Cuando la mayoría de la clase política se puso de acuerdo para redactar una nueva Constitución el 15 de noviembre de 2019 -arrinconados por la protesta social en las calles- una de las principales críticas a este proceso se refería a que la derecha había conseguido en las negociaciones que un tercio del órgano constituyente tendría poder de veto para las normas que la mayoría buscara establecer en la nueva Constitución.
“Basta que nosotros tengamos un convencional más del tercio y partimos de la constitución actual. Por lo tanto, es muy importante que tranquilicemos a nuestro sector. No hay una hoja en blanco si sacamos el tercio, no existe, así de simple y así de claro”, dijo Pablo Longueira en agosto de 2020 de cara al plebiscito, defendiendo el acuerdo conseguido por la clase política para rescatar lo más posible la Constitución del 80.
Pero la esperanza de Longueira y de la derecha tradicional se esfumó anoche. Con 37 asientos en la Convención Constitucional, de un total de 155 escaños, Chile Vamos -en asociación con el Partido Republicano de José Antonio Kast- tan solo consiguió un escuálido 23,8% de la Convención, echando por tierra cualquier afán de vetar propuestas o de mantener algún bastión de la saliente Constitución instaurada en dictadura.
Los partidos de Chile Vamos obtuvieron en esta elección de constituyentes 1,3 millones de votantes menos en comparación con la elección de diputados de 2017.
La derrota de la derecha es contundente. Según datos publicados por el portal Decidechile.cl, los partidos de Chile Vamos obtuvieron en esta elección de constituyentes 1,3 millones de votantes menos en comparación con la elección de diputados de 2017. En porcentajes, esto se expresa en una disminución desde el 38,7% de los votos a tan solo un 20,8%.
Como contrapunto, la victoria más importante de los partidos de Chile Vamos ocurrió precisamente en el distrito correspondiente a las tres comunas en las que ganó la opción Rechazo en el plebiscito constitucional de octubre de 2020, el distrito 11 correspondiente a las comunas de Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, La Reina y Peñalolén. La lista Vamos por Chile consiguió un 44,2% de los votos, logrando un asiento en la convención para Marcela Cubillos (UDI), Hernán Larraín Matte (Evopoli) y Constanza Hube (UDI).
Una Convención Constitucional alejada de la política tradicional
Esta histórica elección no sólo castigó a los candidatos de los partidos de la derecha, sino más bien a la clase política tradicional en general. Así puede observarse en la dura derrota que también sufrieron los partidos de la ex Concertación, los cuales obtuvieron tan sólo 25 constituyentes y -al igual que Chile Vamos- contabilizaron 1,3 millones de votos menos que en las elecciones de diputados en 2017, pasando de 2.060.335 votantes a 740.101.
Esta elección a constituyentes supone un inédito giro a la izquierda en el panorama político nacional, el cual no tiene comparación con cualquiera de los comicios celebrados desde que se inició la transición a la democracia.
Dentro de la coalición de oposición, es crítica la situación de la Democracia Cristiana en la Convención, ya que sólo consiguió dos convencionales, en comparación con los 15 que logró el Partido Socialista, lo que resulta irónico considerando el ascenso en la opinión pública de Yasna Provoste (DC) como eventual candidata presidencial por la oposición.
De los 25 candidatos electos de la ex Concertación, 11 son independientes que accedieron a un cupo de distintos partidos de la lista. Todo indica que sumar independientes fue una buena estrategia para conseguir más escaños, pero habla de la pérdida de poder de los partidos políticos en esta coalición, la que solo consiguió poner 14 convencionales que son efectivamente militantes de esos partidos.
Otro dato que da cuenta del rechazo a los rostros del establishment propio de este sector político se puede observar en candidatos como René Cortázar, o Mariana Aylwin, ex ministros de la DC, los cuales consiguieron magras votaciones y quedaron fuera de la Convención Constitucional.
A todo lo anterior, se suma el ascenso de la Lista Apruebo Dignidad -conformada por el Partido Comunista en asociación con el Frente Amplio- los cuales lograron 28 escaños en la constituyente, consiguiendo así un histórico triunfo en la disputa con la ex Concertación por los votos de izquierda y centro izquierda.
Así las cosas, esta elección a constituyentes supone un inédito giro a la izquierda en el panorama político nacional, el cual no tiene comparación con cualquiera de los comicios celebrados desde que inició la transición a la democracia. La pérdida de poder de los partidos de derecha en la Convención, se suma a que el centro político se encuentra inclinado a la izquierda por el mayor peso que tiene la alianza del PC con el Frente Amplio; dando pie para que eventualmente desaparezcan las trabas impuestas por el sistema binominal y el “duopolio” político que lleva 30 años con vigencia.
