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Domingo, 27 de Julio de 2025

La cuestión del plebiscito dirimente es absolutamente central, para la teoría de la democracia (y del poder constituyente) y para la práctica de la democracia.. El argumento de Atria recuerda tristemente "la medida de lo posible" de Aylwin. Además, considera que la comprensión ciudadana del proceso constituyente es limitada, como si la ciudadanía no entiendera la diferencia entre un acuerdo amplio (que no requeriría de plebiscito) y un acuerdo de mayoría (donde una minoría consistente no participa del acuerdo). Toda validación democrática suplementaria de las decisiciones (plebisicito dirimente) solo agrega legitimidad a las decisiones, nunca le quita legimidad. Eso en la teoría. En la práctica, sabemos que algunas transformaciones profundas no contarán con el apoyo de los sectores centristas o liberales, pero podrían contar con el apoyo de una mayoría popular. El plebiscito dirimente es un primer paso concreto hacia una práctica de la democracia participativa. La Nueva Constitución debe enunciar la democracia participativa, y también, para ser coherente consigo misma, afirmarse en una práctica participativa, vinculante, popular, y universal. La pedagogía de la democracia requiere más que un Si o un No, un Apruebo o Rechazo, requiere participar en la escritura misma de la democracia.


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