
Cosal, responsable de la construcción, recibió $ 2.500 millones en octubre de 2018 como compensación por retrasos. Según el protocolo, esto lo decide sólo una persona: el director de obras del Serviu a cargo. El problema es que ha habido tres directores de obra y cinco subrogantes en menos de un año, en medio de un clima de acusaciones de presiones y hostigamientos para favorecer los pagos.