Este artículo fue enviado de forma exclusiva a los suscriptores de Interferencia a través del newsletter La Semana el domingo 30 de junio y ahora se comparte con todos los lectores.
Los eventos envueltos en los últimos siete días parecen sacados de un thriller político mundial.
El presidente del país más poderoso del mundo sufrió un tropezón de campaña espectacular, transmitido en vivo por CNN, visto por cientos de millones de personas, del cual difícilmente se recuperará, pues las dudas acerca de su capacidad mental para gobernar, pasaron a ser certezas para tal vez demasiados electores.
El episodio podría ser peor respecto del que sufrió Richard Nixon en su debate televisado contra John Kennedy, en 1963, el cual le costó la elección al republicano y que se transformó luego en referencia obligada para entender la irrupción de la televisión en la política, Puede ser peor, pues hasta la prensa liberal estadounidense está planteando que Joe Biden tiene que renunciar a su candidatura y los demócratas deben buscar nombres para su reemplazo.
Así lo hizo, directamente The New York Times, en cuya editorial plantea: Biden debería poner fin a su candidatura por el bien de la democracia estadounidense.
Asimismo, han aparecido varios artículos que reconocen lo que ya era un secreto a voces; el presidente de Estados Unidos -de 81 años- se confunde habitualmente, lo que lo hace tener un comportamiento errático, que podría mostrar una demencia senil. Incluso Alex Thomas, de Axios, en Los dos Joe Biden: la noche en que Estados Unidos vio al otro, afirma -consultando fuentes anónimas, pero que conocen la interna de la Casa Blanca- que Biden solo puede sostener su lucidez de 10 de la mañana a 4 de la tarde (seis horas), y que después de eso, “o mientras viaja al extranjero, es más probable que Biden tenga errores verbales y se fatigue”.
De tal modo, la revista Times graficó la situación en su más reciente portada, titulada ‘Panic’, mostrando a un Biden saliendo de escena, lo que recuerda varias situaciones en las que el presidente estadounidense sufrió episodios de confusión que lo hacían desplazarse inapropiadamente y fuera de todo protocolo. Acá la nota de Phillip Elliot que da contenido a la portada, titulada Dentro del desastre del debate de Biden y la lucha por sofocar el pánico demócrata.
Al respecto, también recomiendo revisitar un newsletter anterior mío, en el que entrevisté al analista y amigo Gonzalo Baeza, donde él previno de la posibilidad de un desmoronamiento de la candidatura de Biden, donde conversamos sobre los posibles reemplazos, y las dificultades en torno a nombres tales como Kamala Harris, Michelle Obama, Hillary Clinton o Gavin Newsom, el joven gobernador de California. Acá la versión de Interferencia para todo lector: ¿Trump corre solo? Inicia el año electoral en EE.UU.
En la entrevista, Gonzalo me señaló que -pese a todo- lo más probable es que los círculos de mayor poder entre los demócratas no dejarán caer a Biden, así pierda la elección, con la esperanza de volver a la Casa Blanca en cuatro años más, pero, sin haber renunciado a mantener el control del Partido y de su agenda, en tiempos vertiginosos y peligrosos.
Volví a conversar con él brevemente, y todavía cree que Biden seguirá en carrera, pese a todo, pues al parecer cuenta con el beneplácito de los Clinton y los Obama, además de su propio círculo, el cual -después de todo- sigue siendo poderoso, pues corresponde al del presidente en ejercicio. Además, los delegados de la Convención Demócrata ya están comprometidos y por regla solo pueden votar por Biden, por lo que la decisión de bajarse recae exclusivamente en él.
Así y todo, julio, agosto, septiembre, octubre y buena parte de noviembre son apenas un interludio de la elección presidencial estadounidense, en el cual Biden probablemente carecerá de poder efectivo, al menos, de la forma en el que el mundo acostumbra, en la que se considera al Presidente de Estados Unidos como 'la persona más poderosa del mundo'.
Entre medio; un vacío de poder que no podrá llenar Donald Trump hasta que sea eventualmente electo, ni Kamala Harris, la vicepresidenta estadounidense, pese a que su jefe estará probablemente dedicado completamente a su campaña electoral. Esto, pues, la principal herramienta electoral de Biden es -justamente- la Presidencia de Estados Unidos.
Es decir, se trata de un periodo crítico para los conflictos ruso-ucraniano y palestino-israelí, en el cual se puede esperar inestabilidad, si es que funcionarios de poder mediano y congresistas estadounidenses empiezan a tener iniciativa propia.
Más todavía si es que Rusia tiene éxito en la campaña militar y derrota a Ucrania, aunque el timing más apropiado para los rusos parece ser ganar posteriormente a noviembre, si Trump es electo. En el caso de Israel, el peligro de inestabilidad está en que Benjamin Netanyahu desoiga con mayor intensidad a la administración demócrata de Estados Unidos, y escale la guerra, llevándola a El Líbano, contra Hezbolá, y -por lo tanto, de manera más o menos indirecta- contra Irán.
En este escenario, incluso la relativa -y paradojalmente- tranquila América Latina, también parece recibir vientos de inestabilidad desde el norte.
¿Es el caso del intento de golpe en Bolivia?
