ 5,7 millones.

Nuestro medio contactó ayer lunes a Entel Chile para saber si mantienen contratos relativos a ciberseguridad con el Estado peruano, pero no respondieron, excusándose en que debido a que es una filial independiente no era posible recopilar la información antes del cierre de nuestra edición.

INTERFERENCIA conversó con dos ex ministros de Defensa chilenos acerca de esta situación, quienes señalaron su precaución ante esto.

José Antonio Gómez (PR), quien ostentó este cargo durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet entre 2015 y 2018, dijo que “lo normal para adjudicar un contrato tan importante como ciberdefensa es preocuparse que no tenga vinculación con países que actualmente están en una hipótesis de conflicto. Por lo mismo es extraño que se produzca esta situación, pero no tengo mayores antecedentes de esto”.

De opinión similar fue Francisco Vidal (PPD), quien fue ministro de Defensa de Bachelet en su primer mandato, entre 2009 hasta el fin de aquel gobierno. Su visión es que “lo que ustedes (INTERFERENCIA) están informando requiere una explicación del Estado Mayor Conjunto en mi opinión. No puede ser proveedor de un servicio una empresa que simultáneamente presta similares servicios, aunque no trabajaran en ciberseguridad en Perú”.

El hecho de que una empresa privada, como lo es Entel, tenga relaciones comerciales y contratos con el sector de defensa de dos países que, históricamente, han tenido roces ya resulta llamativo.

Un senador que fue miembro de la Comisión de Defensa de esa cámara aseguró a nuestro medio que, al menos en tema de ciberseguridad, Perú se encuentra muy adelantado a Chile. Según este legislador, en los ‘juegos’ simulados de ciberguerra, los militares peruanos suelen ganarle por lejos a sus pares chilenos.