Netflix

Tras dos vertiginosas temporadas, la serie conserva su gracia y agilidad para saltar de un género en otro y poner todo al servicio de una historia de emancipación.

Guy Ritchie, el autor de Snatch y de RocknRolla, presenta una serie sobre aristócratas -The Gentlemen- que deben y (no) quieren ser mafiosos, solo para decir –con bastante gracia– que unos y otros se parecen bastante.

La primera película en llevar a Pinochet como protagonista, no se conforma con insultarlo –por suerte– sino que lo deforma para convertirlo en la metáfora de algo mucho mayor.

A 50 años del golpe, se pueden ver en Netflix las películas que este célebre documentalista realizó en la década previa al estallido. Las tres son un viaje histórico, biográfico, geográfico y cósmico; muy bello, pero que se siente lejano de estos tiempos mezquinos.

Sin furia y algo de ruido, este documental falso parodia a los venerables programas educativos de la BBC para reírnos, obvio, y también para hacer el duelo por el proyecto socialdemócrata que los produjo.

Hay un problema cuando un producto promete implícitamente informar sobre un misterio, cuando lo que realmente quiere es marear al espectador con las razones por las que probablemente nunca sabrá nada.

A 60 años de su muerte, el mito de Marilyn Monroe no solo no decae, sino que crece hasta abarcar al entorno artístico, económico y cultural que hicieron posible su ascenso y posterior caída.

Neil Gaiman, creador de este famoso comic, es uno de los productores de su adaptación a la TV. El desafío era complejo, pero supo sortearlo aferrándose a un concepto ubicuo y siempre convocante: el cambio.

La primera producción nacional bajo el alero de Netflix cumple bastante bien como thriller, y destaca como vitrina de las tristezas privadas y las miserias públicas del país. Y de las bellezas del paisaje, por cierto.

Nuevamente el fascismo es aludido en la forma de vampiros o zombies; pero esta vez hay una vuelta más. Una que lo hace todo más complejo e infinitamente más triste.

Esto empieza como una terapia y lo es, solo que está modulada para que el paciente no sea solo una persona sino una comunidad completa, la que orbita en torno a un centro cada vez más opaco.

La Guerra Fría y la dictadura portuguesa –sin Fátima, con poco Fado y alguna mención al Fútbol–, son el escenario de esta trama de espías que se empeña en dar aires nuevos a un tópico viejo. Pero siempre fecundo.

A fines de los años 2000, tres delincuentes defraudaron al Estado francés comprando y vendiendo bonos de carbono mientras se apropiaban de los impuestos. Este documental cuenta su historia centrándose en uno de ellos. Hay buenas razones para ello.

Mucho de lo que acá se muestra, se sabía. Sin embargo, no es lo mismo verlo en imágenes y menos en imágenes registradas desde la mirada de los propios colonos; con lo inquietante que esto puede resultar. En las líneas siguientes se explica el porqué.

Esta distopia es a la vez una adaptación y una secuela del clásico homónimo del comic, poniendo el acento en la fractura racial que parece condenar a EE. UU. eternamente a la división.

Es la serie más vista de Netflix en idioma no inglés, y las razones no faltan: un guión agilísimo, un París que luce como un museo adornado con guirnaldas hi-tech y –sobre todo– el desbordante carisma de su protagonista: la megaestrella Omar Sy.

¿Por qué hay familias con generaciones y generaciones de integrantes en las fuerzas armadas de EE. UU., pese a los costos que ello implica y que ellas conocen? Este documental responde a esta y otras preguntas con discreción y respeto. Disponible en Netflix.

Este drama político sobre el costo personal de ejercer el poder también explora los límites de lo tolerable a la hora de adquirirlo, mantenerlo y aumentarlo. Lo que antes eran meros escrúpulos y que hoy llaman “cerco sanitario”.

Cada vez hay más biopics, series y documentales basados en historias y sucesos reales en la compañía de streaming seguida por millones de usuarios. Y esto ha empezado a tener repercusiones en la vida pública de los protagonistas y antagonistas de esas historias, incluso después de varios años de sucedidos los hechos.

Hasta el momento, el éxito de un programa de televisión dependía esencialmente de la audiencia que cosechara en su primera emisión. Un contenido de calidad se arriesgaba a fracasar en función de factores externos: día y hora de emisión, competencia, promoción de la cadena, entre otros, Con la expansión de Netflix todo esto ha cambiado.