La asonada protagonizada por el general Juan José Zúñiga, contra el presidente Luis Arce es anómala por varias razones, lo que hace difícil situarla en un marco lógico en el que conversen un contexto internacional aparentemente propicio y una situación interna explosiva, como -de algún modo- pasó con el golpe de 2019, en el que se derrocó a Evo Morales.
En ese entonces -a diferencia de hoy-, la Bolivia de Evo estaba sacudida por una crisis política interna y constitucional, cuyo epicentro era el mismo presidente boliviano, quien buscó su reelección pese a que había suficientes argumentos como para decir que el orden jurídico que él mismo creó, se lo impedía. Eso, en un contexto en el que la derecha americana, con Trump, Jair Bolsonaro y Mauricio Macri, eran capaces de asediar e inestabilizar Bolivia, tal como de hecho hicieron. Así me lo afirmó el entonces presidente Alberto Fernández, en una entrevista que publicamos en Interferencia: Presidente Fernández en entrevista con Interferencia: "No tengo dudas de que Trump, Macri y Bolsonaro querían el golpe en Bolivia".
Arce, en cambio, es un presidente al que no se le cuestiona su legitimidad, la cual logró en las urnas, venciendo a la oposición golpista, a propósito de la recomposición del MAS, el partido oficialista ahora gobernante. Una situación que lo afirmó en la crisis, junto con la movilización civil y de opinión pública que lo respaldo. Esto, pese a que -de todos modos- Bolivia vive una crisis política severa, con componentes económicos muy complicados, en la cual Arce debe enfrentarse no solo a la oposición, sino que también a la facción del MAS que apoya a Evo, y que busca que pueda competir en una próxima elección presidencial, y que ha acusado de 'autogolpe' todo el reciente episodio.
Además, el contexto internacional es diferente, pues pese a que la general a cargo del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, Laura Richardson, declaró el acceso al litio sudamericano como prioridad estratégica, con Bolivia alineada con chinos y rusos, Arce cuenta con el respaldo del Brasil de Lula da Silva, un país BRICS, al igual que China y Rusia, y no parece que Javier Milei tenga tiempo, energía ni capacidad como para envolver Argentina en un conflicto diplomático con un país vecino, como pasó con Macri.
Tampoco parece probable que haya un intento de golpe de Estado operado y promovido por el gobierno de Estados Unidos, cuando -casi en paralelo- la cabeza del propio Biden estaba tambaleando, como pasó en el debate en Atlanta, que transcurrió apenas horas después de los sucesos de La Paz.
Así y todo, las sospechas de una intromisión estadounidense están planteadas. El gobierno de Bolivia días antes de la intentona golpista citó a la encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Debra Hevia, para hacerle ver su preocupación y reclamo por el actuar de funcionarios de dicha delegación considerados injerencistas.
Además, la prensa rusa ha destacado las palabras de Arce en el Foro Económico de San Petersburgo: “Lo hemos visto no solamente aquí en Europa sino también en América Latina. (...) Yo creo que en nuestra región hay preocupación sobre el accionar que tiene la OTAN, no compartimos los objetivos armamentistas, ni bélicos que se proponen desde ahí cuando el planeta lo que necesita hoy es paz".
En cualquier caso, es importante notar que el gobierno de Milei se anotó un punto importante la semana pasada, al aprobar su primer paquete legislativo de desregulación económica. Si bien esta legislación está alejada del canon anarcocapitalista que el presidente argentino planteó al asumir, y debió negociarla con otras fuerzas políticas, en especial con Macri, todo indica que Milei no solo sobrevivirá a su primer año de gobierno, sino que también avanzará en su agenda, pese a la dureza de las medidas implicadas.
Finalmente, mientras escribo este newsletter, las fuerzas de extrema derecha en Francia anuncian su victoria en la elección de la Asamblea Nacional, habiendo superado a la alianza de izquierda y al oficialismo detrás de Emmanuel Macron, que quedó tercero.
Si bien es cierto que el nacionalismo francés no obtuvo los votos suficientes como para conformar gobierno, y deberá esperarse los resultados de una segunda vuelta en varios distritos electorales, nunca antes ha estado tan cerca del poder, y superó las expectativas electorales, que apostaban que bajaría su votación respecto de la elección europea.
Asimismo, todos señalan que los cálculos de Macron estuvieron mal, quien -ahora- deberá ceder ante las fuerzas de izquierda de Jean-Luc Mélenchon para poder derrotar a las de la extrema derecha de Marie Le Pen, por lo que puede producirse de todos modos una especie de cohabitación, con un primer ministro de izquierda, si es que esta es la que termina frenando a la Agrupación Nacional.
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- "Fue un golpe de Estado atípico": el trasfondo del motín militar en Bolivia, de José Negrón, en Sputnik.
- Un general “tirando el mantel”, las presiones de Evo y escasez de divisas: ¿Qué hay detrás del intento de golpe de Estado en Bolivia?,de Interferencia.
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- El apoyo "gratis" de Macri a Milei llegó hasta la ley Bases, de Werner Pertot en Página12.
- La extrema derecha francesa gana con fuerza en la primera ronda de votación, según sugieren las encuestas, de Roger Cohen en The New York Times.
- Macron al todo o nada, Gilberto Aranda en Interferencia.
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