Nicolás Maduro

Unos 1.000 venezolanos viven y duermen a la intemperie en una calle de Tacna, fuera del consulado chileno. Tras su paso por Cúcuta en febrero, Piñera trató de capitalizar la crisis de ese país a su favor. Ahora en la frontera norte miles de venezolanos tratan de entrar a Chile. Pero son los más humildes, no los ‘exiliados políticos’.

Pese al frustrado golpe de Estado de Juan Guaidó y Leopoldo López, persisten incertidumbres en torno a la lealtad de las fuerzas armadas con Nicolás Maduro. Mientras que medios internacionales aseguran que existieron avanzadas negociaciones con altos oficiales y civiles del chavismo para propiciar un cambio de régimen, en Caracas el oficialismo asegura que la contrainteligencia cubano-venezolana engaño a Estados Unidos y a los golpistas.

Al auto proclamarse ‘presidente encargado’ en enero pasado, el opositor sabía que su carrera política en esa posición tenía una fecha de vencimiento. Ayer, el enemigo favorito de Maduro en Washington y en gran parte de Occidente trató de disparar una de sus últimas balas. Pero erró el blanco.

Este domingo se presenta en el más importante evento musical de Santiago. Hace un mes cantó en Cúcuta, en el concierto cuya cara más visible fue Juan Guaidó, autoproclamado presidente encargado de Venezuela. Varios años antes, cantó y organizó un concierto por la paz en Cuba. Con ustedes Juanes, un artista que no se guarda sus opiniones ni preferencias, entre las que se cuenta haber apoyado al gobierno de Juan Manuel Santos en el proceso de negociación con las FARC.

Las rudas críticas del cantante contra Michelle Bachelet por su actuación en torno a la crisis venezolana lo han mostrado como un derechista en Chile. Sin embargo, el Bosé político es más complejo que eso, y corre en paralelo a la historia política de España y el Partido Socialista Obrero Español.

Más afianzado fuera de su país que dentro de Venezuela -las instituciones han ignorado su supuesta función presidencial, en especial las fuerzas armadas- el rápido ascenso del diputado de 35 años se debe a una serie de hechos fortuitos, pero también al liderazgo político de Leopoldo López, mentor político de Guaidó, y sus redes en Washington. Con todo, es la amenaza más seria que ha enfrentado el chavismo desde el intento de golpe de Estado en 2002.

La revista mexicana Proceso publicó la carta que el ex presidente chileno le habría escrito hoy al mandatario venezolano, si es que se pudieran salvar las distancias del tiempo y de la muerte. Esto, según la mirada del escritor Ariel Dorfman. A continuación su contenido íntegro.

Aunque la figura del creador de la revolución bolivariana es casi omnipresente, según el académico Jesús González, la generalizada crisis ha provocado una importante mella en la manera cómo los venezolanos ven hoy al desaparecido mandatario.

La ayuda humanitaria no cruzó Venezuela ni la presión en las fronteras llevó a la insubordinación de las fuerzas armadas ni a la protesta popular. En su lugar, quedó el rastro de una intervención más mediática que efectiva, que debilita a un Juan Guaidó que no puede volver a Venezuela y a quien se le acabó su plazo constitucional de un mes para sostener su autonominación como presidente encargado.

INTERFERENCIA tuvo acceso al documental dirigido por Marco Enríquez-Ominami que a través de cinco entrevistas a líderes regionales, propone una reflexión del déclive de la izquierda. Aquí algunas conclusiones.

Este 23 de febrero fue signado por Juan Guaidó como la fecha en que la ayuda humanitaria debía entrar a Venezuela, "sí o sí". Si entra, querrá decir que cuenta con apoyo de las fuerzas armadas venezolanas y puede precipitarse el derrocamiento de Nicolás Maduro. Si no entra, Guaidó pasará a ser una figura simbólica y moral, mas no un presidente, pues quedará en evidencia que no tiene poder real y no puede llamar a elecciones, lo que supone su mandato constitucional.

