
“Los mismos sectores que hoy son acusados públicamente de difundir y propagar desinformación en redes sociales para intoxicar la campaña presidencial, fueron los más efectivos en la gestión comunicacional de la campaña 2022, donde se selló la suerte constitucional de nuestro país. Mientras odiar, mentir, engañar, ofender y hacer daño salga gratis, siempre será un buen negocio para quienes gusten de ese tipo de campañas, ya que, aunque duela admitirlo, pueden ser tan tóxicas como efectivas”.