La Convención Constitucional que comenzará a regir a partir de estas elecciones tendrá que redactar el Reglamento de la Convención -tal como lo indica la ley-, norma que regirá distintos aspectos de funcionamiento del órgano, para lo cual los partidos de derecha ya no tendrán el poder de veto que históricamente habían tenido gracias a contar al menos con un tercio del poder político en instancias representativas.
Antes de esta elección, la derecha pretendía que la Convención Constituyente se ciñiera a los acuerdos de noviembre de 2019, pero las fuerzas que la componen podrían perfectamente ir más allá, pues en los hechos es ya una Asamblea Constituyente.
La Lista del Pueblo marca el triunfo de independientes
Otro vértice en esta nueva e inédita configuración política está dado por el surgimiento de la Lista del Pueblo, la que concentrará un 14% de la Convención Constitucional debido a los 22 constituyentes que consiguió elegir a nivel nacional.
Sin candidatos mayormente conocidos -a excepción de Giovanna Grandón (más conocida como Tía Pikachu)- este grupo de 22 convencionales son la gran sorpresa en esta elección, ya que de la nada, se convirtieron en la cuarta fuerza política en estar representada en el órgano que redactará la nueva carta magna.
Si bien esta lista de independientes no presenta afinidad por ningún partido político, su hoja de ruta presentada al Servel de cara a la Convención Constitucional difícilmente podría asociarse a un partido de derecha.
Darle mayor protagonismo a las organizaciones sociales; pasar de un Estado subsidiario a uno benefactor; hacer prioritaria la educación pública; y destinar un 4% del PIB a la investigación académica y científica, son algunas de sus propuestas.
Los candidatos independientes fuera de listas también son parte de la gran sorpresa en esta elección. Con 32 constituyentes -17 de estos corresponden a pueblos originarios- cuentan ya con mayor representación que la ex Concertación. Pero, ¿dónde se sitúan políticamente?
Considerando que La Tercera y El Mercurio entregaba una proyección de apenas 6 escaños para la totalidad de los independientes, los resultados obtenidos podrían considerarse un éxito total para quienes no presentaron afinidad ni representaron a la política institucional.
Dentro de sus propuestas, una idea que se repite es la de la protección y desprivatización del agua. Los candidatos se reconocen principalmente como protectores del medio ambiente y de los recursos naturales en pos de la ciudadanía y la biodiversidad. En su mayoría, sus propuestas podrían enmarcarse dentro de ideas cercanas al progresismo o la izquierda..
Con 15 constituyentes, los independientes se hacen con un 9,7% de la convención, el cual llega a un 20,6% al sumarse a los representantes independientes de pueblos originarios. Si se les suma a los independientes electos bajo la Lista del Pueblo y a los pertenecientes a Nueva Constitución (11 escaños), quienes se postularon fuera de partidos llegan a un 41,9%% de la convención, llenando sobre un tercio de los asientos para la constituyente.
Considerando que La Tercera y El Mercurio entregaban una proyección de apenas 6 escaños para los independientes sin considerar los 17 escaños de pueblos originarios, los resultados obtenidos (48 candidatos electos) podrían considerarse un éxito total para quienes no presentaron afinidad ni representaron respecto de la política institucional.
Sin partidos detrás de las campañas, los independientes consiguieron hacerse de buena parte de la redacción de la nueva Constitución. Caso contrario es el de quienes sí tuvieron una importante espalda monetaria para sus campañas.
Los 20 candidatos que recibieron mayores aportes de campaña lograron sólo 9 constituyentes
En total y según datos del Servel publicados por la Fundación Sol, entre los 20 constituyentes que recibieron más aportes terminaron gastándose 695,8 millones de pesos en candidaturas que no llegaron a la convención.
De los cinco candidatos que recibieron más de 100 millones de pesos, cuatro fueron electos.
Sólo un 45% de la veintena salió electa, quedando fuera 11 candidatos, los cuales -salvo el demócratacristiano René Cortazar- pertenecían en su totalidad a Chile Vamos.
Si bien los mayores aportes no significaron necesariamente mejores resultados en la elección de constituyentes, sí se presentó una tendencia dentro de este mismo grupo: de los cinco candidatos que recibieron más de 100 millones de pesos, cuatro fueron electos; ganando en sus respectivos distritos Marcela Cubillos (UDI), Bernardo Fontaine (Independiente por pacto Chile Vamos), Pablo Herdener (UDI) y Hernán Larraín (Evópoli). Sólo Cortazar superó los 100 millones en aportes sin conseguir un asiento en la Constituyente.
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Primero felicitar su trabajo
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