Aunque la crisis se acentúa en Venezuela, con una parte de la población que ruega por mover al oficialismo del poder, hay algo que permanecerá: los seguidores de Hugo Chávez, el ex presidente que comenzó la llamada Revolución Boliviariana, quien en el menor de los casos despierta la adhesión de uno de cada tres venezolanos.

Mientras que la oposición prepara una escena televisiva para poner en relieve la ayuda humanitaria estadounidense, el gobierno de Nicolás Maduro destaca los avances en la distribución de las llamadas cajas CLAP, las que han sido importantes en paliar la crisis. Además, se anunció ayuda humanitaria, pero desde Rusia.

El también ex secretario general del ALBA se encuentra en Caracas activando a los países americanos aliados de Venezuela.

Son un piquete compuesto por cerca de 200 obreros de la tercera edad. Este jueves, INTERFERENCIA los entrevistó a las afueras de la Defensoría del Pueblo, en el sector de Bellas Artes. Reclaman -en nombre de Hugo Chávez y contra el proceso de intervención estadounidense- el pago de una deuda que viene desde 1997. No son de Caracas, pero están acá con la esperanza de que Nicolás Maduro los escuche, y no se les ocurre dirigir su demanda ante Juan Guaidó.

La posibilidad de una intervención armada estadounidense refuerza las ideas de lealtad, unión y disciplina al interior del oficialismo, lo que hace improbable un quiebre en el corto plazo dentro de las tropas venezolanas.

Este martes una multitudinaria marcha de opositores copó varias cuadras de Caracas. Sin embargo, el número de asistentes se está reduciendo de a poco y difícilmente estas manifestaciones producirán un derrocamiento. Por eso, Juan Guaidó elevó la apuesta: “La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí el 23 de febrero”. Pero ello supone la desobediencia de las fuerzas armadas de Venezuela.

Vinculado a sabotajes, golpes de Estado y masacres militares cometidos en Centroamérica en los años 80, el nuevo enviado especial de Estados Unidos para el país caribeño cuenta, además, con una condena en 1991 por mentirle al Congreso norteamericano que investigó el escándalo Irán-Contra.

Este analista en riesgos políticos asegura -en base a una metodología predictiva- que es poco probable que el régimen de Maduro caiga en el corto plazo. Todavía hay, a juicio del experto estadounidense, varios factores que no se cumplen para el desplome del régimen.

Abraham Lowenthal -un conocedor de América Latina y sus entrecejos- no es optimista respecto de la posibilidad de acordar una salida de la crisis entre el chavismo y la oposición que derive en elecciones libres y sin plazos preconcebidos. Según el experto, ni unos ni otros han demostrado capacidad política para lo que considera es la mejor salida para Venezuela. “Ninguno ha buscado una negociación seria”, dice.

Yoharlis Linárez, lingüista, y Emilio Useche, politólgo, son dos académicos de Venezuela que investigan y registran el fenómeno migratorio de sus compatriotas a lo largo y ancho de Sudamérica. Un fenómeno que cuenta 3 millones de historias de venezolanos obligados a salir de su país.

El fallido golpe diplomático en contra del régimen de Nicolás Maduro deja, una vez más, a Chile como un actor secundario y títere geopolítico en los asuntos de la región.

Tras ensayar con golpes de Estado (2002), participación electoral y sacar a sus partidarios a la calle, los opositores del chavismo parecieron haber encontrado una nueva fórmula. Pero es probable que Juan Guaidó no sea más que un fusible .

Todas las encuestas creíbles en Venezuela dicen que la mayoría de los venezolanos quieren desesperadamente que Maduro salga. Pero eso no significa necesariamente que estén abiertos a medidas desesperadas. Cuando se les preguntó si apoyarían "una intervención militar extranjera para destituir al presidente Maduro de su posición" el 54 por ciento dijo que no.

¿Se acuerdan de esas cadenas de whatsapp que advertían que Chile podría convertirse en Venezuela? INTERFERENCIA reconstruyó su origen. El actual canciller Roberto Ampuero jugó un papel clave en esa campaña.