Este lunes 23 de agosto hasta las 23.59 horas estaba fijado el plazo para inscribir candidaturas presidenciales, así como la lista de candidaturas parlamentarias y de consejeros regionales para las próximas elecciones del 21 de noviembre de este año. Y hasta poco antes del término de ese plazo, se inscribieron candidaturas que aspiran a gobernar el país desde marzo del próximo año.
La primera candidatura en ser declarada por el Servicio Electoral como inscrita para estas presidenciales fue la del ex creador de Felices y Forrados, Gino Lorenzini, quien va como candidato independiente para disputar el Ejecutivo.
Tras él, se inscribió el pacto electoral Apruebo Dignidad, que lleva a su candidato ganador de las primarias de julio, Gabriel Boric (Convergencia Social). Fue así como el conglomerado logró un acuerdo para llevar una lista única en sus candidaturas parlamentarias.
Cerca de las nueve de la noche, la Lista del Pueblo anunció que su candidato Diego Ancalao había logrado recolectar las firmas necesarias y fue inscrito como candidato presidencial del conglomerado.
Otra candidatura segura era la del candidato de la derecha, la coalición Chile Podemos Más, Sebastián Sichel (independiente), quien es el abanderado del oficialismo tras su triunfo en las primarias de julio, donde venció a Joaquín Lavin, Ignacio Briones y Mario Desbordes.
A ésta, se suma el triunfo de la abanderada de la DC, Yasna Provoste, quien ganó en la consulta ciudadana de Unidad Constituyente este fin de semana, imponiéndose con más del 60% de las preferencias a Paula Narváez (PS) y Carlos Maldonado (PR). La lista parlamentaria de este conglomerado se inscribió con el nombre Nuevo Pacto Social, lo que molestó a la red de organizaciones sociales que lleva el mismo nombre, que durante el día viralizó su molestia en Twitter.
Durante este lunes se confirmó la inscripción de Franco Parisi, por el partido que fundó, Partido de la Gente, como candidato presidencial. También el de Eduardo Artés, del partido Unión Patriótica; de José Antonio Kast, del Partido Repúblicano; y la de Marco Enríquez Ominami, quien sacrificó así un pacto parlamentario con Unidad Constituyente, optando ir como presidenciable. El profesor magallánico Sergio Tapia, aunque logró el patrocinio necesario para ser candidato, no formalizó su candidatura en el Servel.
Cerca de las nueve de la noche, la Lista del Pueblo anunció que su candidato Diego Ancalao había logrado recolectar las firmas necesarias y fue inscrito como candidato presidencial del conglomerado. Al mismo tiempo, Cristian Cuevas, quien había sido en un principio levantado como el candidato de la Lista del Pueblo y luego, como candidato independiente, no pudo lograr las firmas necesarias para inscribir su candidatura.
Los últimos resultados electorales han quedado fuera de las mediciones de encuestas y pronósticos, sorprendiendo a muchos, como el triunfo de Gabriel Boric y Sebastián Sichel en las primarias.
Es así como desde este lunes, oficialmente disputarán la presidencia nueve candidatos, cuatro de ellos independientes. Esta alta cantidad de candidatos abre el espacio a mayor incertidumbre sobre los sufragios de noviembre. Los últimos resultados electorales han quedado fuera de las mediciones de encuestas y pronósticos, sorprendiendo a muchos, como el triunfo de Gabriel Boric y Sebastián Sichel en las primarias, y anteriormente, los de las convencionales, donde la derecha no logró el tercio de constituyentes que esperaba.
“Para ningún candidato es fácil, sobre todo en un escenario con tanta candidatura, primero, es muy probable que haya segunda vuelta, y segundo, hay mayores cuotas de incertidumbre, para nadie va a ser fácil esta campaña” explica el doctor en Ciencia Política, Claudio Fuentes.
En este escenario, la derecha parece mirar preocupada cómo sus votos podrían “dispersarse” entre candidatos independientes fuera del pacto Chile Podemos Más. Mientras acepta, a regañadientes, la candidatura de Sebastián Sichel quien ha sacado brillo a su independencia de los partidos, la UDI y RN ven con preocupación que algunos votos de independientes de derecha podrían preferir a Gino Lorenzini y Franco Parisi.
"Los partidos políticos siguen siendo la base y la estructura dentro de la democracia, pero necesitamos convocar a más personas. Sebastián Sichel representa esa nueva etapa, representa el inicio de un nuevo ciclo", señaló el presidente de la UDI, Javier Macaya, el viernes pasado en un acto de campaña, abriendo un espacio a los independientes, pero siempre destacando el rol del partido.
“En el caso de Parisi, de todos modos le compite a Sichel, los estudios muestran que en la elección anterior donde compitió Parisi, éste capturaba algo de los votos de la derecha y de independientes, y por lo tanto, probablemente sería un factor importante para quitarle votos a Sichel”, opina Claudio Fuentes.
A Sichel, con Parisi y Lorenzini, se le abre este flanco “al centro”, que podría debilitar su discurso de independencia de los partidos.
A Sichel, con Parisi y Lorenzini, se le abre este flanco “al centro”, que podría debilitar su discurso de independencia de los partidos, ya que Parisi, por su parte, viene de un partido nuevo y que no participó en el gobierno de Sebastián Piñera, y por lo tanto no carga con sus errores; y Lorenzini, por otro lado, es una candidatura independiente sin partidos políticos.
Por su flanco derecho, José Antonio Kast puede llevarse votos de la ultraderecha. Ya en las presidenciales de 2017, Kast obtuvo 7,9% de las preferencias, equivalente a 523 mil votos, una cantidad de votos claves para Sichel, quien según las encuestas, tendría hasta ahora como principal contendor a Gabriel Boric.
El escenario también se mantiene impredecible por el lado de la centro izquierda. Mientras que Gabriel Boric (CS) llega fortalecido con el espaldarazo de más de un millón de votos que obtuvo en las primarias de Apruebo Dignidad, Yasna Provoste (DC) carga con una consulta ciudadana que apenas convocó a 150 mil votantes, pero que ganó sin mayores contratiempos, con una amplia mayoría. La duda es si ese impulso podrá hacerle frente a Boric, ya que en las encuestas aún no se ve reflejado que ni siquiera supere el 10% de las preferencias. Cabe recordar que la última candidata presidencial de la DC, Carolina Goic, obtuvo en 2017 5,8% de las preferencias en 2017.
Por otra parte, aunque llega algo debilitado después de las elecciones de 2017, cuando sacó 5,7% de los votos, Enríquez Ominami podría restarle adherentes a Provoste, con un discurso progresista.
Artés, por su parte, no parece una amenaza importante para ambos candidatos- en 2017 sacó 0,5% de las preferencias-, quienes disputarán voto a voto, pero sí podría complicar a Boric la candidatura de Diego Ancalao, levantada por la Lista del Pueblo. Ancalao, independiente de origen mapuche, podría llevar su papeleta votos de quienes apoyaron a Daniel Jadue (PC) en las primarias, atrayendo a votantes más identificados con una izquierda histórica y reacia a los partidos políticos. Y específicamente, desconfiados de quienes firmaron el acuerdo político el 15 de noviembre de 2019, en medio del estallido social. Un aspecto que puede dar pistas sobre el apoyo que puede suscitar Ancalao es que, en menos de un mes, logró recolectar las 33 mil firmas para levantar su candidatura.
La alta cantidad de candidatos, según Claudio Fuentes, se relaciona con que Chile ya no tiene dos fuerzas políticas hegemónicas en disputa, como lo fue en los noventas la derecha y la Concertación, sino que ahora compiten más fuerzas políticas.
"Hay mayor volatilidad, han crecido y caído candidaturas en poco meses, por lo tanto esto se va a definir muy cerca de las elecciones”, opina Claudio Fuentes.
“No es tan poco usual que haya tantos candidatos, marca una tendencia vista anteriormente, con muchos candidatos, y además hay varios candidatos que no van a sacar mucho porcentaje. Esto refleja la historia política de Chile en la última década”, explica Fuentes.
“Primero vamos a tener que mirar el comportamiento electoral, porque hay mayor volatilidad, han crecido y caído candidaturas en poco meses, por lo tanto esto se va a definir muy cerca de las elecciones”, añade.
Lo que cree Fuentes es que lo más seguro es que la elección se defina en una segunda vuelta presidencial. La mayoría de los analistas coinciden en este punto y hablan de una fragmentación inicial en las elecciones, al menos en la primera vuelta, y luego en una definición más clara del eje izquierda-derecha en una segunda vuelta.
“Esto no es nuevo, lo que pasa es que la Concertación-Alianza fue una excepción en nuestra historia política, donde habían dos grandes coaliciones que abarcaban una gran parte del espectro ideológico. Eso no es común. Lo que Chile tiende a tener es a muchos partidos, lo que en los 40 y 50 se llamaba partidos callampa, que aparecían y desaparecían. Probablemente vamos a empezar a tener cosas similares, coaliciones que se hacen y se desvanecen, que la Democracia Cristiana se junte con la derecha para evitar que salga el candidato de izquierda, como pasó en los 60, podría volver a pasar”, analizó en mayo en una entrevista a INTERFERENCIA el doctor en Ciencias Políticas, Giancarlo Visconti.
“Creo que esa fluidez es parte natural del sistema de partidos chileno y hay que saber convivir con esa fragmentación, y probablemente con la existencia de la segunda vuelta vamos a ver que van a estar muy divididos al principio pero en la segunda vuelta va a haber cierta coordinación que no necesariamente se transfiere a un gobierno, pero por lo menos a una coalición electoral”, consignó Visconti.
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Nuestro país, no creo que
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